Los personajes no me pertenecen a mí, solo la historia. Estará un poco apegada a lo que es el video juego y al manga, claro con unas leves modificaciones.

Pueblo Arcilla

— ¡Hola!, mi nombre es Tōko, literalmente se lee Tooko, pero a muchos se les hace más fácil pronunciar Touko, para el caso no me molesta en lo absoluto, cabe decir que algunos me llaman White, eso se debe a que tengo una agencia de Pokémon actores y bueno es B&W Agency. Vivo en pueblo arcilla, junto a mi madre, su esposo y su hijo que prácticamente es mi hermano, su nombre es Tōya, es el mismo caso que conmigo, se lee Tooya, pero suelen decirle Touya o Black, porque es todo lo contrario a mí y no lo digo por el género, sino porque es muy bobo e impulsivo, pero aun así me cae bien.

— ¡Oye!, si sigues hablando sola la gente creerá que estás loca. — Le llamo un chico de cabello castaño y ojos del mismo color.

—Sí, ese grosero de ahí es Black, tan petulante como siempre. — Dijo la chica mirado al chico que se acercaba a ella.

— ¡Ya te dije que te creerán loca!, bueno tampoco es como que seas muy normal. — Dijo en reclamo y a la vez con burla. —Debemos ir con la profesora Encina.

— ¿Debemos?, pero si eres tú quien será el que reciba su primer Pokémon, yo tengo a Gigi. — Dijo la castaña mientras alzaba en brazos a su pequeña Tepig.

—Toko… — El chico dudo un poco en continuar pero al fin y al cabo, él tenía esa duda y no se quedaría con ella por más tiempo.

— ¿Qué pasa? — la voz de su "hermana" le saco de su mundo.

—Quería saber… ¿por qué estás tan apegada a ese Tepig?

— ¿Eh?

—Ya sé que la pregunta es un poco extraña, pero bueno… como lo digo, sé que los Pokémon son unos grandes compañeros de hecho son muy, muy buenos amigos pero… — Hizo una pauta, no quería decir algo indebido, o que se mal interpretase. —Tú estás muy apegada a ese Tepig y bueno desde niños recuerdo que Gigi y tú han estado juntas, quisiera entender por qué. — Él no era para nada bueno, en cuanto a hacer preguntas discretas y eso no era un secreto para ella, al fin y al cabo ellos habían vivido juntos durante los últimos 9 años.

—Eso… — La chica meditaba su respuesta, sabía que debía tener cuidado con lo que diría, pero mentir tampoco haría feliz a Toya. —Pues creo que es muy claro el porqué, digo hace nueve años llegue a pueblo Arcilla, junto con mi madre, no conocía a nadie y claro antes de venir aquí me regalaron a Gigi, así que ella era la única amiga que tenía y al llegar a un nuevo pueblo es normal que no conozcas a nadie, por eso. — Ella misma se había percatado de lo absurda que era su explicación, por un lado era cierta, ella no conocía a nadie de pueblo Arcilla, todos eran extraños, Gigi fue un regalo de cumpleaños para ser exactos se la obsequiaron cuando cumplió exactamente los 5 años.

Pero ¿qué podía hacer?, ella no sabía si Toya contaba con esa información o no, pero tampoco podía decirlo, estaba en un lio, él no era el tipo de chico que se quedara con una duda por mucho tiempo, podía ser tan terco lo suficiente para que cualquiera soltase la sopa.

— ¡Oigan!, ¿qué hacen ahí parados? —Dios, le estaba teniendo piedad, era eso o la suerte le sonreía, Bel solía ser muy infortuna pero ahora era una salvación que apareciera.

— ¡Oh!, Bel. — El chico sabía que ya no podía continuar con su conversación, pues debía darse prisa e ir con Cheren y Bel a la casa de la profesora Encina, a recibir a sus compañeros, claro que él ya contaba con Mu y Brav, pero necesitaba una pokedex, para emprender su viaje a lo largo y ancho de Teselia y la única que podía darle una era la profesora Encina ya dicho sea de paso que también le daría a elegir entre las 3 estrellas de Teselia.

