La Fuerza de Anna.
Cap 1.
El Automovil rojo.
Llevo veinte minutos de caminata sobre el pavimento mojado cuando un modern automovil rojo se detiene junto a mi.
-¡Hey, amigo!- el conductor abre la ventana electrica-. ¿Sabes donde se encuentra la Escuela Tegnologica?
-Claro –contesto-, de alla vengo. Regrese por esa calle y despues…
-No, no –me interrumpe-. Necesito que me lleves personalmente. Como un favor especial.
Titubeo un poco, aunque se lo que dedo contester.
-Disculpeme, pero lo mas que puedo hacer es indicarle donde esta.
La ventanilla de atras se abre y aparece el rostro de un compañero de mi salon.
-¡Raton de biblioteca! No tengas miedo, sube al coche… El señor es profesor de biologia y vende algunos productos para jovenes. Quiere que lo llevemos a la escuela. Animate. Acompañame.
-¿Que productos?
-Sube, no seas cobarde. Ya te explicara el…
-Pe… pero tengo algo de prisa. ¿De que se trata exactamente?
-Es largo de contar –interviene el hombre-; te interesara. Ademas, al terminar la demostracion te dare algo de dinero.
Por la promesa economica, pero sobretodo por la evidente decencia del professor de biologia, la belleza del automovil y la mirada confiada de mi compañero de escuela, accedo a subir. Es impensable que un hombre pulcramente vestido y de tan fina exprecion pueda tener malas intenciones
Desgraciadamente cuando me percato de mi error de apreciacion ya es demaciado tarde.
Un viento helado silva en la ranura de la ventanilla hacienda revolotiar mi ropa. Presiono el boton electrico del vidrio pero este no se mueve. El hombre ha activado el seguro bloqueando las ventanas.
-¿Como vas en la escuela?
-Pues bien…muy bien.
-No me digas que te gusta estudiar.
Le miro a la cara. Conduce demaciado rapido, como si conociese perfectamente la colonia.
-Si me gusta. ¿por que lo pregunta?
-Eres hombre… supongo. Aunque te guste estudiar, piensa. Seguramente no te gusta tanto y el trabajo que te voy a proponer sera mucho mas satasfactorio. Algo que le agradaria a cualqueier hombre.
-¿El trabajo? ¿Cual trabajo? ¿No es usted professor? ¿No vende productos? Mire… la escuela es por alli.
-Ah si, si, lo havia olvidado, pero no te preocupes, conozco el camino.
Percido un sudor frio. "¡Estupido!", me repito una y otra vez. He sido engañado facilmente. Me doy la vuelta en el asiento para ver a Horo-Horo, pero este parese encontrarse en otro mundo. Hojea lentamente unas revistas con la boca abierta.
-No te asustes, quiero ser tu amigo –el hombre sonrie y me mira rapidamente; de lejos, el saco y la corbata le ayudan a aparentar seriedad, pero de cerca hay definitivamente algo anormal y desagradable en su persona; es ligeramente bizco, tiene el cabello lacio y grasoso-. Confia en mi, ne te obligare a hacer algo que te desagrade.
-Regreseme donde me recogio.
-Claro. Si no eres lo suficientemente maduro para el trabajo te regresare, pero no creo que haya ningun problema; supongo que te gustan las mujeres, ¿o no?
El hombre acelera; parece no importarle conducer como un demonio en plena zona habitacional. Estoy paralizado. Si sufrimos un accidente tal vez pueda huir, pero si no… ¿adonde vamos con tanta prisa?
-¿Alguna vez has visto desnuda a una muchacha? No creo, ¿verdad? Y nunca has acariciado un cuerpo, ni lo has besado, ni lo has… -el hombre suelta una carcajada, hace un gesto obsceno y agrega-: Horo-Horo, pasame una revista para que la vea tu amigo.
Mi compañero escolar obedece de inmediato.
-Deleitate un poco con ella. Es una ocupacion muy, muy agradable… -la portada lo dice todo-. Vamos. Hojeala. No te va a pasar nada por mirarla.
Abro la publicacion con mano temblorosa. He visto en otras ocasiones algunos desnudos, incluso revistas para "adultos" que mis compañeros escondian como grandes tesoros, pero jamas algo como esto… el sentimiento del hombre, degradado asta el extreme, extiende sus limites entre mis manos. Me siento confundido. Toco las fotografias con las yemas de mid dedos; son autenticas; estas personas realmente fueron captadas por la camara hacienda eso… Lo que estoy mirando va mas alla de la exhivicion de desnudos. Llega a la mas grotesca perversidad.
-¿Ya se te puso duro? –pregunta el sujeto disminullendo la velocidad.
