NABIKI… ¿ENAMORADA?

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-¡Hola! ¿Hay alguien en casa?

-¡Tía Nabiki! – Gritaron en coro unos pequeños niños al ver a su tía entrar por el pasillo que conduce al comedor de la casa Tendo.

-¡Niños! ¿Cómo están? Cielos, están enormes ¿De verdad tienen 4 años? – el pequeño Akira y la pequeña Naomi asintieron sonriendo y comenzaron a llenarla de besos y abrazos.

-Ja ja ja ja niños, me hacen cosquillas. Ya, ya, no sean tan acaramelados, me arruinaran mi traje. – dicho esto les guiño un ojo, los niños no tardaron nuevamente en reír.

-Tomen, les traje obsequios – inmediatamente se les iluminaron los ojos y exclamaron con gran emoción.

-¡Muchas gracias, tía!

-De que, pilluelos.

Unos balbuceos llamaron la atención de la castaña. Su vista se enfocó en la pequeña criatura recostada entre algunos cojines esparcidos alrededor de ella y que jugaba alegremente con un panda de peluche.

-Pero miren nada más. Conque tú eres Eri. Que niña más linda, te pareces tanto a esos dos. Ven aquí. – El bebé solo se quedó viendo curiosa a la extraña mujer que no conocía.

-Akira, Nao… ¡Hermana! Que sorpresa. No te esperábamos para estos días.

-Kasumi, tanto tiempo. Quería sorprenderlos. Por kami, tus hijos están irreconocibles ¿En verdad me fui por tanto tiempo?

-Fueron dos años exactamente… pero siéntate, te traeré algo caliente de beber, con este frío debes estar helada.

-¿Estas de visita?

-Sí, Tofu está de vacaciones y que mejor época del año para reunirnos como familia, en especial cuando hay nuevos miembros.

La pequeña Eri, rápidamente le inspiro confianza aquella mujer que la sostenía entre sus brazos, quien ni tarda ni perezosa empezó a jugar con el collar de perlas que adornaba su cuello.

-Esta niña no es nada huraña.

-Para nada, solo cuando se siente amenazada o se enoja, actúa como su madre. Te traeré tú té. Niños, háganle compañía a su tía mientras regreso.

-Si mamá.

La mediana de las hermanas Tendo sonrió. Como adoraba a sus sobrinos, cada uno tenía una personalidad única que los hacía tan diferentes a pesar de ser mellizos. Que decir de la pequeña Eri, apenas la conoció y ya estaba encantada con ella. Se alegraba sobremanera por su querida hermanita y su cuñado. ¡Al fin eran padres!

-Es hora de tu merienda mi vi… ¡Nabiki! – Eri empezó a mover su bracitos al ver a su mamá aparecer.

-Oh, hola Akane. Mírate, estas muy cambiada, la maternidad te ha sentado de maravilla.

-¿Tú crees? Ay Nabiki, me sorprendiste, papá se pondrá muy contento. Ven aquí mi cielo, veo que ya conociste a tu tía Nabiki – Decía Akane con infinita ternura empezando a amamantar a su hija de un año.

-¿Todavía le das pecho?

-Sí, el doctor Tofu está de acuerdo. Además la leche materna ayuda a su crecimiento.

-Ah – Nabiki observa como su sobrina se aferra con fuerza al pecho de su madre, empezando a succionar vorazmente.

-Que glotona es, igualito a su padre – No queriendo desaprovechar esta oportunidad de oro, se anima a molestarla – Se nota que tú y Ranma han estado muy ocupados.

-Nabiki, no empieces – Dijo con fingido enojo y con un sonrojo en sus mejillas.

-Ahhh, como extrañaba esto. Que bien se siente estar de nuevo en casa.

-Sí, claro, se nota – en eso, Kasumi aparece con una bandeja de té.

-Aquí tienes.

-Muchas gracias, Kasumi.

-De nada. Me da mucho gusto que estés aquí.

-Igual a mí.