— ¿Ya estás listo Toya? — Esta vez fue el intelectual el que hizo aparición.

— ¡Claro vamos! — Dijo emocionado.

—Bueno, nos vemos luego. — Se despidió del grupo.

— ¡Espera! — Llamo la rubia. — ¿A dónde vas? — Mostro su curiosidad sin reparo alguno.

—Pues, a casa, debo de revisar mi e-mail y comprobar si se llevara a cabo o no. — Contesto a la rubia, después de todo ella sabía que pasaba.

— ¿Qué se llevara o no a cabo? — Oh, quizás no, la castaña sonrió ante el comentario de la rubia.

Y es que diera el agua a donde diera, esa era Bel tan distraída como siempre pero aun así una muy buena amiga, Bel era algo así como el Duvalín, pasara lo que pasara no la cambiaba por nada, era curioso el cómo se conocieron y a su vez, el cómo se hicieron buenas amigas.

—Bel, por favor sé que vas a tú aire pero… — Trato de respirar profundo. — ¿Cómo es posible que se te olvide que White, es dueña de una agencia de Pokémon actores? — Reprocho el pelinegro de gafas, que como siempre era un erudito y a la vez un dolor de cabeza para los demás, vamos el chico tenía sus ratos agradables pero la mayor parte del tiempo era tan… Cheren.

La castaña solo sonrío amablemente y agito su mano en forma de despedida emprendiendo así su caminata hasta casa. Realmente era curioso el cómo les había conocido o mejor dicho, gracias a quien les había conocido, pensar que la pequeña Gigi aparte de ser su mejor amiga seria también quien le ayudase a hablar con otros.

~Flashback~

—White, hoy nos mudaremos. — Era su madre quien le hablaba, una mujer castaña de ojos azules iguales a los de ella.

—Pero… si nos vamos ya no le podré ver. — Dijo la pequeña mostrando tristeza.

—Claro que podrás verle. — Su voz era tan tranquila y a la vez tan triste.

No, soy tonta, sé que no le volveré a ver… sé que ya le olvidaste… todo por él. — Bajo la mirada, después de unos breves segundos la dirigió hacia la puerta y finalizo con un grito. — ¡No quiero!

— ¿Cómo que no quieres? — Pregunto sorprendida ante la reacción de la niña.

— ¡Pues eso que no quiero! — Repitió la chiquilla.

— ¡Touko! — El llamado fue claramente de molestia. — ¡No hay nada más que decir las maletas ya están hechas! — Hablo firme.

La pequeña sabía que no había posibilidad alguna de cambiar la situación, pero eso no evito que sus lágrimas saliesen y con ello arrancar carrera hacia la que ahora dejaría de ser su habitación.

Al entrar a la habitación se hecho a la cama a continuar con su llanto, no paso mucho tiempo para que sintiese unos pasitos acercase y luego una pequeña nariz que insista en que ella mostrase la cara.

Era Gigi su pequeña tepig, misma que recibió algunos meses atrás, de él, y ahora era todo lo que le quedaba, su pequeña y flameante amiga, que trataba de hacerla sonreír con sus pequeñas acrobacias, torpes, pero con el inocente y puro deseo de animarla.

Ella agradecía eso, era raro pero Touko nunca fue muy sociable, era la típica niña que solo veía a los demás pero nadie más la veía, claro que eso cambio un mes atrás cuando con su tepig paseaba por el parque y comenzaron a imitar la coreografía que habían visto en la TV el día anterior, eso llamo la atención de muchas personas todas apoyándole con aplausos y sonrisas, después en la tarde aquel musical en el que un pequeño gotitha, subió al escenario y comenzó a bailar, eso le dio la idea de una agencia de Pokémon actores, pero aun no podía lograrlo, vamos que aún era pequeña para ello, pero eso no le privo de comenzar a estudiar e investigar todo lo relacionado con la administración y todo lo que una agencia requería.

