Hola a todos! ;)

Traigo este Dramione que, aunque no es el primero que escribo, es el que mejor encaminado va!

Desde ya agradezco que hayan entrado aquí y les pido que dejen sus criticas y sugerencias para poder mejorar.

El primer capitulo no revela mucho de la historia pero para mi es muy importante, por que si no fuera por él la historia no existiría.

Disclaimer (o como se escriba): La mayoría de los personajes y los lugares que se utilizaran en este fic pertenecen a mi amada JK Rowling.

Contiene Lemon (espero que al final tenga mucho, por que de esta pareja no se puede esperar otra cosa)

La letra cursiva es de parrafos o lineas que han sido textualemte copiados de los libros de Harry Potter.

Sin mas preambulos...aqui está:

CAPITULO 1: En la batalla

Malfoy agarro al aturdido Goyle y lo arrastró. Crabbe los adelantó a todos, ahora con aspecto aterrorizado. Harry, Ron y Hermione iban a todo correr tras su estela, y el fuego los perseguía. No era un fuego normal.

Crabbe había usado una maldición que Harry no conocía. Cuando giraron en una curva las llamas los persiguieron como si estuvieran vivas, sensibles, Decididas a matarlos….

Había Faltado tan poco….

Corrió. Corrió como nunca, solo quería salvar su vida….

Era inútil, el fuego los alcanzaría… corrió mas fuerte y oyó detrás de el un ruido sordo que lo hizo detenerse muy a su pesar…. Se viró. Goyle estaba en el suelo con un pie atrapado en la pata de una silla que había caído al suelo y con la que seguramente se enredo. Draco se acerco a el y Notó que el muchacho estaba inconsciente y que tenia un pequeño corte en la frente. Sintió un asqueroso impulso de dejarlo allí y seguir corriendo para salvarse… al final no lo hizo, solo lo tomó, tratando de sacarlo de allí. Como le fue posible lo arrastro hasta lo alto de una torre de pupitres que aunque estaban algo chamuscados, pero aun no eran alcanzados por las llamas. Subió a la cima y se quedo allí…desesperado, no tenia ni idea de a donde se había metido Crabbe.

Y entonces les vio. Malfoy con los brazos alrededor del inconsciente Goyle, ambos colocados sobre una frágil torre de carbonizados pupitres, y Harry bajó en picado. Malfoy le vio acercarse y elevo un brazo, pero incluso cuando Harry lo agarró, supo al momento que no servia de nada. Goyle era demasiado pesado y la mano de Malfoy, cubierta de sudor, resbaló al instante de la mano de Harry…

SI MORIMOS POR ELLOS, TE MATARÉ, HARRY!-. rugió la voz de Ron, y, mientras una gran quimera llameante, se lanzaba hacia ellos, él y Hermione arrastraron a Goyle a su Escoba y se elevaron de nuevo en el aire, girando y tambaleándose, mientras Malfoy se encaramaba detrás de Harry.

- La puerta, llega hasta la puerta, la puerta!- Grito Malfoy al oído de Harry.

Pero no lo hizo, el muy idiota.

- ¡Que estas haciendo, que estas haciendo, la puerta está por ese lado!- Gritó Malfoy pero Harry realizo un giro cerrado y se lanzo en picado.

Harry había cambiado su rumbo para buscar la Diadema de Ravenclaw y Malfoy se preguntó como demonios la había visto en medio de todo ese caos…. Momentos después iban directo hacia la puerta y salieron disparados por ella como una bala. Se estrellaron contra la pared que estaba frente a la Puerta Sala de los Menesteres, la cual ya se había sellado. Malfoy Tosía Compulsivamente y no podía levantarse debido al impacto de la caída. Goyle seguía inconsciente.

- C-Crabbe- dijo Malfoy con Voz ahogada tan pronto como pudo hablar.- C-Crabbe…

- Está Muerto- Dijo Ron con severidad.

Después de eso Draco quedo tendido en el suelo y no dijo nada más. Ni siquiera tenía Varita.

