Shingeki no Kyojin es propiedad de Hajime Isayama. Por lo que esta historia es escrita por una fan para fans.
¡Atención! La historia puede contener spoilers ya que sigo el hilo del manga. Por lo que queda bajo tu responsabilidad seguir leyendo a pesar de este aviso.
Capítulo 01: Empezando una nueva vida
60 años. La morena lleva alrededor de 60 años viviendo fuera de las murallas en forma de titán. Ella no quiere estar ahí ya que es un infierno el tener que luchar para sobrevivir y no ser devorada por los otros titanes, pero a su suerte tiene a alguien que la aprecia y la admira. Aunque más que "alguien" es "algo". Pues el titán que devorará a Ilse en unos años, es supuestamente un niño que la respeta y la sigue a todos lados. A ella no parece molestarle, pues está demasiado ocupada mirando en la lejanía las murallas con los humanos dentro. Ella quiere formar parte de ellos, quiere una nueva vida, una nueva oportunidad.
No sabe cómo entrar. Pues si trepa obviamente la van a ver y por tanto, la mataran. Y esperar a que la Legión de Reconocimiento volviera, y así poder infiltrarse de alguna forma es demasiado arriesgado. Tampoco quiere decirle nada al titán que está tan pegado a ella, pues a diferencia de ella, él sí es un titán de verdad y no un Titán Cambiante. No quiere ponerlo en peligro, así que tiene que ser egoísta y dejarlo a su suerte.
Esta noche sería el momento oportuno. Aprovechando que a él se le reduciría las fuerzas e incluso, caería sobre el suelo ya que sus piernas y brazos encogerían, ella podría marcharse en su forma humana y poder sobrevivir. Había tomado una decisión y nada le hará retractarse.
Por lo que espera a que la noche llegue y cuando es así, el titán cae de golpe en el suelo después de 3 horas por ausencia de la luz del sol. Mira de reojo a Ymir, viendo como ella sale de su nuca soltando una bocanada de aire, como si hubiera estado aguantando la respiración por horas. Cuando recupera la compostura y se baja de su cuerpo de titán, mira al titán niño quien parece sorprendido a juzgar por sus ojos tan abiertos. Ella lo mira con cara de pocos amigos y se acerca a él, posando una mano en su mejilla.
-Perdóname… -Siente una arcada y antes de empezar a vomitar, echa a correr.
-…mir… -Escucha- Ymir… -Escucha su nombre una y otra vez por parte del titán.
Su nombre se va alejando a medida que ella corre más y más. En verdad lo siente pero tener una nueva vida le llama más la atención. Corre y corre, corre todo lo que puede. Se la pasa corriendo por horas. Y encima las arcadas siguen presentes, lo que ocasiona que la morena vaya más lenta a ratos, hasta que no puede más y cae de rodillas en el suelo, intentando vomitar mientras el sudor cae por su frente.
-Blee… -Tose un poco aún con ganas de vomitar- Solo estoy vomitando jugos gástricos… Suerte… -Susurra para ella misma.
Pues los titanes no digieren la comida. Esto quiere decir que si se ha comido algún humano sin ser consciente de ello, ella lo acabará vomitando. Y si no vomita nada, quiere decir que no devoró a nadie y eso la alivia mucho.
Como si estuviera cayendo en la locura, vuelve a escuchar su nombre por el titán que dejó atrás.
-No… -Se pone en pie tambaleándose un poco- No voy a volver, ¡debo seguir! –Se reclama a sí misma para volver a correr.
Pasa otro tiempo de más corriendo sin parar hasta que se topa de bruces con una iglesia abandonada. Eso llama su atención, pues nunca había visto una iglesia fuera de las murallas. Por tanto, no puede evitar entrar en aquel lugar que se cae a trozos pero curiosamente se mantiene en pie.
-Vaya… Debieron abandonar esta iglesia al menos unos 40 años cuando vieron a algún titán… -Se dice a sí misma, muy sorprendida de encontrar un lugar tan espiritual entre tantos titanes.
