Disclaimer: Naruto no es propiedad mia, si lo fuera Sasuke ya hubiera vuelto a Konoha, Karin se hubiera ido al diablo hace mucho y todos estarían felizmente comiendo ramen (menos Karin, se entiende). Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto aunque con gusto me lo quedaría.
Desarrollado en un universo alterno, en diferentes épocas. Occ.
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¡Hola de nuevo! Este es un fic que se me ocurrió mientras dormía, sé que está raro pero dénle una oportunidad. Espero les guste y me dejen un review, aunque sea cortito, la verdad es que eso anima mucho, nunca habria pensado que esas cosas te hacían sentir tan bien.
Está ambientado en la época actual y la época victoriana, probablemente más tarde ponga otra. La época victoriana es una de mis favoritas jeje.
Mil gracias por leer, ojalá lo disfruten tanto como yo disfruté el escribirlo.
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Luna Antigua
Allí estaba otra vez, sentado en la hierba. Esperando de nuevo. Aguardando por ella. Simplemente para verla de nuevo, la rara chica que un día tuvo la suerte de conocer en aquel bosque abandonado, la que nunca jamás se encontró de nuevo.
Cualquiera habria dicho que era amor a primera vista, cualquiera, pero no Uchiha Sasuke ¿por qué? Por que él no sabía lo que eso era. No sabía que era lo que sentía. No sabía de donde había surgido aquella adicción, aquel temblor de piernas, aquellas cosquillas en el estómago, aquella necesidad de verla otra vez, aquella… aquella… obsesión.
Por que eso era, no había otra palabra para definirlo, él se había enamorado. Enamorado de alguien que no conocía, que sólo había visto una vez y con quien jamás había hablado. Se había enamorado de la chica victoriana. Había terminado por llamarla así, para llamarla de alguna manera, pues la única vez que la había visto ella usaba un traje verde oscuro de otra época, la época victoriana.
FLASHBACK
Se sentó en la hierba, cerca del lago y un suspiro de alivio se escuchó en el silencioso bosque. El pelinegro miró su reflejo en las tranquilas aguas preguntándose cómo era que aquellas jodidas chicas estaban tan jodidamente locas. Había ido a ese bosque para esconderse de sus estúpidas admiradoras, que, lideradas por Karin, jugaban su juego preferido, "seguir a Sasuke hasta gustarle"
Casi lamentó que hubiesen cambiado de líder, pues, aunque Ino era pesada, no era nada comparada aquella pesadilla de chica. Ino se había enamorado de Sai, un chico nuevo amante de la pintura que no sabía porqué, le resultaba algo extraño.
Sasuke recientemente había descubierto el silencioso bosque como un lugar perfecto para escapar de sus lunáticas admiradoras pues, aunque no lo diría ni bajo tortura, aquelas chicas le daban miedo, y mucho.
No podía creer que hubieran mandado a Suigetsu al hospital sólo por decir que él era demasiado arrogante, definitivamente tenían que estar mal de la cabeza.
Repentinamente, se escuchó ruido de pasos y hojas siendo apartadas, lo que hizo que Sasuke se pusiera en estado de alerta de inmediato. Quizá una fan había logrado seguirle hasta allí. Pero ella definitivamente no era una fan.
Entre los árboles había una fina silueta que caminaba grácil y lánguidamente a través del bosque, acercándose al claro donde estaba el lago.
Y la vio. Usaba un vestido verde oliva, de mangas abombadas, encaje en la falda y las mangas, largo y estrecho hasta la cintura, con el vestido anudado dejando ver la larga bajofalda y un collar dorado. Un vestido victoriano.
Fina y esbelta, de piel muy blanca y pálida, facciones finas, pelo corto de un curioso color rosa, que llevaba suelto, el viento jugueteando con él y esos ojos, esos acuosos ojos jades, fríos, duros, pasionales, cuidadosos, llenos de misterios.
Sasuke se quedó allí embobado, mirando aquellos orbes jades, que tanto habían dicho sin decir nada. Ella se dio la vuelta y desapareció en el bosque.
