Capitulo 1: "Sammy"
Otra vez había perdido la habitual apuesta y era el quien se enfrentaba a la muerte mientras su hermano yacía tranquilo y "seguro" en la casa de la victima. No le molestaba arriesgar la vida para salvar a las personas, era lo que le debía a su padre después de todo, seguir con lo que el les había dejado. Ahora mas que nunca su motivación era esa, pero… ¿¡Porque demonios tenia que ser el él que siempre cediera!? ¡Dean era el mayor! ¡Le correspondía! Pero al parecer, él solo era el mayor cuando le resultaba de conveniencia.
Sam abrió una puerta chirriante luego de recorrer parte de la casa sin haber encontrado nada, y con tranquilidad y ligeramente a la defensiva, bajo la escalera.
La sangre cubría las paredes casi de piso a techo en salpicaduras que indicaban no solo que estaba en el lugar correcto sino, que ya se habían dado más de unos buenos festines. Sam analizo con ligero asco las pareces que casi goteaban pero, restándole importancia, y con una mano en la linterna y la otra en la pistola, bajo los últimos escalones del sótano, para rodear mejor la zona. Dean como siempre estaba cuidando a la testigo, una chica hermosa y sexy, que sin duda a los dos hermanos les agradaba.
-La próxima vez dejare que Dean venga a investigar el perturbador sótano, mientras yo me quedo con la chica.- Murmuro en voz baja, entre dientes, como si por alguna razón necesitara decirlo en voz alta para volver a concentrarse en la búsqueda. Un sonido rompió la calma. Quejidos, gemidos, que se asemejaban a un lloriqueo mudo.
Giro hacia la puerta y sin guardar más discreciones siguió el sonido. Ese sótano era mas amplio de lo que aparecía, intricados pasillos con subidas y bajadas cortas llenas de puertas, Sam se lo pensó dos veces antes de adentrarse en la quinta puerta viendo el interior de esta negro. No solo un negro de noche o de la simple ausencia de luz, sino uno tan profundo que le hacia hervir la sangre y a la vez le invitaba a seguir. Se adentro con la linterna, pero aun con esta, una niebla densa no dejaba ver lo que tenia frente a la nariz. Casi tropezó en diversas ocasiones, apretando los labios y balanceándose entre los objetos en el piso, para no hacer mas ruido del que seguro estaba haciendo. Aquellos seres eran extra sensitivos, debía ser cuidadoso.
Tenia en su bolsillo el móvil, dispuesto a comunicarle a Dean que estaba en el lugar correcto, apretó una serie de botones sin sacarlo de su bolsillo y envió un mensaje en clave, que solo su hermano podría descifrar correctamente.
-¡Mnhg!- Gimió la victima a la cual seguía, como si quisiera dar su posición a conocer, la luz de la linterna la ilumino una pierna, luego otra, ambas separadas y aferradas a la pared por los tobillos como en una de esas cárceles medievales, sus manos estaban igual, a cada lado, en una posición que lucia realmente incomoda, llevaba los ojos vendados y una mordaza en la boca pero su rostro rojo.
-Hey tranquila, tranquila estarás bien. Vine a ayudarte. – Murmuro con su tranquila voz de siempre, esa que parecía intentar apaciguar al mundo y lo lograba la mayoría de las veces, pero la joven muy al contrario de lo que se veía comúnmente se sacudió el doble al escucharlo. Samuel intento romper sus ataduras con el mango de su arma, sin éxito, mientras que la victima cada vez mas se retorcía y arqueaba hacia a Sam como si intentara empujarlo de alguna manera. –Voy a sacarte la mordaza, no grites, Hey, ¿Escuchaste?, no grites.- Desato la venda de sus labios y la joven comenzó a jadear apretando los ojos como si no quisiera abrirlos, pese a que las vendas no estaban mas sobre sus parpados.
Sudaba, las gotas caían por su rostro haciendo brillar su rostro rojo.
-¿Sabes si hay una llave? – Pregunto en voz baja lo mas suave que pudo. El cuerpo de la chica temblaba, pero estaba caliente y húmedo al tacto.
-P-por fav-vor…. –Rogo entrecortadamente.-
-Te sacaremos, solo ayúdanos… ¿Recuerdas algo?
-¡NO! –Grito, en un sonido que mas que un grito parecía un gemido desaforado.- ¡No, no, no por favor…ahh!
Sam quedo perplejo ante esa reacción. ¿La victima no quería ser rescatada?¿Pero que demonios pasaba? –¿No? ¿No, que?-
-No… no quiero ahgmm… ¡ahh! –Gimió nuevamente retorciéndose sobre su propio eje, su piel lacerada sangraba ampollada, pero ella… parecía estar disfrutando. Y de una manera retorcida, aquellos gemidos lo hicieron estremecer.- No la saques… ¡Q-quiero más! –Grito desgarradora cuando una mano se posiciono en el hombro de Sam, sin darle tiempo a reaccionar.-
-¡Hey Sammy! –Era "Dean".
