Olis queridos lectores!

Aca estoy con este nuevo y corto fic ^^ Es especial ya que es para el concurso que se lleva en la pagina Ichihime de Facebook wuhooo! Tambien seria una peticion por parte de Adriana A. Benavides espero que te guste :D!

ACLARACIONES: Bueno son 7 demonios asi que son 7 capitulos de 7 paginas cada uno XD! (Si pueden llamarme LOCA!) Este primero es rating T pues seria el intro, pero dejo requete ACLARADO que talvez desde el siguiente capitulo subira a rating M! Asi que estan advertidos. Y si son fans de "Addicted to you" (otro fic mio XD) Pues preparense por que este esta mas loco que aquel asi que... XD! ojala y les guste :D!

*Como son cortos los capitulos espero subir uno por dia, asi que tambien dependera de sus REVIEWS! Si no ni al caso mi esfuerzo y desvelada u_u

N/A: Tite-sama porfavor, estoy enamorada de la historia de Isshin & Masaki , enserio que lo estoy. PERO PORFAVOR! HAZ QUE SALGA HIME Y QUE PATEE TRASEROS JUNTO A GRIMMJOW! XD! a y los personajes son tuyos, historia mia... y esta vez la inspiracion vino de una pelicula por lo que lo de las reglas no es mio, lo demas si :D!

Enjoy it!


SEVEN DEVILS

CAP. 1: ASTAROTH

[La unión de dos cuerpos… es algo tan sagrado; que te hace apreciar el universo entero]

«No puedo evitar reírme cada vez que me acuerdo de eso. »

El sol comenzaba a mostrarse por sobre los enormes edificios, colándose por las cortinas de la gran ventana corrediza del departamento. Cálido, con su tacto por sobre el suelo, pasando por la sala, alumbrando la habitación llego cuan sombra escurridiza posándose sobre la cama de suaves sabanas. Haciendo que ciertos ojos marrones –chocolates ante el sol- parpadearan varias veces, con la mano sobre su rostro intentando evadir la cálida bienvenida del sol a un nuevo día, se retorció un poco sobre la cama para después alargar el brazo hacia el buro de madera que tenía a escasos centímetros a su lado. Palpando con la mano la suave textura de la madera lisa, hasta encontrar con el objeto que estaba buscando: un hermoso rolex daytona.

Cogió el reloj entre sus manos y lo observo, aún seguía con esa estúpida sonrisa al admirarlo ¿Y cómo no? Si la baratija tenía un valor mayor al de su porsche 911, lo cuidaba más que a su vida, debía admitir. No debió perder el control ese día, y tampoco es que le gustara que lo llamaran comprador compulsivo, pero ¡por el amor a los rolex! Era una convención, una que se hacía cada ¿Qué? ¡Nunca! Es más, las intenciones de hacer presencia en esa convención las tenía por los suelos ya que el trabajo se le estaba haciendo nefasto en ese momento. Pero al notar el doble interés de su buen amigo Abarai, quien sin más le dijo que; no solo se expondrán los clásicos, si no que se llevara a la venta solo dos ejemplares de la cadena más esperada del año, y que su legado seguirá con el pasar de los años a un grado que el costo de aquella "baratija" valdría mucho más por ser coleccionable. Pero para alguien como él; eso era lo de menos. La razón que le llamo más la atención fue el inhundible comentario que le propicio su amigo y socio: "Es algo que solo una persona única pudiera tener, no me malinterpretes pero; esto fue hecho para ti" y tenía razón. Kurosaki Ichigo era único en su especie.

Aunque debería olvidar lo que le definía en ese momento, seamos sinceros: la cosa no era más que un reloj. Sin más y con una mueca en el rostro decidió darle un uso útil por lo que el resultado no fue más que una verdadera sorpresa. 7:14 a.m. ¡Mierda! Tocar fondo era una cosa, el problema está en la profundidad y esta vez no hallaba ni el fondo ni estaba seguro de que tan profundo estaba el hoyo que el mismo había cavado. Lo único que le podía propiciar su mente era la palabra: ¡Tarde!