Separa la mano del volante y la lleva hasta mi entrepierna. Estoy paralizado, sin alcanzar a comprender lo que intent hacer. Con un aguil movimiento introduce su mano en el pantaloon y palpa mis genitals com queriendo corroborar la madurez de su presa. La inspeccion es rapida y siento una gran repulsion. Retira la mano para sentenciar:
-Necesito fotografias de chicos y chicas de tu edad. El acto sexual, como vez, puede hacerse con una o con varias parejas simultaneamente. Es muy divertido. Tambien realizamos filmaciones. ¿Nunca has pensado en ser actor?
El auto deciende por una hermosa unidad habitacinal, rodeada de parques y juegos infantiles. Tardo unos segundos en reconoser el lugar.
-¿Que te parese esa muchacha?
Miro al frente e identifico a una muchacha vestida con el uniforme de la escuela. No tengo tiempo de hablar, el coche llega hasta ella y se detiene a un costado. Una cara conocida se vuelve con alegria. Se trata, ni mas ni menos, de la chica rubia y soñadora que hace un par de meses presento publicamente a la nueva compañera en la ceremonia civica.
"¡Dios mio!", me digo agachando la cabeza, " esto no puede estar pasando". Durante dos meses he vigilado casi a diario a la joven de recien ingreso profundamente conmovido por su estilo y he aqui que, antes de que ella sepa de mi existencia, me encuentro con su major amiga en las peores circunstancias.
-Que tal, linda –dice el tipo llevando ahora su mano derecha a su propia entrepierna para acariciarse por encima del pantaloon mientras habla-. Necesitamos tu ayuda; nos perdimos; no conocemos estos rumbos y queremos encontrar una escuela de jovenes.
-Pues mire, hay una muy cerca.
-No, no. Queremos que nos lleves. Vendemos ciertos productos y posiblemente tu conozcas a alguien que se interese. Si nos acompañaste dare una commision.
"¿Si nos…?" La chica soñadora se percata de que hay dos personas mas en el automovil.
-¿Porque no lo llevan ellos?
Cierro rapido el ejemplar de la revista, sujeto el portafolios fuertemente con la mano izquierda y con la derecha acciono la manija para abrir la portezuela. Se escucha un golpe seco, pero ,a puerta no se abre. El tipo se vuelve con la velocidad de una fiera, me mira y sonrie sardico.
-Tiene seguro para niños… Tranquilizate o te ira mal.
¿Seguro para niños en la puerta delantera? Es mentira. La manija ha sido arreglada para que no pueda accionarse desde el interior. Me siento atrapado. La ventanilla tampoco se abre.
-¿Como te llamas?
-Luna.
-Tu debes de conoser a varias muchachas y ellos no –comenta el tipo jadeando-. ¿Que dices? Si nos deleitas con tu compañia unos minutos te regresare hasta aqui y te dare algo de dinero.
-¿Que productos vende?
El hombre me quita lentamete la revista y se la muestra a la chica, cerciorandose que no hay nadie cerca.
Horo-Horo ha dejado su propio entretenimiento e inclinado hacia adelante sonrie, atento a lo que sucede, pero la verguenza y la sospecha de saberse cerca de su primera experiencia sexual lo hacen esconderse detras de la cabeza del conductor.
Ella se a quedado inmovil con un gesto de asombro sin tomar la revista. El hombre la hojea frente a ella.
-¿Ya te "calentaste" pequeña?
Luna permanence callada; parece muy asustada, pero paradojicamente no déjà de observer las fotografias. El hombre saca una caja de debajo del asiento, vuelve a cerciorarse de que no hay nadie en las proximidades y se la muestra.
-Esto es para cuando estes sola… ¿Lo conocias? Funciona de maravilla. Como el verdadero. Vamos, no te averguences. Tocalo. Siente su textura…
La chica se niega a mirar el pene artificial que le exhiben.
-Ya te sentiras con mas confianza –asegura el hombre al tiempo que continuan sus acaloradas caricias sobre el pantalon-. Tenemos muchas otras cosas cautivantes que te relajaran. Ya lo versa.
En ese instante la joven parese captar el peligro, pero llevada por una idea incomprensible se presta a seguir el juego. El hombre le hace preguntas sobre su constitucion, sus sensaciones, sus problemas, y ella responde con monosilabos y movimientos de cabeza.
-Esta bien –asiente al fin con un viso de sus picacia-, los acompañare a la escuela, pero con la condicion de que me regresen aqui despues.
-¿Vives cerca?
-Si. Por la esquina donde va cruzando aquella muchacha.
-¿Es tu compañera? ¿La conoses? ¡Trae el mismo uniforme que tu!
-Estudia en mi escuela.
-Llamala ¿Crees que querra acompañarnos?