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--Mientras tanto... -
- Se que suena totalmente estúpido, pero… - La joven apretó los labios con un ligero rubor en sus mejilla y se corrió el cabello detrás de la oreja. –Ya te he dicho todo lo que paso… - Aparto la mirada avergonzada por lo que acababa de decir en voz alta.
-I-interesante. – Murmuro Dean casi sin habla. Rascándose solo de puros nervios los cabellos sin poder apartar la mirada. –E-entonces… ¿m-me lo quieres contar… de nuevo? Digo, para, ya sabes… - Busco palabras o más bien excusas para poder escuchar lo que la mujer decía una vez mas, un caso como ese no se veía todos los días. Y mucho menos con situaciones tan… especiales.
-A grandes rasgos y para no… -La mujer suspiro haciendo un mohín con los labios.- volver a repetir todo. Mientras estuve allí, pude ver mis… mas grandes fantasías sexuales y cumplí, algunas, tantas… -Negó con la cabeza como corrigiéndose.- tantas como pude…
-¿Y en alguna había más de tres personas?-
-¿Disculpe?-
-Ya sabe, cuestiones de rutina. –Dean mostro aquella sonrisa inocente que todos bien conocen a lo que la chica solo enarco una ceja y quedo en silencio tomando un sorbo del café que llevaba en manos.
El celular de Dean comenzó a vibrar sobre la mesa y levantando un dedo con un gesto de "Espera" lo contesto, era Sam.
-¡Hola, hola, Sammy! –Comenzó a decir con un tono alegre.- ¿Qué? Vamos no me jo… -Dijo sin terminar la palabra "jodas" para cambiar su expresión a una de total incógnita.- ¿En la puerta? Una cerveza helada... hielo, vendas…-
Va nombrando las cosas mientras el otro se las iba diciendo, y se levanta del sillón caminando hasta la puerta del apartamento, tomando las llaves solo mostrándoselas a la dueña para que sepa que el las tenia, y abrió la puerta sin colgar el celular –¡Hey Sammy!- Dijo para luego ver que en sus brazos llevaba una mujer cuyas ropas rasgadas apenas cubrían lo justo y necesario. Como si aquello no fuera suficiente, también estaba cubierta de sangre al igual que su hermano el cual de pies a cabeza tenía raspones. –Fiuuu… - Silbo por el teléfono viéndolo. – ¿Acaso vienes de la guerra? Y te trajiste un premio… -La mujer en los brazos de Sam se removió en un leve gemido. Y Sam sencillamente cerro el celular para guardarlo, logrando que Dean haga lo mismo al momento.-
-Me vendría muy bien el impala… -Menciono Sam señalando con insistencia a la mujer
-Oye no… -Dijo de repente y negó.- La sangre, mancharan el cuero…
-Entonces conduce tú. –Ejemplificando una de sus famosas :BitchFace: con poca paciencia luego de lo que había enfrentado.-
-Pero… Yo estaba tomando reporte…-
Sam no dijo nada, al parecer con su cara alcanzaba perfectamente para hacer reflexionar a Dean con respecto lo que debía hacer. –Esta bien…-
Suspiro y se despidió de la mujer con la que estaba, tomo una de las cervezas y emprendieron el recorrido hacia el lugar donde e alojaban. –Entonces… porque no dejas a la mujer inconsciente sobre el asiento trasero recubierto con plástico y me cuentas que es lo que paso contigo y todas esas lastimaduras –Al no escuchar respuesta pregunto.- ¿Lo encontraste?-
Sam se negó a responder y miro hacia el frente con la mujer entre los brazos recostada sobre su pecho, tenía los ojos perdidos y los labios ligeramente agrietados, entrecortados. Al notar que su hermano no hablaba empezó a preocuparse un poco, solo podría pasar algo importante para que Sam este de esa manera, primero la falta de palabras, pedir ayuda para volver a casa y con una mujer en brazos. Ya de por si era extraño que no haya pedido refuerzos al entrar la casa… Dean estaría atento a cualquier cosa, pero la prioridad en este momento, como ambos bien sabían, era cuidar de la chica que habían rescatado.
Sin demora y sin más la llevaron al doctor, siempre inventaban historias ocurrentes para justificar las lesione y luego de todo volvieron al motel, en silencio.
-¿Así que no me piensas hablar? –Abrió la puerta del motel y entro luego de que su hermano, sin pedir permiso, casi le robara el paso a toda velocidad. – ¿Que tal el dígalo con mímica? ¿Ah? – Recibió solo una mirada de reojo, con tanto odio de Dean aparto la mirada. –Lo lamento señor "ya estoy grande para juegos"-
-Me daré una ducha. –Murmuro cargándose al hombro una toalla y entrando al baño, abrió la ducha y la cerro detrás de el, dejo el agua caliente correr hasta que todo se lleno de vapor.-
-Cuatro palabras, vaya, todo un progreso… -
El aire se había hecho denso dentro de las cuatro paredes de ese baño. Y ni si quiera el espejo podía ver que ocurría dentro. Mucho menos Dean, justamente el, no debía de saberlo.