—Gigi, te vas a lastimar. — Dijo la pequeña agarrando a la tepig y acercándola a su cara. — ¡Muchas gracias por estar conmigo! — Finalizo dándole un tierno y cálido abrazo a Gigi.

No tardó mucho en sonar la puerta abrirse, pero a diferencia de otras veces que corría a ver de quien se trataba, lo dejo pasar, al final y al cabo ya sabía quiénes eran.

— ¡Touko!, ya debemos irnos. — Aviso su madre.

—Nunca lo aceptare. — Dijo en voz baja, casi un susurro.

Bajo las escaleras con Gigi en brazos y miro a los dos responsables o mejor dicho al responsable y a la otra víctima de la situación, ante ella un hombre de aproximadamente la misma edad que su madre, si no es que era mayor que ella, a su lado un niño de su misma edad, su nombre Touya que compartía rasgos físicos con su padre, ambos castaños tanto de cabello como de ojos.

El chiquillo tenía la misma mirada que la de ella, esa clara mirada qué decía:

"Me niego a aceptarlo"

— ¡Hola, White! — Saludo el hombre con una sonrisa.

— ¡No me llames así!

¡No tienes ningún derecho de llamarme así!

No te lo permito. — Sabía que no podía contestarle mal al futuro esposo de su madre, por mucho que deseara hacerlo no podía. — ¡Hola! — Contestó tratando de sonar lo más alegre posible, tarea que le era difícil.

—Touya, no seas grosero y saluda. — Le dijo su padre.

— ¡Hola!, Touko. — Igual o más falsa la sonrisa, pero no podía hacer nada más.

Ella era a la única que le faltaba por saludar.

— ¡Hola! — Repitió la niña.

El ambiente se sentía tenso, por mucho que el par de renacuajos sonriese, no se podía persuadir lo incomodo del momento. — ¡Bien!, ya todas las maletas están en el auto así que suban por favor. — Quizás, con un poquito de suerte, el viaje lograba calmar a los tigrecillos castaños.

¡Adiós vida! ¡Hola falsedad, máscaras y desdicha! — La pequeña dio una mirada atrás mientras salían de la cuidad de Engobe, para dirigirse a su "nueva" casa.

El camino fue largo y no solo eso también fue mareante, pues después de 3 horas en carretera abordaron un barco, ella no estaba acostumbrada a ellos y bueno se enfermó, su consuelo fue que también a Touya le fue mal, tal vez ese era el verdadero motivo de su claramente enfado hacia su padre.

Digo, eso de hacerle pasar mareos solo por ir por quienes "se entrometerían" en sus vidas, era como para refrescársela.

Después de otro largo camino llegaron a pueblo arcilla, lugar en el cual ella o mejor dicho ellas eran unas completas desconocidas.

En dicho pueblo habían unas corrientes de aire tremendas, bueno no tan tremendas pero si lo suficiente para alzarle la falda, motivo por el cual se molestó aún más, odiaba los pantalones, no le parecían femeninos en lo absoluto y bueno eso de usar faldas largas y rectas tampoco le agradaba, ella era más de faldas y vestidos con vuelo, según ella eso era femenino, pero por el clima de ese pueblo tenía que despedirse de esos gustos.

— ¡Touya! — Se escuchó un gritillo femenino, era una chica rubia de ojos verdes, llevaba un pantalón blanco una blusa del mismo color y sobre ella un chaleco naranja, también llevaba una gorra verde.

— ¡Oh, Bel! — Llamo el pequeño que bajaba del auto con una cara de total asco, vamos que el chico aún no se reponía del mareo. — ¿Dónde está Cheren? — Cuestiono tratando de evitar la pregunta que era obvia por parte de la rubia.

