Esquizofrenia

CAPITULO UNO: Conejo de la luna

Atención a todos los trabajadores

Atención a todos los trabajadores…

El lugar se autodestruirá en diez minutos

Repito… el lugar se autodestruirá en diez minutos…

-Tenemos que salir de aquí! –gritó un chico de cabello negro, alzando la vista hacia arriba, viendo como todo el lugar se estaba cayendo en pedazos.

-Estás de broma, Ray! –gritó uno de cabellera abundante azul, mirando hacia atrás, donde estaban sus amigos –Estoy apunto de ganar! –gritó de nueva cuenta, para después devolver su atención al plato de beyblade donde dos trompos de debatían por sacar al otro del estadio.

-Acéptalo!! Estoy a una nada de ganarte! Mejor hazle caso a tu felino amigo y ríndete de una vez! –le gritó el chico que era oponente de Takao en esos momentos.

-Detente, Yuriy!! –gritó otro chico, siendo sostenido por uno rubio.

-Kai! Puede ser peligroso que te acerques tanto! –gritó Max mientras sujetaba con fuerza de los brazos al bicolor, pero éste ultimo solo forcejeó más y logró liberarse –KAI!

-Yuriy detente!!! Takao te ordeno que te detengas ahora!! –gritó el bicolor viendo a su compañero de equipo directamente a los ojos.

-Tu estás tocado!! Voy ganando, maldita sea!! –gritó Takao, viendo con enojo al serio del grupo, que en estos momentos de serio no tenía nada.

-TU NO ENTIENDES!! –gritó con fuerza el bicolor, corrió directamente hacia el pelirrojo y se puso en frente de éste, con sus brazos extendidos, en un intento burdo de defenderlo.

-Kai…-susurró quedamente Takao, viendo la acción de su compañero, acción que le dolía en el alma, frunció el cejo, frustrado –Quítate Kai, o juro que no respondo! –gritó el chico, Kai lo miró amenazante, sosteniéndole la mirada.

-Kai…-salió de los labios del de ojos árticos, captando la atención de Hiwatari, quien volteó inmediatamente.

-Sí… soy yo, Yuriy, reacciona, vamos –dijo Kai, sosteniendo las mejillas de su amigo, haciéndolo ver a los ojos, bajando ligeramente su cabeza, ya que el bicolor era más bajito –Despierta por favor….

Yuriy se tomó la cabeza entre sus manos, sus ojos completamente abiertos, temblando por no saber quienes eran esas personas, aquel muchacho que lo miraba con tanta preocupación, no recordaba nada, quien era?! –AAAAAAAAHHH!!! –gritó desgarradoramente, asustando a los presente, aquello era un grito de frustración por no saber que pasaba, por sentirse tan perdido en su propia mente.

Kai veía con dolor como su pelirrojo sufría, viéndose completamente inútil al no saber que hacer, así que solo atinó a abrazarlo con fuerza, Yuriy intentaba por todos los modos alejarlo, pero Kai se resistía, poniendo más fuerza.

-Regresa!! Por favor regresa!! –decía un susurró desesperado, para que nada más él pudiera escucharlo, le estaba rogando, no permitiría compartir aquella debilidad con nadie más que con él –Regresa a mí…-dijo quedamente, sintiendo como el ruso se rendía en sus brazos y caía arrodillado, Kai se agachó junto con él –Yuriy…

El pelirrojo estaba agitado, con la cabeza gacha, y sus manos sujetando con cierta fuerza los antebrazos del bicolor, que también tenía sus manos en posición igual, todos los presentes seguían viendo aquella escena, no parecía que vieran el derrumbe que los amenazaba con aplastarlos por el techo.

Takao no podía soportar ver aquello, ese sujeto le estaba quitando lo más importante de su vida, y Kai estaba dispuesto a eso, no, no lo podía creer. Miró el plato de Beyblade y ambos trompos seguían girando, pero el de Yuriy se tambaleaba un poco, mientras que el del peliazul seguía con su fuerte giro.

Pero un fuerte temblor los sacó a todos de sus cavilaciones, haciéndolos reaccionar en la situación en la que se encontraban, máxima cuando una roca, parte del techo, cayó separando a los chicos, quienes saltaron para no ser aplastados.

-Amigos, muévanse o vamos a morir todos aquí! –gritó Ray, viendo como Kai y Yuriy seguían del otro lado del plato, era peligroso que estuvieran tan lejos, Takao volteó hacia el neko y asintió, ordenando a Seyryuu que regresara con él, el blade obedeció, impulsándose hacia la mano de su dueño.

-Kai!! Tu también regresa!! Es peligroso que estén ahí! –gritó Max, con las manos en puño y un semblante pleno de preocupación por su amigo, Kai volteó y asintió al comentario de su amigo, y haciendo esfuerzo, intentó pararse junto con su… con Yuriy.

-Yuriy… levántate… no puedo con los dos…-dijo quedamente, el pelirrojo obedeció, pero seguía sin levantar la mirada, cosa que preocupó al bicolor –Yuriy… que tienes?... –preguntó quedamente.

