«DDR» Inuyasha©Rumiko Takahashi.

«N/A¹» Hi! Invitó a todos mis lectores de este fandom a participar en nuestro IV Pre-desafío de Hallowen: ¿Tenebrosamente divertido?; Solo deben hacer clic en nuestro link marcado que tengo en mi perfil de FanFiction, ver nuestras reglas y participar. El mismo es exclusivo sobre SCC del Grupo CLAMP; Y es una iniciativa personal en colaboración con Kind Yuuki, quién se integró al STAFF de DZ del GE.

Espero que se animen a participar, porque vamos a leer, comentar y a promocionar sus escritos. Tks! ^.^ ATT. Sake's Evil22.


El dilema de Sesshōmaru.

CP#1: ¡No soy cómo mi padre!

~«¿Por qué demonios tenía qué crecer?» Era la pregunta que internamente ponía en un gran predicamento al estoico demonio-perro, quien a pesar de no mostrar ningún tipo de emoción en sus expresiones por dentro cada vez era más difícil contenerse. ¿Cuál era el problema?, la respuesta era simple, la inocente y dulce niña que había protegido con tal devoción, y que él nunca reconocería, se estaba convirtiendo una joven mujer, más de un problema le estaba causando.

La peor parte, ella era ajena a todo aquello que provocaba a su alrededor, ¿cómo no serlo?, lo único que Rin tenía de humana era su origen, pero de ahí, había sido educada como una princesa demonio, y no cualquier tipo de princesa, una de las más antiguas y poderosas dinastías (demonios) de aquella época.

Sesshōmaru nunca se imaginó que con apenas trece años la niña-adolescente empezara a llamar la atención en el pueblucho de mala muerte que la había dejado, como él lo catalogaba, tampoco pensó que su medio-hermano a quien nunca reconocería como tal, luego de la ausencia prolongada de Kagome muestre cierto interés por su posesión más preciada, ni hablar de las miradas lujuriosas del monje, ni los impúberes del lugar, no entendía cómo una niña que se estaba desarrollando llamaba tanto la atención, porque en aquel entonces no tenía ni la sensualidad ni la belleza que poseía ahora, pero aquel carisma de la niña encantaba y enamorada, incluso un par de demonios quedaron prendado de ella a temprana edad, porque no había en aquella región humana que sea más servil y generosa que la niña.

Al traerla al palacio a esa edad, pensó que se había quitado un problema de encima, no era indiferente a las necesidades de la niña, de alguna manera su instinto protector como de un padre hacia una hija se hizo presente en él, no se reconocía a sí mismo al hacer ciertas acciones que no eran propias de su naturaleza demoníaca, pero aquella frágil criatura traía a él un refrescante soplo de vida, le parecía increíble que con sus gestos, su sincera sonrisa, su excesiva devoción y preocupación por él, le haga experimentar aquellas emociones o sentimientos que tanto aborrecía por ser algo de «humanos», de alguna manera aquella palabra había perdido sentido para el demonio con el pasar del tiempo, y su convivencia con ella.

Mientras tomaba uno de sus largos mechones de cabellos tan oscuros como la noche misma, no dejaba de sorprenderse lo que ella había logrado hacer en tan efímero tiempo, porque los años para el demonio no eran nada, recordaba con nitidez lo tétrico que era aquel enorme palacio que había heredado de su padre, era amplio y con ciertos lujos acorde a la época, después de todos Sesshōmaru pertenecía a la élite de su dinastía, por así decirlo, pero el lugar en sí era muerto, el aspecto lúgubre y ese silencio que predominaba cambio por completo con su llegada, ahora el lugar lucía hermoso, lleno de vida, los jardines mostraban el color que alguna vez tuvo en su época de gloria, incluso la camaradería que existía entre sus súbditos había cambiado, ella se había ganado a cada demonio del lugar a su manera, empezando por su madre, una hembra a la que siempre repudio.

Pero entonces tuvo que crecer, ahí empezó todo, recordaba con cierto malestar cuando ella tuvo su primer sangrado, porque estaban entrenando, aquella sangre que indicaba que se había convertido en una hembra fértil, nunca reconocería el término «mujer», casi transformó a la manada de demonios-perros en una jauría de demonios en celos, ninguno de ellos pudo justificar lo sucedido en aquel momento, fue la primera vez que se vio en la necesidad de buscar ayuda en aquellos «humanos» que tanto repudiaban, es decir a Kagome, a quien si odiaba por el origen de su naturaleza, ahora era la mujer de su medio-hermano.

Entender los cambios físicos que se daban en una hembra humana fue una sorpresa no solo para él sino para los demonios machos que co-existían en su alrededor, mientras una demonesa era fértil una vez cada luna (un poco más allá de un año), Rin era fértil una vez al mes en tiempo de humanos. Eso fue una completa tortura para los demonios en especial para él, quien por precaución cambio los aposentos suyos y los de ella del ala este al oeste, el cambio era necesario para su protección, y en parte la de él.

