Hola, este no es mi primer fanfic, pero si el de esta serie. Este fanfic surgió a raíz de la lectura de otro, se llama "blood red kiss" se encuentra aquí mismo en . Les pido que sean indulgentes conmigo puesto que no cuento con un reader beta, asi que se imaginaran todo esta editado a mi propio criterio que sin duda dejo muchos errores, y aprovechando esta breves palabras les informo que más delante habrá yaoi, eso es un chico amando a otro chico y si no les gusta ya saben que hacer (digo a buscar otro fic de su gusto)O casi me olvido, como no he tenido internet desde hace ya dos semanas no prometo actualizaciones seguido, pero puedo darles un capitulo cada semana para su placer, y si les gusta el fi, pues me dicen.

Sumario:
Suzaku es un detective que se ve envuelto en una misteriosa guerra tras descubrir un cadáver. Lelouch es un mesero y ¿una victima casual? AU +yaoi +

Blood :dos rosas

01: Rosa roja

¿Que se podría decir de las personas que te acompañan mientras bebes una taza de chocolate a la mitad de la noche fría esperando a que la radio sonara.? Suzaku permanecía sentado en el banco mirando fijamente su radio negra en espera d que algo pasara, sus cabellos castaños caían amables en su rostro mientras que sus ojos verdes miraban cada detalle de la pequeña radio de escasos11 centímetros de altura con todo y antena. Un accidente, un incendio, un robo, o hasta una persona perdida que le pidiera direcciones de como llegar al Royal Place Pendragon Hotel. Estaba aburrido, seriamente aburrido, lo único que ocurría en la calle era el suave sonido de las salchichas friendo en el carrito mientras el resto de la ciudad a la mitad de la noche dormía plácidamente.

Suzaku miró a su reloj nuevamente, pasaba de la medianoche, suspiró profundamente antes de estirarse y alejarse del banco, su abrigo negro ocultaba parte de su camisa blanca con corbata negra y sus pantalones obscuros combinando perfectamente.

"Es una noche lenta" pregunto el dueño del carro de los salchichas fritas y chocolate caliente.

"Es mejor así" sonrió Suzaku. "Una noche aburrida para mi es una noche placentera para las familias" El cocinero asintió girando las salchichas, el dulce aroma del tocino se elevo nuevamente.

"ah.... Preferiría estar en mi casa durmiendo" se quejó Rivalz bostezando.

Rivalz llevaba un abrigo semejante solo que en azul, sus cabellos emitían un brillo azulado y sus ojos azules seguían atentos las manos del cocinero, siempre con una gran sonrisa en el rostro.

"Entonces vamos a la jefatura, seguro que la capitana nos tendrá algo que hacer" comentó Suzaku retomando su lugar en el banco con un leve salto.

"No ni te atrevas Kururgi, estoy bien aquí. La capitana tiene ideas muy raras a estas horas" afirmó fuertemente Rivalz señalando un par de salchichas, que de inmediato el cocinero levantó y puso dentro de dos panes y comenzó a añadirles mas ingredientes.

"Vaya si sigues así, vas a necesitar otro cinturón nuevo porque el que te regale ya no va aquedar" se burló Suzaku.

El cocinero rió por lo bajito entregando las salchichas preparadas al detective.

"Mañana haré publicas las fotografiás de Artur" amenazó Rivalz después devoró la primera salchicha con genuina hambre.

"Oh no, eso si que no" sonrió Suzaku al tiempo que se preparaba para saltar encima de su compañero. Una voz femenina salio de la radia en tono urgente.

"Tenemos un 414 en el callejón 12 de la cuarta avenida, repito tenemos un..."

Ambos hombres se congelaron ante tal llamado, instante después Suzaku corrió hacia su automóvil estacionado justo frente a ellos, Rivalz dejo billetes al tiempo que devoraba la ultima de sus salchichas para después coger la radio y seguir a su compañero al auto.

Estaban tan solo a cinco cuadras del lugar del incidente, llegaron incluso ante que la ambulancia. Ambos en silencio se bajaron del auto y caminaron hacia la escena del crimen que estaba siendo acordonada por pocos policías, Suzaku pronto noto que sus caras estaban demasiado pálidas, sus ojos como ausentes y no muy lejos escuchó aun pobre hombre vaciar su estomago.

