Cuando todo esto comenzó temí en gran manera por mi salud mental.

Soy un poco despistada, lo siento. Tal vez el primer párrafo parezca un tanto raro, prometo que les explicare. Me llamo Serena Tsukino y tengo 19 años, vivo en la cuidad de Tokio con mi madre. Mi padre falleció hace tres años, y eso de algún modo como diría mi profesor de psicología afecto "mi hombre interno" es decir mi cabeza y mi conducta para con los otros. Me sentía de mal humor y trastornada, mi mundo social se vio reducido a mí y mi madre, la única que toleraba, y esos cambios de humor afectaron mi vida social como mi conducta, deje de lado las risas y la inmadurez para transformarme a los 17 por ahí en la persona que soy, una persona (lo es) contraída, amargada , que solo charla con su cabeza porque no tiene amigos, sí, estoy hablando de mí, no los tengo ni quiero tenerlo, ya es suficiente soportarme a mí misma como para tratar de relacionarme.

La verdad es que aunque mi padre no nos haya dejado mal económicamente y nosotras (mi madre y yo) podemos vivir bien, la verdad es que lo extraño muchísimo, él y yo nos complementábamos, nos llevábamos muy bien, y aunque con mi madre nos toleramos, no es lo mismo, lo extraño y mucho.

Mi vida era normal, hasta que ocurrió lo que ocurrió. Tal vez sea real o tal vez a mis 19 años he llegado al tope de mi salud mental y he cruzado la delgada línea entre la cordura y la locura.

Mi historia comienza así:

Recuerdo que volvía caminado de la universidad, era mi último viernes de cuatrimestre por lo que había traído los libros de mi casillero a mi casa, temor que tenía que me robaran mis preciados libros y apuntes. Así que venía cargada y casi no veía mi camino, si venia caminado, ese día estaba hermoso ¿para qué desperdiciarlo yendo en auto? Lo cierto que como no veía muy bien, poco a poco tropezaba con ciertas cosas. Estuve a punto de caerme varias veces.

Malditas veredas- susurre tratando de no perder el equilibrio.

Camine un poco más, y sentí como algo se interponía entre mis pies y aunque yo trate de no caer, mis libros volaron por el aire, yo caí, y los libros también cayeron sobre mí. Mire a mi alrededor y no había nadie, nadie que me ayudara y nadie que se burlara de mí. Cuando pude sacarme los libros de encima, mis pobres cabellos estaban revueltos sobre mi cara, los esparcí para ver con que era que había tropezado y solo pude ver un gato ¿azul? Dios mío, si creo que era azul. El hecho que aunque no me gustan los gatos, este había quedado aplastada por unos cuadernos.

Pobrecito ven acá.- susurre mientras le quitaba los escombros de encima y se recuperaba- ¿estás bien? dije como si me fuese a responder.

Entonces antes de ponerme a recoger mis cosas fue que escuche.

No te preocupes, mi objetivo era encontrarte.

¿Qué? Gire mi cabeza sorprendida tratando de encontrar de quien era esa voz de mujer pero solo vi a el gato.

Estoy volviéndome loca creo. – dije en voz alta mientras de rodillas empezaba a levantar mis cosas.

Serena , te he estado buscando

Gire asustada nuevamente, pero no había nadie.

¿Quién demonios me habla?- grite histérica.

Y mientras lo hice mire al gato. Y para mi desgracia pude ver que me hablaba, si por dios me hablaba.

Yo. Me llamo Luna. Y te estado buscando Serena.

La mire incrédula y empecé a reír histérica.

Jajay ¡ohh dios! Jajá estudiar psicología me está afectando- brame- esto jajá esto no está bien yo, yo necesito descansar, necesito….- no sabía qué hacer y con prisas levante mis libros que se caían una y otra vez de mis manos temblorosas.

¡Luna!- escuche una voz masculina. Y note que la gata ronroneo.

