Disculpad que haya desaparecido así, pero han pasado muchas cosas. Entre otras, perder todos mis documentos por un virus y –por eso–, hasta que consiga recuperarlos, solo colgaré fics que haya empezado escribir, no los que ya tenía escritos/capítulos preparados.
Vi hace poco Black Panther y me pareció genial, así que quería trabajar con dos de los personajes que más me gustaron, porque he visto que apenas hay escrito sobre ellos.
Me he pensado mucho el título de este fic, porque quería algo que reflejara sus personalidades y su desarrollo dentro del mismo y he llegado a la conclusión de que "Brains and Brawn" sintetiza todo lo que tengo pensado para ellos. Significa "cerebro y músculo" (este último como fuerza física) o "ingenio y esfuerzo", que me pareció tremendamente acertado. Espero que guste.
Summary: Shuri encarnaba el cerebro y M'Baku el músculo. Lo que no saben es que se parecen más de lo que ambos creen.
Disclaimer: ni soy Stan Lee (RIP) ni Marvel me pertenece. Escribo porque lo necesito, nada más ni nada menos.
OoOoO
Había escuchado historias sobre ellos. Sabía por qué no participaban en el Consejo y por qué el resto de las tribus los temían, pero jamás esperó poder ver uno en persona. Eran… como los unicornios de África.
-¿Son Jabari?-le preguntó fascinada a su madre.
-Sí– le respondió ella, igualmente sin salir de su asombro.
Antes de verlos, pudo escucharlos. Su canto de guerra –zulu– sonaba como el ruido que emitiría un animal, avisando, preparando para lo que venía. MalYeFa - Ya Hoo Hoo. Aquí llegan.
Uno a uno salieron de la cueva, cubiertos de pieles y decorados con polvo blanco, todos altos como montañas.
Uno –el más alto y robusto de todos ellos– portaba una máscara tallada de forma tosca emulando un mono (como su Dios, supuso) y Shuri sintió como nada más verlo se le erizaban los pelos de la nuca. Era el único que llevaba completamente pintada de blanco/plata la espalda, como los gorilas alfa. Jadeó sobrecogida cuando se retiró la máscara que le cubría el rostro. Era joven, tal vez un poco más joven que su hermano, pero más alto y grande con diferencia. Y condenadamente atractivo.
–M'Baku–lo saludó Zuri–, ¿qué haces tú aquí?
Los jabari eran una tribu conservadora que apenas se relacionaban con el resto del país. ¿Qué hacían allí?
–Es el día del desafío–sonrió con condescendencia, como si no tuviera siquiera que decirlo y a Shuri le dieron ganas de borrarle la sonrisilla prepotente de un guantazo. Venía a desafiar a su hermano y, a diferencia del resto de las tribus, ese hombre se presentaba con actitud chulesca, como amo y señor del lugar–. Hemos observado y escuchado desde las montañas–anunció vocalizando mucho sin dejar de mirar a su alrededor, sabiéndose poseedor de la atención de todos los presentes–. Hemos visto con desagrado cómo vuestros avances tecnológicos están siendo supervisados por una niña… –la señaló con su bastón y ella trató de ocultar su sorpresa al ver la intensidad que desprendía su mirada. ¿Por qué la atacaba a ella? Tragó saliva y sintió un escalofrío estremecerla entera, pero mantuvo la mirada, firme, con fuego en los ojos. ¡¿Niña?! Algo le quemaba por dentro, pero no podía decir nada; no podía hacer nada, salvo mirarlo fijamente, con la misma intensidad con la que él la miraba a ella. Las Dora Milaje y su madre se interpusieron entre ellos y Shuri se sintió infinitamente reconfortada al no saberse sola. M'Baku se dio cuenta de que no lo apuntaban a él, sino que parecían estar…¿reteniéndola, separándolos? Pero lo dejó correr y siguió exponiendo, dirigiéndose esta vez hacia Black Panther– que desprecia la tradición. Y ahora pretendéis entregarle la nación en bandeja a este príncipe –señaló a T'Challa, que seguía callado pero con el ceño fruncido– que no pudo mantener ni a su propio padre a salvo–se regodeó, recreándose burlonamente mientras los desafiaba con los ojos–. ¿Mmm? No lo aceptamos –se negó y repitió, con énfasis, para todos–. ¡YO DIGO QUE NO LO ACEPTAMOS! Yo –pronunció orgulloso, golpeándose el pecho, como un gorila hubiera hecho–, M'Baku, jefe de los Jabari, te reto a…
–Acepto tu desafío, M'Baku–lo interrumpió T'Challa, sin importarle faltarle el respeto así. Contrariamente a lo que se esperaba, él sonrió. Había ofendido y amenazado a su hermana y había herido su orgullo, mentando a su padre muerto. ¡Claro que iba a aceptar su desafío!
–Gloria a Hanuman.
Shuri inspiró profundamente, dilatando las aletas de la nariz con molestia. ¿Quién narices se creía ese tipo?
Ambos grupos de élite fueron llamados al agua y, así, los Jabari y las Dora Milaje cercaron a los combatientes para el combate ritual.
–¡El desafío debe comenzar! –anunció Zuri.