Vio Como el trío se alejaba y los dejaba a El y a Goyle allí tirados en el frió suelo de piedra… como pudo se paró y los siguió en silencio dejando a Goyle en donde estaba… no sabia que mas hacer, estaba muy asustado. De Pronto vio que a ellos se unían dos de los Weasley y el Ministro de Magia quien obviamente estaba bajo la maldición Imperious pues llevaba capucha.

*tonto* pensó aunque el estaba en la misma posición…

Y justo en ese momento hubo una gran explosión y todo se volvió confusión…

Fred Weasley estaba muerto y veía a sus hermanos llorar sobre su cadáver, eso lo estremeció mas no lo conmovió…. Ya nada lo conmovía…

El prefecto Weasley se había largado detrás de Rockwood para vengar la muerte de su hermano y el trío corrió otra vez, pues el fragor de la batalla continuaba su apogeo. Los siguió de nuevo, sigilosamente, esquivando hechizos como podía. Los vio esconderse tras un tapiz, el quedo afuera pero a pesar de todo el ruido y el caos podía escuchar lo que ellos decían. Weasley estaba desquiciado y Granger trataba de calmarlo, la chica mostraba una entereza y un valor que a Malfoy le sorprendió… el no lo tenia.

Draco se espanto al escuchar que, según la conversación que sostenía el trío, Potter Podía entrar a la Mente del Señor Tenebroso y más aun cuando lo escucho decir que éste había mandado a su padre a buscar a Snape….Corrió lo más Fuerte que pudo…. Debía saber si su madre también estaba en ese lugar… no podía permitir que nada le pasara… no a ella.

La batalla estaba mas activa que nunca y el esquivaba hechizos y maldiciones que le rozaban la corinilla mientras se abría paso entre la gente. De pronto, una mano lo tomo por el brazo y sintió la punta caliente de una vartita en su cuello.

- Soy Draco Malfoy, soy Draco Malfoy, estoy de su lado-. Dijo al mortifago que le amenazaba.

Solo Sintió cuando el Mortifago caía a sus pies. Potter lo había aturdido, sonrió porque acababa de recuperar el aliento, pero su sonrisa fue borrada cuando recibió un fuerte puñetazo en la boca, aturdido cayo sobre el mortifago que había estado a punto de matarlo y escucho como Ron le decía:

- ¡Esta es la segunda vez que salvamos tu vida esta noche, bastardo hipócrita!

Se alejaron de el. Era cierto, lo habían salvado dos veces. Pero que le reprochaban? Que querían que hiciera? No tenia su varita para defenderse, solo podía recurrir a decirle eso al Mortifago, o no… A quien quería engañar?….era cierto, era un bastardo hipócrita, hasta consigo mismo, y eso lo asqueaba.

Se levanto lentamente y comenzó a caminar como un autómata mientras las lágrimas limpiaban su cara que aun estaba llena de hollín. No sabía a donde iba y no le importaba si en el camino una maldición lo alcanzaba, tal vez eso seria lo mejor. Pero para su mala suerte no fue así, ningún hechizo toco su cuerpo a pesar de que el castillo era todo caos. Llego hasta un aula vacía y se quedo allí sin cerrar la puerta, se recostó sobre una pared y se dejo caer lentamente al piso, allí lloro amargamente, descubriendo por primera vez quien era en realidad. Después de mucho rato, nunca llego a saber exactamente cuanto, se levanto de la misma manera en la que cayó y salio del lugar, sin ningún destino fijo.

Caminaba con cautela, esta vez procurando no recibir ningún hechizo. Ya no quería morir, por un motivo o por otro pero ya no quería. Acababa de notar que aun estaba en el 7mo piso y al doblar la esquina que daba hacia el pasillo de la Sala de los Menesteres se quedo paralizado con la escena que vio ante sus ojos.

Se oyó un estruendo cuando los colmillos de Basilisco cayeron al suelo en cascada de los brazos de Hermione, corriendo hacia Ron, le lanzó los brazos al cuello y le beso de lleno en la boca. Ron arrojo los colmillos y la escoba que estaba sujetando y respondió con tanto entusiasmo que levantó a Hermione del suelo.