— ¡Ah!, Cheren está en mi casa, de hecho vengo a pedirle permiso a tú papá para que te deje ir a casa y juguemos. —Dijo con la sonrisa tan característica de ella. Era obvio que la chiquilla no se había percatado de la presencia de Touko y por un lado lo agradecía la castaña, no quería entrar en contacto con nada ni nadie de ese pueblo.

No la mal interpreten no es como que odiara el lugar, simplemente no estaba de ánimo, no en esos momentos.

—Esto… Bel. — No sabía que decirle, por un lado la idea de ir a jugar era genial, pero por otro, debía estar conviviendo o de hecho tratar de convivir con su… ¿madre?, y su ahora… ¿hermana?, no sabía si debía verlas así o qué onda, para el caso estaban hechos un lío sus pensamientos.

— ¡Vayan! — Dijo el padre de Touya, haciendo referencia a que llevase a Touko con ellos, eso le daría una oportunidad de conocer a los críos, ¿cierto?

Lamentablemente no funciono Touko solo estaba centrada en el Tepig que estaba acurrucado en sus brazos durmiendo plácidamente.

—White, ¿no vas a ir? — Pregunto su madre viendo la actitud tan distante de la pequeña.

—Tengo sueño. — Respondió bostezando, después de todo aún era una cría y aunque no lo pareciera una mudanza era algo agotador y más cuando antes de ella había llorado a mares.

— ¿Eh? — La rubia había escuchado al padre de Touya decir "¡Vayan!", pero no había entendido bien porque el uso plural de la palabra hasta que escucho a Touko, vio detalladamente a aquella niña de cabellos largos castaños atados en una coleta alta, usaba un vestido blanco muy lindo al parecer de ella, en sus brazos un Tepig que estaba claramente en el quinto sueño.

— ¡Vamos Bel! — Dijo el chico tomando de la mano a la rubia y apartándola de los demás.

—Espera, Touya, la niña. — Dijo tratando de reprender al castaño por la actitud que tomaba.

—Mi padre me ha dicho que cuando una mujer no está de ánimo es mejor dejarle un rato, si después de un rato esta igual entonces es recomendable hacer el tonto. — Dijo el chico seguro de sus palabras, a Bel no le quedo de otra, a diferencia de ella la castaña no parecía ser de las que se alegrasen con facilidad, por ello opto por marcharse hacia su casa junto con Touya.

Mientras tanto la castaña entraba a la pequeña, bueno no tan pequeña casa junto a su mami y el novio de esta.

—De verdad que es una casa muy bonita. — Dijo la madre de ella viendo lo que era el pequeño recibidor que rápidamente conectaba con la sala.

—Ven, White, te mostrare tú habitación. — Le hablo el hombre tomando las maletas de la pequeña y subiendo las escaleras.

La pequeña solo asintió con la cabeza, ya que más daba estaba ahí ya no había marcha atrás y lo peor es que sabía que esto no era algo que ella pudiese deshacer, ya lo habían decidido ya en un par de meses es seria legítimamente el esposito de su madre, no le quedaba otra, por un lado entendía que su madre tenía derecho a rehacer su vida, pero parecía ser muy pronto para ello, en fin, que no había nada más que hacer o decir simple y sencillamente tendría que tratar de adaptarse y que mejor que seguir con su sueño de la agencia de Pokémon actores, al fin y al cabo eso consumiría su tiempo y pasaría todo, seguro que para cuando se percatara de las cosas ya sería mayor e inclusive estaría de viaje con motivos de la agencia.

—Aquí es. — La voz de aquel hombre la saco de sus pensamientos, vio atentamente la habitación, a comparación de su antigua habitación en esta era un poco más grande.

—Gracias. — Dijo la chiquilla, haciendo referencia al hecho de haberla llevado hasta su habitación.

