EN LA OSCURIDAD

CAPITULO 1: DESEOS INNECESARIOS

¿Cómo fui capaz de hacerlo? Aún no me explicaba el por qué se había salido de control, si yo había estado plenamente consciente de que no debía hacerlo todo el tiempo, y lo peor de todo ¿por qué tuvo que pasarme con el? Habiendo tantas personas en Forks mi mala suerte había tenido que manifestarse con él. Solo me quedaba esperar y solucionarlo sin que nadie saliera herido, nadie que no fuera yo si era necesario aplicar la fuerza.

Recuerdo perfectamente todo, son esas cosas que nunca se te borran y regresan para hacerte sentir la peor persona cuando menos lo necesitas… Charlie había salido a hacer unas compras con Jake, el acuerdo había sido "reunión familiar" y eso no incluía a mi esposo Edward, ni a la novia de Jake, Nessie a pesar de ser mi hija, y es que Charlie y Billy querían recordar los viejos tiempos –sinceramente no veía alguna razón suficiente para hacer esto cada mes desde hacía ya cuatro años –Así que resignada a pasar una tarde con mi padre y su amigo, fui a casa a ayudar a preparar la cena.

Billy no tuvo mas remedio que quedarse conmigo supuestamente para brindarme su ayuda, aunque yo sabia perfectamente que no le caía ni un poco bien –y como iba a caerle bien si ahora yo era su enemiga, era vampiro –pero Charlie no estaba enterado del problema, y ambos teníamos que actuar frente a el, Billy me ayudaba a cortar rodajas de cebolla cuando de pronto nuestro intento de convivencia se volvió fallido.

-¡Auch! –dijo el y escuché el cuchillo caer en la mesa -¡Demonios, me corte!

-Billy…

Y ahí comenzó, lo que nunca pensé sentir.

La sed.

Un olor exquisito e irresistible –tanto que no sabría describirlo –llegó hasta mí, y sentí entonces como ardía mi garganta y mi mente comenzaba perder consciencia, me giré lentamente ahora guiada por mi instinto y miré a Billy, después fui recorriendo con la mirada su brazo cubierto con la camisa a cuadros que llevaba puesta hasta llegar a la palma de su mano, donde se encontraba lo que ese instinto buscaba.

Sangre.

Afiancé ambas manos a la estufa destruyendo las esquinas de donde me agarraba, mi cuerpo se puso rígido y entonces comencé a sentir como me quemaba la sed, di un paso al frente aún afianzada a la estufa y me detuve ahí ¡No, Billy no! ¡Corre, sal de ahí! Me dije. Y así lo hice.

Corrí a la sala y tomé mi bolso, después abrí la puerta y al cerrarla la azote. Corrí hasta la esquina de la calle y ahí me dejé caer –de rodillas –con las manos en la frente, después en la garganta –era una sed tan lacerante e insaciable luchando contra mi moral –.Busqué en el bolso mi teléfono celular y comencé a marcar el número de la única persona que podría ayudarme. Carlisle.

-¿Bella? –dijo con serenidad.

-Carlisle –a penas pude pronunciar cada palabra –necesito… ayuda.

-¿Dónde estas?

-Con Charlie –dije entrecortadamente.

-Ahora mismo voy –concluyó y colgó. Solo tendría que luchar contra esto unos minutos mas.

Fueron escasos 15 minutos cuando el auto negro de Carlisle apareció en la esquina y al verme chirriaron las llantas cuando frenó, Carlisle llevaba una camisa gris perla y una corbata negra, llego en segundos a mi lado y me miraba atónito, comencé a hablar.

-Yo… iba a… -no pude concluir.

-¿Bella que haz hecho? –me preguntó preocupado, tomándome por los hombros.

-Iba a –hice una pausa para intentar calmar mi sed, pero el olor seguía estando ahí –iba a matar a Billy.

-¿Que? –dijo con horror en el rostro –Dime que no lo haz hecho Bella, por favor.

-No –lo miré y su horror se hizo mas notorio ¿me preguntó que expresión tenía mi rostro? –pero sácame de aquí antes de que lo haga.

Entonces nos interrumpió alguien, mi autocontrol no podría mas, no iba a soportarlo.