Era un ángel y un demonio, hermosa y perfecta, peligrosa y resplandeciente, era, era… ella.
Y lo supo, o más bien, no lo supo. Sasuke Uchiha se había enamorado.
FIN DEL FLASHBACK
La buscó por semanas, en todas partes, indagó en la ciudad, en las escuelas, con sus amigos, en los periódicos…. Pero no la encontró. No encontró a la única chica que le había robado el corazón. El único sitio donde creyó ver su reflejo fue en una tienda de antigüedades, donde tenían el exactamente el mismo vestido que ella usaba esa noche. Seguía viniendo al bosque donde la había visto, esperanzado, pensando que quizá volvería a aparecer. Pero no apareció.
Sasuke no cesaba de preguntarse de dónde vendría aquella chica. Ese vestido no se encontraba en cualquier lado. Pensó que podría ser de un circo o feria ambulante, de una agrupación de teatro o del museo. Pero no lo era, si lo hubiera sido habría encontrado algún dato… algo.
Suspiró pesadamente y se dirigió a la ciudad.
No comprendía que tenía esa chica. Era muy hermosa, nadie podía negarlo, pero tenía una gran frente y tampoco tenía belleza de supermodelo, pero para él, era la cosa más hermosa que había sobre la tierra. A lo mejor era tan pesada como Karin y tan plástica como Ino, pero a él le daría igual. Además, ¿Cómo es que un ángel podría ser así? Ella era diferente. Ella era especial. Sasuke lo sabía
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Sasuke había vivido en Tokio cuando era muy pequeño, pero a los cinco años el trabajo de su padre hizo que se mudaran a Inglaterra, más específicamente a Londres. Cuando tenía seis años sus padres murieron en un trágico accidente de auto. Iban Mikoto, Fugaku y Sasuke en el auto cuando un borracho les había chocado, ellos habían muerto pero Sasuke sobrevivió.
Ese suceso lo había dejado marcado, el ver sus cuerpos inertes tirados en la calle, quemados, sangrantes, llenos de cortaduras y heridas, con los ojos abiertos, fijos, con el terror reflejado en ellos. Recordaba la blusa blanca de su madre, su favorita, empapada en sangre. Recordaba el lacio y negro cabello de su padre, teñido de rojo. Recordaba como al ver sus cuerpos se inundó de desesperación y dolor. Y gritó. Y gritó. Y gritó. Su grito desgarró la noche. Gritó con todo el pánico y horror que sentía. Cuando llegó la ambulancia seguía gritando, tuvieron que sedarlo para que se calmara. Pero nunca pudieron calmar su dolor.
Al despertar en una cama del hospital lo supo. Estaba solo. Completamente solo. Sasuke Uchiha ya no tenía a nadie.
De esa horrenda noche que siempre recordaría nunca pudo olvidar algo, perdonar a alguien.
El que les había chocado era Itachi.
Si, Itachi estaba más que borracho después de la juerga con sus amigos en las tabernas de Londres, había chocado y había huido, dejando a su hermano gritándole a la noche y a sus padres muertos, simplemente desapareció y jamás se le volvió a ver.
Sasuke no lo perdonaba y jamás lo haría.
Después de eso su vida había sido un infierno, lo habían llevado a un orfanato, y de allí a un psicólogo, pues estaba traumatizado con aquella noche. De pequeño se abrazaba las piernas y se balanceaba, tratando desesperadamente de no recordar. Siempre despertaba con la almohada empapada. Cualquier cosa lo hacía llorar. Pasaba horas inmóvil mirando fijamente un punto y con todo su cuerpo temblando. El psicólogo no lo ayudó en nada. El se ayudó solo.
Sasuke dejó de llorar, de lamentarse, de compadecerse, de recordar. Dejó de ser débil.
Se volvió el chico frío y solitario, al que nada le importaba, al que todo le valía, arrogante, altanero, caprichoso, grosero y descarado.
Lo adoptaron cuando tenía diez años, una familia muy rica. Lo adoptaron sin siquiera conocerlo, prendados de su porte y belleza.