Camina entre los bancos y esculturas rotas, tocando suavemente alguna de ellas hasta que se para en frente de una en especial. Ve una estatua en forma de un ángel femenino donde debajo de ella tiene una placa con una frase aún algo legible.
-Un ángel que se ha ido de viaje… –Lee la morena rozando aquella frase con la yema de sus dedos.
Se queda mirándola, como si le llenara de ternura y calidez dentro suyo. No puede parar de mirarla, no quiere irse de ahí. Por lo que decide quedarse un poco más para descansar un poco aunque sea, las murallas aún están algo lejos de donde está ella.
Se sienta en el suelo apoyándose en uno de los bancos, como si fuera un respaldo. Se abraza a sus piernas y esconde su nostálgica mirada entre sus rodillas, cerrando los ojos muy lentamente.
-Cuando esté dentro de las murallas, la Titán Ymir desaparecerá y podré empezar de nuevo… Una nueva vida… -Piensa para ella misma.
Está totalmente agotada, por lo que sin poder evitarlo se queda profundamente dormida. Esto quiere decir que cuando el sol se proclama rey del cielo y sus fuertes rayos tocan por completo la piel de su rostro, la despierta enseguida. Se sienta de golpe totalmente blanca, como si el corazón se le hubiera detenido de golpe.
-¡Soy una idiota! ¡Me devorarán si no me doy prisa! –Se riñe a sí misma mientras muerde su mano y se convierte en titán. Pues no tiene ningún cuchillo en mano para herirse y transformarse.
No duda en marcharse de ahí, de árbol en árbol para ir más rápido. Pues ese es su sector y es el único lugar donde en verdad es fuerte. Pero le sorprende algo, y es que no se topa con ningún titán, ¿qué ocurre?
Siente una espina clavándose en su corazón, como si tuviera una mala sensación ante aquello. Pero eso no hace que reduzca su velocidad. Entonces la sorpresa llega y esa mala espina se clava más en ella. Ve como el Titán Colosal acaba de patear la Muralla María, permitiendo entrar a una gran cantidad de titanes dentro de ella. Acaba de crear el caos entre los humanos, se acabó su oportunidad de empezar de nuevo.
Eso la enoja e incluso la ciega de ira. Tanto que pierde el sentido de todo y el cuerpo de titán empieza a reaccionar solo. ¿Sabéis cómo? Simple, en cuanto el Titán Colosal desaparece y deja simplemente la humareda ardiente, la Titán Bailarina salta de rama en rama a una velocidad que da miedo. Si Ymir estuviera presente se preguntaría que hace una pequeña figura corriendo tan tranquilo y sin ser devorado por ningún titán. Pero eso no importa, en cuanto toca el suelo y corre con sus manos y piernas –como lo haría un animal-, divisa a lo lejos a tres pequeñas figuras.
Son tres niños. Acelera su carrera y a pesar de ser un tamaño bastante pequeño comparándola con los demás, no significa que los pequeños no se percataran de ella. En cuanto la ven sus rostros se horrorizan y empiezan a correr para salvar sus vidas, pero la titán logra alcanzar a uno. Los otros dos se giran asustados, incluso hacen el ademán de salvarlo.
-¡No! ¡Huid! ¡Rápido! –Reclama el otro con el terror en su mirada y lágrimas en los ojos, pero a pesar de saber que va a morir, quiere salvar la vida de sus amigos.
No le da tiempo a decir nada más. Pues es devorado por Ymir. Ellos se quedan catatónicos al ver eso, y a duras penas logran huir de las garras de la Titán Bailarina. Ella no se da cuenta de su huida, pues está entretenida devorando a ese niño. Lo curioso de todo esto es que Ymir no recordará nada de esto, no recordará que devoró a Berik, el mejor amigo de Reiner y Bertholdt y que ellos nunca la van a perdonar.
