Hola a todos. Este es el primer fic que escribo. Me inspiré de un sueño muy loco que tuve xD Dénle una oportunidad, ojalá y se diviertan leyéndolo tanto como yo me divierto al escribirlo.
Aclaraciones: Los personajes de HxH no son de mi propiedad, solo los tomo prestados.
Advertencias: Referencias y posibles spoilers de otros animes (y del mismo HxH sino han terminado de ver la serie). Problemas cotidianos. Lenguaje vulgar. Y MUCHO humor sin sentido.
Inhalo. Exhalo. Repítelo. Más despacio. Intenta controlarte. Siento que el aire se me escapa. Corre; no, no puedo. Mejor camina. Camina, pero no te detengas.
Es increíble cómo la vida puede cambiar en tan solo un instante; basta sólo un segundo para que todo lo que conozcas se desvanezca. ¿Cómo llegué aquí? Intentaba responder a esa interrogante mientras luchaba por seguir caminando a través de la carretera, la única cosa que alcanzaba a visualizar. Tal vez era la sangre escurriendo de mi frente que me impedía ver algo más; o eran las heridas sangrantes de mi cuerpo que me hacían perder el conocimiento poco a poco; pero el dolor de mi cuerpo no me dejaba desvanecerme completamente.
Debería rendirme, después de todo no llegaré a ningún lado; después de todo nadie vendrá a ayudarme; después de todo…es lo que siempre hago.
Ya no puedo más. Me dejo caer en el asfalto mientras cierro mis ojos lentamente. Entonces distingo una luz blanca acercarse…
Y todo se volvió negro…
Suena la alarma de tu despertador. Amas esa canción, pero odias levantarte temprano; ojalá no termines odiándola. Ironías de la vida, te sorprende lo rápido que el amor se convierte en odio, o viceversa. Te estiras perezosamente y te levantas de la cama para comenzar con tu vida aburrida. Comienzas con tu rutina de ejercicio, pero antes vas al baño a hacer tus necesidades, ¿quién no se levanta con ganas de orinar? Pones la música a todo volumen para que tus hermanos se despierten.
—«El karma mocosos, ustedes no me dejan dormir en la noche y yo no los dejo dormir en las mañanas»— piensas mientras ríes malvadamente.
Es lo malo de tener que compartir, prácticamente, habitación con tus hermanos; y más cuando tienes problemas para conciliar el sueño. ¿Por qué tus hermanos tenían que ser tan desconsiderados? Te lo preguntabas cada noche.
Pero volvamos a tu vida rutinaria: Despertar, ir al año, hacer ejercicio (una hora si no tenías demasiada flojera), porque esos kilitos de más no iban a bajar solos, así que lo soportabas; sólo un poco. Después de terminar tu exhaustivo entrenamiento, desayunabas y luego limpiabas tu casa, que la mayor parte del día se te iba en eso. Y si te lo preguntas, sí, tus hermanos nunca ayudaban, simplemente ensuciaban.
Lo bueno de estar de vacaciones es que no tienes que hacer tarea; lo malo, ya no tenías excusas para no hacer tus deberes domésticos.
Estabas en tu segundo semestre en la universidad. Amabas tu carrera. ¿Y quién no? Estudiabas la licenciatura de idiomas, y las clases de japonés eran tus favoritas. Tu sueño era poder ver anime sin subtítulos, naturalmente.
— (T/N), deberías empezar a empacar las cosas que te llevaras para las cabañas— dijo tu mamá al entrar a tu habitación.
—Nah, no voy a ir—contestaste.
—No empieces de nuevo, ya hablamos de esto, no te quedarás sola en la casa.
—Pero ma, ya estoy grande, me puedo cuidar sola—comenzaste a argumentar de nuevo. Odiabas que te trataran como a una niña. Por Dios, casi cumplías los 21—. Además tengo que estudiar.
— ¿Estudiar qué? Si estás de vacaciones. Nomás te quieres quedar a ver tu pornografía china— te respondió desdeñosamente.