Samuel se metió bajo la lluvia de la ducha cerro los ojos y respiro hondo, su respiración estaba agitada, ya no podía soportarlo mas, demasiado había fingido para que no lo descubrieran de esa manera, demasiado había contenido las ganas de gritar, sin embargo, justo ahora debía seguir haciéndolo. Su propia mano se deslizo sobre su cuerpo. Demonios… cada gramo de su piel estaba ardiendo, quemándole desde adentro hacia afuera, y ya sin ropa ni jeans ajustados que impidieran algo, su deseo se hacía notorio e inminente. Clavo las uñas en su propia piel y apoyo la mano en la pared de cerámico. –"Duele… Mierda"- Murmuro solo para el mismo, quejándose, no de sus uñas sino de aquella erección ya casi rojiza que llevaba.
No podía ser, él había sido capturado, el había sido engañado con la mas tentadora y viles de las tretas, sus deseos mas íntimos. Ya no había paso atrás, debía terminar con aquel "problema" antes de que Dean lo notara, y debía ser pronto, no podía demorarse mucho mas de lo usual, tampoco deseaba preocupar más a su hermano. Se rindió ante lo que deseaba y simplemente cerró la mano alrededor de su miembro.
Las imágenes pasaban por su cabeza como si alguien estuviera reproduciendo un video en su cabeza.
Dean Winchester, el famoso "Don-Juan", recorría su piel con la punta de sus dedos, desvistiendo, y reconociendo cada uno de los músculos de su hermano. Manos toscas, ligeramente ásperas, manos de cazador que rasguñaban sin gentileza alguna su blanca piel.
Sam apretó los labios, no podía gemir, no debía ser escuchado, no podía. Su mano subía y bajaba por el largo de su masculinidad haciendo perder entre el agua de la lluvia su humedad. El agua no lo calmaba, y mucho menos lo hacían esas imágenes.
Dean lo lanzo con fuerza a la cama y abordo sus labios in permiso dándole rienda suelta de recorrer su boca, explorar sus labios y sentir su sabor, el sabor de lo prohibido que era rebelado, ya sin ropa, ya sin ninguna barrera los pensamientos de Sam enloquecieron tanto o mas que su cuerpo o su propia cordura.
Jadeó con fuerza dejando que el sonido del agua lo sofoque. Amento el ritmo y la fuerza, jalando el mismo de su propio miembro mientras apoyaba la frente en la pared, buscando apoyo, ya que, ambas manos, estaban totalmente ocupadas. Su corazón latía fuerte y el mismo se sentía cerca, tan cerca, pero sin poder cruzar la barrera, aquel punto que lo haría tocar el paraíso cortesía de sus pensamientos. Cortesía de su debilidad y la saliva del monstruo que aun estaba en su sistema como un afrodisiaco que necesitaba acabar.
-Sam… Sammy… -Dijo Dean preocupado tocando la puerta detrás.- ¿Todo esta bien? –
Sam no contesto, tenia la mente nublada y la garganta cerrada por la excitación, hasta el mismo creía que si hablaba en ese preciso momento, no se escucharía una palabra, sino un grito, un gemido.
-¿Sammy? –Volvió a decir Dean esta vez pegándose a la puerta, no le agradaba su actitud, jamás los hermanos se habían guardado secretos, ni habían tenido dudas del otro, eso, era algo que no le agradaba para nada.
-¡S-si! –Se apuro a contestar y aumento tanto como pudo la velocidad de sus caricias, esa voz, esta no estaba en su cabeza… era el, diciendo su nombre, era aquello, lo necesitaba.
Al fin se sintió rozar el paraíso y rogo internamente que su hermano no dejara de hablar. Un poco mas…. Unos minutos más… y al fin alcanzaría el clímax.
Dean observo la puerta con cierta duda y dio unos pasos hacia atrás como si esperara atravesar la puerta con la mirada, solo para saber que ocurría.
Te espero fuera, tenemos que hablar. – Sam se pego a la pared, su cuerpo temblaba, y no por frío con exactitud. –¿Si, Sammy?-
Sammy… Sammy, esa forma de llamarlo…. Eso, fue suficiente, para que Samuel estallara en el climax que tanto había esperado manchando las paredes de un blanco acuoso que se mezclo con el agua de la ducha que al instante lo limpio. – ¡SI!- Grito por fin, mas similar a jadeo ahogado que a una palabra, pero era el único sonido que podía manifestar, mientras ese placer, escalaba todo su cuerpo, en un orgasmo, lo suficientemente largo, para quitarle el aire.
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/Fin del Capitulo 1/
Comentario:
Bueno gente, ahí terminaría el capitulo numero uno de esta historia... Espero puedan soportar el stres(?) y dentro de una semana (O unos días) subiré el próximo, no se olviden de pasar de nuevo para verlo. ^^
Es mi primera fic tan "fuerte", tenganme paciencia D:
Y Cuídense ^^
AngelNephilim~
