Un amor pactado en sangre
Destruyendo mi vida.
En sus ojos recorría las lagrimas, avanzando por toda su mejilla hasta sus labios que absorbieron con delicadeza aquel sabor salado y melancólico de dolor.
La decepción de un amor creó en ella el resentimiento y un odio profundo que llego a sembrarse con mucha fuerza, en su mente resucitaban las imágenes mas bellas de su relación, las palabras mas hermosas que se pudieron haber dicho, y el recuerdo constante la consumía, su única amiga ahora era la maldita soledad que estaba presente.
-Nunca halle compañero mas sociable que la soledad...- murmuro.
Se encontraba en su habitación oyendo la música mas triste, que se repetía varias veces en su cabeza, dando vuelta a su memoria y resucitando varias veces el penoso recuerdo del final de su relación. Agarro fuerte su almohada con las manos, intentando olvidar, pero no lo consiguió.
Si había algo mas triste que una rosa marchita era ver como dos corazones se destruían mutuamente. Tal vez la falta de comunicación hizo lo suyo... O los dos se destruyeron...
De igual forma su relación acabo.
Se levanto de su cama mirando el baño, se acerco, lavo su rostro se miro fijamente al espejo mostrando el reflejo de una mueca.
Busco de bajo de su cama una cajita donde tenia guardado las cartas, las fotos, los regalos y todo aquello que disfrutaron juntos.
Las leyó detenidamente, sus promesas sus sueños. Donde guardaba aquellos sueños? Donde guardaba sus esperanzas? Que paso con los dos... Que los hirió... Que los destruyo... Acaso 4 meses de sufrimiento no era bastante?
Como recuperar su vida, si cuando terminaron, su vida había terminado... Como vivir si dependía de alguien para ser feliz...
-Claro que puedo vivir sin ti... Solo que no podré sonreír... Ni dormir...-
Todo aquello que vivimos juntos se fue destruyendo, éramos un muro donde nadie podía destruirnos porque los dos juntos fuimos invencibles, Dios protegió tanto nuestra relación.
Me siento perdida en un mar de lagrimas, ofuscada por el dolor y la melancolía sabor exquisito que revuelve mi estomago y me llena de odio.
Odio eso es lo único que puede penetrar en mi corazón ya que el amor es tan difícil de entender...
Todo empezó aquella noche en que besaste y tus labios se posaron en los míos, nuestras manos juntos y el latir de nuestro corazón se sincronizaba al ritmo de nuestros besos. Pero hoy definitivamente te perdí y no quiero volver a saber mas de ti. Puedo aguantar la soledad, el inmenso frío que aguanta mi cuerpo, y mis labios congelados sin los tuyos, pero no resisto estar un minuto mas en tus pensamientos.
No tengo un motivo por el cual vivir, y mi corazón marchito me dice que no puedo, pero aun así te demostrare que aun tengo fuerzas para levantarme.
Pero antes de seguir adelante debo caer bien al fondo, destruir lo que dejaste en mi, es la única forma de seguir.
Te niego en mi corazón, para buscar desesperadamente una forma nueva de vivir sin ti.
Pienso que no debo aferrarme a este duelo donde tu eres mi invitación a la locura, pero mira no soy mas que tu propio reflejo de la ignorancia.
Vivía pensando que algún día serias mío para siempre, y que juntos avanzaríamos hasta el final de nuestros vidas. Creí una mentira fingiendo que era verdad, porque mi alma se refugiaba en eso.
Me lamento por tus errores fingiendo hacerme mas fuerte por esto, veraz que te demostrare lo que es estar desconsolada y ser fría.
En el colegio hubo varios rumores sobre el rompimiento entre Tea y Yami.
Yami era el típico joven apuesto, pero insolente en insensible a los sentimientos de una mujer.
Tea era hermosa, de cabellos largos y cafés, y ojos celeste cielo, asemejado al zafiro y denotaba alegría, hasta el momento en que una rosa marchita se sembró en su corazón.
Yami escuchaba los rumores, Tea no iba al colegio, pasaron semanas y los rumores se hicieron mas fuertes, hasta que se pasaron del limite y Tea se dio cuenta que seguir ocultada de bajo de las sabanas llorando por alguien que no valía la pena era acabar con su vida.