Me quedo literalmente helado. No puede ser verdad. ¿De que se trata? La Hermosa estudiante de recien ingreso…
Recuerdo qeu hace dos meses, cuando la conoci, el cielo amenazaba tormenta; habia centellas y rayos en la ceremonia civica. Luna anuncio por microfono que habia llegado una nueva compañera cuyo padre era diplomatic y acababa de mudarse a nuestra ciudad. Despues comunico que dicha estudiante pasaria al frente a declamar un poema. A muchos el asunto nos teniasin cuidado. Vigilabamos con recelo las traisioneras nubes negras, pero cuando la recien llegada comenzo a hablar nos impacto su presencia. Como estaba en la primera fila, no pude evitar dar un paso para observarla major. Algunos payasos me imitaron en una parodia de querer irse sobre ella. La hermosura de la chica era insolita, pero lo verdaderamente impresionante era su seguridad, su aplomo, la fuerza de character uqe reflejava su voz… en ese momento el fulgor de un nuevo rayo nos ilumino momentaneamente y casi de inmediato se escucho el estridente trueno. Comenzo a lloviznar, pero nadie se movio. Fue un fenomeno interesante. La concurrencia quedo atrapada con la energica dramatizacion.
Durante los siguientes dias no pude detener la avalanche de emociones contradictorias. Me senti enamorado, feliz, temeroso, expectante. La espie. Le escribi poemas. Imagine que cuando ella me conociera, tambien debia impresionarse. Acerte a ese respecto. Me conocera ahora, como ayudante del promoter pornografico a medio camino se seducer a su rubia amiga…
El conductor toca la bocina del automovil y saca el brazo para hacerle señas a la muchacha, invitandola a aproximarse.
-¡Ven! –la llama y luego cementa en voz baja-: Asi se completan las dos parejas.
-Prefiero ir sola –interviene Luna-, no la conozco bien y talvez lo arruine todo.
La miro atonito. Miente… ¡Porsupuesto que la conoce bien! Es su major amiga.
-Como quieras –dice el hombre sospechando que pierde el control-; vamos, sube entonces. No nos tardamos mucho –esconde la revista y sonrie con malicia-. Sube al asiento de atras. Por la otra puerta. Solo se abre desde afuera.
La rubia rodea el auto. El hombre sonrie mirandonos a Horo-Horo y a mi alternativamente en señal de triunfo.
El movimiento de la mano de Luna es lento y nervioso. El pestillo de la cerradura de atras se destraba con un chasquido metalico. Despues abre tambien la portezuela delantera y comienza a dar pasos hacia atras, alejandose del vehiculo.
-¿Que haces? ¿Adonde vas? Me lo prometiste, no tardaremos, vamos, ¡sube ya! Los dos muchachos son buenas personas, versa como no te dolera. Todo te gustara mucho. Vamos ¡sube ya!
Luna echo a corer calle arriba. El hombre, furioso, comienza a tocar el claxon.
-¡Horo-Horo, ve por ella!
El chico obedece y aprovecho para saltar del auto, pero apenas he dado unos pasos reparo en que he dejado mi portafolio. Regreso, me incline para alcanzarlo y el hombre me sujeta la muñeca.
-Vas muy deprisa, cretino; tu vienes con nosotros.
Me sacudo pero es inutil. Llevo la mano libre hasta la de mi opresor y la trato de arrancar de mi antebrazo.
-¡Sueltame…! –murmuro mientras lo empujo. El tipo es mucho mas fuerte de lo que jamas hubiera pensado o yo soy mucho mas debil. Veo su enorme cara palida llena de hoyuelos, su gesto duro y sus repugnantes ojos bizcos que me miran sin mirarme.
-Te voy a enseñar a que no seas un maldito cobarde. Te voy a enseñar.
-¡Suelteme!
-Te voy a enseñar… -y empieza a arrastrarme al interior del auto.
Desesperado forcejeo y casi logro zafarme, pero el hombre me detiene con el otro brazo. Como ultimo recurso le escupo en la cara, entonces me suelta dando un alarido. Empuño mis utiles. Salto hacia afuera y echo a correr, pero el cuerpo no se ha equilibrado con el peso del portafolios y este se me enrreda entre las piernas haciendome trastabillar. Me voy al suelo de frente y meto las manos un instante antes de estrellas la cara contra el pavimento. Mi portafolios rueda pero afortunadamente no se abre. El auto rojo esta a media calle. Veo como Horo-Horo regresa al vehiculo sin haber alcanzado a su presa, me grita algo que no entiendo, vuelve a subirse al asiento trasero, cierra su portezuela mientras el conductor cierra la delantera; veo como se encienden los pequeños focus blancos y escucho al mismo tiempo el ruido que produce el engranaje de la caja de velocidades cuando se intenta enbragar la reversa apresuradamente.
Me pongo de pie. Voy hasta el portafolios, lo levanto con rapidez y vislumbrando la entrada de un extensor campo lleno de arboles, inicio una carrera desesperado por alejarme. El automovil viene en reversa directamente hacia mi. puedo sentirlo, puedo escucharlo. Esta a punto de alcanzarme cuando llego a la banqueta y giro hacia la izquierda sin dejar de corer. Mi mente es un mar de ideas contradictorias, de imagenes exitantes y repugnates a la vez.
Cuando me he alejado lo suficiente y veo que no me siguen, aminoro el paso y me tiro exhauto en el cesped.