Pero eso no importa ahora. Aún sin tomar el control, la titán entra en la brecha de la muralla. No sabe cómo logra pasar la muralla, pero no se centra en devorar a nadie aunque los soldados si logran atinarle con balas de los cañones. Le dan en el brazo y este se desprende de su cuerpo, también le atinan en un pie y parte de la pierna de la otra. Eso logra que se caiga y se detenga un momento, pero esas heridas se regeneran en 3 segundos. Esto le permite seguir corriendo e impide que la artillería no pueda cargar sus cañones para atacarla de nuevo. Obvio si la ven irían a por su nuca, por lo que corre entre tejado y tejado para ir más rápido mientras va apartando a los soldados violentamente. De nuevo, le cortan la pierna y los dos brazos.
Cae al suelo, lejos de ellos y cuando un soldado está dispuesto a cortar su nuca, otro titán de 15 metros lo agarra y lo devora al instante. A pesar de que al ser un Titán Cambiante llamaría la atención a los demás, parece que esta vez no es así. Es como si la considerasen muerta, pues la carne de la Titán Bailarina se está descomponiendo y de esa forma, de su nuca empieza a salir Ymir totalmente mareada. Se siente como si hubiera estado durmiendo durante años y que aun así no haya podido descansar correctamente. Pues está agotada, así que cae de su cuerpo de titán y cae de rodillas. La caída es tal que suelta un gemido de dolor, conteniendo un grito.
Como si algo la estuviera protegiendo, ningún titán parece interesarse en ella y ella ni se da cuenta. Se siente perdida, mirando de un lado a otro al no reconocer el lugar.
-¿D-Dónde estoy…? –Se pregunta sujetando su cabeza, la cual le duele mientras se pone de pie como puede, pues le duele las rodillas aunque eso no le impide caminar. Aunque se tambalea.
Sale de un callejón y se topa de bruces con un titán de 7 metros. Al ver lo enorme que es, entiende que está en su forma humana de nuevo y por tanto, ese titán tiene pensado devorarla y ella no tiene nada con que defenderse, así que solo logra arrancar a correr aguantando el dolor de sus rodillas. Este gigante la sigue con esa sonrisa que tienen, como si eso fuera un juego y se divirtieran con ello, pero este cae al suelo en cuanto una soldado le corta la nuca.
-¡Corre, traspasa la segunda puerta y coge un barco! –Le grita esa soldado muy nerviosa.
La morena solo asiente y sigue corriendo. En verdad es como si hubiera algo divino que la protege, pues logra llegar a la segunda puerta de la Muralla María y ya agotada, llega a la cola para coger el barco de evacuación. No sabe porque hace todo eso, pues sigue sin ser consciente de lo que ocurre, así que se coloca la capucha de su capa como si eso fuera una manera de centrarse un poco. Respira agitada mientras espera entre la multitud con el sudor bajando desde su frente hasta su mejilla, así llegar a su barbilla y gotear el suelo.
En cuanto sube, retiran la tabla y se escucha los gritos de desesperación de los humanos. Es cuando se da cuenta de lo que sucede en verdad. Sus ojos se dilatan mientras se apoya en el borde del barco mirando lo que en verdad pasa. Sin saber cómo, ha logrado introducirse dentro de las murallas y mejor aún, sobrevivir. No puede evitar sonreír de medio lado llena de alivio, por lo que suspira y se deja caer sobre la madera del barco.
-Estás a salvo, puedes estar tranquila… -Le dice alguien totalmente ajeno.
Ella lo mira y solo logra asentir. Todo eso le viene de sorpresa, pero lo que la deja catatónica, igual que a los demás, es cuando la segunda puerta de la Muralla María es destruida por el Titán Acorazado. Ocasionando otro griterío desesperado por la humanidad.
Con ese caos, ¿logrará rehacer su vida, ahora siendo humana?
….
Bueno, hacía muchos años que no hacía una historia usando personajes ya creados… Aun así, espero que os haya agradado.
Este capítulo está basado en una parte del doujinshi A distant Fragrance y de la destrucción de la Muralla María.
Para poder leer el doujinshi, os lo podéis descargar en el siguiente enlace:
www . mediafire download / vpzfa2gxdazvjtg / Un + perfume + lejano . zip
¡Gracias por leer!