Pronto junto a mí había un hombre de porte elegante que me sonreía.

¿esto lo provoco mi Luna?

¿qué?

Este desastre- dijo señalando mis libros.

Asentí confusa.

Lo siento mucho. – dijo él juntando mis libros- Luna es muy traviesa.

Por favor, no te preocupes – dije ayudando yo también- suelo ser despistada.

Entonces el toco mi mano en un acto que no me di cuenta, y sentí un estremecimiento en todo el cuerpo, se me puso la piel de gallina y me recorrió un sentimiento de pérdida y angustia como si algún día él y yo hubiésemos compartido algo.

Disculpa- dije retirando mi mano- ¿nos conocemos?

No lo creo – y sonrió, me perdí en su sonrisa era tan agradable- me llamo Darien Chiba.

Un gusto soy Serena Tsukino- dije tendiéndole la mano, pero el no tomo la mía, es más me tomo la gata entre sus brazos y me miro sorprendido.

Baje mi mano sintiéndome un poco tonta.

¿acaso es ella…?- Le pregunto a la ¿gata?

Si, definitivamente.

¿Qué? ¿Acaso él hablaba con ella?

Los mire incrédula, temiendo estar en presencia de una broma muy cruel o en presencia de mi locura.

Te hemos buscado por mucho tiempo, te necesitamos.

¿qué?

Eres una elegida. Tú debes salvar al mundo.

Gire mi cabeza tratando de ver las cámaras, si eso era, seguramente estaría siendo grabada por algunas cámaras de esos programas de televisión.

Sonreí.

Ya lo sé, no finjan conmigo. ¿Dónde están las cámaras?

¿cámaras? – pregunto la gata.

Si, cámaras. ¿esto es un programa no?

¿programa?- pregunto el joven- no seas bromista Serena, te hemos buscado como locos, solo tú puedes ayudarnos.

Jajá no me hagan reír. Esto no puede ser verdad la gata está hablando. – dije gritando. – yo, dios, si esto no es una broma yo seguramente, si esto segura, yo estoy oficialmente loca.

Gire furiosa queriendo recoger la pila de libros pero por mala suerte, pise el lomo de uno, el libro al parecer se deslizo, yo caí de espalda y sentí un golpe en mi cabeza y ya no recuerdo más

Si recuerdo haber despertado en mi habitación. Me levante de mi cama. Aun confundida le pregunte a mi madre que había ocurrido y dijo que me había desmayado y un joven gentilmente me había auxiliado.

¿Cómo te enteraste?

El tomo tu celular y me llamo.

¿El joven tenía una gata?

¿gata? No que yo haya visto ¿Por qué?- pregunto mientras me miraba raro.

Sacudí mi cabeza alejándome de ella.

Serena, por el amor de dios, ve acostarte tantas semanas de estudio te han dejado agotada, por eso te has desmayado. Debes comer más y descansar.

Si mama. .- refunfuñe.

Pero no me acosté. Me tire en un sillón a meditar. Trataba de pensar que eso era solo un sueño, si al caer y golpearme la cabeza he soñado eso. Sueño muy raro y fantástico por cierto. Aunque fantasía no me falta en mi horas durmientes. Y meditaba sobre aquel acontecimiento fantástico y loco que había soñado y sobre él. ¿Cómo era su nombre? ¿Damián? No… ¿Darío? Mmmm no… ¡DARIEN!, si Darien, jamás en mi vida había visto una persona tan bella, tan… sacudí mi cabeza. No podía fantasear con un producto de mi imaginación, no era correcto, no era para mi salud mental y tampoco traicionar de esa manera a Diamante.

Anteriormente mencione que no tenía vida social, pero Diamante era un amigo de mi niñez y cuando mi padre falleció fue mi cable a tierra y tiempo después él y yo consolidamos nuestra relación.

