Nuevo fic de Bleach. Si lo ven muy dramático o un tanto depresivo la única razón es que lo estuve escribiendo un día lluvioso y andaba con la autoestima bajo.
Prologó:
-El tiempo pasa y nunca te percatas de ello. Nuestra vida es un Gran Reloj de Arena. Desde cuando inicia, hasta cuando finaliza. Este Reloj nos ha brindado una gran felicidad, pero esa tarde el viento sopló:-"Nunca me olvides Rukia…Pronto regresaré por ti-
Ehmm…prologó muy trágico. Bien, espero que sea de vuestro agrado. (Me encanta hablar en otros idiomas!)
-Diálogos-
-Pensamientos-
Capítulo 1: -No fue Casualidad, Fue solo el Destino-
Este podría ser considerado como uno de los peores días de toda su vida. Todo era perfecto para ella, no le faltaba nada, era extremada mente feliz; pero ¿por qué la desgracia había llegado a su vida? Se encontraba sola, bajo la lluvia, llorando como nunca lo había hecho en toda su vida. ¿Por qué, porqué? Se preguntaba sin obtener alguna simple respuesta a cambio. ¿Cómo había comenzado este tormento? Todo había dado a inicio esa noche, una como la que ella se encontraba presenciando en esos momentos. Una noche de tormenta, una noche lluviosa…
-Cuatro años Atrás-
Una chica de baja estatura y rojas mejillas se encontraba sentada en una banca dentro del parque municipal de Karakura. Miraba el cielo, aún así ninguna estrella se encontrase presente. Se encontraba llorando, sus ojos vidriosos la delataban. No sabía realmente cuanto tiempo cuanto tiempo llevaba bajo la lluvia, su cuerpo ya estaba frío y comenzaba a resfriarse. Su cuerpo solo supo ignorar todos esos síntomas.
Bajo de esa tormentosa lluvia también se encontraba bajo la lluvia. Él se encontraba corriendo, como si tuviera prisa de llegar a su casa. Llevaba en sus manos un paraguas y una mochila en el hombro. Se encontraba, en esos momentos, pasando por un parqué. Había una persona allí, decidió ignorarlo y siguió su camino. Por curiosidad, giró un poco la cabeza para ver quien era ese "demente" que se encontraba allí. Se detuvo por completo al ver de quien se trataba. Era una simple niña con la mirada levantada al oscuro y horrible cielo de la noche. Frunció un poco el seño al verla y se fue acercando un poco a ella.
La lluvia había inundado por completo sus ojos. No podía ver nada más que agua. Se alegro un poco, ya que ahora la lluvia era la que se encargaba de remplazar esas saladas y rebeldes lágrimas que ella nunca había deseado, en toda su vida, volver a derramar. Disfrutaba que las gotas de agua la bañaran, pero poco a poco se fueron deteniendo. Se quedo algo sorprendida, nunca deseó eso.
-¡Oi, niña!- alguien la había llamado. Ignoró el llamado ya que creía que era puro producto se su imaginación.
-¡Me estas escuchando!- sonaba enojado. La chica se quedo callada y bajo un poco la cabeza para ver de quien se trataba. El agua que quedaba en sus ojos salió mostrando un poco más de lágrimas. Un chico se encontraba frente a ella. Regresó su mirada al cielo. Un paraguas fue el culpable de que la lluvia se acabará. Le regreso de nuevo la mirada y rápido secó sus lágrimas.
-¿Quién eres…tú?-fue lo único que dijo al verlo. En esos momentos el chico notó que ella estuvo llorando bajo la lluvia, dos cosas la delataban; uno era de que sus mejillas estaban demasiado rojas y segunda, su voz estaba quebradiza.
-¡¿Qué diablos haces?!-gruño.
-…-le miro confundido.
--¿Qué hacías aquí llorando bajo la lluvia?- se calmo y trató de ser amable con la pequeña.
-¿Llorando? ¿Quién diablos dice que estoy llorando?- recupero la postura que siempre ha tenido en toda su vida. La forma la cual la caracterizaba a la perfección.
-…-
-Silencio- fue todo lo que ahora pudo escucharse entre ellos dos. El chico se estaba saliendo de quicio por la niña. La estaba protegiendo de la lluvia mientras tanto el se estaba mojando. Diablos, era lo que menos quería.
-Dime dónde vives para poder llevarte a casa, pequeña.
-¿Pequeña? ¿De que edad me vez?- gruño.
-Por tú estatura y los caprichos que haces- se quedó pensando-creo que debes de tener unos diez años.
La chica apretó los puños un poco. Antes se encontraba por completo triste y ahora que el aparece, comenzó a sentir una gran furia. No lograba entenderse así misma.
-Idiota, en realidad tengo quince años
-…- solo pudo quedarse en silencio. No creía que esa enana tendría la misma edad que él. La vida siempre le juega trucos nuevos depende la situación.
-¿Te quedaras allí toda la noche?- volteó a verlo directo a los ojos.
-Si- fue rápido al responder. –No me iré hasta que te lleve a tú casa-fue serio. La pequeña no entendía nada de nada a este tipejo. La estaba tratando como una pequeña mocosa y en realidad era una señorita, tal y como su hermano le decía.
-No me trates como una maldita mocosa, yo no…
-Si dices no serlo por qué te comportas como una.
-¡Cállate! Tú no eres nadie para decirme como compórtame y cómo no.
-¡Eres una maldita enana desquiciada! No entiendo cómo pude haberme preocupado por ti- le retiro el paraguas haciendo que la lluvia le cayera otra vez.
-Sabes, nadie te lo pidió.
-Ahora se que he perdido mi valioso tiempo contigo.
-Entonces que esperas, ¿por qué no te largas de una maldita vez?- no estaba de humor. Ese era su peor día y ahora se estaba volviendo insoportable.
-Me voy, espero nunca volver a toparme contigo-gruño dándose la vuelta tomando su curso. Ella no respondió y bajo la cabeza, haciendo que el pelo tapara sus ojos al igual que su rostro.
El chico solo le miro un poco de reojo y notó otra vez eso. Una gota cristalina, que no era lluvia, pasar sobre sus mejillas. Lloraba otra vez.
Decidió ignorarlo ya que sabía que no era de su importancia y porqué ya no soportaba ver esta maldita lluvia. Salió corriendo del lugar, dejando a la chica allí. Fue rápido y llegó a la otra esquina de parqué. No sabía porque pero decidió voltear a ver otra vez a esa esquina dónde había tenido su horrible encuentro con el enana. Seguía donde la dejo pero soltaba varios gritos teniendo la mirada más levantada.
No sabía, pero sentía el instinto de regresar por ella y llevarla a su casa o tan siquiera regalarse el paraguas para evitar que se moje mucho. Estaba preocupado, por primera vez, después de mucho tiempo. Soltó un gran gruñido ignorándolo todo. Salió de allí tratando de olvidarse de la chica y se alejó lo más rápido que pudo.
Ellos creyeron que ese sería el último día que se hubieran podido ver, pero no. Si el destino los unió en ese momento solo puede significar una cosa. "Ambos estaban destinados a conocerse".
Solo avisando, no subire ningun episodio de ninguno de mis fics sino hasta el 1° de Febrero. Los estoy haciendo rápido para un mismo día poder subirlos todos y para que tengan algo bueno que leer. (Creida...¬¬)
Jee! gracias por leer y si es que les gusto comenten para que me den algo de inspiración. Por cierto, cualquier amenaza de muerte creativa, por no escribir muy rápido, es bien recivida. Wiii! Mañana mis examenes finalizan y más tiempo para escribir!!