"Me da mala espina" susurró Rivalz.

Ambos detectives se adentraron en el callejón, dado su ubicación ninguna de las lamparas del iluminado publico alcanzaba a irradiar su luz dejando el lugar en perfectas penumbras, no había forma de saber si en el callejón había basureros o no, si había cosas o no estaba demasiado obscuro, Suzaku sacó su lampara de mano que siempre llevaba consigo oculta en su abrigo gris y comenzó a iluminar su camino. Un oficial aguardaba nerviosamente, a sus pies se encontraba ya la tela obscura cubriendo lo que debía ser cuerpo, su rostro parecía sereno pero sus ojos están desorbitados y sus manos juntas pegadas al pecho sosteniendo la lampara en el rostro del hombre, creando la ilusión macabra de un muerto estando de pie.

"Soy el detective Kururgi y este es mi compañero el detective Rivalz" su tono serio apenas alertó al hombre, Rivalz hizo un movimiento con su mano a modo de ignorar la actitud del pobre hombre y se arrodillo junto al cadáver cubierto.

Suzaku coló su mano en el hombre de su compañero a modo de advertencia, la sangre aun seguía brotando cálidamente del cadáver, escapando a la supuesta prisión de tela filtrándose lentamente por las pequeñas grietas del asfalto. Rivalz al ver el carmín liquido salto hacia atrás derrumbándose de espaldas en el frió asfalto, tardó un momento en levantarse y mirar a Suzaku como pidiéndole que él se hiciera cargo.

Suspiró y se agacho lo suficiente como para que sus dedos tocaran la tela, por unos momentos dudo en alzarla, nunca antes había sentido sus vellos de su nunca alzarse ni sentir que en la piel corriera un escalofrió tan extraño como ese que estaba sintiendo en ese momento. Aparto todo eso de su mente y alzó la tela.

"Bien bien no quiero que toquen nada" la voz de Cecil del grupo de criminaalogos resonó claramente haciéndole girar de inmediato y soltando al mismo tiempo la tela. Cecil llevaba su uniforme azul de trabajo con las siglas de su unidad, una minifalda ligeramente cubierta por una bata blanca de laboratorio y las mismas siglas, en la mano derecha llevaba un maletín con sus instrumentos mientras que en la izquierda ya con un guante de látex puesto cargaba el par del guante para la otra mano. Su porte distinguido la hacían verse guapa pese al uniforme y sus lentes en comparación la hacían ver mas como una estudiante metida en la biblioteca. "Ah detectives que bueno que llegaron" anunció alegremente "pero sera mejor que se alejen, no queremos otro caso desechado por contaminación de las pruebas" declaró ella mirando a ambos detectives, Rivalz se encogió de hombros y accedió silenciosamente a salir de la escena y perderse entre las luces de las patrullas al inicio del callejón, con tal gusto que Suzaku creyó que su compañero había dado saltos de gusto.

"Aun no he visto la victima" se disculpó Suzaku ante la experta, Cecil le sonrió cálidamente, y antes de saber que pasaba, Suzaku fue apartado un par de pasos por ella. Se repitió a si mismo: cada ves que ella esta en escena es mejor permanecer detrás.

Suzaku alzó la vista para tratar de ver el obscuro cielo de la noche y con suerte mirar las estrellas, pero no tendría suerte esta ves, tal cual había pasado desde el día que se había mudado a la capital Pendragon. A veces extrañaba su pequeña ciudad de Tokyo al otro lado del mundo.

"¡Por todos los santos!" Exclamó Cecil, Suzaku enfocó su vista en la joven investigadora mientras ella miraba fijamente hacia el cadáver, su mano temblaba nerviosamente mientras el resto de su cuerpo parecía congelado del miedo. Suzaku solo tuvo que balancear su peso para obtener una mejor vista de lo que Cecil esta viendo.

El rostro del cadáver estaba sin piel, cada musculo estaba expuesto, las órbitas de los ojos vacíos emanando aun sangre, la piel del cuello en cambio seguía en su lugar, sin ser tocada, pero justo en medio de la traquea sobresalía monstruosamente un bulto, como si algo estuviese atorado allí dentro, la piel pálida brillaba intensamente con la luz blanca de su lampara. Suzaku tragó en seco ante el espectáculo, eso no debía ser lo que había asustado a los demás policías o a la misma Cecil que había visto mucha más sangre y cosas extrañas que todo el escuadrón junto. Dio un par de pasos a su izquierda evitando la espalda de la joven investigadora y sus ojos pudieron ver más allá del pecho de la victima. Al momento sintió que el color abandonaba su rostro y sus piernas perdían fuerzas. Sus ojos no podían creer lo que estaban viendo.