—No hay de qué. — Le dijo con una sonrisa. —Touko… — La llamo el hombre, le extraño que le llamara Touko y no White, bueno es que desde que le conocía nunca le había llamado por su nombre el hecho de que lo hiciera ahora le había extrañado. —Sé que solo las personas más allegadas a ti son quienes te llaman White… creí que sería una buena manera de acercarme a ti, llamándote de esa manera, pero veo que eso ha sido un error fatal de mi parte. — Hizo una pausa viendo que la chiquilla estaba anonadada por lo que estaba escuchando, decidió seguir hablando. —Touko, sé que esto es difícil para ti, aunque no lo creas también lo es para Touya, claro que es un poco egoísta por nuestra parte haber tomado esta decisión sin haber hablado con ustedes, esto es un gran cambio, créeme que lo sé y también quiero que sepas que no tengo la intención de tomar el lugar de tú padre, tu padre es tu padre y yo soy yo, lo único que pido es que me des una oportunidad de ser tu… — Pauso su frase y eso a ella le genero un pequeño infarto, exactamente ¿qué le diría ese hombre? —Amigo. — Termino con una cálida sonrisa, ella estaba acostumbrada a las sonrisas de él pero nunca le habían provocado reflexionar sobre su actitud, tal vez el clima de Pueblo Arcilla le estaba afectando.

El hombre salió de la habitación dejando a la chiquilla metida en una pequeña reflexión, tal vez quien estaba siendo egoísta no fuesen ellos, sino ella por no querer aceptar que su madre había encontrado la felicidad a lado de un hombre que le quería y que le acepto junto con ella e inclusive les llevo a su hogar, aun sabiendo que su hijo estaba en las mismas que ella.

Era irónico, hace unos instantes estaba completamente segura que no aceptaría eso, que solo lo ignoraría y que se las ingeniaría para seguir con su vida o al menos lo que aun podía rescatar de ella. Y ahora estaba pensando en lo egoísta que estaba siendo.

Bueno tampoco era que fuese una cría muy madura, pues como ya dije ella seguía siendo una niña era lógico que tuviese esos cambios de idea.

~En casa de Bel~

— ¿Quiénes eran las personas que venían con ustedes Touya? — Era Cheren quien preguntaba.

— ¿De qué hablas? — Touya tenía una increíble capacidad para que se le olvidaran las cosas, igual y por esa misma habilidad se le había pasado que su padre traería a su pareja y su ahora hermana a casa. Entonces con quien debía molestarse no era con su padre, sino con él por ser tan bruto y olvidarlo, pero mismo caso que con Touko, era un crío, el sentido de la responsabilidad no es algo muy presente en los chiquillos y menos cuando de cambiar la vida se trata.

—Se refiere a la mujer y a la niña que venían con ustedes. — Dijo la rubia viendo al castaño con una expresión divertida, vamos que según ellos ella era la distraída, por lo que ver a Touya ser distraído le causaba gracia.

— ¿Una mujer y una niña? — Repitió en tono cuestiónate el de lentes.

— ¡Si~! — Respondió la rubia de forma cantarina. — ¿Es que no les viste? — Cuestiono sorprendida, pues Cheren era muy observador o al menos eso presumía él. —Yo no me había dado cuenta de la niña hasta que ella hablo. —Confeso la pequeña recordando su poca atención a la situación momentos antes.

—Típico de ti Bel. — Dijo el de lentes tomando su típica pose de "superioridad intelectual". —Pero como sea, ¿quiénes son?.

—Son Megumi y su hija Touko. — Contesto el chiquillo recordando que la segunda estaba igual o más desanimada que él, por un lado Touya si estaba feliz de ver a su padre encantado de la vida, después de todo ambos habían sufrido con la muerte de Akari la madre de Touya, por lo que ver a su padre renovado le agradaba, claro que tenía miedo, miedo a que su padre olvidase a su madre y a la vez que el mismo lo hiciera. Pero si tenía que compararse con Touko diría que ella estaba devastada por el hecho de que sus padres se fuesen a casar.

— ¡Ya! — Hablo el pelinegro sacando al castaño de sus pensamientos. — ¿Y por qué no vino la niña?, seguro tiene la misma edad que nosotros. — Dijo tratando de obtener una respuesta satisfactoria.

