La creación del lodo
Por azares de la batalla, Sokka y Toph han caído en algún tipo de trampa antigua donde, si no fuera por Sokka, la claustrofobia y ceguera serían insoportables.
Según ellos nadie tiene la culpa de la caída más que con el que comparten la habitación. Después de reñir un buen rato deciden calmarse y aceptar que insultarse no va a sacarlos de ahí. Comienzan a recordar los buenos momentos que han pasado y cómo cada uno ha ayudado en muchas ocasiones de diferente manera.
Después de un incómodo silencio y de algunas carcajadas Sokka comienza a preguntar algunas cosas sobre los sentimientos de Toph:
-Toph. – Pregunta Sokka con una voz un tanto curiosa.
-¿Si?
-¿Alguna vez te has… tu sabes… enamorado? – Pregunta con voz titubeante.
-Tengo trece años y soy ciega; con suerte los tengo a ustedes como amigos. –Responde muy indiferente.
-¿Y quién te agrada más de nosotros?
-Todos por igual.
-Pero ¿no hay alguien con quien prefieras estar? –Cuestiona insistente - ¿Qué tal Aang?
-Es el Avatar tiene que agradarle a todos, si no fuera así sería muy malo en su trabajo ¿no crees?
-Claro, y… ¿Katara?
-Bueno, es la otra mujer del grupo no me puedo llevar mal con ella, tenemos mas en común de lo que crees. –Dice con una leve carcajada entre dientes. – Ahora déjame preguntarte algo.
-Lo que quieras.
-¿Por qué no vas al grano?
-¿A qué te refieres? –Se levanta algo alterado de su descanso.
-Sokka es obvio que ambos conocemos el punto al que quieres llegar y te diré esto: no me agradas como amigo ¿entiendes lo que digo?
-¡Oye no eres perfecta como crees! Sólo por ser una gra…
-Sokka, Sokka – lo interrumpe bruscamente- tranquilo, me refería a que me gustas. Tu inteligencia y coraje a pesar de tu ausencia de poderes son cosas que no se pueden ignorar. He sentido esto hace mucho tiempo pero no creí que tu aceptaras ese sentimiento de mi parte.
-¡Ja! –Ríe muy entusiasmado- ¿Estás loca? Eres la mejor chica. Siempre las personas que aprecio se alejan de mí, en cambio contigo tengo la oportunidad de estar a tu lado cada que lo desee.
-Bueno estamos los dos aquí, solos ¿no se te ocurre algo que podamos hacer? –Se acerca lenta y seductoramente hasta estar sobre él.
-Supongo que si –En ese momento Sokka se acerca lentamente a los labios de Toph, la llama comienza a apagarse reemplazándola el calor humano que estos dos provocan. El uniforme de Sokka empieza a deslizarse a través de sus hombros mientras que el de Toph está despegado a su cuerpo cada vez más. Ambos han cometido el mismo pecado al mismo tiempo, sin embargo, no les importa. No era nada que no desearan.
Luego de un rato aparece una de luz unos metros arriba de ellos; eran Aang y Katara rescatándolos.
-¿Y qué hicieron ustedes dos?
-Charlábamos –Responde Toph dejando a Sokka con la esperanza de alguna mirada juguetona pero tristemente recordó algo importante: Toph es ciega.
