Todo empezó un sábado muy temprano.

Me despertaron unos golpes en la ventana. Luego un chirrido al abrirse.

Yo pensé entre sueños:

Ah, mugre Babas -es un carnal de la banda-, ¿qué quiere a las diez de la madrugada?

Agarré un zapato y se lo aventé, pero me desperté porque en vez de oír las mentadas del Babas fue como un ruido de pollo pateado.

Me alcé, no había nadie y me tapé con la cobija.

Y duro y dale.

Levantándome la cobija y picoteándome. Qué imaginativo el bró.

No me pregunté cómo mi cuate había cabido por la ventana del hueco de la escalera en la vecindad donde yo vivía con mis tíos.

-¡Mugre Babas! -me levanté- ¿Por qué no le vas a levantar la cobija a tu papá el...?

Ay, hijodesu... Un pericote viéndome con unos ojos de "a ver, a quién le estás aventando zapatos viejos y aquí está tu porquería."

Me dejó caer un sobre a la cara y salió volando. Y se la tengo jurada al infeliz, porque se hizo pis en un pedazo de torta de pollo que tenía en un buró.

-Así te va a ir, urraca -abrí el sobre-. La siguiente torta me la voy a hacer con tu hermana.

Era una cosa de una Escuela Hogwarts firmada por Mcnosequé y quesque me felicitaban y que la mano del muerto... Como que me gané la lotería, pon tú.

Yo la neta ni quería, porque la escuela siempre me cayó gorda. Me salí porque me la pasaba viendo por la ventana y dibujando dragones en los cuadernos. Así que hacía trabajitos, o sea me transaba al que podía, y me la pasaba con los cuates jugando fut.

-No me estén... -y me acosté otra vez.

Mi tío, Venustiano Domínguez, mecánico de profesión y gandalla por vocación, se puso a patearme la puerta:

-A ver, bueno para nada, ni pa' abrir la puerta eres bueno, a'i te busca uno de tus amigotes marihuanos, un mugre gordo barbón a ver si ya le dices que se rasure, que hasta piojos debe estar criando en esa mata.

Ahí voy a la puerta y no ma... Un vato de más de dos metros, acá, bien dado y de pancita pulquera.

-¿Quique Botijero? -me preguntó.

Uh, ya valí jefa... pensé entre mí, éste me viene a cobrar la torta de pollo fiada y yo ni un peso tengo partido a la mitad.

Y más me sacó de onda que me habló muy amable y con voz suavecita. Ya estaba yo buscando qué botella de cerveza de la tía Petunia le sorrajaba en la cabeza, pensando que ese guarura venía a partirme el queso.

No se rían, carnales. Mi tía se llama Petunia y aunque es tan guapa como una rata y le entra al trago como si restaurara la flora intestinal, es su nombre y qué... Aunque la neta sí le hacíamos un buen de burla porque se llama como la novia de Porky.

No, pos sí. El tipo que era como cinco veces el Perro Aguayo, me convenció de ir con él, yo más por miedo de que si le decía que no, me fuera a aplicar la urracarrana.

Metí mi ropa en una mochila del Atlas.

Los tíos estaban viendo la tele y como ni me pelaban no oyeron cuando les dije:

-Adiós, Sr. y Sra. Ojeras.

Pasé por la recámara de mi primo Osvaldo, que estaba tragando un hot-dog y una Coca-cola jugando al Atari.

-Ya me voy, ampolla, voy a una escuela de magia.

-Ajá, sí, ya no fumes de ésa.

Y que me voy de viaje con el Jagris.

Las compras para la escuela te las cuento otra vez, ah, pero lo que sí estuvo chido, fue que me metí a un callejón oscuro que me recordó las calles de mi colonia La Nopalera de la Loma.

Luego que voy a un castillo así como de Disneylandia y que me ponen un sombrero y que agarra y que me dice "¡Réivenclaus!" O algo así. Es que pa' nombrecitos, ahí sí se marihuanearon, compas.

Ahí voy con la banda y que me felicitan y que me dicen:

-Oh tú deberr serr muy inteligentious.

-Pos nomás listo pa' la transa, carnal -admití.

Buena onda, los vatos. Acabamos siendo carnales. Yo siempre me los cabuleé diciendo que me apellidaba "Chido" y me divertía porque como son english acá, sonaba bien raro cuando el direc me regañaba y decía:

-Temo que deberé castigarlo, Sr. Chédou.

El que me daba miedo era el teacher de las pociones. Uh si te fallaba la pócima... se te apareció del diablo. Yo primero pensé "uta, esto es lo malo de las escuelas mixtas, una clase de hacer pucheros... no vaya a haber un coro musical o nos pongan a plantar papas o esas ondas hippies."

Lo malo es que sí había, pero era pasable. Los que eran bien pesados eran los pasados de lanza y pedantes que iban con el Sr. Lucho.

Sí, Lucho Maljoy. Ese que acabó resultando de la banda pesada de los Shit Eaters.

-Hogwarts debe estar muy mal ya que acepta a seres de origen menor que un muggle.

Eso me lo dijo justo cuando adquirí mi varita. Lástima que no sabía usarla porque le hubiera picado un ojo con ella. Aunque después salí bueno en el Club de Duelo.

-Pues no don Lucho, fíjese que no. Yo vengo de una tierra donde inmigrantes nos quitaron la tierra. En una de las guerras que nos hicieron, uno de sus soldados recibió un bombazo, se quedó, una mujer nuestra lo tomó y de ahí vengo. En una de esas usted es medio hermano de mi abuela Chepina.

Se fue muy ofendido, pero dejó al que me caía más mal.

El güero ese que se la pasaba ingi-lilingi.

Yo lo traía entre ojos. Y el día que lo vi molestando a los chavos aquellos, me llenó el buche de piedritas.

Ya sabes, la chava esa que me alegraba que siempre alzara la mano en clase porque a mí me daba fiaca participar, más sus carnales el de lentes y el de pecas.

Y que me sale lo machín.

Fui con el Draco y que le digo:

-¿Qué, muy pipirisnais? Mugre mono bañado en cloro, no te pases de macizo porque yo sí te ando cruchando gacho. Conmigo se te aparece tu boggart que es tu jefa pelos de zorrillo. Yo sí te aplico la Maldición de Mocos, el Forunculus, la Urticaria y las Babosas. Y como las babosas son resbalosas se te andan metiendo otra vez y de paso te hago el Crispador de Orejas, carnal. Y como tu Patronus es una manzana me la como y te escupo las semillitas. Y como escupo bien cañón se van a volver esniches doradas y no vas a saber cuál te abarató, wey.

El vato se puso bien acá. Una cara así como de estar oliendo la presencia del Méndigo Desnarizado.

-¡Asqueroso sangresucia!

-Sucia, pero no de tu alcantarilla -yo asentía y me quitaba la túnica-. Orita te subo en la Nimbus para que te vayas volando a la...

Y que se dejan caer sus valedores. Unos Slytherins que se llamaban el Chente y el Goyo, pero que yo les decía el Botijas y el Chorizo porque no peques, carnal, el Chente se ve que de chiquito le entraba cañón a los tamales y el Chorizo era como un puerco condimentado con ajo.

Y pues ahí empezó la bronca donde por ser de Raven me hice conocido como el Blue Demon, pero esa es otra historia