—No lo sé, dijo que tenía sueño. — Dijo el castaño sin mucho ánimo.

—Y tiene un Tepig muy mono. — Recalco la rubia recordando al Tepig que llevaba la castaña.

— ¿Enserio?, eso es sorprendente. — Cheren no se molestó en hacer notar su asombro, ante lo dicho por la rubia.

— ¡Ha! Eso no es nada yo tengo un Munna y un Ruflet. — Dijo el castaño.

—Sí, pero recuerda a las tres estrellas de Teselia Tepig el Pokémon tipo fuego, luego tenemos a Oshwatt el Pokémon tipo agua y por ultimo a Snivy el Pokémon tipo planta, solo cuando se cumple 9 años o más uno se convierte en entrenador Pokémon y recibe uno de ellos, que ella teniendo 5 años tenga un Tepig es algo sensacional. — Explico la rubia dejando a los otros dos anonadados.

Si eso ellos ya lo sabían, pero que bel lo recordase tan detalladamente era como un anuncio de que el apocalipsis se acercaba.

~5 Meses Después~

Ya habían pasado 5 meses demasiado rápido para el gusto de todos, pero bueno ya eran 3 meses desde que sus padres estaban juntos por todas las de la ley y también ya eran 3 meses de ser hermanos, claro que aun así entre ellos dos aún no había mucha comunicación Touya seguía con sus ideas de ganar el campeonato de Teselia y ser un gran maestro Pokémon, mientras que Touko seguía tratando de expandir sus agencia vamos que expandir era un decir aún no se le ocurría nombre alguno, pero no se detenía por ello.

Mientras trataba de darle un nombre a su agencia estaba ensayando con Gigi, ya también otra chica del pueblo le había pedido que le ayudase con su patrat y bueno estaban en ello, a pesar de hablar con esa chica no se podía decir que ya eran amigas ya que solo era cuestión de "negocios".

— ¡Gigi! — Llamo a su Tepig, misma que llevaba buscando desde hace ya un buen rato, pero no había pista de donde pudiese estar.

— ¿Qué pasa Touko? — Le pregunto su padrastro, bueno ella no le llamaba así, se escuchaba muy cruel y prácticamente la palabra padrastro era como señalar aun mal hombre y él era todo lo contrario.

—No encuentro a Gigi. — Le respondió dejando ver su preocupación.

El hombre se puso pensativo, por unos segundos. —No le he visto, tal vez salió con Touya. — Sugirió el hombre.

—Tal vez, será mejor que le pregunte. — Finalizo saliendo de la casa.

~En otro lado~

Unos horrendos gritos venían de lo que era la maleza que estaba en la ruta para salir de pueblo arcilla.

— ¿Qué pasa? — Se pregunto al escuchar aquel escándalo.

No lo dudo para ir a ver de qué o quién se trataba, estaba a punto de acercarse a la ruta cuando…

— ¡Gigi! — Su expresión fue total felicidad al ver a su Tepig correr… ¿correr?, ¿por qué estaba corriendo?

— ¡Aparta! — Se escuchó otro grito, alzo la mirada solo para toparse con Touya quién corría como si su vida dependiera de ello.

— ¿Qué? — No entendía nada.

— ¡Corre! ¡corre! — Ahora era la rubia quien tenía lágrimas en los ojos.

En ese momento Touko reconoció que era la chica de hace meses, la misma que siempre le sonreía y ella bueno por cortesía también le regresaba la sonrisa, pero ahora que la veía detenidamente, estaba lastimada y no solo ella también Touya.

Para cuando reaccionó estaba siendo jalada de la mano por Touya.

— ¿Estas sorda? — Replico el chico después de que habían logrado alejarse de quien sabe qué cosa.

— ¿Qué ha pasado? — Cuestiono la castaña mientras veía a Gigi temblar del miedo y claro a Bel llorando.

