Los ojos gatunos de Chat Noir estaban sobre Ladybug, quien incómodamente intentaba ignorar mientras vigilaba la ciudad.

—No tienes...—murmuró el gatito.

La chica, arqueó una ceja.

—¿Que no tengo?

Chat Noir tenía una su mano puesta en su barbilla, en una pose pensativa.

—Aunque sí... creo que si—afirmando para sí mismo, ladeando su rostro—Tienes un poco, a la luz del sol es más...

—¿De qué hablas? —el seguía en su mundo— ¡Chat!—gritó.

—¡Ah! ¡My Lady! —articuló como si no la hubiera visto.

—¿De que estas hablando? —preguntó Ladybug ya no aguantando el misterio.

—Yo...—empezó—No sé si deba decirlo—rascándose la parte de atrás de su cabeza, nervioso. Sus mofletes ruborizándose.

—Habla —cruzándose de brazos con una mirada que no admitía pretextos.

—De tu bigote.

Las pupilas de la muchacha se dilataron, enrojeció con furia y su palma cubrió su boca.

—No tengo bigote —hablando detrás de su mano.

Chat Noir hizo un gesto restándole importancia.

—No te avergüences por tener bello facial ¡Todo el mundo lo tiene! Si me miras de cerca puedes...

—¡No tengo! —Objetó aun cubriéndose— ¡Yo no!

—Puede ser que hoy no tengas tanto como antes, pero... yo lo sentí en mi piel.

—¿Que estás diciendo? —Sin sacar su mano de su boca.

—Ese beso fue muy peludo —sus ojos estaban encerrados.

Y Ladybug comprendió.

—¡Agh! ¡Chat! ¿De verdad crees que te bese? —sus dos manos realizaban movimientos furiosos.

Aun recordaba que hace pocos días, Chat Noir le pidió un beso. Y Ladybug al ver un gato rondar por ahí, dijo que se lo iba a dar con la condición que mantenga los ojos cerrados.

Al final el gato se lo había dado y Chat Noir se lo había creído ¡Había sido muy divertido! Pero que ahora salga con esto ¡Su compañero no tenía caso!

—No finjas por la vergüenza. Hasta me lamiste —sonrió traviesamente— ¡No sabía que eras así! —observándola de manera picara.

—Fue un gato—espetó—¡Te beso un gato! —Exclamó y al ver la sonrisa. Añadió: ¡Besaste a un GA—TO!

—Ya te dije, no mientas para disimular que no tienes bigote.

—Te repito Chat, ¡No tengo!

—Hoy no tanto, pero debes admitir que a la luz del sol es más visible —acercándose más hacia ella. Manteniendo su mirada inquisitoria —Si, se puede ver.

Ella, volvió a cubrirse con su palma.

—¡Me voy!

—¡My Lady, no te enojes! —repuso— No me pincho ni nada ¡Fue suavecito!

La heroína gruño, preparando su yo-yo.

—Te amare igual... ¡No me importa tu bigote!

Ladybug fingió no haber escuchado eso (ya que seguía con el tema) mientras se largaba del tonto gato.

—¿¡Bigote!? ¡Su abuela!