Así que deseche a ese nuevo ser que creo mi imaginación y me dedique a descansar, sí, me propuse sentarme a leer un libro, hacia tanto que no leía. Diamante no vendría hasta el mes siguiente, porque su universidad quedaba un a kilómetros de mi cuidad y solo podíamos vernos una o dos veces al mes, así que me puse a disfrutar de lo que más amaba en la vida, leer.

El sol radiante entraba a radales por mi ventana, tan cálido, tan hermoso. Moví mi sillón bien frente a esta y el sol iluminaba las letras de mi libro. No recuerdo que libro era, recuerdo la paz que sentía en ese momento. Cerré mis ojos y tuve una extraña visión, yo vestida de blanco con un báculo en mi mano. Abrí los ojos de repente pero aun así la imagen quedo grabada en mí, mire a mi alrededor, mire mis ropas y mis manos pero todo seguía intacto. Lo peor de todo es que ya no estaba sentada, estaba de pie en medio de mi habitación. Toque mis sienes dándoles un masaje relajador, esas cosas no me gustaban. Tal vez estaba exagerando pero me gusta ser cuerda, tanto como lo era. ¿Era? Tanto como lo SOY.

Me senté nuevamente y procurando vivir la realidad no leí, solo vi el paisaje, mucha gente había salido ese tarde a pasear. Me llamo la atención una joven rubia como yo, nos parecíamos muchos, salvo que ella llevaba suelta su larga melena, me miro con detenimiento y pude ver que en sus brazos cargaba un hermoso gato blanco, me recordó a la gata de mi sueño.

Aleje la vista de ella. Y ya no recuerdo más nada. Creo que me dormí, si me dormí porque cuando me volvió mi consciencia, fue cuando sentí como algo se caí sobre mí. Abrí mis ojos y ¡oh por dios! Nuevamente allí estaba la gata.

Creí que estaba soñando.

Serena. Hoy no terminamos de conversar.

La mire incrédula.

Tú no eres real. Yo estoy soñando.

Y tape mi rostro, tratando de despertar en vano.

Serena, escúchame por favor.

¡ya se! – grite.- debo pincharme con algo. Seguramente despertare.

Y como creí que era un sueño, busque una aguja.

Encontré una no muy rápido. Y sin miramientos la clave en mi dedo. El dolor que sentí fue tan agudo que no pude ni gritar ahogue un chillido y una lágrima se me escapo. Lleve mi dedo a mi boca e histérica señale a la gata.

¡tú! Vete de aquí. No me importa si eres real. No te quiero ver. Dios mío estoy hablando con un gato de porquería.

Oye no me hables así, tengo una razón para ocupar tu precioso tiempo.

La mire con furia.

Total. Que más da. Dime que quieres y te vas.- dije llevando mi dedo a la boca.

Me llamo Luna.

Aja ya lo sé.

Te traje un regalo.

No me gustan los regalos.

Y antes de volver hablarme dio un gran salto, unas locas volteretas, y de eso salio un broche que me llamo mucha la atención. No solo por el broche que era precioso sino también por la especia de "magia" utilizada.

¿esto es broma verdad? Alguien me está jugando una broma muy cruel- rugí.

No, no es broma Serena. Tú eres una sailor scouts. Tú debes…

¿Qué palabra usaste? Una sailor ¿qué?

Sailor Scouts. Eres una guerrera del milenio de Plata.

¿Qué?

Eres una guerrera que renació, tú fuiste una sailor tiempo atrás en la Luna del Mileno de Plata. Debes volver a ser una guerrera, debemos encontrar a la Princesa y luchar contra…

Wow, sí que tienes imaginación. Fui una "sailor" , en la ¿luna? Jajá que imaginación tienes. Debo tener fiebre y estoy delirando.

Serena, tu misma te pinchaste y te dolió. No es un sueño, es real. Y yo también lo soy. Solo debes acostumbrarte.

Ajan

Muy bien. Ya que no me crees, ¿Por qué no tomas ese broche?