-Yuriy… -susurró casi en siseo, Kai levantó una ceja, sin entender, pero después un zarpaso lo sacó de su sorpresa, para meterlo en otra el doble de fuerte –Yuriy no existe –dijo con los ojos dilatados, una sonrisa diabólica y sujetando a Kai del cuello.

-Yu-Yura!! –siseó Kai, sujetando las manos que lo apretaban, quitándole el poco oxigeno de sus pulmones.

-KAI! –gritó Takao, volviendo a colocar su Blade en el lanzador, pero Ray lo detuvo.

-Olvídalo! Puedes lastimar a Kai! –gritó el pelinegro, otro temblor los sacudió, ahora era el piso el que se abría de una manera amenazante.

-Amigos enserio tenemos que salir de aquí! –gritó Max, asustado, viendo el suelo desquebrajarse a sus pies.

Takao miró a su amigo rubio y apretó con fuerza sus puños, miró de nueva cuenta hacia el pelirrojo y el bicolor, y éste último seguía atrapado por el jefe de los Demolitions Boys, otra sacudida, más fuerte que la anterior, haciendo que se tambalearan y cayeran al suelo, lo que provocó que Yuriy soltara a Kai.

El bicolor tosió con fuerza al sentir como por fin el aire volvía, Yuriy cayó de espaldas, soltando así el lanzador de su Blade –Kai!!! Corre!! –gritó Takao con cierto alivio, parándose.

Pero una parte del techo se desprendió, todos miraron como los escombros caían con fuerza, los cinco jóvenes voltearon hacia arriba, aquel pedazo de muro los iba a aplastar.

-Byakko -gritó Ray, sacando a su bestia Bit, el tigre blanco fue directamente hacia la parte del techo, partiéndola en dos, para que no los aplastara –Así se hace, Byakko! –gritó el neko, pero se sorprendió al ver como parte de la roca caía hacia donde estaban Yuriy y Kai.

-Kai!! –gritaron todos, el bicolor, volteó hacia arriba y sus ojos se abrieron en sorpresa, se abrazó al pelirrojo, cubriéndolo con su cuerpo.

De un momento a otro, ya no estaba Yuriy en sus brazos…

Su cuerpo estaba flotando…

Por que Yuriy se veía tan lejano?...

Por que lo miraba con tristeza?...

Por que no podía alcanzar sus manos?...

Un golpe certero en su espalda, lo hizo volver a la realidad, aquella roca haciendo un golpe seco al caer, separándolo de Yuriy… su cuerpo tirado en el plato de blade; sus ojos carmín estaban impactados, y las lágrimas fluían de ellos dejando marcas en sus mejillas. Todos veían mudos la escena…

-No… Yuriy… no….-negó sutilmente, sus labios casi no se movían al decir esa simple palabra –Yuriy… -susurró, se paró con pesadez, tambaleándose por el golpe recibido en su espalda.

Otro temblor los sacó de sus pensamientos de nueva cuenta, Takao fue el primero en reaccionar, y frunciendo el cejo se acercó a Kai, para tomarlo por el brazo y llevárselo de ahí, Una explosión los alteró a todos.

-Rápido! Están empezando las explosiones, salgamos ya! –gritó Ray, sujetando a Byakko con fuerza, sintiendo como Max y Takao corrían tras él, éste último sujetando a un bicolor completamente ido, viendo hacia atrás.

-Yuriy….-susurró de nueva cuenta, Takao volteó ligeramente, frunció el cejo, pero al sentir como su mano soltaba la muñeca fina del otro niño, volteó asustado.

-Kai! –gritó el peliazul, al ver como Hiwatari corría en dirección contraría, el peliazul se le echó encima sujetándolo de la cintura, pero el bicolor forcejeaba por su liberación –Es peligroso Kai!! Tenemos que salir de aquí!! –gritó el chico.

-No!!! NO!!!! YURIY!!!! YURIY!!! –gritaba con fuerza, sus ojos dilatados y derramando lagrimas de dolor, un dolor que no podía aceptar.

-YURIY!!!! –gritó y una explosión hizo su aparición.

Despertó alarmado, su corazón latía tan fuerte que sentía como golpeaba con rabia su pecho, el sudor frío pasaba por su cuerpo, en una muestra clara de su miedo, su respiración agitada y entre cortada no lo dejaba tranquilarse y por extraño que fuera, su boca estaba completamente seca. Un frío acogedoramente incomodo lo hizo voltear a la ventana.

Estaba abierta… no recordaba haberlo hecho, se paró para cerrarla, pero justo cuando agarró la puerta de la ventana, la luna llamó su atención. Brillaba… como si fuera un enorme foco blanco. En sus ojos amatistas se reflejaban sus brillos, haciéndolos lucir llenos de vida… vida que le fue arrebatada.