Lo sacaron de un infierno para meterlo en otro. Un infierno frío, donde debías comportarte, estar callado, saludar con sonrisa y ser amable, donde tu única presencia era que tan bueno estabas y cuánto había costado lo que llevabas puesto. Un infierno donde debías ser hipócrita.
Siempre fingió que se llevaba bien con sus padres, que los apreciaba y quería, aún cuando ellos sólo se fijaban en él para castigarlo, hacerlo miserable y arreglarlo para las fiestas a las que debían ir a diario. Era el hijo perfecto, comportamiento irreprochable y el mejor de la clase, gran deportista y muy maduro.
En cuanto tuvo la oportunidad de irse lo hizo, se fue a un departamento de estudiantes en la preparatoria, en las afueras de Londres.
Tenía pocos amigos de verdad, pues en la escuela todos querían andar con él, el popular y misterioso Sasuke Uchiha. Las chicas lo perseguían por su popularidad, belleza y dinero, y los chicos para ser amigos suyos y disfrutar de las dulzuras de la popularidad y la riqueza. Aunque para él no eran dulces. Para él eran amargas.
Su club de fans lo seguía a todas partes, sin comprender que lo único que quería era que lo dejaran solo, que jamás se enamoraría de esas chicas plásticas que solo lo querían por cosas tontas y superficiales.
Sasuke, ahora de dieciséis años volvió a su departamento, que compartía con unos cuantos chicos y Sai. Esperaba, como todos los días ver a Ino, la novia de Sai, en el departamento, o a alguna de sus locas fans tratando de hablar con él. No se la esperaba a ella.
Estaba en el pasillo de su piso cuando la vio, saliendo por la puerta de su departamento caminando rápidamente. Traía una capa roja con encajes negros en los bordes que llegaba al suelo y que no dejaban ver su cara pero aquel pelo rosa era inconfundible. Sasuke se quedó paralizado, y al verla salir del edificio y cruzar la calle salió corriendo tras ella.
-¡Espera!- gritó él. Ella, al escucharlo, aceleró el paso y dio la vuelta a la esquina. Cuando el jadeante chico llegó, ella había desaparecido, parecía que hubiera volado, pues era un callejón sin salida. Mierda, mierda, mierda, pensó. Frustrado, regresó a su departamento con un humor de perros. No podía creer que la hubiera visto otra vez y que sólo se había quedado parado como idiota. Además, ella estaba saliendo de su departamento. ¿Acaso conocía a alguno de sus compañeros? ¿Estaría saliendo con alguno? Ese último pensamiento lo hizo enojar aún más. Averiguaría a quien había venido a ver la chica victoriana.
Al llegar a su piso una loca pelirroja se aventó sobre su brazo, era la tonta de Karin, una psicópata obsesionada que no comprendía lo mucho que la detestaba Sasuke y que se la pasaba diciendo que él estaba enamorado de ella cuando solo quería que lo dejara en paz.
-¡SASUKEEE-KUUN!- gritó Karin, abrazada a su brazo.
-Ya déjame Karin- dijo el chico, soltándose bruscamente.
Karin se rió estúpidamente y empezó a parlotear de tonterías mientras Sasuke trataba de encontrar sus llaves. Entonces, una palabra llamó su atención "pelirrosa" y empezó a escuchar que diablos estaba diciendo esa loca.
-…y una zorra pelirrosa estaba hablando con Sai, iba vestida muy raro y viejo, seguro que es una pobre lunática- dijo Karin con una carcajada despectiva –Traía una capa roja y no se quitó la capucha, pero su pelo-chicle se veía. No entiendo cómo es que esa perra estaba hablando con Sai, le voy a tener que contar a Ino, se compró un falda morada y…- Sasuke dejó de ponerle atención. Así que Sai. Interesante- pensó, entrando al departamento y cerrándole la puerta en las narices a la molesta pelirroja.
Sai estaba en la mesa de la cocina, bebiendo leche mientras dibujaba distraídamente. Sasuke se le acercó y se sentó junto a él, pensando en como iniciar una conversación.
-Hola, Sai- dijo. El aludido volteó a verlo y le sonrió.