-Carlisle Cullen –dijó Billy Black con despreció.

-Billy –fue todo lo que contestó, inexpresivo.

-¿Qué pasa? –continuó ahora mirándome -¿acaso buscas esto Bella? –preguntó descubriendo la herida aun fresca. ¡Maldita sea!

-Billy es mejor que te vayas –ordenó Carlisle molesto.

-Y si no lo hago –dijo con un tono sarcástico y lleno de odio -¿me matarás Bella?

-Por favor Billy –siguió pidiéndole Carlisle –no le hagas esto a Bella.

Y en ese momento todo empeoró.

-No… no puedo mas –dije y miré a Billy con toda la ira que guardaba mi cuerpo.

Me levanté con un solo movimiento de la acera sin dejar de mirar a Billy, un fuego que nunca había sentido comenzó a recorrer todo mi cuerpo hasta llegar a mi cabeza, entonces sin saber de donde provenía conseguí abalanzarme sobre el buscando la herida de donde provenía aquel aroma tan exquisito, tan glorioso como el mismo cielo. Después de eso mi consciencia quedó totalmente cegada y solo recuerdo que Carlisle de alguna manera logró meterme al auto y yo luchaba por salir de el para alcanzar mi objetivo y acabar con este deseo de una vez.

Llegamos de nuevo a casa –a mi ahora hogar, con los Bullen. Caminé lentamente a la entrada, exhausta –aunque sabía que solo era una sensación, que en realidad no estaba ahí el cansancio –abrí la puerta y encontré la casa vacía; di tres pasos y de la nada salió Alice y me abrazó parloteando con voz chillona.

-Bella, como pudiste, ¿no te han hecho daño? No dejaremos que nada te pase descuida, no fue tu culpa yo lo sé.

-Alice, no pasó nada –dije inexpresiva y sin corresponder a su abrazo.

-Pero –comenzó y me miró al fin -¿Cómo es posible? Si yo lo vi todo, tu mataste a Billy Black.

-Yo no he matado a nadie, pero fue gracias a Carlisle –el iba entrado en ese momento.

-Todo esta bien Alice –respondió Carlisle antes de que Alice preguntara –Bella pudo llamarme afortunadamente.

-Edward se enfadara –comentó ella, eso me irritó.

-¡Y a quién le importa que Edgard se enoje! –le grité y me dirigí a nuestra recáma –antes solo de Edward, me encerré y me recargué sobre la puerta mirándo al techo.

¿Cómo había sido capaz de querer matar a Billy? Al padre de mi mejor amigo y también yerno, a la persona que probablemente Charly estimaba mas en Forks, ¿Por qué no me había pasado con Mike Newton? Sería completamente grato deshacerme de alguien que trataba de seducirme estando casado con una de mis mejores amigas, pero, ¡Billy Black, el jefe de la tribu de los Quileutes! Con quienes teníamos un tratado que de haber sido violado comenzaría una guerra peor que las humanas, con tanques y armas de todo tipo.

Caminé hasta la ventana y me senté de perfil a ella, mirando a la nada y sumiendome en pensamientos y posibles interpretaciones de lo que se venia. Quizás Jake vendría a pelear, ¿Qué pasaría con Nessie? ¿se podría acaso en mi contra con tal de defender a Jacob? ¿Qué pensaría Edward? –entonces me erguí y mi mente se detuvo ahí.

Edward. Edward. Edward.

Mi relación con Edward se había vuelto un tanto intensa en el último año, desde que Mike Newton y mi esposo se encontraron en aquella fiesta y el pensó que yo coqueteaba con Mike, fue tan difícil aclararlo todo, y ahora esto, un conflicto con lo quileutes. A ese paso ahora dudaba si en verdad viviríamos felices para siempre. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el dueño de ellos.

-Estúpida –dije para mi misma.

-¿Y si te digo que es un error humano dejarías de culparte? –respondió Edward, estaba frente a mi en cuclillas con esa sonrisa encantadora que hace un tiempo me hacía hiperventilar y perder el hilo de mis pensamientos.

-No trates de hacerme sentir bien, no funciona.

