Hola, mis lectores :D! Vengo con la entrega de otro fanfic, que el corto, pero lo dividí en caps para comodidad de publicación (en realidad es un one-shot ¬¬). Lo tengo terminado, sin embargo quiero subirlo con calma :D.
La trama es más o menos un final alterno... después de la destrucción de la BO, como la OVA 9 (que sí, es buena pero le falto... algo xD), y... AGÁRRENSE FUERTE PORQUE VA HABER LEMON xDDDD!
No quiero ser tan explícita con este género, porque... es la primera vez que hago y me da vergüenza xDDD. Pero lo hago como experimento, además... hay bastante lemon por ahí de MC, y los ShinRan son geniales, el problema es que... algunos son... asquerosos xDDD. Y escribo esto porque quiero demostrarme a mí misma que puedo ir al siguiente nivel!
*trauma mode on*
A mi amiga Ami, te prohíbo que leas sin responsabilidad ¬¬... sé la edad que tienes, así que se objetiva y piensa en lo artístico xD.
Ojalá les guste tanto el fanfic como yo en escribirlo (no tienen idea ¬¬...)
Amnesia
Introducción
"Las personas no mueren cuando su corazón deja de latir…
Las personas mueren cuando se las deja de recordar…"
Estaba muerto, no solo por la palabra de un mísero papel, el cual había sido firmado por la policía ante su abrupta desaparición. Había muerto, por dentro. Era increíble que estándolo aún sintiera. Un dolor, mucho más hondo, profundo y desgarrador.
Aún podía hacer memoria de lo que había sucedido hacia unos instantes. Había regresado de sus clases en el Instituto, el mismo en el cual había cursado sus últimos años de preparatoria hacía más de diez años atrás, menos maduro, inteligente y sin esas estúpidas gafas enmarcando sus ojos tras dos gruesos marcos negros.
Pero era feliz, aún tras la máscara que Kudo Shinichi debía usar tras el fantasma de Edogawa Conan, lo era. A pesar que en apenas unos años había recibido la desesperanzadora noticia de que jamás podría recuperar su cuerpo, en cierto modo, aún quedaba una alegría en su alma atribulada. Ran era su consuelo, el rayo de luz que iluminaba cada mañana… y aunque no pudiera verle más allá del disfraz de la apariencia y los lentes, en el fondo guardaba la esperanza que pudiese olvidarse de su anterior rostro y amarle por quien era ahora…
Por aquella razón, había dejado de llamarle, de seguir alimentando las esperanzas que había construido con piedras de promesas y mentiras. Esperó pacientemente el paso de los años, que estos fueran moldeando su físico y mínimo le trajera algún recuerdo de su verdadera identidad.
¿Decirle quién era? ¿Para qué? ¿Para confundirla aún más? ¿Para hacerle consciente que así siempre existiría una barrera que les impediría estar juntos? No, ella tenía una vida, mientras que él estaba consciente que su existencia había terminado en aquel desolado callejón en Tropical Land.
¿No es irónico? Tú que buscas la verdad, debes mentir a todos…
La Organización había caído. No había razones para seguir ocultándolo, pero la idea de hacerlo terminó por trastornarlo... ya no se escondía por le aterrara que matasen a la gente que más amaba y apreciaba en este mundo, sino porque por más distancias que haya tomado, había gente que le quería, no por ser Shinichi, sino por ser Conan.
Porque yo soy Conan… Kudo Shinichi murió. ¿Quién es Kudo? Un necio detective que quiso pasarse de listo y el destino le jugó en contra…
Y entre aquellas personas, estaba Ran.
Borró todo lo que tuviera que ver con su vida pasada, incluso los lazos que le unían a ello: familia, sus amigos del instituto, datos…
Yukiko se echó a llorar en los brazos de su esposo al escuchar la decisión de quién era su único hijo. No le importó a él cuánto sus padres le reprocharan su modo de vivir, aún siendo menor de edad en cuerpo, de mente ya cruzaba la veintena.