« ¡Ella va a matarme! ¡Estoy seguro! »

Desesperado, arranco las sabanas que tapaban su cuerpo encontrándose con algo que; en si no lo veía venir, pero del cual ya estaba muy acostumbrado. Un cuerpo, uno femenino si se podía ser más claro. El problema no era el cuerpo, si no de quien era ese cuerpo.

« ¿Quién es ella? »

Sin prestarle atención, ni con intenciones de hacer más enfático el tema –pues el rostro de la joven se hallaba escondido entre las almohadas- camino sigilosamente a buscar sus vaqueros que de pura casualidad se hallaban al pie de la puerta. La camisa de manga larga color vino adornaba el sillón de cuero que se encontraba en la habitación, a un lado del enorme florero de tulipanes artificiales. Ahora lo ultimo los zapatos, Oh eso era un cruel dilema, claro que sabía diferenciar zapatos de un gran número de calzado con unos altos tacones de un color que no sabía ni el nombre ni su existencia, es solo que el calzado que tenía aquella mujer desconocida era tanto que no sabía si seguir buscando, o irse descalzo. Aunque gracias a su insistencia echo un último ojo bajo la cama encontrándolos. El saco de seguro se hallaba por la entrada del departamento, solo hacía falta la corbata pero… digamos que; corbatas tiene de sobra, además no era una de sus favoritas así que… no la echaría de menos. Iba llegando a la puerta cuando una voz aguda –y cansada- lo detuvo:

-¿Qué vas hacer esta noche?- pronuncio sonriente. Espera un momento, quieto. Ni siquiera podía recordar el nombre de la fémina, ¿Y le pregunta sobre la próxima noche? ¡Debe ser una broma!

-Lo siento. No lo hago dos veces seguidas- la sonrisa burlona se desvaneció de aquel rostro angelical, « Una modelo, debe ser una modelo… » pensaba analizando la situación. Con mirada distante seguía todos los movimientos de aquella mujer de la cual no recuerda ni el nombre.

-¿No es eso lo que hicimos anoche?- rió « Si definitivamente una modelo, una muy descarada »

-No, eso fue otra cosa- aclaro, cortante – Dos veces seguidas… significa dos noches seguidas, y no hago eso- No debía recordarle aquello, después de todo de seguro que se hallaba ebrio. La mujer reía ante la mirada atónita del joven, con cautela gateo hasta la cabecera de la cama desatando la corbata que él ya había dado por perdida. « Así que allí estaba »

-No ibas a irte sin esto ¿o sí?-

-Puedes quedártela, parece que tú le diste un mejor uso- una carcajada aguda estallo por toda la habitación.

-Gracioso, muy gracioso- dijo pasándola por el cuello masculino, haciendo que se ajustara tal cual la había visto la noche anterior -¿No puedes romper una de tus estúpidas reglas?-

-No-

-¿Por mí?-

-No, nunca rompo las reglas- frio, distante, una figura imponente seguro si, pero algo como ¿cálido? ¿Cariñoso? ¿Él? Nunca. Todos sus esfuerzos son en vano, al igual que el de muchas otras… -Tengo una regla sobre eso- camino hacia la puerta cogiendo el saco que mágicamente se hallaba sobre una de las sillas del comedor. Debía dejar la bebida pronto.

-¿Nos vemos la semana entrante?-

-Tal vez- pronuncio cortante cerrando la puerta. « Si es que me acuerdo de tu nombre, si, tal vez si »

Cosas como esas le pasaban muy seguido, esta fue una de esas situaciones donde pudo manejarlas con cautela, en otras… digamos que todas las mujeres son diferentes, y la sensibilidad era dueña de muchas de ellas. Él era ese tipo de hombres que se conocían bastante bien, de esos que tienen la confianza personal hasta más allá de los cielos. Y si, sabía que era apuesto, y que era un hombre atractivo para las mujeres ahora a eso agréguenle el hecho de que poseía un auto que llamaba la atención de muchas miradas, el porte de un don juan y que era dueño de la empresa más famosa en producción de vinos, hacía de él un hombre irresistible. Pero esa solo era su fachada, la mayoría de las mujeres con las que ha estado son solo cosas de una sola noche. Y las pocas que han tenido la suerte de estar con él en una relación seria, terminan por cansarse.

