Discleimer: Los personajes no son míos, son de la maravillosa y esquisita Romiko Tankahashi.
La mañana comienza con una bellísima y hermosa mujer, de tez blanca como la leche, que siempre la cuidaba con muchos tratamientos y cremas de belleza, ya que su hombre se la compraba. Su cabello era tan largo, suave y brillante y liso como una calle recién pavimentada, era hermosa.
Abrió muy lentamente sus hermosos y grandes ojos color chocolate fondon, y vio a su lado el hombre con el que se había unido en matrimonio sagrado y legítimo, después de una noche de haber copulado lo despertó y dijo:
-Buenos días queridísimo esposo Naraku Palacios- decía mientras movía un dedito en su masculino y con algunos pelos en su pecho varonil.
-Buenos días mi pequeña osita de cholate.
Después de haberse cambiado de ropa, fueron a la cocina por un rico y balanceado desayuno que ayudaría a empezar su maravilloso y perfecto día.
-Hola papi ¿cómo estás papi?-habló una hermosa chica que había salido de las entrañas de Kikyou entrañas, era su hija y única y legítima de la familia Palacios. Ella tenía una piel más blanca que la de su madre, tenía unos ojos azules zafiro, que cualquiese que se atrevise a verla caía profundamente enamorada de ella. Tenía un pelo negro azabeche que le llegaba a los tobillos, su cuerpo… Oh, su cuerpo, era como tallado por mil hombres. Un cuerpo al que todos envidiaban, tenía unos grandes e impresionantes pechos que salían de su cuerpo. Unas caderas muy sexuales y una cintura de diosa. Y su nombre era: Yesenia.
Estaba ella comiendo unos huevos estrellados con tocino y frijoles a un lado, además de que tenía una bowl de frutas con yogurt de durazno, además de unos hot cakes con miel de maple, además de un platón de sereal, además de un rico jugo de naranja recién exprimido por su mayordono Estebas, además tenía un café-moka a un lado.
-Hola mi hermosa pricesita- afirmó Naraku.
-¡Hola papá!- dijo un pequeño e infantil niño, era Shippou.
-Hola hijo Shippou.
-Oye papi, ¿mañana podrás ir a mi escuela para la nueva obra que se presentará? ¡yo seré la principal!
-Oh, lo siento hija, pero tengo que trabajar mañana horas extras, lo siento. Bueno, ya me voy a la maquiladora, ¡mañana pronto! De verdad lo siento.
-Adios papa- dijo Shippou.
La hija se sintió fracasada y se fue corriendo a su cuarto llorando mucho.
Al día siguiente fue su obra, ella salió de princesa y no la vio su papá. Luego dijo:
-Bueno, iré a ver a mi papá a ver qué está haciendo en su trabajo.
Y luego fue al trabajo de su papá a ver qué estaba haciendo en su trabajo.
Luego se metió a su oficina y se encontró a su papa besando a Aome.
