---Compromiso, ¿harías cualquier cosa por no perder tu poder?---

Primer Capítulo: Encuentro y ¿Reencuentro?

El acuerdo decía: En un plazo de 1000 años el último de los Black deberá casarse con la primera mujer de los Regnarg que naciese, sino toda la estirpe perderá su poder.

-¡Que fuerte!-dijo Sirius cuando terminó de leer lo que tendría que hacer cuando cumpliera los 17 años.

-Así es Sirius-dijo su padre-llevamos casi 1000 años esperando que nazca una mujer en la familia de los Regnarg y si nace, tu serás el que se case con ella.

-Pero padre...

-Lo sé, os llevareis 17 años de diferencia, pero, no querrás perder todo tu poder ¿verdad?

-No padre-dijo bajando la voz-no...

-Si no me caso perderé mi magia-pensó Sirius cuando su padre lo dejó solo.

Estuvo toda la tarde pensando en lo que le había dicho su padre hasta que se dio cuenta de que no le había dicho algo.

-¿Cuándo nacerá esa dichosa niña?-dijo en voz alta.

Se dirigió a la biblioteca donde estaba reunido su padre, cuando se detuvo al oír su voz.

-¿CÓMO QUE ES UN NIÑO?-gritó

-Lo siento Black-dijo otra voz-pero ya no podemos hacer nada-y se oyó un "crack" que hizo al desaparecer.

Sirius abrió la puerta.

-¿Padre?-preguntó el tímidamente.

-Lo siento Sirius-dijo su padre-pero ha vuelto ha nacer un niño, no podrás casarte-y su padre salió de la biblioteca

Sirius estuvo pensando hasta que tomó una decisión.

Si en esta generación no nace una niña viajaré en el futuro hasta que la encuentre.

Esperó a que todos en su casa estuvieran dormidos. Se vistió (con ropa muggle y una capa con capucha negra) y bajó hasta el despacho de su padre.

Se acercó a la mesa y con el hechizo "Bombarda" abrió el cajón de donde sacó un giratiempo dorado y negro.

Sirius pensó: Si en mis 17 años no ha nacido la "niña" tendré que ver se dentro de otros 17 años nacerá.

Se puso la cadena del giratiempo alrededor del cuello y giró el pequeño reloj 34 veces.

Empezaron a pasar imágenes rápidamente y Sirius cerró los ojos para no marearse.

Cuando los abrió seguí estando en el despacho solo que este ya no estaba reluciente sino polvoriento.

Se acercó a la puerta sin hacer ruido y la entre abrió, vio que había luz en el pasillo, salió a el sin hacer ruido al cerrar la puerta.

Un pensamiento cruzó su cabeza:

-¿Seguiré viviendo en esta casa con 34 años?

Se dirigía hacia el salón principal cuando escuchó unas voces:

-¡Fred, George, Harry, Ron! ¡Salid de la cocina!- dijo una voz de mujer.

-¿Fred?, ¿George?, ¿Harry?, ¿Ron?, ¿quienes serán estos?

-Yo que tu no me quedaría a averiguarlo-dijo una vocecilla en su cabeza.

Rápidamente entró por una puerta. Cuando se dio cuenta se hallaba en la biblioteca.

Que extraño-pensó-el contrario que el despacho la biblioteca está impecable.

Se giró para ver el resto de la biblioteca cuando chocó con una mesita e hizo caer unos libros.

-¿Quién anda ahí?-preguntó una voz de chica.

Sirius miró hacia las estanterías y vio a una muchacha de pelo rizado que vestía unos vaqueros y una camiseta estampada de manga larga.

La chica estaba subida a una escalera intentando coger un libro.

Al ver a Sirius se asustó (llevaba la capa con capucha negra), un escalón se rompió y ella calló pegando un grito.

Sirius actuó rápido y cogió a la chica antes que cayera al suelo.

Se sorprendió mucho al ver lo hermosa que era. Tenía la piel muy morena, los ojos color miel oscuro y los labios dulces.

La chica también se sorprendió mucho, porque al cogerla la capucha se le bajó y pudo ver a un hermoso muchacho de su misma edad, con el pelo un poco ondulado que le llegaba por media oreja y unos ojos castaños que le resultaban extrañamente familiares.

Se quedaron un rato mirándose a los ojos hasta que la chica habló:

-Ya puedes bajarme-dijo.

Entonces Sirius se dio cuenta de que todavía la tenía en brazos.

La dejo en el suelo delicadamente, entonces inesperadamente ella cogió su varita y le lanzó un hechizo que lo dejó encadenado.

-¿Se puede saber que haces?-preguntó Sirius sorprendido.

-No querrás que te deje suelto-dijo ella simplemente.

-¿Que?-dijo él sin entender.

-Eres un mortifago-dijo ella muy segura.

-¿Pero que dices?-dijo el alarmado-Además, el que tendría que atarte soy yo, estás en mi casa-dijo con tono petulante.

-¿Tu casa?, esta es la casa de mi amigo Harry-dijo y continuó hablando más para si misma-No sé como Voldemort se ha atrevido a enviar un niño aquí pero...

-¡¿Un niño?!-dijo él empezando a enfadarse.

-Si un niño-dijo recalcando la última palabra.

-Si yo soy un niño tú eres una niñata.

-¡¿Niñata?!-se enfureció ella y con un hechizo lo silenció.

En ese momento las puertas de la biblioteca se abrieron y entraron Harry y Ron.

-Hermione, ¿estas bien?-preguntó Ron preocupado-Te oímos gritar...

-Si...-dijo ella-mirad lo que he atrapado.

-¡¿CÓMO QUE ME HAS ATRAPADO?!-intentó decir Sirius pero de su boca no salió ningún sonido.

Lo chicos se sorprendieron al verlo.