Sentimientos tras orgullo

Ushijima Wakatoshi x Oikawa Tooru

Hola a todos, aquí de regreso (después de muchos siglos)

Hace un tiempo atrás me encontraba escribiendo un rol universitario en un grupo con muchas personas, y esta pareja se fue dando de forma natural. Me gustó el desarrollo de la historia, pero lamentablemente me quedé sola debido a que mi compañera tuvo que dejar el grupo. La historia quedó inconclusa, pero muchas ideas llegaban a mi cabeza.

Así fue como una buena amiga me dio la idea de adaptarlo y convertirlo en fanfic (gracias Charlie, por autorizarme a usar nuestro rol), buscando plasmar las ideas para completar esta historia… espero no decepcionarte Pequitas.

Y asumo que tengo miedo de publicar esta primera parte y luego verme atada de manos más adelante… Nico-chan, espero no decepcionarte también. No Prometo nada (porque odio las promesas) pero daré lo mejor para terminarla.

Espero que sea de su agrado.

Cualquier comentario y/o crítica será bien recibida. Todo cuenta cuando se trata de crecer como escritor.

Aclaraciones:

Los personajes de Haikyuu! Pertenecen a Furudate Haruichi.

La historia se sitúa en un contexto universitario, donde los protagonistas son Oikawa Tooru y Ushijima Wakatoshi.

Oikawa y Ushijima no se conocen en este universo. Pero si tienen relación con aquellos que fueron sus compañeros de equipo en el manga… otra cosa, aquí no juegan voleibol.

Así como dije antes, los protagonistas son Oikawa y Ushijima, quienes se verán envueltos en situaciones que los llevarán a involucrarse más y más, conociendo sus secretos y enamorándose… el ushioi es un hecho. Aquellas personas que no les guste esta pareja, simplemente ignoren este fic y no lo lean.

Capítulo 1

Era el mediodía de un viernes cualquiera, cuando Oikawa Tooru salía del salón.

Acababa de terminar su clase de química general 2, y mientras salía se despedía con una cálida sonrisa dedicada a las chicas de su salón.

A pesar de llevar una vida relativamente normal como estudiante universitario, el trabajo parcial que tenía como modelo, había atraído más admiradoras de las que hubiera querido imaginar.

Fue a la cafetería y pidió un café pequeño y un muffin de arándanos. Considerando que el lugar estaba lleno, prefirió pedir solo algo para llevar y así no tener que quedarse.

Comía sin prisa, mientras caminaba hacia la biblioteca. Tiró el vaso ya vacío y el envoltorio del muffin, antes de entrar al edificio.

Aún quedaba unas dos horas antes de tener su clase de biología integral; por lo que pedir un libro de química para estudiar, no era una mala idea.

Dejó su mochila en uno de los casilleros que estaban en la entrada de la sala de estudios, y llevó solo un cuaderno, un lápiz de grafito, una goma de borrar, un estuche y una calculadora; la cual dejó sobre un cubículo vacío.

Ya teniendo un puesto ocupado, fue hasta una de las secciones que frecuentaba desde que ingresó a la universidad.

Después de buscar en varios estantes, pudo encontrar uno de los libros que su profesor de química recomendaba para lectura complementaria. Tomó el libro y regresó al cubículo que había ''reservado'' anteriormente.

Dejó el libro sobre la mesa, se quitó el polerón gris pálido que llevaba y lo puso en el respaldo de la silla; quedando con una camiseta polo roja, sus jeans negros y zapatillas converse rojas, a juego con su camiseta.

Tomó el estuche que llevaba y sacó de este un par de anteojos, y se los puso antes de abrir el libro que tenía frente a él.

''Te odio, Chang''

Maldecía al autor de esa biblia de química que acababa de abrir. Y tomando lápiz y papel, se dedicó a resolver ejercicios de redox.

Aunque el contenido no era difícil, según su profesor; de igual forma se le hacía un poco más complicado de lo normal, resolver los ejercicios que estaba revisando en el libro. Falta de práctica, tal vez.

Después de resolver un par de páginas con ejercicios redox, y de nomenclaturas, pensó en detenerse y descansar un momento.

Se quitó los lentes y estiró los brazos, antes de dejarlos caer sobre la mesa. Vio la hora en el reloj de pared y sabiendo que aún tenía tiempo antes de su siguiente clase; recargó la cabeza sobre sus brazos y cerró los ojos para dormitar unos minutos.

Había perdido la noción del tiempo cuando escuchó una voz grave cerca de su oído, extrañamente agradable.

''Hey, no deberías dormir aquí''

-Nh?-

Abrió los ojos con pereza y cubrió su boca para ahogar un bostezo. Frotó sus ojos a medida que levantaba la cabeza, intentando despertar.