No podía evitar contemplarlos embelesada: los estilos de lucha eran tan diferentes y estaban tan a la par que era todo un espectáculo. Ni siquiera los entrenamientos de las Dora Milaje encarnaban tanta fuerza y ligereza, como si de verdad un gorila y una pantera se batieran en duelo. Contuvo el aire cuando lo vio derribar a su hermano de un golpe. Jamás en todos los años de su corta vida había visto tal demostración de poder físico.
Sacudió la cabeza, obligándose a cerrar la boca. T'Challa lo tiró al agua igualando las tornas, pero eso solo pareció conseguir hacer enfurecer al gigante jabari, que volvió a asestarle otra vez un golpe con su lanza que lo hizo volar por los aires y le quitó la máscara.
–¿Ahora dónde está tu diosa?–le golpeó en la cara. T'Challa esquivó el cetro y le arreó un puñetazo, pero M'Baku lo alzó en brazos como si de un muñeco se tratase y le propinó un cabezazo- ¡Sin poderes! –le golpeó otra vez de la misma manera, enfatizando con cada golpe cada oración como si apenas le supusiera esfuerzo–¡Sin garras!– con el siguiente cabezazo, Shuri se llevó una mano la boca, angustiada– ¡Sin traje especial! –Lo mostró entre sus brazos, con la sangre cubriéndole la cara– ¡Solo un muchacho no apto para ser líder!
Hasta ahora no había escuchado manifestarse a su madre, pero el fervor de su grito la hizo saltar en el sitio y salir de su estupor.
-¡Muéstrale quién eres!
T'Challa sangraba escandalosamente por la nariz y la boca, pero se repuso al escuchar a la Reina Madre y le dio dos codazos en la cara a M'Baku, estrellándosela después contra su rodilla y rompiéndole la máscara. El rostro del Jabari reflejó su sorpresa, porque se llevó la mano a la frente, mareado; también sangraba, ahora estaban igualados. Shuri se asustó de verdad cuando vio cómo el bastón/lanza de M'Baku se clavó en el pecho de su hermano. La frustración de no poder moverse a saltarle a la espalda y golpearlo en la nuca estaba haciendo que le ardiera la sangre.
– Soy el príncipe T'Challa–gritó, tratando por todos los medios de extraérsela con esfuerzo y dolor–, hijo del rey T'Chaka…
–¡Puedes hacerlo, T'Challa!-terminó gritándole al tomar consciencia de la situación. Su hermano mayor era terco como una mula y orgulloso como un león, por muy Black Panther que aceptara ser; no se iba a rendir y podía morir en el desafío por el Trono. No estaba preparada para ver morir a su hermano, no habiendo enterrado hacía tan poco tiempo a su padre.
Sabía que esa oración despertaría algo en él. Ambos compartían el mismo recuerdo: tras su primer entrenamiento con una Dora Milaje, ella misma le enseñó esa llave a T'Challa. Solían utilizarla las mujeres en defensa personal y era lo que generalmente no se esperaba en un combate masculino. En cuestión de segundos, el joven príncipe se arrancó la estaca del pecho y tiró a M'Baku al agua, inmovilizándolo con sus piernas alrededor del cuello. Shuri contuvo las ganas de saltar en su sitio con el puño al aire. Seguían al borde de la catarata y todavía había peligro porque el jabari no dejaba de retorcerse y podían caer ambos, pero T'Challa había ganado. Ahora quedaba esperar a ver cómo, aunque conociéndolo sabía que intentaría quedar de héroe y evitar derramar más sangre. Entre las ovaciones del gentío gritando el nombre de su hermano, escuchó cómo este le espetaba:
-¡Ríndete! –le pidió– ¡No me obligues a matarte!
-¡Prefiero morir!-rugió el otro con el poco aire que le quedaba.
Shuri podía escuchar a su hermano rodar los ojos, como ella misma había hecho, por el dramatismo. ¿En serio? M'Baku no solo personificaba la intimidación sino también la cabezonería y el orgullo.
-¡Has luchado con honor! –le insistió su hermano, con reconocimiento– ¡Ríndete, tu pueblo te necesita! ¡Ríndete, maldita sea!
Shuri se temió lo peor y se lamió los labios con anticipación, rezando mentalmente para no tener que presenciar aquello pero sin poder apartar la vista tampoco. Ambos sangraban copiosamente y ella contuvo el aliento, viendo sufrir las consecuencias de la falta de oxígeno en el Jabari.
Tras unos segundos interminables, por fin terminó todo. M'Baku le golpeó a duras penas la rodilla por la falta de aire, rindiéndose, y T'Challa lo liberó de su agarre, alzándose rey indiscutible de Wakanda.
Zuri sonrió, aliviado, con el collar real en alto, mostrándolo al público.
–¡Yo te entrego a Black Panther!
–¡SÍ!-le vitoreó esta vez sin miramientos. Su madre parecida tan liberada y contenta porque hubiera ganado que ni se molestó en regañarla por sus modales, aplaudiendo y riendo ella también.
–¡Wakanda por siempre! – cruzó los brazos sobre el pecho, ganándose más a su pueblo.