-Hola Sasuke
-…- Sasuke ya no tenía la más mínima idea de que decir y pensaba que iba a quedar como un idiota y sin conseguir ninguna información.
Afortunadamente para él, otro compañero, Jorge, apareció en ese momento y después de un rato conversando con Sai le preguntó acerca de la excéntrica figura de la capa roja.
Sai se removió, incómodo ante la pregunta. Había esperado que nadie le preguntara, pero claro, seguro todo el edificio se había dado cuenta, ella debió de haberse cambiado antes de venir, aún con esa capa destacaba de más ¿Cómo se le ocurría venir a la victoriana? podría ser muy habilidosa e inteligente pero es que a veces era tan cabezota...
-Es… una amiga- dijo Sai, con voz insegura.
-¿De donde la conoces? Vestía curioso-dijo Jorge
Joder, ella y su estrambótica forma de vestir en este siglo ¿Por qué carajos no se habría cambiado? Vale, era algo muy urgente pero aún así tuvo que haberse puesto ropa actual, no venirse directo…
-Estoo, pues…está en un grupo de teatro- dijo finalmente –Están haciendo una obra de la Reina Victoria, y vino a saludarme después del ensayo.
-Aaaaaa, ¿y cómo se llama? Es bonita.
-Mmmm, Sakura Haruno, la conocí en secundaria
Sasuke esbozó una media sonrisa. Ya sabía su nombre. Y como Sai no parecía dispuesto a revelar nada más se fue a su habitación.
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Al día siguiente en la escuela todos habían acosado a Sai con preguntas sobre la extraña con la capucha. Todos en el edificio la habían visto (es un edificio de la preparatoria, de puros estudiantes) y él les había dicho el mismo cuento de la noche anterior. Sasuke no se lo creía, esa capa se veía mucho más bonita y cara que de las que se usan para una obra estudiantil. Además, él sabía que la chica victoriana era algo, no sólo una chica común y corriente.
Sasuke estaba, como siempre, puntual en su cita en el claro del lago. Bueno, casi. Escapar de sus admiradoras cada vez se hacía más difícil, sobre todo si no cambiaba de escondite. Había tenido que irse hasta Trafalgar Square, perderlas en la multitud y regresar a las afueras para finalmente llegar al claro, donde se sentó a esperarla. A aguardar por ella. Sasuke, amodorrado, recostado en el pasto, pensando en ella y en sus grandes y bellísimos ojos verdes…. Se quedó dormido al poco rato.
Lo despertó un ruido que sacudió el bosque entero. Era como si algo hubiera explotado y volado en pedazos. Se levantó de un salto y aún un poco dormido, miró a su alrededor. Se volteó y entonces sintió como una delicada mano cogía la suya y lo jalaba hacía el lago con desesperación.
-¿Ehhh?- Preguntó sin voltearse y mirando a su alrededor.
-¡Corre o muere chico!- dijo una voz urgentemente, mientras seguía tirándo de él hacia el lago. Sasuke obedeció a la voz y se volteó para quedarse frío al ver a la chica victoriana tomándole la mano. Se quedó embobado mirándola mientras ella trataba hacer que se moviera.
-¡Muévete!- gritó, exasperada. Sasuke reaccionó el escuchar otro estallido tras él y ver cómo la pelirrosada tiraba aún más fuerte de él al escucharlo.
Echó a correr tras ella, se dirigieron directamente al lago y cuando pensaba que se iban a estrellar con el agua, la chica movió una mano y ….. ¡el agua se hizo a un lado! se quedó estático y ella, ya harta, le dio un golpe para que reaccionara. Se escuchó otro estallido, mucho más cerca, lo cual la puso frenética. Sasuke se decidió a seguirla, al cabo eso seguro era un sueño. La chica victoriana se metió al lago, cuyas aguas se apartaban a su paso y se dirigió a una extraña línea en el aire, una especie de corte, transparente e irisado. Sasuke se estremeció. Lo que fuera esa cosa, no era algo natural, no daba a… a su mundo. Lo sabía y punto. Se detuvo de nuevo. Escuchó otro estallido, detrás de ellos, la ojiverde, ya al borde de la histeria lo tomó de la camisa y lo hizo atravesar esa cosa con ella.