Una breve bendición de su padre y un abrazo de su madre, se despidió de ellos en el aeropuerto, observando como una vida vieja se iba tras ellos hasta que el avión desapareció en el horizonte…
Y nunca más les volvió a ver.
Quemó cualquier registro de su pasado como Shinichi, en la oscura chimenea de la misma mansión en la cual había sido en un tiempo amo y señor. La columna de humo se elevaba hasta la negrura del cielo sobre Beika. Contempló satisfecho el crepitar del fuego, mientras la llama iba siendo alimentada por un viejo diario el cual había escrito hacia ya bastante tiempo que ni recordaba… quizás cuándo aún no se decidía por ser un detective y quería seguir los pasos de su padre como escritor.
- ¿Por qué haces esto? –Haibara observaba cómo iban muriendo lo que parecían ser recuerdos de la infancia.
- Porque es lo mejor para todos –fue su escueta respuesta, concentrado en su mecánica actividad.
Del cajón de memorias halló en su fondo una fotografía. No había hecho esto antes, pero dedicó unos segundos a contemplarla antes de echarla al fuego. Era él, con su uniforme del instituto a los diecisiete posando junto a Ran, hermosa y fresca como siempre.
La acarició unos instantes, como despidiéndose de ella, pidiendo perdón de que se fuese a convertir en víctima de las llamas.
La arrojó, sin verla como se la devoraba el fuego. No soportaba la idea de que la imagen de la chica que tanto amaba fuera convertida en cenizas.
Los meses siguientes prohibió tajantemente a quienes supiesen su secreto que le volvieran a dirigirle la palabra por el nombre de Kudo Shinichi, así también como mencionarlo. Por mucho que Haibara intentase hacerle entrar en razón, el Profesor Agasa le diera uno de sus típicos sermones o Hattori lo sacudiese como un trapero, la decisión estaba tomada: él era Conan y Shinichi, solo un espejismo.
Poco a poco su plan fue cobrando fuerza. Los primeros en olvidarse fueron los periódicos, quienes en un principio preguntaban por su paradero. La fama es efímera, dice el refrán y se hubiese asombrado de lo crueles que fueron en dejarle de lado los medios cuando él había sido un detective de renombre, si no fuera porque estaba demasiado concentrado en ser Conan.
Luego le olvidaron sus compañeros de instituto. Ni siquiera se leía ya su nombre en las taquillas donde dejaba su ropa o en los casilleros donde depositaba sus libros. Otros usaban lo que había sido alguna vez suyo y las chicas que le habían escrito cartas confesándoles amor eterno ni se acordaban del destinatario de sus epístolas.
Le siguieron a su vez los pocos amigos que tenía: con quienes jugaba fútbol todas las tardes después de clases, los lectores con quienes compartía citas de misterio en la biblioteca, hasta Sonoko, a tal grado que empezó a buscarle pretendientes a su mejor amiga. Su recuerdo se había perdido en un mar de olvidos.
Heiji apenas recordaba que había existido el Detective del Este, Agasa reía cada vez que le mencionaban su nombre, preguntando si era un violinista y Haibara ya ni sabía quién era la persona que le había abierto los brazos a una nueva vida, aunque supiera que era Miyano Shiho, pero la razón de por qué estaba allí ya era un banco de niebla en el pantano.
Hasta que finalmente, ni él mismo reconocía su rostro pasado en el espejo…
Y así, Kudo Shinichi murió.
Continuará...
Aquí les dejo para que vayan agarrando vuelo :D.
Sep, Shinichi se volvió loco xDDDD, pero es que me gusta hacerlo sufrir xDDD!
ANGST ANGST ANGST ANGST ANGST ANGST ANGST ANGST ANGST *¬* !
Y recuerden: Un fanfic con reviews, es un fanfic feliz xD.