-Yo también las extrañaba, hermanas. – Unas fuertes y veloces pisadas empezaron a escucharse por toda la casa. Y las hermanas Tendo no tardaron en adivinar de quien se trataba.

-¡Nabiki! ¡Hija mía! – El señor Tendo no podía creer lo que veían sus ojos ¿en verdad su niña se encontraba ahí presente? no pudo contenerse y evitar llorar a moco tendido. De las tres, Nabiki fue la única que ansiaba irse del nido, y eso siempre le asustaba. No es que no quisiera que sus hijas fueran independientes y formaran su propia familia, pero le prometió a su difunta esposa protegerlas de cualquier mal y hacerlas mujeres de bien. Solo ella faltaba para contraer matrimonio, sin embargo y como era de esperarse, se mostraba renuente con el tema. Pero no la iba a fastidiar con eso, no ahora. Estaba feliz, muy feliz de tener a su hija en casa.

-Papá, yo también te extrañé – le consoló abrazándolo con emoción. Si, había extrañado a su familia, a su loca, peculiar y muy querida familia.

-Bienvenida, querida.

-Bienvenida de nuevo, hija.

-Tía Nodoka, tío Genma. Me alegra volver a verlos. ¿Dónde están Ranma y Tofu?

-Fueron a comprar los víveres para la cena. Espero no tarden. Pero cuéntanos, linda ¿como te ha ido?...


Después del rico festín que su hermana y su tía se esmeraron en cocinar y del bullicio de sus adorados sobrinos, al fin Nabiki tiene un poco de paz. Con algo de pereza ingresó a su antigua habitación, nada había cambiado. Suspiró con nostalgia, tomando asiento en su cama. Una sonrisa torcida adorno su rostro, siempre disfrutaba molestar a sus cuñados y hermanas, en especial a Ranma y a Akane, con sus bromas un poco subidas de tono. Recordaba con gracia las expresiones en sus caras y se carcajeo de nuevo, no había perdido su toque. Observó sus maletas y le dio flojera, se encontraba muy cansada como para desempacar y ordenar su ropa, ya mañana lo haría o le pediría el favor a Kasumi o a su tía, hoy se dedicaría a descansar.

Se recostó suavemente en su cama, abrazando fuertemente su almohada ¿Por qué las cosas no eran como cuando adolescente? Se preguntó internamente. Cerró los ojos con fuerza al sentir un pequeño mareo e instintivamente toco su vientre ¿Qué iba a hacer? Si bien sabía que ya no era una chiquilla, sino toda una mujer de veinticinco años, se sentía como tal. ¿Cómo decirle a su familia? ¿Cómo decirles que no se encontraba de vacaciones y no regresaría de nueva cuenta a Hokkaido? ¿Cómo decirles que estaba esperando un bebé? ¿Cómo decirles que el padre de ese bebé es?...

Tantas preguntas. La gran Nabiki Tendo se sentía atrapada y por primera vez se permitió llorar. Desde la muerte de su madre no había derramado ni una sola lagrima. Como la extrañaba, refugiarse en sus brazos y contarle todos sus sueños, ilusiones, amores, desamores y demás. Le hacía tanta falta pero contaba con la ayuda de Kasumi o tía Nodoka, inclusive Akane.

Tal grado fue su llanto que no se dio cuenta a qué hora se quedó dormida. Dormir era el único momento en que podía soñar con el padre de su hijo, imaginando un futuro junto a él, criando a su bebé y ser felices por siempre. Inevitablemente sonrió entre sueños, murmurando el nombre de quien perdidamente estaba enamorada.

-Kuno…

Continuará…


Hola, aquí presentando mi primer fic en el fandom de Ranma ½ . Una pequeña historia que simplemente se me ocurrió. Por más que quise que fuera un Ranma y Akane (he de aclarar que soy super fan de la pareja) mi cabeza no dio para crear algo que fuera para ellos. Así que pensé en su hermana Nabiki y de la nada ¡pum! surgió esto xD No es la gran cosa, solo serán unos cuantos capitulo, tres o cuatro.

Espero les haya gustado. Muchas Gracias por leer