Pero la nueva transformación era la propia reencarnación de la frialdad.
Era un 5 de febrero, y el sol brillaba, Tea no iba con su singular sonrisa, sino con la seriedad en su rostro, no saludo a nadie, y nadie la saludo a ella, ni sus amigas mas cercanas, solamente se escuchaban los murmullos de las personas, pero no les tomo en cuenta.
Daba la sensación de miedo, que hizo que nadie se le acercase, se sentó en su pupitre y coloco su cabeza en ella, durmiendo por un rato.
Las clases comenzaron, y se despertó, la profesora la saludo, y ella respondió con el mismo ademan.
Sus faltas no fueron problema para ella, era muy inteligente, y las clases nunca fueron un problema, pero el cambio extremo de su personalidad si lo era.
El día transcurría, y todos notaron lo delgada que se puso en el tiempo que falto, sus ojeras marcadas por los insomnios y la falta de atención a las clases.
En el recreo no tuvo apetito, nadie se acerco a ella, y ella no se acerco a nadie, porque no le importaba la gente, tampoco la indiferencia que le deban.
Por otro lado Yami estaba tan tranquilo, los amigos de él le dieron la noticia de que su ex- novia regreso a la escuela, pero eso no le importo simplemente respondió.
-ni siquiera note que no había venido -
Los amigos no le reclamaron, simplemente agacharon la cabeza.
Al terminar las clases Tea salió del lugar, sin nadie que la acompañase alzaba la cabeza con orgullo, y miraba fijamente a las personas que murmuraban de ella y su relación, y penetraba sus ojos en ellos, así la gente dejo los murmullos y el silencio quedaba.
Al salir del lugar se encontró con su ex- novio, y los amigos de él.
-Vaya, Vaya, miren a quien tenemos aquí, a la ex Motou- dijo uno de los amigos de Yami.
En los labios de Tea se formo una leve sonrisa.
-Digo lo mismo, me encuentro con los perros de mi ex- clavo su profunda mirada en ellos.
Yami noto el cambio drástico que ella tomo con su rompimiento, y se dio cuenta que tan profundo pudo ser el amor en convertirlo en odio y transformar a una persona en otra.
Yami no pronuncio nada, simplemente la miro, y los dos poseían la misma mirada, aquellas miradas chocaron fuertemente hasta que Yami le dio la espalda.
-No intentes ser algo que no eres, no va contigo Tea- dijo Yami sonriendo mientras se iba y alzando la mano para despedirse.
Tea se lleno de un odio profundo, si antes sentía odio, ahora no sabia que nombre darle a eso, Yami era frío, siempre lo fue, pero que lo fuera con ella era algo que no soportaba.
En el regreso a casa comenzaron a caer pequeñas gotas, Tea vio correr a las personas por todo el lugar, aunque ella simplemente caminaba con la cabeza agachada, donde lloraba en su silencio y nadie lo notaba.
Caminando noto personas de su instituto, la cuales paraban al verla y en uno de sus murmullos hoyo las risas, y las burlas que hacían de ella.
-Ella solo fue un juguete, pensar que alguien se enamoraría de Tea es algo ridículo- Dijo una compañera de su salón.
Tea la alcanzo a escuchar, pensaba que tenia la suficiente fortaleza para no aceptar comentarios así, pero se equivoco nuevamente.
Llego a su casa, cogió todos los recuerdos de su relación y les prendió fuego en el tacho de basura, donde se fue consumiendo lentamente como su amor por él.
Y durmiendo recordó aquella noche donde ellos dos se besaron.
Sayori Sakura: Este fic tratara sobre la pareja de Tea y Yami, al principio verán la indiferencia, pero esta paraje no puede vivir sin el uno y el otro, y con el tiempo recordaran como empezo su relacion, y al final de este fic veran como terminara.
XD Espero que mis nuevos fics que estoy haciendo sean de su agrado, pero a quien no les gusta las historias de amor?
Al menos esta historia es un poco diferente, donde dos orgullosos se unieron para ser felices, y el mismo orgullo los separo. En esta historia veran que Tea es la sublime en la relacion y Yami el terco necio pero que necesita de ella. Juntos se volvieron para ella una costumbre y para él una necesidad.
Sayonara!