La mire con desconfianza y muy despacio tome el broche. Era tan bello. Tenía una luna en el centro y cuatro puntos de colores: azul, rojo, amarillo y verde, acomodados como los 4 puntos cardinales.

¿Qué significa el dibujo?

La luna eres tú. Y los colores son los de tus guardianas.

¿guardianas?

Si, tienes 4 guardianas. Que debes conocer. Ellas te cuidaran.

¿y por qué deben cuidarme?

Porque tú eres una sailor que luchara con el enemigo. La policía no puede hacer nada, ellos no son de este mundo.

¿yo? Te has confundido yo soy una simple estudiante. Nada mas. Y cualquiera que me vea en estos momentos, me llevaría a un loquero.

Tienes razón. Por eso quiero que conozcas a las demás chicas.

No, disculpa. Pero no estoy en una época de mi vida para hacer sociales. No quiero.

Luna suspiro cansada.

Tu solo usa el broche ¿quieres?. Colócatelo en medio del pecho, tiene un abrojo.

Asentí. Y así lo hice.

Muy bien. Ponte derecha. Alza una mano y repite. ¡POR EL PODER DEL PRISMA LUNAR!

Me puse como ordeno.

Esto es tan tonto…

Tu hazlo.

Suspire sintiéndome la persona más loca y tonta del mundo cuando hice lo que me ordeno.

¡POR EL PODER DEL PRISMA LUNAR!

Sentí como mis prendas se deshacían y una luz me invadía por dentro. Por todos lados me penetraba una luz blanca. Entonces otro estilo de ropa se posiciono en mi cuerpo, sentí como una especie de corona se apoderaba de mi frente, mi peinado cambio por uno de dos coletas junto como dije con mi ropa.

Cuando la luz se disipo, quede dura. No quería acércame a mi espejo. Y mire hacia abajo.

¿Qué es esto? ¡Me transforme! .

Me asome al espejo y vi como una pollera súper corta para mi gusto apenas si me cubrían, color azul. Tenía botas rojas de tacón. Una especie de malla blanca, que en el pecho tenía un gran moño rojo, y como adorno aquel extraño broche. También tenía en color azul unos flecos como de marineros. Mi pelo seguía conservando su color rubio pero estaba divido en dos coletas con unos extraños círculos rojos. Y en mi frente una tiara que tenía un centro rojo.

¿Qué esto?

Eras una sailor scout. Eres Sailor Moon.

¿ estas segura? Yo no puedo serlo. Solo soy una persona común.

Créeme por favor. Necesito de tu ayuda.

Empece a negar con la cabeza, pero Luna seguía insistiéndome.

Hasta que me resigne, por asi decirlo.

Escucha , te ayudare. Pero solo esta vez, cuando termine lo que tenga que hacer, no me molestes mas.

Pero…

Pero nada. Yo no quiero ser alguien que no soy. Te ayudare y me marchare. ¿entendido?

Antes de que Luna me reclamara algo, sentí un grito agudo , me asome por la ventana vi que en la casa del frente habían roto una ventana y podía oir claramente que los sonido venían de allí.

¡vamos Serena! De seguro es una maligna.

¿Qué es una maligna?

Luego te digo. Pero ve a defender a esas personas-

¿Qué? ¿yo? Llamemos a la policía – dije tomando mi teléfono.

Nada de eso. Tu debes ir allí. Para eso eres una guerrera. Debes proteger a la gente de este planeta.

Aysss está bien-

Salí por la ventana mirando a todos lados para ver que nadie veía como una loca disfrazada como yo salía de una ventana.

Corrí hasta la casa del frente y me metí en la ventana, oí unos gritos provenir desde el fondo, y sigilosa fui hasta donde me guiaban los ruidos. Me estremecí al ver que dos de mis vecinos estaban tirados.

¿Qué les paso? ¿Acaso están muertos?- dije con pánico.

No, les han robado la energía.

¿energía? Ohh dios. ¿Cómo hacen eso?