"Es lo más horrible que jamás haya visto" susurró Cecil dejando la tela caer y así cubriendo la maldad que del cuerpo emanaba. "Detective dígale a los camilleros cuando lleguen que vamos necesitar una bolsa especial" anunció ella.

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En la jefatura de policía, la capitana Cornelia, una mujer joven de cabellos rozados y temperamento fuerte y duro evitaba mirar las fotografiás pegadas en una mampara mientras sus ojos se posaban en sus detectives, Suzaku desde su lugar sentado en uno de los escritorios leía el informe previo del forense.

"Quien lo haya hecho no tiene rastro alguno de humanidad" comenzó a hablar la capitana, todos dejaron de leer. "El laboratorio aun tiene mucho que investigar aún, nosotros nos vamos a enforcar en la identidad de la victima, se encontraron estos objetos y creemos que pueden conducir a la identidad de la victima" Levantó seis bolsas de plástico trasparente en cuyo interior había cuatro diferentes objetos, un bolígrafo, un libro, una tarjeta y un encendedor.

La capitana miró a sus agentes y les entregó las bolsas con los objetos. Rivalz miró los objetos y Suzaku revisó de nuevo el informe. Este sería un caso bastante exigente, un reto. Sonrió para si mismo, sabia que sus compañeros podían encontrar a cualquiera en donde sea con cualquier cosa.

"Investiguemos este" Levantó Suzaku la tarjeta, Rivalz le miró con entusiasmo, siempre lo hacia cuando su compañero tenia una buena pista. Sería muy fácil pensó.

Sus compañeros detectives tomaron los otros objetos y comenzaron a hacer sus investigaciones, Suzaku salio del edificio seguido de Rivalz un poco confundido pero entusiasmado.

"Creo que tuvimos suerte" Comentó Rivalz en el automóvil.

"Esperemos" Suzaku miró de nuevo la tarjeta. Un trozo de cartoncillo blanco en donde se apreciaba la palabra Blood en letras grandes y rojas, por detrás no había nada mas. Sin manchas ni torceduras, ni nada por el estilo que demacrara su perfecta blancura y su brillante texto.

"Debimos quedarnos en la oficina y averiguar a que se refiere la tarjeta" comentó Rivalz al tomar el objeto y mirarlo atentamente. "Podría ser una broma o el sello del asesino.. o"

"Mi instinto dice que se trata de un lugar" Respondió Suzaku encendiendo el automóvil y poniéndolo en marcha. Las calles de la capital a esas horas de la noche, casi las dos de la mañana estaban vaciás, no había una sola alma o luz aparte del alumbrado publico.

"¿Y tu instinto te dice donde esta ese lugar Blood?" preguntó Rivalz dejando la bolsa con la evidencia a la vista y al alcance, para después cruzarse de brazos.

"¿Recuerdas que el mes anterior en la televisión estuvieron dando unos anuncios muy raros?" Preguntó Suzaku al tiempo que giraba el volante.

"Si eran muy raros, pero que lindas chicas" Sonrió de oreja a oreja Rivalz recordando el anuncio de televisión.

"¿Y recuerdas el nombre que daban al final del lugar?" Volvió a preguntar Suzaku con una sonrisa.

Rivalz se quedo pensativo unos momentos luego sonrió y brinco en su asiento un par de veces. "Kururgi eres un genio, ¡Blood! El nuevo lugar de entretenimiento nocturno que abrieron sobre la avenida Charles"

"No soy genio" Suzaku volvió a girar haciendo que el carro entrara en una avenida más amplia, la presencia de mas carros y luces alegró el corazón de ambos pasajeros, al final de la avenida se apreciaba claramente las luces rojas del bar Blood.

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Blood era el típico centro nocturno con un gigantesco letrero en su fachada, grandes puertas de cristal custodiada por mas de cinco hombres altos y anchos en trajes sastre negros y gafas, un pequeño tapete rojo y una enorme fila de personas esperando su turno a entrar.