—Déjame ver. — Dijo sacando de su bolsa un poco de algodón y también Insodine —mujer precavida vale por dos—

— ¡No, me va a doler! — Chillo la rubia.

—No lo hará lo prometo. — Dijo apartando la mano de la rubia de su rodilla.

Por su parte la Tepig hacia todo lo que podía para que Bel dejase de llorar.

— ¡A ver! — Comenzó la castaña a limpiar la herida de la rubia, claro que no dolía, bueno no tanto como la rubia creyó, por su parte Gigi, estaba haciendo maromas y quien sabe que más para llamar la atención de la rubia, lográndolo exitosamente.

—Bien, ahora díganme, ¿qué fue lo de hace un instante? — Ahora estaba enojada, cosa que saco de lugar a Touya, ¿1ué diablos pasaba con esa chica?

—Bueno, íbamos caminando por el bosque… Virp, virip, virip, ¿cuándo de repente?...

— ¡Touya!, no soy tonta no estaban ni siquiera cerca de Pueblo Terracota, menos estarían cerca del bosque. — Quizás no era el intento de mentira lo que le había hecho cabrear, sino el que estuviese haciendo referencia a Zaboo Mafoo, tomando en cuenta que estaban heridos. — ¿Por qué estaban corriendo de esa manera? — La castaña respiro hondo para tratar de calmarse un poco.- Además, tú gran relato es una fracción de los relatos de Zaboo Mafoo. — No iba a mencionarlo, pero bueno, que al final no pudo evitarlo.

—Bueno… — Esta vez fue la rubia quien hablo. — Ciertamente, sacamos a los Pokémon de mi padre para jugar con ellos y…

— ¿Y?

—Bueno corrieron hacia la ruta 1 y les perdimos de vista tratamos de entrar en la maleza para buscarlos y aparecieron unos patrat y comenzaron a corretearnos y atacarnos. — Miro a Gigi.

— ¿Y qué hacía Gigi con ustedes? — Cuestiono al ver la acción de la rubia.

~Fin del Flashback~

— ¡White!, tienes una llamada. — La voz de su madre le saco de sus pensamientos.

— ¡Voy! — Contesto saliendo de su habitación.

La castaña bajo las escaleras y se encontró con su madre misma que tenía el teléfono a la mano, lo tomo y comenzó una intensa platica vallan ustedes a saber con quién pero era un hecho se trataba de un negocio eso era un verdadero hecho.

~Con Touya y compañía~

— ¡Bien, hoy es el día, seré un entrenador Pokémon, con todas las de la ley! — Decía el castaño mientras iba en camino con sus amigos para recibir a sus Pokémon.

—Estoy un poco nerviosa. — Confeso Bel.

—Eso es porque no estudiaste como era debido. — Fanfarroneo Cheren.

—Bueno hemos llegado. — Dijo el castaño tocando la puerta de lo que era el laboratorio de la profesora Encina. Sin recibir respuesta alguna.

— ¿Qué raro? — Dijeron sus amigos.

— ¡Miren!, hay una nota. — Dijo el pelinegro sacando el papel que ya hacia atorado en la puerta.

La nota decía lo siguiente:

"Jóvenes de Pueblo Arcilla, por razones de investigación no puedo hacerles entrega de sus compañeros Pokémon, por lo que me tómela libertad de enviarlos a la casa de Touya, ustedes decidirán quién será su compañero Pokémon, por favor no peleen.

Atte: Profra. Encina"

— ¡Que plasta! — Mascullo el castaño. — Venimos hasta aquí en vano. — Dijo rascándose la cabeza.

—Bueno, pues ahora vamos a tú casa, por ellos. — Dijo el pelinegro, los otros dos asintieron y dieron marcha a la casa de Touya.

Al llegar se percataron de que no había nadie en casa, en la mesa del recibidor habían dos notas y una caja.

— ¿Y esto? — Tomo el castaño una de las notas, que decía lo siguiente.