Luego te explico. Vamos

Luna se adelantó y me espero, en lo que fue el peor espectáculo de mi vida. Una mujer de unos 30 años, estaba contra la pared sostenida por el cuello por una mujer horrenda, no ,no era una mujer , era un monstruo.

-¡dios mio! ¿Qué hago?

¡Sailor Moon! Ayudala- grito la gata.

¿Quién es Sailor Moon?

Luna me miro enfurecida.

Eres tu niña.

Ahh cierto.

¿Qué hago?

Pelea con ella.

No quise preguntar más. Estaba desconcertada. Primero que todo debía llamar la atención de aquella monstruosidad.

Oye maligna. Por tu culpa mis vacaciones serán desperdiciadas en ti. Deja a esa pobre mujer. ¡Porque yo Sailor Moon, te castigare en el nombre de la Luna!

Y cruce mis manos haciendo un gesto raro con ella, lo que me provoco un fuerte dejavu.

La maligna soltó a la mujer y se concentró en mí.

Arghh ya veras niña entrometida.- me contesto.

Yo estaba aterrada , ya no sabia que hacer.

Entonces aquella cosa de sus manos me lanzo una especia de fuego, yo salte como pude , y me escondí detrás de una mesa, volvió a lanzar su ataque y derritió mi protección, lo que dejo un blanco perfecto. Cuando pensé que todo estaba perdido porque al ver tantos escombros no podía moverme con facilidad alguien me salvo.

¡Sal de allí Sailor Moon!- grito Luna , pero yo ya estaba resignada.

Cerre mis ojos y solo espere.

Pero en vez de eso escuche.

¡BURBUJAS DE MERCURIO, ESTALLEN!

Una espesa niebla me cubrió, no sabia de quien era la voz y tampoco no podía ver.

Escuche si a Luna gritarme.

Toma la tiara y di : Tiara Lunar Accion.

Cuando termino de decirlo, la niebla se disipo.

Hazlo ahora Sailor Moon.

Asentí, como pude me pare.

Tome mi tiara.

¡TIARA LUNAR! ¡ACCION!

La tiara se dirigió hacia aquella cosa, reduciéndola a ceniza, si sabía que era tan fácil no hubiese tardado tanto. Aun así me sentía consternada y asustada.

Muy bien Sailor Moon. Lo has hecho muy bien. – dijo Luna acercándose hacia mí.

¿Quién me ayudo?- pregunte.

Yo lo hice- y vi salir de atrás de una puerta a una joven de cabello azul con un traje idéntico al mío pero de color celeste.

Gracias. Sino lo hubieses hecho, posiblemente hubiese muerto. ¿Quién eres?

Soy Sailor Mercury. Y me alegro de por fin conocerte Sailor Moon.

Me llamo Serena Tsukino. – dije avergonzada.

Muy bien- comento Luna- ahora solo resta conocer al resto y buscar a la Princesa de la Luna.

¿la princesa? ¿Quién es la princesa?- pregunte.

Es nuestra soberana. Nosotros venimos de vidas pasadas, donde teníamos una princesa y un príncipe. Ellos deben re encontrarse , porque solo ellos tienen en su mano la salvación de este planeta.

Y tu eres una elegida Sailor Moon, como nosotras. – dije Mercury entusiasmada.

Asentí confusa. No podía no creer todo aquello ya que podía transformarme, y tenía poderes. Aun así me sentía rara, fuera de lugar.

Nos iremos- informo Luna cuando salimos de aquella. Luna dijo que pronto se recuperarían y por loco que era yo le creí.

Mientras cruzaba la calle, no me había dado cuenta que mi transformación se había extinguido.

Al final, no fue un sueño- susurre mirando mi broche.

Serena, mañana te esperamos en el templo Hikawa a las 3 de la tarde. Allí conocerás al resto.

Asentí y cuando iba a contestar algo, ya no estaban más, ni ella ni mercury.

El templo Hikawa me esperaba.