Suzaku y Rivalz se miraron mutuamente un momento, no seria fácil la entrada al lugar. Dejaron su automóvil estacionado en la siguiente cuadra.

"Esto se va volver difícil" comentó Rivalz al caminar por la obscura acera iluminada suavemente por las luces blancas incandescentes y los tonos rojos del letrero de neón.

"Entramos, preguntamos y salimos" dijo Suzaku convencido de sus propias palabras.

En las puerta principal miraron a los cinco hombres que cuidaban celosamente la entrada. Una pareja discutía animosamente con ellos y detrás de ellos la fila iniciaba. Curiosamente el resto de las puertas estaban casi deshabitadas. Suzaku pudo ver tras el cristal de las puertas un pasillo adornado en blanco y oro, diferentes tipos de flores y plantas talladas en las paredes atenuados hermosamente por el vibrante rojo de la alfombra y la tenue iluminación.

"Puedo serviros en algo" Preguntó uno de los guardias, a diferencia de los otros, este usaba un traje blanco y una curiosa media mascara en su rostro, metálica con insinuaciones de plumas doradas elevándose al cielo. Su cabello negro con brillos azulados distorsionados probablemente por el baño carmín de luz, estaba peinado de raya a lado, haciéndole ver aun más elegante que los otros, mas distinguido y quizá mas letal. Este era Jeremiah, el jefe de seguridad de Blood.

"Nosotros venimos a investigar un caso de..." Rivalz comenzó con su explicación mostrando su placa dorada de policía, los ojos pequeños y anaranjados del guardia le miraron aburridamente, impacientemente, en sus gestos faciales se leía: ojala esta noche acabe pronto. Suzaku advirtió este pequeño detalle, mostró al guardia la bolsa de plástico con su evidencia, la tarjeta con el nombre en rojo impreso del lugar.

El guardia observó detenidamente la pieza de evidencia tras la barrera plástica, no había duda que era una de sus tarjetas, un cliente.

"Los acompañare dentro" susurró la respuesta. "no muestren su placa dentro, pregunten cuanto deseen pero váyanse pronto" simplemente explicó el guardia, giró rápidamente y abrió la puerta de cristal haciéndoles un gesto para que entraran primero.

Algunas personas de la fila comenzaron a levantar sus voces en son de protesta, maldiciendo gritando chillando. Todo a razón que llevaban horas esperando y ellos entraban como si nada. Rivalz sonrió para si mismo sintiéndose bien por tal drama.

Los detectives entraron al vestíbulo, seguidos inmediatamente por el guardia. Suzaku pudo admirar mejor el lugar, era aun mas impresionante por dentro que por fuera, las tonalidades violáceas daban un efecto glamour y sensualidad tan personales que casi se sintió desnudo por un momento. En esa estancia el silencio era perfecto, sensible y acompañado de un dulce aroma de rosas. Extraño pensó, era muy fuerte el aroma, penetraba en su mente sin piedad, pese a lo dulce que era.

El guardia pronto les indicó un camino a seguir, frente a ellos poco a menos de cuatro metros de la entrada se alzaba un muro hermosamente labrado con flores y enredaderas pintadas de dorado permitiendo un pasillo que se prolongaba tanto a la derecha como a la izquierda y al cabo de unos seis metros torcían en una curva ancha. Como si en el centro de Blood estuviese un gigantesco disco. Se aventuraron por el pasillo de la derecha siguiendo al guardia, el sonido de sus pasos mantuvo pensativo a los detectives memorizando cada detalle del lugar, Suzaku pronto advirtió que pese a que no habían girando las puertas de cristal ya no se veían a sus espaldas.

Los tres se detuvieron. El guardia les señalo hacia la pared, Rivalz miró consternado a Suzaku, solo parecía pared.

"Entiendo que sus preguntas se dirigirán a los empleados del lugar" les miró fríamente el guardia, Suzaku le sostuvo la mirada, el hombre era inteligente y bastante experimentado, quizá no era la primera vez que venían policías a hacer preguntas.

"Si efectivamente" respondió Rivalz nervioso.

"Esta puerta los acercara al bar" finalizó el guardia.

