Bueno todavía no tengo que ponerle nombre- pensé una vez que lo vi terminado. Me había llevado exactamente 18 meses ponerle fin a esa tediosa maestría que resultó magnífica como partida de estudio. Era una mezcla de varias ramas de criminología, medicina forense y psicología. Loable, muy loable. Volví a pensar una vez que la revisé por tercera vez. Hablaba de la constitución psicológica del asesino con premeditación, que desenvolvía una estrategia para actuar y cómo descubrir a través de la combinación de las ciencias los misterios más inexplicables.
- Seguramente esto echará una luz en varios casos – Dije en voz alta habiendo notado que se cerraba la puerta tras de mí.
- No lo dudo – Dijo mi maestro de bioquímica aplicada al crimen. – Después de todo yo te ayude a terminarla. Me parece increíble que seas mi alumna y al mismo tiempo la forense más joven del país que tiene dos maestrías.
- Vamos maestro, no se ponga sentimental- lo animé, parándome de mi asiento y dándole una suave palmada en la espalda. – Si, yo soy su obra, y de muchos más. Pensé en mis otros maestros, especialmente en uno. – Por eso, mi tesis de la segunda maestría está dedicada a todos ustedes. Sé que la comunidad científica la recibirá con agrado, después de todo ya no estamos en la época del oscurantismo. Bueno maestro, me retiro. Válgame, si son más de las once.
Apresuradamente, agarre mi abrigo, los guantes y mi boina. Me despedí y salí silbando alegre por el frío de las calles. No, miedo no tengo, ya no. Osada, si tal vez, temeraria, no lo creo. Sigo un ejemplo y sólo uno y no me arrepiento. Él me dice constantemente que el remordimiento me asaltará un día a la vuelta de la esquina… pues bien que se cuide él porque tengo más armas con las cuales me puedo defender. Soy yo, la misma, queridos hermanos, pero mejorada.
- Me ha dicho que esto se está volviendo peligroso, que en cualquier momento puedes saltar al otro lado- Dijo Paloma en el teléfono, su voz sonaba preocupada.
- ¿De la frontera? Jajaja, imposible- Me burlé
- Bien sabes a que me refiero- Nunca antes mi hermana gemela había usado ese tono frío conmigo. Pero es verdad, que con el paso de los últimos tres años, los papeles se habían invertido lentamente. Era hora de poner mis márgenes y no dude en hacerlo.
- Mira querida hermana, tengo plena conciencia sobre lo que hago y lo que no. Veo la línea de eso no hay duda. Mientras decía esto, tomé un cigarrillo y lo encendí, esa era mi cena. Paloma lo notó.
- Hábito horrible. Déjalo. Vuelve. Por favor.
- No, no y no. Gracias. ¿A qué? ¿A languidecer por una pasión en el sillón de la casa? No volveré. Si quieren verme, será mejor que me contacten.
- Pero con todos tus viajes se hace casi imposible. El tío, está tan preocupado que va a ir por ella. No vas a poder usarla. Lo medité un minuto.
- ¿Qué quiere?
- Sabía que cederías con esto. Quiere que vengas en cuanto termines la tesis.
- Mmmmm. Yo no dije que lo haría, además, el me ha citado también y recuerda que es mi maestro.
- Entonces no podrás verlo- Cortó secamente mi hermana. Te recogerá David en dos semanas en el aeropuerto. Tu boleto está comprado, imprímelo. Londres – Washington D.C. llegas a las 6:18 p.m. Te veo entonces.
- Está bien, pero no esperen que me quede más de un día. Y colgamos.
No ya no era la misma de antes y mis relaciones familiares se habían enfriado notablemente. Habiendo encontrado una nueva pasión en la que no cabían la familia ni las emociones, no podía renunciar a ella. El me había enseñado esto, no con palabras sino con hechos. Me había dicho francamente que no le parecía prudente o adecuado los comentarios que hacía al final de los últimos dos casos. Pero es que ya no vale pensar de otra manera. Podría haber ido a Washington en tres días, después de todo, al día siguiente entregaría la tesis y los resultados se publicarían hasta dentro de dos meses, si es que todo iba bien. Pero no, espere justo las dos semanas.
- Ana, linda ¿cómo estás? Me abrazó mi hermano David. Le di una palmada en la espalda.
- Sabes que podría haber llegado yo sola a casa. No traigo más equipaje que el de mano.
- ¿Y perderme el placer de tu compañía? – Preguntó sarcásticamente- Jamás. Además hay dos o tres cosas de las cuales te debo advertir antes de llegar. La ciencia nos unía, y a mi hermana y a mí el arte nos separaba. Era ahora tan odiosamente subjetiva…
- ¿Y de qué me quieres advertir David? – Le pregunté mientras me abrochaba el cinturón de seguridad.
- Hey, hey, ni siquiera he arrancado el coche. Porque no me cuentas primero cómo está todo en Londres y qué pasó con tu tesis.
- Londres, igual, trepidante. Y la tesis: aprobada.
- Veo que ahora no desperdicias palabras. Recuerdo aún a las hermanitas súper platiconas, gritonas y bromistas. Suspiró levemente.
- Eso es el pasado. Crecimos por si no te has dado cuenta.
- Claro que me doy cuenta. Bueno, ¿te puedo contar algo acerca de mi ahora?
- Mejor aún ¿quieres que yo te lo cuente? Y sin esperar respuesta, comencé. Veo que te han ascendido, desde hace un mes aproximadamente, hay una chica del laboratorio a la cual le interesas pero tú finges indiferencia. Compraste un perro y te cambiaste de con Paloma a tu propio departamento. Además te ofrecieron unas horas en la facultad de física. Nada mal David. Felicidades.
- Sé que te lo digo cada vez que haces eso pero ¿cómo lo supiste? Y soltó una carcajada. Yo también reí un poco, aún me divierte confundir a mi hermano mayor.
- Si lo explico pierde su magia. Bueno aquí va: veo que compraste faros nuevos al coche, no es prioridad, por lo que te subieron el sueldo y si te subieron el sueldo quiere decir que eres jefe del departamento de física.
- El más joven de la historia. Dijo orgullosamente. Si, esa es mi familia.
- Bueno, has subido 4 kg desde hace un mes, tu pantalón te queda apretado y es que estás comiendo donas otra vez y sólo las comes cuando te las regalan ¿quién te puede regalar donas todos los días? Alguien que quiere ascender o te quiere conquistar, como tú acabas de ascender, es más probable que sea alguien a quien le gustas. Pero tú no le haces caso, si no, no hubieras subido de peso y descuidado tu imagen física. El coche, querido mío huele a perro y eso aunado a un hueso de plástico que traes en el asiento trasero me indican tu nueva adquisición. Paloma es alérgica a los perros por lo que deduzco que cambiaste tu residencia y más ahora que te han ascendido. Las horas de física pues por el libro que traes sobre pedagogía y tus libretas de cuando estabas en la universidad. Ahora ¿vamos con Paloma o a tu departamento?
- No, vamos a casa del tío Luis. Eso que haces es asombroso, maravilloso. Pero terriblemente lógico. ¿Acaso tu cerebro se comió a tu corazón?
Simplemente no contesté.