La peor para él era aquellos días en que Rin era ajena por completo al aroma dulzón que despedía su cuerpo, Sesshōmaru nunca había sido afectado por las fechas de apareamiento de su especie, porque él tenía otros intereses cómo fortalecer su espada y convertirse en un demonio más fuerte que su padre, empezó a tener problemas con esos días, expreso se alejaba de ella, no sin asegurarse de que ella quede en buenas manos.

Jaken se había terminado en convertir en su protector, a él parecía no afectarle aquellos días por ser un demonio de otra especie, al menos eso pensó él, hasta que descubrió que Jaken con el tiempo había perdido el olfato, y su nana, aquella hembra demonio-perro que a pesar de ser una anciana había revivido la maternidad perdida con la pequeña niña, aunque no había necesidad de protegerla porque Rin era capaz de matar a demonios por el entrenamiento que ella había recibido de su parte y de los demonios de lugar, Sesshōmaru nunca se fiaría de un demonio en celo, aquella hembra aunque anciana era una excelente oponente, sin dudar le haría pasar un mal rato a todo aquel que tenga la osadía de acercarse a la niña, ahora una hembra en edad adulta, era un choque para el demonio reconocer esos cambios y lo que provocaba sobre todo en él.

Ahora estaba ahí, velando por sus sueños como siempre lo hacía sin que ella se entere de aquella acción de su parte, hace algún tiempo había dejado de verle como una niña, sin embargo siempre susurraba la misma frase antes de salir de aquella habitación:

— ¡Yo no soy cómo mi padre! —afirmó con malestar.

Cada vez que decía aquella frase para recordar el origen de su naturaleza, su promesa personal de nunca involucrarse con una humana, aquella promesa parecía tan falsa, pero primero muerto antes que llegar a reconocer lo que su protegida le hacía experimentar .

El demonio se sentía patético con esa lucha interna, porque él había ganado batallas sin igual, su fama le precedía, había traído gloria a la su dinastía caída, no tenía prisa por aparearse con alguna hembra y tener crías, aunque la verdad de fondo era que esa idea le gustaba cada vez menos, pero nunca pensó que una «simple hembra humana» le pusiera en tal predicamento, era una tortura a la que él no estaba dispuesto a ceder, entonces decidió que era momento de salir de aquel lugar, se guardó el gruñido que amenazaba salir de su garganta para no despertarla, nuevamente se molestó consigo mismo, antes de Rin el demonio no tenía ningún tipo de consideración alguna, pero después de Rin ni él mismo se reconocía.

Era frustrante darse cuento de eso.


Ajeno al debate interno que experimentaba el demonio, no lejos de aquella habitación la vieja anciana, la nana de Rin venía con Jaken, quien al ver a su señor salir de la habitación comentó sin pensar:

—Creo que Rin ya se durmió —susurró en voz baja, Jaken era uno de los pocos demonios que se había dado cuenta lo que le pasaba a su amo, pero nunca comentaría nada al respecto, había sufrido ya varios maltratos de parte de imponente y mal humorado demonio-perro como para darle pauta que lo masacre de nuevo—, sabía que la mocosa daría problemas—miró a la anciana—, ¿por qué te ríes?—preguntó con interés.

—Es divertido esta situación —confesó la anciana—, he criado a tu amo como si fuera mi propio cachorro, ha tenido que pasar muchas lunas para verlo de este tipo de situación…, se parece tanto a su padre. —sonrío abiertamente.

—No digas eso —susurró el pequeño demonio con desdén—, si el amo Sesshōmaru te escucha es capaz…

—¡Bah! —La anciana soltó un bufido impregnado de burla—, mañana será un día interesante, quiero ver qué dirá nuestro amo ante la propuesta del «Lord del Sur», él desea aparearse con Rin.

Jaken se quedó estático en su lugar, y la anciana no dudó en decir:

— ¿Por qué te sorprendes? —río en voz baja—, no es la primera vez que Rin tiene este tipo de propuestas, además está vez cuenta con la aprobación de nuestra señora.

La anciana hablaba de la madre de Sesshōmaru, Jaken no podía creer lo que estaba escuchando, un extraño escalofrío recorrió por todo su cuerpo, entonces tanto él como la anciana se pusieron tensos porque ante ellos estaba el demonio, y por primera vez en siglos mostraban una sola expresión en su estoico rostro: «Enojo».

«Continuará»…


«N/A ²» Hi! Si leyeron «El íncubo» está historias les va gustar porque es algo similar. Será corta y alterna a mi versión de la manga de Inuyasha «Con el señor Sesshōmaru para siempre», apuntó hacer algo impregnado de humor pero tratando de mantenerme en carácter, sin embargo Sesshōmaru es un personaje complejo de maneja. Espero que se animen a leer Tks! ^.^

«N/A ³» Es posible que este fin de semana publique el EXTRA del El íncubo, porque la tengo avanzada pero no prometo nada. [Adicional] Le dedico esta micro-historia a «Kyon», por su fabuloso fandub que me permitió compartir en mi muro del Facebook, Tks! Tienen que escucharlo porque hace la voz de Sesshōmaru, y le quedo fabuloso, para quienes somos parte del GE entenderán el comentario ^.^ En fin, gracias por leer y comentar.

Estamos en contacto. ATT. Sake's Evil22.