Ambos detectives miraron a la pared confundidos y luego al guardia. Él suspiró molesto, girando sus ojos hacia arriba. Dio un paso hacia la pared y empujó levemente la pared, esta sin esfuerzo reveló la puerta. Ambos detectives ofrecieron sus sonrisas al sentirse tontos en esa situación y agradecieron.

La puerta dejo escapar los rítmicos pulsos de la música del interior, y un aroma extraño que ninguno de los dos supo identificar en ese momento. El guardia les miraba exasperado, como queriendo volver a su puesto de trabajo lo antes posible, así que sin mas dilatación los dos detectives entraron y la puerta se cerro detrás de ellos al instante.

Blood por dentro era otro mundo, los muros se mostraban negros y había cientos de cortinas y lazos rojos sangre colgando, el espacio era amplio y circular, había arcos y estos parecían dibujar círculos dentro. En cada columna había rosas artificiales colgando así como enredaderas y viñas, algunas cortinas parecían separar los arcos creando pequeñas habitaciones, los muebles era mas bien del tipo sofá y diván, haciendo pequeños círculos a su vez con mesas céntricas circulares. Blood estaba lleno, podían oír las voces gritando entre ellas, la gente pasar rápidamente o bailar en los pequeños círculos al ritmo embriagante de la música entre las arcadas, un momento mas de adaptación a la obscuridad y distinguieron meseros corriendo de un lado a otro, una pista de baile en el centro ligeramente iluminada por luces multicolores. El aroma rancio se espeso en sus mentes, era una mezcla de inciensos, ajos quemados, algo de cigarro y alguna otra cosa extraña, Suzaku pensó que quizá se trataba de droga al sentir adormilados sus miembros por un instante.

"El aroma es delicioso" comento Rivalz alegremente. Pero para Suzaku se estaba volviendo algo incomodo. No le dio importancia. Se encaminaron hacia la barra que para su fortuna estaba justo a su lado derecho, no muy lejos la barra increíblemente permanecía desierta salvo por el barman.

"Buenas noches" anunció Rivalz con cierta alegría, instante después una chica, una mesera de cabellos rojizos aprecio y gritó su pedido tan rápido que ninguno de los dos agentes pudo distinguir que estaba pidiendo. Instantes después la chica se había esfumado.

"¿En que puedo servirles?" preguntó el barman, su cabello chino era sostenido por una banda roja, su uniforme negro era contrastado visiblemente por un mandil rojo con la leyenda Blood en blanco.

"Esto" Suzaku puso la bolsa de plástico sobre la madera mostrando la tarjeta antes de dar tiempo a Rivalz de sacar su placa que de todos modos sacó lentamente y la puso junto a la bolsa. El barman con un gesto lento devolvió la placa indicando que no había necesidad de mostrarla. Sonrió.

"Si es nuestra" dijo el barman sin esforzarse en gritar, la música era estridente, pero curiosamente la estructura de edificio permitía a ese lugar tener los volúmenes disminuidos considerablemente. Siguiente momento, la mesera pelirroja aparecióde nuevo y cantó de nuevo sus ordenes.

"Quiero dos Blood especiales, un mirtina y tres cervezas light"

"¿Karen es tuya?" preguntó el barman rápidamente antes de que ella desaparecia para satisfacer la orden. La mesera Karen se acercó a los detectives curiosa, y ellos le acercaron la tarjeta en silencio.

"No, debe ser de Lulu o de Villeta. Las mías son negras" respondió velozmente, una vez llena su bandeja Karen desapareció.

"wow" Rivalz siguió con la mirada a la mesera. "que lindos uniformes" comentó ausente. Karen llevaba puesto una minifalda negra con listones y organza, haciendo flotar la tela en cada paso, usaba un corseé negro de listones a juego y unas mangas que solo le colgaban de las manos dejando le los hombros libres presas de la imaginación morbosa de cualquier ser que entrara en contacto visualmente con ella.

"Blood no nos pide uniformes" La voz del barman sacó de sus pensamientos a Rivalz. "Podemos usar lo que queramos, incluso ropa de cama si así lo que queremos." explicó alegremente.

"¿Cada mesero tiene sus propias tarjetas?" Preguntó Suzaku.

"No son simple tarjetas detective" respondió el barman "Son como boletos por decirlo así, aquí en Blood una ves a la semana realizamos una subasta"

"Fascinante" Rivalz le prestó toda la atención.

"¿y que es lo que subastan?" continuó Suzaku.