-¿Quién…?-

Estaba dispuesto a preguntar por la identidad de quien lo había despertado, pero éste ya se había retirado. Solo pudo verlo a la distancia: un hombre alto, de cabello oscuro, postura firme y fuerte…totalmente imponente.

Suspiró resignado a dar gracias al aire, y miró la hora en su celular.

-¡Mierda!-

Para su mala suerte, se había pasado de la hora y la clase de biología integral había comenzado hace veinte minutos.

Rápidamente devolvió el libro a su librero y tomó sus cosas para ponerlas en su mochila. Corrió hasta el edificio que estaba en frente de la biblioteca, rogando para que la profesora le perdonara el atraso y lo dejara entrar.

Pero no.

-Maldita Yanagi-sensei… no le costaba nada dejarme pasar… ya verá cuando llegue el periodo de evaluaciones al cuerpo docente- ríe internamente, con la clara intención de vengarse de su profesora.

Después de asumir que no podría entrar a la clase, no tenía mucho más que hacer en la universidad. Ya eran pasadas las cinco de la tarde, y se aproximaba la hora de su jornada laboral.

Salió del barrio universitario y fue a la parada de buses más cercana. Minutos después subió al autobús que lo llevaría hasta la agencia para la cual trabajaba.

El camino en si no era tan largo. Solo unos treinta minutos en bus hasta el estudio. Pero ese día se le hizo más corto que de costumbre… el efecto que generaba saber que el fin de semana daba inicio, tal vez.

Al llegar al estudio, saludó con una cálida sonrisa a los miembros de ese equipo de trabajo que lo había acogido como uno más, y le hicieron sentir a gusto en esa ciudad que le resultó desconocida a su llegada.

Se acercó a una de las encargadas del staff y habló con ella para consultar sobre el tema de esa semana; a lo que la mujer le comentó que ese día modelaría ropa interior.

Escuchó y acató cada una de las indicaciones que le dio la encargada. Fue a los vestidores y se vistió con las primeras prendas que le entregaron, y se cubrió con una bata. Luego pasó a maquillaje, antes de pasar a la zona del montaje; donde estaba todo ambientado como una habitación de paredes claras.

Ya estando junto al staff, se quitó la bata para dejarla en una silla y se acercó a la zona donde estaba montada la habitación.

Escuchó las instrucciones del fotógrafo, y se acomodó en primera instancia, a un lado de la ventana, con la vista fija en el exterior, solo luciendo unos boxers negros y una camisa blanca, la cual iba abierta; dejando su pecho semi descubierto.

Soltó un suspiró y se mentalizó para adoptar el papel que le habían dado. Posó como le indicaron y su mirada se mantuvo seria, pero con un aire de sensualidad, que cautivaba a las féminas del grupo de trabajo.

A medida que los flashes se hicieron presentes, y las indicaciones del fotógrafo variaban, fue cambiando de posición; posando con la otra modelo, quien lucía un bello conjunto burdeo de encajes.

Adoptando el papel de "amante", y siguiendo las instrucciones, debía actuar como alguien que intenta seducir a la mujer que desea.

-Eso es, Tooru... ¡Debes hacerle ver todo el deseo que ella despierta en ti!- dice el fotógrafo sin dejar de tomar fotografías.

Fueron a la cama, y se acomodó sobre ella, fingiendo besarla con deseo. Pero ambos, tan inmersos en su papel, desbordaban sensualidad, al punto de hacerles creer a todos, que terminarían haciendo el amor en ese mismo instante

Y para las últimas fotos, aún sobre la cama, debía mirar fijamente a la cámara. Pero antes de eso, sus ojos quedaron fijos en los de un chico que se le hizo extrañamente familiar. Pudo reconocerlo apenas. Sin perder la intensidad de su mirada, le dedicó una sonrisa, en una expresión que mezclaba sensualidad y lujuria... solo un momento... solo un segundo... y sus ojos se desviaron a la cámara, para que le tomaran la foto.

Después de eso, se separó de la chica y, recuperando su expresión habitual, le dedicó una sonrisa.

Agradeció a todos por su buen trabajo y agradeció por las felicitaciones recibidas, antes de ir a vestirse a los camerinos.

Mientras caminaba, repasaba la sesión en su mente. Pero sobre todo la intensidad en esos esos oscuros ojos que parecían absorberlo desde el otro extremo de la sala.

No había duda. Era el chico de la biblioteca que nuevamente se cruzaba en su camino.

Desconocía la razón por la que estaba en el estudio ese día y se preguntaba si volvería a verlo de nuevo, o si llegaría siquiera a tener una conversación normal con él.

Solo el tiempo le daría la respuesta.