-Bella, -se sentó a mi lado –si Billy Black te provocó entonces no es culpa tuya.

-Si lo es, no pude controlarme –dije ahora mirando al piso.

-Ahora sabes lo que yo sentía yo, o lo que Jasper sentía –me abrazó.

-O lo que todos sentían –completé con fastidio –¿En verdad no comprendes lo grave de esto?

-No dejaré que Jacob haga algo en tu contra.

-No me refiero solo a eso –me giré para mirarlo liberándome de su abrazo –Billy es el mejor amigo de Charly, el padre de mi mejor amigo, el jefe de los Quileutes y por si fuera poco Nessie lo adora a pesar de ser tan arrogante e insoportable –dije un tanto histérica –ahora imagina que Nessie se ponga en mi contra, Jake también y con el los licántropos, el caos se desatara aquí y sabes que de un modo u otro los Vulturi se enteraran y vendrán, van a querer matarme cuando se enteren que casi asesino a Billy en la vía pública y –Edward me sileció colocando la yema de su dedo indice en mis labios.

-Charly no se iba a enterar de que tu fuiste la autora de tal crimen, a menos que decidieras confesarlo, Nessie no puede ponerse en contra de su madre, menos de los de su especie, Jacob y la manada tendrán que escuchar antes de juzgar, y los Vulturi no te matarían, para ellos eres una joya amor.

-Creí que te enfadarías conmigo –cambié el tema.

-Sería una estupidez de mi parte.

-Me siento muy mal por esto, y ahora le debo una puerta a Carlisle.

-Eso ya esta arreglado –Edward tomo mi rostro entre sus níveas manos y me besó lentamente, rodee su cuello con mis brazos y poco a poco ese beso fue subiendo de intensidad.

A pesar de todo el estar con Edward seguía dándome esa seguridad que necesitaba en los peores momentos, a su lado todo era posible, y a pesar de nuestro pasado, a pesar de los recientes problemas lo amaba, amaba con todo mi ser a Edward y con tal de seguir a su lado lucharía y sobreviviría contra lo que fuese necesario; aun si se trataba de mi mejor amigo.

Nuestro momento perdió intensidad cuando Edward y yo pudimos oler a la manada de Jacob cerca, se acercaba el momento y no sabía de que exactamente, solo que no era nada bueno. De inmediato nos dirigimos a la entrada de la casa y yo le adelante el paso a Edward para salir y encontrarme con Jacob, su expresión estaba llena de ira, era el único de la manada que estaba en su forma humana, venía acompañado de Sam Uley, Seth y Leah Clearwather y Quil Ateara –conocía ya muy bien el pelaje de cada uno de los licántropos.

-¿cómo fuiste capaz de atacar a mi padre? –preguntó Jacob, sus manos temblaban.

-El me provoco –respondí con frialdad.

-Saben perfectamente que eso no esta permitido.

-En realidad –comenzó Edward –el tratado solo dice morder, y no ha sucedido tal cosa, así que no tienen nada que hacer aquí.

-¡Nadie te pidió tu opinión sanguijuela! Esto es entre Bella y yo.

-Si así lo fuera no estarían aquí ellos –dijo señalando a los cuatro lobos situados detrás de el.

-Jacob –comencé –se que sigues enfadado conmigo, de alguna manera, pero no uses de pretexto el incidente con Billy, porque nunca lo toque y Carlisle estaba presente.

-No me importa, tienes que pagar –dijo con odio, cada día que pasaba mi amigo Jacob desaparecía mas rápido, eso me dolía mucho.

-Entonces –di un paso al frente sin dejar de mirarlo, pendiente de los movimientos de todos los licántropos –será como tu quieras.

-Como yo quiera –repitió con malicia. ¿En que estaría pensando en ese momento Jacob? Seguro lo sabría pronto.

Pude ver que Sam Uley –en su forma lobuna –salió corriendo hacia el bosque, y una parte de mi me dijo que regresaría para hablar, después miré a mi marido y a juzgar por su rostro, no me equivocaba.

¿Pero eso sería benéfico o dañino? Quizás querría pelear con Jacob contra mi, ¿Se iniciaría la guerra entre clanes en este momento? Como deseaba que no fuera así.