Advertencias: posible OoC.
Citando a Katsuki, esto es una cursilada fea del tamaño de Júpiter, hell ya(?).
gravedad cero
[...]
Katsuki ha encontrado algo especial en besar.
Besar.
A Ochako.
Principalmente porque su cara es tan redonda que es encantadora y tenerla a nada de distancia sencillamente le hace querer golpear un saco —o en su defecto a Mineta o Deku— con una sonrisa. Le hace querer explotar cosas y demás, en el mejor de los sentidos.
La verdad es que desde la primera vez Katsuki se pregunta si Ochako puede hacer flotar con los labios.
Es la tontería más grande que se le ha pasado por la cabeza, una cursilada fea como la puta cara de Midoriya y doble cara juntas.
Nunca ha formulado la pregunta, claro.
Es suicidio.
Pero es la pura verdad.
Cuando besa a Ochako siente algo que lo eleva desde el pecho, su cuerpo cada vez más liviano, como una pluma, y sus manos picando por alcanzar a aferrarse a sus mejillas. Al comenzar a flotar su corazón se acelera como si estuviera a punto de explotar y le cuesta respirar, como si sus pulmones se llenaran de humo. El estómago comienza a sentirse inquieto también, como si todo hiciera boom ahí dentro.
Y, por Dios, saber que es el único que ha pasado por esa experiencia le hace sentir en la jodida cima.
Ochako es la mejor del puto planeta. Podría estarle pateando el trasero, aplastando su cráneo contra el suelo. En cambio está besándolo, mostrándole lo que no sabía que necesitaba y dándole el último empujón para volverse el número uno.
Y todo eso es real. Ellos son reales. Y lo serán, joder.