Draco sintió algo que no supo definir. Algo lo había terminado de quebrar por dentro. Una solitaria y helada lágrima corrió por su mejilla.

Siete Años después

Caminaba muy a prisa, si llegaba tarde de nuevo su madre lo mataría… ja! Como si fuera posible. Ella lo adoraba. La Calle que daba hacia el Caldero Chorreante estaba abarrotada de Muggles que hacían sus compras navideñas. Entró al pub y sin detenerse saludo al cantinero con una amable sonrisa, mientras le hacia un gesto con la mano. Llego al pequeño patio trasero que daba acceso al Callejón Diagón y golpeo la pared sutilmente con su varita.

El imponente Draco Malfoy, vestido con un elegante traje de lino blanco y zapatos negros, entró a la tienda de Madame Malkin: Túnicas para todas las Ocasiones. El lugar estaba dividido, en apariencia, en dos estancias: en la principal, que daba a las vitrinas y a la puerta de la calle, había una pequeña recepción, en la cual eran recibidos los pedidos de los clientes, la segunda estancia estaba dividida entre una pequeña sala de espera y los vestidores.

Después de que Draco realizara su pedido, fue guiado por Madame Malkin hacia la pequeña sala de espera, la cual contaba con un acogedor juego de recibo de color crema, en cuero corrugado y constaba de dos muebles de una plaza y un sofá grande en el cual cabían con total comodidad tres personas. Ella dejo allí al muchacho y paso a una especie de Tras tienda que servia de almacén y taller, la cual Draco no había notado, pues la puerta se confundía con el decorado de la pared que era de un vivo color Salmón con detalles en verde aceituna.

Tenía al menos cinco minutos ojeando el Diario El Profeta, que tomo de un montón que había en la mesita de centro, estaba con los codos colocados en los posa brazos del mueble y las piernas cruzadas, cuando sintió que alguien salía de los vestidores. Eso no le sorprendió en lo absoluto, por lo que no aparto la vista de su lectura. De pronto escucho una voz, muy familiar, y se le heló la sangre.

- Que te parece este mamá?

- Creo que es el mejor de todos los que te has probado

- Si, creo que este me queda bien.

- Bien dices? Te queda espectacular!

- De acuerdo me lo quedo, si quieres adelántate y págalo mientras me cambio, ya es un poco tarde.

- Después de 16 vestidos como no va a ser tarde?-. Dijo su madre en tono gracioso.

- Mama, es un evento de trabajo, no puedo ir vestida de cualquier manera, no en esta ocasión.

- Esta bien, esta bien, repíteme cual es cual, aun no me acostumbro a este dinero-. Le dijo la señora mientras sacaba tres monedas de la bolsa de la chica y se las mostraba, en la palma de la mano.

- Las grandes de Oro son Galeones, Las de plata son Sickles y las pequeñas de bronce son Knuts, no se cuantas veces te lo he dicho-. Dijo la muchacha resignada.

- Perfecto, ya entendí, te espero afuera entonces.

La señora salió hacia la recepción y la chica se quedo mirando su vestido en el espejo. Era blanco, con los bordes de terciopelo negro, en straple y corset, y en la división de los pechos tenia un pequeño corte en v del cual descendían pequeños botones también de terciopelo negro hasta la altura del vientre, en toda esa área el vestido era arruchado horizontalmente, ceñido hasta la cintura y un poco mas holgado pero recto, hasta un poco mas arriba de la rodilla, le hacían juego unas zapatillas negras sin tacón *esta bien, no es muy sugerente ni atrevido pero es exactamente lo que quiero* pensó Hermione. Entonces reparó en que había un hombre que, sentado detrás de ella, leía el periódico.

- Buenas tardes señor-. Dijo hablándole al reflejo de aquel desconocido-. Feliz Navidad.

