Capítulo I: Last night

- Me gusta este lugar

-Buen lugar para conocer chicos

-¡Sango! No vinimos para eso! – reprochó una muchacha de cabello azabache.

-Sólo digo – respondió la chica de ojos almendrados mientras se llevaba su trago a los labios y bebía un sorbo. Sonriente, miró a su amiga y le guiñó el ojo. –Kagome, creo que no te diviertes lo suficiente.

-Sí me divierto… –se excusó la aludida haciendo una mueca. Sango siempre le decía eso… y tenía un poco de razón. Desde que terminó su relación con Hoyo, con quien estuvo tres años, no salía tanto como antes. Veía regularmente a sus amigas, pero por las noches se quedaba en su departamento leyendo un libro o adelantando algún trabajo de la universidad.

Pero esa noche era el cumpleaños de una de sus mejores amigas, Ayame, y habían decidido salir a comer y luego ir a una discoteca a tomar unos tragos.

-¡Kagome, no es ese el chico que te coqueteó el otro día? – la exclamación de Ayame la sacó de sus pensamientos y posó su mirada en donde estaba la de su amiga. Entre varias personas, distinguió una larga cabellera negra y de inmediato lo recordó.

Ella se encontraba en la cafetería de la universidad, estaba por entrar a una clase y no tenía mucho tiempo. Haciendo la fila y mirando constantemente el reloj para no llegar tarde, sintió como le tocaban el hombro.

-Seguimos encontrándonos – le dijo. Kagome se giró sin entender. –Tu eras la chica que iba corriendo y tropezó conmigo hoy a la mañana – explicó sonriente. No supo porqué, pero Kagome pensó que esa era la sonrisa más linda que alguna vez había visto. -¿Siempre eres así de distraía? –saliendo de sus pensamientos, la chica recordó su loca carrera esa mañana por el campus y cómo había chocado con alguien, cuya cara no había alcanzado a ver.

-Oh, lo siento mucho… - respondió –No es que sea distraída, llevaba prisa – le explicó sonriente.

-Ah, ya veo… - se produjo un incómodo silencio en donde Kagome no supo qué hacer, así que decidió examinarlo. Tenía una larga cabellera negra y unos ojos dorados, color que nunca antes había visto y le encantaban. -¿Tienes novio?

-¿Eh..? – fue lo único que pudo articular la joven luego de tan inesperada pregunta.

-¿Tienes novio? – repitió con calma llevándose las manos a los bolsillos. –Quiero saber si estás libre el sábado para ir al cine – acotó sonriendo seductoramente.

-No es asunto tuyo – ofendida por el exceso de confianza del joven, dio media vuelta y se dirigió a su salón.

Desde ese episodio en la cafetería, no lo había vuelto a ver. Hasta esa noche.

-Oh por Dios, Kagome! Dile algo! – alentó Sango totalmente emocionada. La de pelo azabache la miró frunciendo el ceño.

-No! Es un extraño! – dijo tomando su trago, rezando porque la conversación terminara ahí. Pero no lo hizo.

-No importa! Sólo por esta noche – Ayame se sumó a la conversación. –Yo conozco a los chicos con los que está, son Kouga y Miroku. – Kagome bebía lentamente de su copa con la esperanza de pasar desapercibida. –Y él es Inuyasha –acotó con la esperanza de que su amiga cambiara de opinión.

-No – sentenció cuando la bebida se acabó. Sango y Ayame bufaron, ambas decepcionadas por la falta de ganas de su amiga.

-Era de esperarse… - dijo Sango –Eres una cobarde – la desafió. Kagome la miró con sus ojos chocolates abierto. ¿Cobarde? Le había dicho cobarde!

Last night I got served a little bit too much of that drink, baby

Ayer a la noche me sirvieron un poco mucho de esa bebida, baby

Ofendida, se levantó de la silla, se acomodó su vestido negro y comenzó a caminar en dirección hacia el chico. Hizo dos pasos y se volvió a la mesa, cogió la bebida de Sango y la tomó de un solo trago. Lo mismo hizo con la de Ayame. Retomó su camino bajo la mirada expectante y divertida de sus dos amigas y le tocó el hombro al muchacho.

Last night I did things I'm not proud of and I got a little crazy

Ayer a la noche hice cosas de las que no estoy orgullosa y me puse un poco loca

Y lo besó. Sin saber cómo o porqué, se puso de puntitas y pasó sus brazos por el cuello del chico y unió sus labios con los de él. Inuyasha se sorprendió por el repentino beso y sintió como las pequeñas manos se aferraban a su camisa.

-No puedo creerlo… - murmuró Ayame sorprendida.

-Ni yo… - dijo Sango con los ojos abiertos de par en par.

Kagome abrió lentamente los ojos, un poco mareada por el alcohol que había ingerido tan rápido y por la varonil colonia de Inuyasha y se separó. Cuando sus cuerpos se separaron, abrió enormemente los ojos y se dio cuenta de lo que había hecho.

Sin decir una sola palabra y con las mejillas totalmente sonrojadas, se giró y se dispuso a escapar lo más rápido que pudo, pero apenas había dado un paso, sintió una cálida mano agarrando la suya y haciéndola girar para quedar nuevamente cara a cara con el ojidorado.