-Yuriy… antes veíamos mucho el cielo… -susurró quedamente –Tu gustaba de verlo, siempre que amanecía, veías el cielo…

Un murmullo lo sacó de sus pensamientos, al voltear a la cama, estaba Takao, completamente dormido a pierna suelta, Kai sonrió ligeramente… para después regresar su atención a la luna blanca, Hiwatari podía jurar que había un conejito en ella. Eso le recordaba la leyenda del conejo de la luna…

-Yuriy solía decirme que siempre nos vigilaba… -se abrazó a si mismo –Que él me cuidaría si llegaras a faltar… -una ligera lagrima pasó por su mejilla –Entonces por que me haz abandonado?... por que dejaste que estuviera con él y no contigo…-susurró con dolor, ligeros espasmos llenaron su cuerpo, porque tenía que llorar?...

Eso era de débiles, solo ellos demostraban sus emociones y se dejaban dominar por ellas, pero él?... él no podía dejarse caer, pero… no se lo prometió a nadie… Yuriy no llegó nunca a decirle unas palabras de aliento… nada… que lo obligara a seguir con su vida… se fue dejándolo con un mal sabor de boca… con un recuerdo que taló en su cerebro hasta enterrarlo en lo más profundo.

Dejándolo sin esperanzas de seguir en la vida… sin algo que lo motivara al ver un nuevo día…

Hasta que llegó él… Takao… él nunca le permitió dejarse morir, lo atrajo a la vida cuando más lo necesitaba, le mostró un hermoso amanecer, sosteniéndolo de la mano cada que caía al suelo, llenándolo de palabras de luz y esperanza que lo hacían olvidar su cruel presente… Takao lo amaba y no perdía oportunidad para decírselo…

Cuando comían…

Platicaba de alguna trivialidad…

En la cama… no mal interpreten, Kai jamás había dejado que Takao pasar de simples besos con él, Kai siempre se lo dejó bien claro… no lo amaba… lo quería, eso sí y apreciaba todo lo que hacía por él… pero de eso a corresponderle tal sentimiento… no, Yuriy era la única persona que albergaba su corazón…

Sintió unas manos rodear su cintura y al voltear, se encontró con la mirada llena de amor de Takao, quien recostó su mentón en el hombro de Hiwatari, quien lo recibió gustos…

-Te desperté?... –preguntó quedamente, Takao negó con la cabeza, para después empezar a besar el cuello del bicolor, quien entrecerró los ojos, degustando del gesto.

-Takao… -susurró, sintiendo ligeramente sus mejillas arder, no podía negar que los mimos que el peliazul tenía para con él, lo descolocaban, le cegaban y deseaba sentir más… pero siempre estaba la imagen de Yuriy… viéndolo con aquellos ojos llenos de odio, como si le recriminaran su conducta…

-Lo sé… solo quiero que sepas que te amo…-susurró en su oído, creando un estremecimiento en el bicolor, se alejó un paso fuera del pecho de Takao, quien suspiró en resignación –Voy a ir a entrenar un poco –dijo y salió del cuarto, cerrando la puerta con algo de fuerza…

Kai sabía que a Takao le faltaba poco para que se hartara de esa situación, de ser el segundo plato de la mesa, que cada vez que lo quisiera tocar, él le rehuyera atribuyéndolo a la memoria del pelirrojo, Kai lo entendía y nunca le reprocharía al peliazul que lo dejara… él se lo había buscado.

Suspiró cansadamente, entrecerrando los ojos; caminó hacia el espejo donde se admiró por un momento… no podía decir que se veía mal, al contrario, gracias a los cuidados de Takao, nunca se mal pasó, bueno… pero no como se había imaginado que sería. Tocó con la yema de sus dedos su propio reflejo y sonrió con nostalgia, sus ojos seguían reflejando la falta de Yuriy en su vida…

Negó varias veces, en un modo calmado y después fue directo al baño, no tenía sueño, así que de nada valía volver a acostarse, ayudaría a Takao a entrenar, que total, no tenía nada mejor que hacer.

Cuando la puerta del baño se cerró, el espejo empezó a mostrar algo… completamente ajeno a lo que debería de ser, ondas de agua se reflejaron, para dar paso a una silueta, la cual sonrió de un modo soberbio…

-Al fin te encontré… -susurró quedamente, para desaparecer del mismo modo…

Continuará…

Notas de la autora:

Hola gente!! Kya pues la verdad ando aquí ahora mostrando un fic de una serie que me ha dejado embobada por sus lindos personajes y sus bestias de admirar!! Así es, nada más y menos que Beyblade! Wiii, amo a Kai, Tala, Takao, Ray!!! Los amo a todos los personajes!!

Respecto a los nombres de las bestias, pues estuve investigando y di con una pagina que los denomina de esa manera y pues, me encantaron! Así que esos serán sus nombres en mi fic, si no les agrada… pues se joden XD!, no, no se crean!! Las amo! Si los ven extraños y difícil de aceptar, pues díganme y ya veremos que se hace.

Espero que les haya gustado el primer capitulo de mi fic!! El cual traerá muchos misterios y amores no correspondidos, los cuales llegaran al punto de ser enfermos!!

Minna dejen reviews!!! Onegai!!