— ¿Pornografía china? ¿Yo? Claro que no. Es pornografía ja-po-ne-sa. —Hiciste énfasis en japonesa. — ¡Es broma ma!—dijiste tratando de esquivar a súperchancla.
—Síguele con tus bromitas y la próxima vez no fallo—dijo súpermamá antes de salir de tu cuarto.
—Pues si tú empezaste—murmuraste.
— ¿Qué dijiste gasparín?—te gritó desde la cocina.
—Nada—respondiste cohibida. No te gustaban las bromas hacia tu piel. No era tu culpa que el sol en vez de broncearte te dejara como camarón. Por eso casi no salías afuera.
—Más te vale.
—«Súperoído»—pensaste.
No querías ir a ese tonto viaje a la playa. Y no es que no te gustara la playa, al contrario, amabas el mar. Igualmente amabas a tu familia; pero no te agradaba tu padrastro. Jamás te cayó bien, y eso que ya llevabas AÑOS conviviendo con él. Pero su relación fue de mal en peor, hasta llegar al punto en que ninguno se dirigía la palabra. Además, siempre que tenían sus salidas "familiares" tu mamá y él discutían por cualquier cosa. Y así era siempre; simplemente ya estabas cansada de escucharlos. Preferías quedarte en casa viendo anime o películas y jugando videojuegos, disfrutando de las cortas vacaciones de la universidad.
Sin embargo, aún tenías esperanzas de que te dejaran la casa para ti sola. Todavía tenías tiempo para convencerla. Definitivamente tendrías las mejores vacaciones de tu vida.
Y allí te encontrabas. Sentada en el asiento trasero del carro junto a tus hermanos. Con tus audífonos puestos escuchando música a todo volumen. Estabas molesta; MUY molesta. A pesar de todos tus esfuerzos, en estos momentos te estabas dirigiendo hacia las "mejores vacaciones de tu vida", y sabrá Dios cuántas horas tardarían en llegar. No puedes hacer nada, salvo rezar para que tu celular no se descargue antes de llegar y morir de aburrimiento.
Oscuridad. Todo a mí alrededor era abstracto. Podía sentirme, más no moverme. Era como estar dormida y despierta a la vez. Podía escuchar mi respiración; parecía como si alguien más me susurrara al oído. Sentía una presión por mi cuerpo, como la sensación de cuando te sumerges en el agua. Comencé a escuchar otras voces, pero sus ondas melódicas se distorsionaban y no entendía lo que decían. Intenté moverme, abrir mis ojos, pero el resultado fue nulo. Tenía miedo. Era la segunda vez que sentía esta clase de temor; tan desesperante, tan agobiante. Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos. Me sentía tan impotente. Poco a poco empecé a mover mis dedos de las manos; luego los de mis pies; y luego abrí mis ojos muy lentamente. El vacío estaba desapareciendo. Otra vez esa luz blanca me cegaba…
Te despertaste al escuchar la discusión en el coche. Miraste el cielo nocturno por la ventana, comenzaba a llover. Intentabas encontrar alguna estrella en ese cielo oscuro y no escucharlos. Se te hizo raro que no hubieran discutido antes. Ya todo estaba normal de nuevo. Deseabas estar en otro lugar en ese mismo instante; donde fuera menos allí. A veces querías perderte y empezar una nueva vida. Comenzar de nuevo; donde no hubiera nadie que te reprochara tus errores, que no te juzgaran por ser como eres, no sentirte asfixiada; únicamente querías ser…libre.
—Eso sonó como algo que diría Haru*—reíste internamente, intentando volver a dormir.
La discusión comenzó a subir de tono. Más agresiva. Tu padrastro iba aumentando la velocidad del auto. Tus hermanos se despertaron. Tú solamente querías arrojarte por la puerta.
Un giro brusco por la intersección fue suficiente para acabarlo todo. Los gritos, los pensamientos, todo.
La luz blanca apareció.
Y todo se volvió negro…
*Es una referencia a Haruka Nanase del anime Free! para quien no lo conozca.
\(^0^)/