"Subastamos una cita con cualquiera de nuestros meseros o de cualquier otro que trabaje en Blood" Al momento el barman se agachó y volvió y les presentó una tarjeta similar pero en verde pálido y sus letras en plata.

"¿Una cita?" Preguntó ahora Rivalz.

"Si se sorprenderían al ver que tanto esta dispuesta la gente por pagar una noche o un día con cualquiera de nosotros" explicó con unas sonrisa.

"Karen me dijo que querías verme Ohgi" la voz femenina asustó a ambos detectives, no habían notado el momento en que la mesera se había aparecido. Su ropa era muy diferente a la de Karen, llevaba un vestido blanco entallado al cuerpo, largo que hacia resaltar su silueta maravillosamente. Su cabello gris realzaba su piel obscura que a su ves realzaba el vestido blanco. Era una combinación hermosa y diferente.

"¿Es tuya?" El barman Ohgi le mostró la bolsa con la tarjeta y ella solo la miró rápidamente, extrajo de un bolsillo invisible una tarjeta de color violácea con texto en plata. "Entonces es de Lulu" razonó Ohgi.

La mesera desapareció al momento. Suzaku tomó nota de los colores de las tarjetas al igual que Rivalz aunque en su rostro aparecía felicidad al ver las meseras tan bellas.

"¿Lulu* será igual de bella?" Se preguntó Rivalz suspirando a lo que Ohgi carcajeo ampliamente.

"Ya lo verás" comentó simplemente el barman.

"Otra pregunta si me permite" La voz de Suzaku sonó un poco mas seria que la de su compañero. "¿Estas tarjetas como llegan al cliente?"

"Es fácil" Ohgi apoyó los codos en la barra y su rostro en sus manos. "Si tu quieres participar en la subasta de una cita con alguno de los que trabajamos aquí, por ejemplo Karen, quien es la mas popular por cierto, debes pedirle su tarjeta antes de la subasta, pones tus datos al reverso y el día de la subasta entregas la tarjeta, para evitar problemas las citas se hacen aquí en Blood donde estamos protegidos de gente morbosa" explicó en todo seguro y rítmico, como siempre hacia a algún nuevo cliente que preguntaba por las subastas.

"De que se trata Ohgi" una suave voz ronroneo en el otro extremo del bar. Al girarse Suzaku pudo apreciar a un mesero de cabellos negros y un poco desordenados, la piel pálida tanto que le parecía ser de mármol delicadamente tallado, ojos violetas tan intensos que sintió que dentro de su alma algo se desgarraba intensamente, sus facciones finas y delicadas, su cuerpo esbelto y elegante oculto tras un traje negro al estilo principesco británico de hacia dos siglos. Una visión elegante e irreal, hermosa y admirable.

"Estos oficiales quieren saber si es tuya esta" mencionó Ohgi alzando la bolsa con la tarjeta. Lulu avanzo hacia ellos. Suzaku distinguió guantes blancos en sus delgadas manos.

"Así parece" afirmó Lulu observando el objeto en cuestión.

"¿Podemos hacerle algunas preguntas?" Rivalz dio sonido a la pregunta dado el estado de Suzaku inadvertido de seguir asombrado ante tal belleza.

El mesero se volvió a ver a Ohgi y este pareció meditar un momento. Luego accedió con una simple afirmación de la cabeza, y su mano señalando hacia la izquierda.

"Karen te cubrirá" dijo tras otro momento de silencio, haciendo que el mesero suspirara profundamente. De entre sus bolsillos saco algunos papeles, que dejo sobre la bandeja y que el barman se apresuró a tomar entre sus manos y leer con cuidado dibujando una gran sonrisa en sus labios.

"Espero que sea rápido" se quejó el mesero guiado a los detectives a través de las arcadas hasta llegar a la misma puerta por la que habían entrado hacia un par de minutos.

Al salir al pasillo nuevamente Los dos detectives notaron el aire mas fresco lleno del aroma dulzón de las rosas, de alguna manera el aroma lo recibieron alegremente y al menos Suzaku se sintió mejor con ese aroma, pero su mesero tenia el rostro cubierto con un pañuelo y les indico que le siguieran. Unos pasos a la izquierda y encontraron otra puerta disfrazada que les condujo a una habitación amplia forrada en rojo y dorado con muebles en rojo también, había grandes jarrones en la esquina, esbeltos de cerámica negra en cuyo interior resaltaban las plumas del pavo real. En el centro estaba una mesa con menús y una campanilla de cristal.