-Así que… supongo que no tienes novio – Kagome pudo sentir el cálido aliento sobre su cara. Sentía sus piernas temblar como hacía mucho que no lo hacían y su corazón latir de tal forma que parecía que se quería escapar de su pecho.

Last night I met a guy on the dance floor and I let him call me baby

Ayer a la noche conocí a un chico en la pista de baile y lo dejé llamarme baby

-Inuyasha, preséntanos a tu novia – dijo con tono burlón su amigo Miroku.

-Y que nos presente a sus amigas – agregó divertido su otro amigo, Kouga.

Sin poder articular palabra, Kagome bajó la vista avergonzada por su repentino ataque de locura. ¡Todo por culpa de Sango, que la había llamado cobarde! Intentó soltarse del agarre que tenía con Inuyasha, pero lo único que logró fue que él la apretara más y la atrajera más a su cuerpo.

Y como si fuera una salvación del cielo, vio como Sango y Ayame, quienes habían estado observando todo desde la mesa, se acercaron a ella. Pero le pasaron por al lado como si ella no existiera y se fueron a bailar con Miroku y Kouga, dejándola total y completamente a solas con Inuyasha.

-Veo que funcionó… - dijo Miroku mientras bailaba al ritmo de la música y se alejaba de la pareja. –Y yo que desconfiaba de ti Sanguito! – intentó pasar sus brazos por la cintura de la mucha pero ésta se alejó rápidamente.

-Inuyasha lleva hablando días de ella –comentó Kouga. –El muy tonto no sabía cómo hablarle. – acotó riendo. Ayame le sonrió, sonrojada por la corta distancia que los separaba.

-Sí, creo que hacen linda pareja – opinó Sango mirándolos. Los cuatro bailaban alegremente con la mirada fija en la pareja que se encontraba a unos metros de distancia.

Kagome intentó relajarse, no era la primera vez que estaba tan cerca de un chico, pero en sus tres años de noviazgo nunca se había sentido como se sentía con Inuyasha.

-Lo siento – logró articular la chica luego de unos minutos en completo silencio. –Es que Sango me dijo que…

-No importa – interrumpió Inuyasha. Hacía tiempo que quería hablarle y en esos momentos no podía estar más contento. Recordó la primera vez que la vio, sentada en un banco de la universidad, con un gorro verde cubriendo su azabache y sedosa melena y una bufanda que hacía juego, leyendo un libro. Se veía tan concentrada que ni había notado los copos de nieve que caían a su alrededor. No había podida sacarla de su mente desde ese momento, había pasado días enteros esperando volverla a ver por la universidad, pero no había tenido suerte, hasta que chocó con ella una mañana y el destino había querido que se encontraran de nuevo, ese mismo día, en la cafetería.

Sentía que luego de lo que le dijo había arruinado cualquier posibilidad con ella, hasta esta noche.

And I don't even know his last name

Y ni siquiera sé su apellido

Inuyasha la tomó por la cintura y volvió a besarla. Sintió como Kagome se tensaba y tuvo miedo de que se quisiera separar, pero luego sus miedos se disiparon al notar como ésta le correspondía, pasando sus delgados brazos alrededor de su cuello y profundizando más el beso.

Kagome no sabía porqué estaba actuando de esa manera, nunca había hablando con él! Ella no era así, era una chica tímida, no iba besando chicos como si nada todos los días. Houyo había estado todo un año para que lograr salir con él y, en cambio, Inuyasha no había hecho nada. Pero jamás se había sentido así con nadie, ni siquiera con su exnovio; sentía su corazón latir a mil por hora, las piernas temblando como nunca.

Poco a poco se fueron separando pero no del todo, Inuyasha aún la tenía apresada de la cintura y ella tenía sus brazos alrededor de su cuello.

Oh my Mama would be so ashamed

Oh my Mama estaría tan avergonzada

-Me llamo Inuyasha Taisho – dijo de la nada, sorprendiendo a Kagome, quien abrió sus ojos, dejándole ver al joven su hermoso color chocolate.

-Kagome Higurashi – respondió sonriente luego de unos segundos. Se acercó nuevamente y volvió a besarlo, necesitaba los besos que ese extraño le daba, eran apasionados pero tiernos, suaves pero a la vez demostraban la desesperación que ambos tenían por unir sus labios.

-¿Vamos el sábado al cine? –preguntó una vez que se separaron para tomar aire.

-A las ocho – respondió perdiéndose en los intensos ojos dorados. Inuyasha volvió a acercarse y la besó, apretándola aún más a su cuerpo, sin querer soltarla.

Kagome se encontraba perdida en un mundo de sensaciones desconocidas. Nunca en su vida hubiera aceptado ir y besar a un extraño en una discoteca, pero sentía que con Inuyasha las cosas no iban a ser como ella las conocía y no podía esperar para comprobarlo.

Continuará…

Espero que les haya gustado :) No va a ser un fic muy largo, y en cada capítulo planeo poner la canción en la cual me basé (si quieren escucharla, está en mi Facebook) Ah! Los capítulos van a ser pedazos de la vida de ellos, quiero decir, capaz que en el capítulo que viene ya pasaron 3 meses desde esta noche y etc. ¿Capicci?

Cualquier duda, pregunten :)

Kisses!