A medida que transcurría la conversación Malfoy había dejado la lectura en segundo plano, pero no había cambiado su posición y su periódico seguía cubriéndole el rostro. Sabía que era ella. Cuando la escucho dirigirse directamente hacia el, le pareció demasiado tonto no responder. Bajó el periódico al tiempo que se ponía de pie y quedaba de frente al reflejo de la muchacha.

- Buenas tardes Granger, Feliz Navidad-.

Quedo impactado cuando la vio, no era ni medianamente parecida a la Granger que recordaba, Era mucho más alta que entonces y Más formada, indudablemente, tenia caderas pronunciadas y una pequeña cintura, piernas con músculos definidos pero femeninos y pies delgados, pero era la misma cara. Estaba muy, muy bonita, definitivamente su madre tenia razón, ese vestido le quedaba espectacular y el trato de disimular su sorpresa. Ella se viró violentamente.

- Malfoy! Eh… yo… lo siento, no sabia que eras tú-. Dijo Hermione notablemente ruborizada e incomoda. Jamás se hubiera imaginado conseguir al Hurón en ese momento.

- Como has estado Granger?-. pregunto el chico (con una amabilidad que a Hermione le sorprendió) mientras daba un paso hacia ella y le tendía la mano para estrecharla. La castaña puso cara de extrañeza y bufó.

- En realidad te interesa como he estado?-. pregunto levantando una ceja y con un tono irónico, sin tomar la mano del hombre.

- Pues en realidad es solo por educación, de la cual creo que careces, pues por lo que veo me dejaras la mano extendida-. Le reprocho sin mover la suya ni un centímetro. La chica se la estrechó.

- Disculpa, es que no esperaba eso, no de ti. He estado bien y tu como has estado?-. pregunto para enmendarse.

- En realidad te interesa como he estado?-. pregunto imitando a la muchacha con una sonrisa irónica en el rostro.

- Pues en realidad es solo por educación-. Lo remedó-. Si mal no recuerdo la primera vez que nos vimos en este lugar le dijiste a tu madre "si te preguntas cuál es ese olor, es solo una Sangre-sucia" -. Se soltaron las manos. Hermione lo miraba fríamente. La sonrisa de Draco desapareció.

- Señor Malfoy su vestido está listo-. Dijo Madame Malkim, entrando a la salita de espera.

- Muchas gracias-. Respondió el rubio sin dejar de mirar a Hermione, un poco de rubor cubría sus mejillas.

- Señorita Granger, su madre ya canceló su vestido, excelente elección. Debo decirle que es una de mis mejores creaciones, incluso supera el vestido que escogió el señor Malfoy el día de hoy-. Dijo la señora dirigiéndole a ambos una sonrisa y volvió a la recepción, dejándolos solos de nuevo.

- Granger, con respecto a eso te debo una disculpa. Lamento haberte ofendido tanto, de verdad-. El rubio habló pausadamente, esta vez mirando al suelo. Hermione estaba con la boca entre abierta de la impresión, nunca se hubiese imaginado a Malfoy pidiéndole disculpas….eso era inaudito.

- Malfoy, yo… no se que decirte, en realidad me sorprendes-. Dijo sinceramente.

- Yo se que fui un patán, pero lo siento mucho… de verdad me gustaría que no hubiese rencores-. Dijo tendiéndole la mano una vez más.

Esta vez ella fue quien dio un paso hacia el y tomo la mano que le ofrecía. Después de todo, que caso tenía seguir con rencores después de tantos años, ella ni siquiera se acordaba de su existencia hasta el día de hoy y quizás tampoco lo volvería a ver después, así que, que mas daba.

- Está bien, sin rencores-. El sonrió.

- Gracias-. Dijo y dio media vuelta para salir a la recepción. Cuando ya estaba en la puerta, la voz da la chica lo detuvo.

- Malfoy?-. El se volteo para verla-. La Verdad es que no te imagino con un vestido puesto-. dijo Hermione algo divertida.

- Si, yo tampoco me imagino-. Dijo sonriente y miro su reloj-. Es el regalo de navidad de mi madre, la cual me matara si no llego pronto-. La miro-. Hasta luego, Granger.

- Feliz Navidad, Malfoy.