"Perdonen que les haya conducido hasta aquí" se explico el mesero Lulu masajeando su nariz con el pañuelo. "es el mejor sitio para hablar en privacidad y sin gritar"

"Es asombroso este lugar" declaro Rivalz revisando el lugar con clara curiosidad.

"¿Que desean saber sobre la tarjeta?" Fue al punto el mesero.

"Todo" Se adelanto Rivalz al ver a Suzaku en estado silencioso sin apartar la mirada del mesero.

"¿Y con todo se refieren a...?" El mesero estaba en disposición a darles cuanta información necesitarán aunque claro, parecía que tenía prisa por volver y hacer la entrevista breve.

"Bueno cual es su nombre, desde hace cuanto tiempo que trabaja aquí y a cuantas personas le ha dado su tarjeta" Elaboró Rivalz rápidamente, después se sentó en el sillón seguido de la mirada seria y fría del mesero, sacó una pequeña libreta de notas y un bolígrafo, parecía que su compañero estaba envuelto en alguna clase de hechizo y no podía escapar, aprovecharía para conducir la entrevista.

"Mi nombre es Lelouch Lamperouge, he trabajado como mesero en el Blood desde que se inauguro hace ya seis meses y hmm.... le he dado mi tarjeta desde entonces a trescientas personas aproximadamente" les respondió rápidamente.

Un silbido de asombro " eso si que es mucha gente" Comentó Rivalz. "Yo no puedo recordar a todos los miembros de la jefatura"

"Es un estimado" respondió de lo mas natural el mesero. "El jefe nos entrega un paquete nuevo de cien tarjetas cada ves que se acaba el anterior, voy en el cuarto paquete"

"Wow" rió Rivalz. "Pero cree...."

"¿Darle los nombres?" se adelanto Lelouch.

"¿Podrá? o..."

"No lo creo detective...." insinuó que en todo ese tiempo los dos declives no se habían presentando. Rivalz se sonrojo ante la falta de cortesía.

"Perdón perdón, Soy Rivalz Cardemonde y este es el detective Suzaku kururgi, normalmente habla más y es mas sociable"

"Entiendo" Se cruzó de brazos Lelouch, suspiró profundamente. Se le veía un poco preocupado y hastiado del rumbo que llevaba la pequeña charla.

"¿Entonces podrá darnos los nombres?" Preguntó curioso de nuevo el compañero de Suzaku.

"No lo creo, no por la política de la compañía sino que no me dedico a recordar nombres de clientes. Si esa persona era un cliente frecuente el dueño de Blood podría darles algo más concreto." Explicó el mesero. "¿Cree que pueda irme ya? El sueldo es una miseria y las propinas son las únicas que no nos hacen renunciar" se quejó abiertamente Lelouch.

"Si creo que es suficiente a menos que mi compañero quiera hacer alguna pregunta" Rivalz se levantó de un salto del sillón y corrió dando un rodeo para llegar al lado de Suzaku, y puso sus manos en los hombros de su compañero desde atrás. "Aunque lo dudo mucho, muchas gracias Sr. Lamperouge por su cooperación." Rivalz entonces comenzó a empujar a su compañero fuera de la habitación, sin que este opusiera alguna clase de resistencia.

Lelouch suspiró en cuanto la puerta se había cerrado. Habían sido preguntas muy extrañas para ser detectives, no habían mencionado la razón por la que vinieron a Blood ni tampoco como se hicieron de la tarjeta. Bajo la vista para meditar un poco antes de volver al trabajo.

La puerta se abrió de nuevo y la cabeza de Rivalz se asomo. "¿Por donde se llegan a las oficinas del dueño?" Preguntó Rivalz con una gran sonrisa en la cara.

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"Lulu, son las reglas de la casa, todo el que quiera trabajar en Blood tiene que hacerse a la idea de ser subastado cada miércoles" La voz del dueño sonó tras los suaves toquidos que el mesero produjo frente a una puerta al final de una larga escalera.