Cayó en pasto, pero la chica victoriana no tuvo tanta suerte y aterrizó sobre unas piedras, haciéndose un profundo corte en el brazo, del que empezó a manar mucha sangre a gran velocidad.
Sasuke se sentía extraño desde que atravesó esa cosa, se sintió mareado y, a pesar de su orgullo y de que siempre se lo reprocharía, se desmayó. Entre nubes vió unos ojos rojos, como las aguas volvían a la normalidad y como la chica pasaba un dedo por la cosa, haciéndola desaparecer, antes de que su cabeza topase con el duro suelo y él cerrase los ojos.
……………………………………. Sasuke's P.O.V
Desperté en una habitación oscura, iluminada por una vela y con muchas siluetas rodeándome, parecían estar discutiendo.
-¡Yo digo que hay que matarlo!- dijo un chico con algo en la cabeza, me pareció escuchar un ladrido.
-¡Te digo que tiene potencial baka!- dijo una voz, la mejor voz del universo, la voz de la chica victoriana.
-¡Te vio haciendo un hechizo elemental clase dos!¡Hay que matarlo!- dijo otra chica
-¡SHANNARO, LES DIGO QUE TIENE POTENCIAL Y EL QUE INTENTE ALGO SALDRA MUERTO!- gritó fúrica la voz de mi victoriana.
Las siluetas se miraron entre ellas y al final se encogieron de hombros.
-Supongo que puede quedarse- dijo una voz conciliadora -aunque resulte muy problemático.
-Va a necesitar un a nueva identidad, encárguense de eso, yo evaluaré su capacidad y le presentaré nuestro mundo.-dijo burlonamente
Se oyeron murmullos de inconformidad en la sala, que fueron repentinamente acallados por una furiosa mirada de la ojijade. Las figuras salieron silenciosamente de la sala, ella se quedó junto a mi cama y se inclinó sobre mí.
-Deja de fingir, sé que estás despierto- dijo con una arrebatadora sonrisa pícara.
Yo abrí bien los ojos y di un respingo. Su cara estaba mucho más cerca de lo que esperaba y tenía sus ojos jades llenos de misterios a sólo unos centímetros.
Pude haber hecho o dicho muchas cosas en ese momento, pero solamente hice la más estúpida de todas.
-Tienes una frentezota- le dije, mirándola aturdido.
Inmediatamente su mirada cambió a una furiosa. No sabía como de repente estaba contra la pared, ella levantándome con una sola mano por el cuello de la camisa y un cuchillo en mi cuello. Me dirigió una mirada que daba miedo.
-Mira Sasuke, conmigo te andas con cuidado, a mí no me insultas. Agradece que hoy estoy de buen humor y me siento generosa, si no ya te habría cortado el cuello o entregado a los idiotas de mis amigos- dijo dejándome caer de golpe y guardando el cuchillo en un doblez del vestido. Esto, en lugar de aterrorizarme me emocionó. Ella no era una chica indefensa, ella era bien diferente a las chicas tontas y lloronas que me acosaban todo el tiempo.
-Bueno, bienvenido a la época victoriana Sasuke- me dijo sonriéndome, cambiando su humor repentinamente – Soy Haruno Sakura, hija de Manami y nieta de Akemi, del clan del Este, hechicera mayor, tipo general.
Yo la miré incrédulo, ,¿Qué demonios estaba diciendo?¿Cómo rayos sabía mi nombre? Era definitivo, yo estaba soñando
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Si llegaron hasta aquí es porque leyeron el fic así que ¡muchas gracias! Sé que está raro, se aclara un poco en el siguiente cap (tengo escrita la mitad pero ya quería subir este capítulo) espero les haya gustado a mí si me gustó. Porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavor, porfavooor dejénme review, háganme saber si les gustó o si no. Recuerden, un review = a escritora feliz ¡y hay que repartir felicidad por el mundo!
Gracias por leer,
Lady Ramen