Cuando, aquella mañana, Bill apareció en el desayuno, todos se dieron cuenta de que algo no iba bien. Pero sólo su hermano Tom sabía qué le pasaba. Acababa de darse cuenta de que su novia no le quería tal y como era. Eso no era algo muy grave, debido a que su popularidad lo dificultaba todo bastante, pero para el menor de los Kaulitz, significaba mucho. Nadie dijo nada, Bill menos, por lo que, a lo largo de la jornada, se fue olvidando.
Aquella tarde, iban en el coche hacia el estudio cuando Bill alzó la cabeza de pronto con una media sonrisa en el rostro. Sacó su teléfono móvil y Tom pudo ver que marcaba el número de David, su productor.
¿David? – Bill empezó a hablar rápidamente – Tengo una idea para una nueva canción, que podría llamarse Automatic – todos le miraron sorprendidos, excepto Tom, que no se podía distraer mucho de la carretera – Sí, creo que la tengo bastante definida, quedaría ponerle la música... No, la letra ya está casi hecha... Pues... no sé... No es muy larga, pero tampoco es corta... Va de... – la voz decayó, por lo que Tom se puso alerta. A su hermano le pasaba algo – Es de... bueno, va de una chica que no sabe amar... Ajá... De acuerdo, no hay problema... Sí, se lo voy comentando a todos... No, ha sido muy repentino, de pronto empecé a hacer versos en mi cabeza y... Ajá... claro, no, eso no va a influir... Es más como una forma de decir, ya no me afecta, es agua pasada. No puedo estar pendiente de la banda y de mi vida personal al mismo tiempo, no vale la pena deprimirse ahora... Sería una tontería... Ajá... No voy a derrumbarme en un momento tan importante.... Claro, nos vemos ahora, David.
Cortó la comunicación y todos le miraron inquisitivos. Bill suspiró. Empezó contando lo de su ex-novia y poco a poco, derivó el tema a la canción. Empezó a cantarla un poco y a todos les pareció estupenda. Al llegar al estudio y presentársela a David, también le gustó. Empezaron a añadir líneas de armonías y pronto la tuvieron completa.
Aquella noche, Bill miró al cielo mientras volvían a casa. Estaba oscuro, claro, pero aquello ya no era deprimente. Descubrió con alegría que la canción la había ayudado a pasar el mal trago y que ya no se sentía tan mal. Sonrió ampliamente por un momento. Había sido muy fácil. Había sido algo... AUTOMÁTICO...
