Chat Noir, otra vez se encontraba arrodillado con la rosa en sus manos y cabizbajo ante el rechazo de su Lady. En el instante en que le dijo que "no" una teoría le vino en su mente.

— ¿Eres alérgica a las flores? —Preguntó— Es por eso que no las aceptas ¿Verdad?

Entretanto sus ojos brillaban teniendo una esperanza latente de que fuera eso. Ladybug cruzándose de brazos, lo miró al gatito y sin palabras su rostro expresó: "¿De enserio?"

— Chat... —Comenzó tomando aire a lo siguiente que iba a decir, pero el minino la interrumpió.

— ¿O las rosas, solamente? —Parándose— ¿Te gustaría que te trajera un tulipán, girasol...? —Hizo una pausa, sumiéndose en sus pensamientos— ¿Cuál es tu flor favorita My Lady? o ¿Al final eres alérgica?

— ¡Chat! —Alzó la voz para obtener toda su atención. Cosa que consiguió— La razón de que no te acepto las rosas es que...

Antes de que pudiera decir las siguientes palabras que de seguro romperían el corazón el gatito, la interrumpió como sabiendo lo que trataba de decir.

— ¿Quieres que te traiga bombones? —Preguntó— ¿Te gustan? o ¿Eres alérgica al chocolate?

Ladybug ya no podía creer que todo lo relacionaba con alergia. Bufó e hizo una mueca.

— ¡No soy alérgica al chocolate ni a ninguna clase de flor! —Exclamó— No te acepto tus regalos porque no correspondo tus sentimientos.

Al oír esas palabras, Chat Noir bajo la cabeza, desanimado.

— Lo entiendo —Respondió levantando su cabeza para mirarla. El bichito no podía creer que fuera tan fácil— Ahora sé que tengo que esforzarme mucho más para conquistarme, para que me correspondas.

Ladybug abrió la boca por la estupefacción que causo esas palabras.

— Creo que soy alérgica a los gatos —Espetó Ladybug frunciendo el ceño.

— ¿Crees? Entonces...

Ladybug lo interrumpió.

— Soy alérgica a los gatos —Espetó con los dientes apretados, expresando seguridad en sus palabras. Marchándose antes de que alguna palabra que muestre insistencia vuelva a hacer pronunciada.

Chat Noir que fue dejado cabizbajo por su partida. Al segundo levantó la cabeza y estirando su brazo como si pudiera alcanzarla, gritó:

"P-pero My Lady... ¡No soy un gato de verdad!"