"Saldré por el mandado, ha llegado un paquete para ti y tus amigos, Touya deberías pensar seriamente en ahorrar dinero y comprarte un móvil.

No vayan a lastimarse jugando con los Pokémon.

Atte: Megumi"

Al terminar de leer dicha nota, vio que sus amigos estaban atacados de la risa, ellos sabían que Touya no era de los que ahorraran, pero nunca habían visto o leído que alguien más se lo dijese, hasta donde ellos recordaban ni su padre se lo decía, era irónico pero aquello no le molesto al castaño, después de todo ya le había agarrado cariño a la mujer, claro que aún no le llamaba madre pero al menos ya no era tan distante como al principio.

Rápidamente tomo la segunda nota y la leyó.

"¡Se ha presentado la gran oportunidad en Pueblo Terracota!

Por cierto mucha suerte para todos en su viaje.

Atte: Touko"

Bueno, después de todo, nuestros héroes ya comenzarían la aventura pero algo se aproximaba.

—Bien es hora de escoger a nuestros Pokémon. — Dijo Bel.

Los otros dos asintieron sacando de las pokeballs a las criaturitas que aguardaban en su interior, rápidamente quedaron maravillados al poder verles de cerca no era lo mismo ver fotos y videos que tenerlos de frente.

Frente a ellos los tres iniciales de Teselia, ahora sería bueno saber quién se quedaría con cual, pero antes de que pudiesen decidir el tepig se puso nervioso al ver aparecer a un Mu y Brav, los Pokémon de Touya, por lo cual utilizo brazas, tomando a todos por sorpresa, por muy extraño y estúpido que fuese, dejaron la puerta abierta por lo que el Tepig salió corriendo de la casa, los chicos tardaron un rato en reaccionar.

— ¡Hay, no puede ser!, también daño las pokédex. — Dijo la güera mientras veía los aparatos inservibles. — Pobrecitos, dijo tomando en sus brazos al pequeño oshwatt que estaba inconsciente en el piso.

—De verdad que esto es malo, le curare. — El pelinegro tomo al snivy que parecía que su alma dejaba su cuerpo, como el chico estaba investigando todo sobre Pokémon, le curo sin problema alguno, mientras tanto Touya seguía estático. —Bel permíteme curar a oshwatt. — La rubia le dejo acercarse al Pokémon y el pelinegro le curo claro que ahora también tenía que curar a Mu, Brav por su parte era muy resistente.

— ¡Ya lo decidí! — Grito el castaño. —Ese Tepig será mi compañero. — Los otros dos cayeron al estilo animé, ¿cómo diablos podía estar emocionado si dicho Pokémon se había escapado? — ¡Ah!, no, no te iras pequeño, ¡Vamos Brav! — Dijo el chico saliendo de la casa junto con su alado amigo.

—Oye… Bel.

— ¿Qué pasa?

—No has pensado que Touya, está un poco mal de la cabeza?

—-Sí, pero en fin él siempre ha sido así. — Dijo con una sonrisa.

—Cierto, pero ahora que haremos sin las pokédex. — Pensó el chico en alguna manera de repararlas, pero vemos que él no era científico, investigador ni nada por el estilo.

—Podemos ir a pueblo terracota, ahí podrían decirnos algo, además puede que encontremos a Touko y ella tiene contactos podría ayudarnos a comunicarnos con la profesora encina. — Propuso la rubia.

—Cierto, vamos a buscar a Black. — Dijo convencido, poniéndose de pie, ambos llamaron a sus Pokémon para que estos volviesen a las pokeballs.

Y partieron de la casa cerrándola obviamente.

Vale!

Que estaba tranquilamente escribiendo mi fic Dark Lady, y de la nada paso por mi mente el juego de pokemon blanco y negro.

Bueno no sé si ya hay fics de esto pero nah, mi gusto fue hacerlo, como ya dije tendrá algunas variaciones, claro que la prota de lleno será Touko :3

Espero que les viera gustado!

Dejen sus comentarios please :D