"Ya lo sé, pero esta ves hay dos caballeros que desean hablar con usted" respondió Leluoch mirando a los detectives. La sonrisa interminable de Rivalz a cada instante parecía hacerse mas grande mientras que su compañero parecía aun seguir inmerso en ese extraño comportamiento y de rigor silencioso que le provocaba dentro de su ser algo extraño.

"Pasen" La voz del dueño sonó nuevamente, un poco mas apagada pero sin perder su tono fuerte y autoritativo.

El mesero abrió la puerta indicando a los detectives que entraran Lelouch se dispuso a cerrar la puerta y regresar a su puesto de trabajo pero la voz del jefe "Lelouch" fue suficiente para hacerle quedar y cerrar la puerta tras de si.

"Soy Toudoh Kyoshirou, dueño y gerente de Blood, ¿En que puedo servirles cabaleros?" preguntó primero el dueño posando sus pequeños ojos negros sobre el mesero, que nuevamente adoptaba una pose seria cruzando sus brazos y desviando su mirada lejos de todo.

"El detective Kururgi y mi compañero el detective Cademonde" Finalmente habló Suzaku. Lelouch giró con curiosidad para ver detenidamente al detective mientras hablaba. El tono de esa voz, la cadencia de pronunciar las palabras. ¿Donde la había escuchado? "Esta pieza de evidencia nos condujo aquí" Mostró la bolsa de plástico con la tarjeta dentro, el dueño la vio detenidamente por varios momentos.

"Una tarjetas de Lamperouge" Concedió Toudoh.

"La encontramos en una victima hace pocas horas" continuó Suzaku sin dar más datos, Lelouch parecía mas interesado en esas pocas palabras.

"Lulu podrías decirle a los detectives el no..." Toudoh se hizo atrás lanzando su mirada hacia el mesero.

"Necesitamos ver sus videos de seguridad" se adelanto Suzaku sorprendiendo a Lelouch y al dueño del lugar, Rivalz sonreía plácidamente a su lado, le agradaba cuando Suzaku dirigía la investigación.

Aquellas palabras tensaron al dueño del Blood, Suzaku por varios segundo dudo en haber ido tan directo y tajante al asunto. Toudoh suspiró, entrelazó sus manos como meditando por unos momentos el asunto, Suzaku se volvió para ver a Rivalz a su izquierda como esperando que este le sugiriera alguna idea, antes de poder fijar sus atención en su compañero de trabajo, sus ojos verdes se vieron aprisionados por la vista curiosa lavanda del mesero. Desvió la mirada rápidamente temiendo perderse en esos ojos amatista que le arrancaran el habla minutos antes y le hicieran nadar en el mar de la incertidumbre nuevamente.

"Esta bien" Toudoh dio su resolución. " Vean las cintas, espero que Blood no se vea relacionado con algún incidente no deseable" bajó su vista, mirando de nuevo la tarjeta blanca con letras rojas. Suzaku notó como levemente el dueño tensaba su rostro al mirar aquella tarjeta, levantaba la mirada y posarla en Lelouch.

"Lulu llevalos con Jeremiah" finalmente dijo, dejando a su cuerpo disfrutar del respaldo de la silla acolchonada.

"Por aquí caballeros" Indicó el mesero abriendo la puerta seguida de una pequeña burla a una reverencia.

Rivalz fue el primero en salir tras tomar la bolsa con la evidencia y guardarla en su abrigo, Suzaku le siguió.

"Y Lulu creo que tu deseo finalmente se cumplió, desde hoy no mas tarjetas" La voz del dueño y gerente del Blood sonó fuertemente a modo de regaño, el rostro de Lelouch siguió sin cambio como si no hubiese escuchado aquellas palabras.

La caminata por el pasillo hasta las puertas de cristal fue silenciosa y rápida, Jeremiah al ver al mesero, pareció dar instrucciones a sus compañeros al otro lado del cristal rápidamente, entró al local y miró con respeto al mesero.

"El jefe quiere que les muestres los videos de seguridad a los detectives" anunció Lelouch rápidamente y después buscó una puerta para desaparecer del pasillo.

"Rivalz, Suzaku" adelanto su manó el detective tratando de ganarse la simpatía del guardia con el traje blanco. Algo que evidentemente no logró.

"Por aquí si son tan amables" señalo el guardia hacia la dirección contraria por la que habían llegado.

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* Lulu suena mucho a a Lulú, el corto femenino de Lourdes que se usa mucho en México.