¿Pero que más podía desear? El tampoco ansiaba una relación más formal con alguien, y además no se sorprendía del resultado. Su actitud distante y fría, les atraía. Pero una vez que lo conocen más allá de lo que deberían acaban por cavar su propia tumba, y es que por más que lo intentes no puedes derretir un tempano de hielo con un simple calor, patético.

Pero no había problema, porque él se sentía bien con eso.

Estaciono el auto en el primer Starbucks que se le cruzo por su camino. Hizo su pedido con la joven cajera que parecía que se le aventaría en cualquier momento. En realidad pidió más de un café, el suyo un "grande" colado; el otro descafeinado triple con caramelo, agitado sin espuma, con crema batida y caramelo extra. Con tan solo el 70% del vaso lleno. Pobre chica, eso es lo que pensaba Kurosaki de la joven que atendía, tener que escribir aquello o se le olvidaría seguro. Y eso le haría perder un poco de su preciado tiempo. Si era mejor, que lo escriba.

Pago la cuenta y se fue hacia el segundo mostrador donde recibiría ambos café. Encontrándose con una chica de estatura media, bronceada, ojos color cielo, quien ciertamente no le quito la vista desde que había entrado al café. Con mirada divertida y la sonrisa más obvia del mundo dijo:

-Creo que agarre el tuyo por accidente- y sí. Prácticamente lo había agarrado frente a sus narices, por supuesto que no fue un accidente. Mujer inteligente tenía que ser –Perdón-

-Está bien. Gracias- corto, tomando el café entre sus manos. Si fuera una de esas mujeres sensibles, y supiera que ese café no es ciertamente para él. Estaría frito. Pero como no sabía si era una de esas, y mucho menos la conocía, le dio la mínima importancia, puesto que tampoco le importaba.

-Adiós- escucho a lo lejos.

Subió al auto con precaución y observo el collar del café que no era para él. Un número, un nombre y un corto "llámame" escrito con corazones dibujados.

-"Mónica"- leyó con una sonrisa dibujada entre sus labios –Si, una mujer inteligente-

Casi como el sonido quiso viajar sobre su deportivo, llegando a un gran edificio de construcción antigua pero que aun así combinaba a la perfección con lo contemporáneo. Era uno de esos lugares en donde te sentías en el viejo mundo, con toques europeos desde la entrada hasta la puerta trasera, se hallaba exactamente a la mitad de la quinta avenida. Y era una escuela-museo que fomentaba el arte. Encima de la entrada se hallaba un enorme anuncio donde decía: "Revive lo antiguo, la belleza y el conocimiento de nuestro pasado; Galería Romana"

El lugar estaba infestado de gente, llenando galerías y otros salones como la exposición de esculturas, y la fotografía del cuerpo humano. Otros solo pasaban para admirar el edificio, un grupo de jóvenes fotografiaban el techo, que estaba ilustrado por pinturas que de seguro te sacarían una que otra lagrima. Pero ese no era el caso, ni su destino. Él iba hacia el departamento de Galería Romana. Cruzo por dos galerías antes de dar con la suya, en donde encontró a un hombre de tez arena inundado en la pintura que estaba retocando, con la mirada cristalina. Ichigo decidió saludar, tiene entendido que los artistas pueden ser muy rencorosos hoy en día.

-Buenos días- no esperaba respuesta alguna, el tipo parecía estar a punto de llorar por aquella pintura, pero la obtuvo. Sin más se dirigió a la persona que había estado buscando y de quien, cuyo café especifico era dueño –Buenos días Hime, café. Como te gusta- la mujer no giro, dio una última pasada con su pincel especial de punta fina, con el color marrón sobre el lienzo. Después de medio segundo de espera, suspiro y giro con la sonrisa más brillante del mundo para recibirlo.

-Justo a tiempo. Estaba acabando con estas magnificas piernas- hablo refiriéndose al romano que se hallaba trazado sobre el grueso lienzo. Ichigo giro hacia la pintura y luego a ella de vuelta con una ceja levantada, dubitativo.

-¿Es que aún no te enseño las mías?- la chica rio, y más al percatarse de que el señor Gnigs giro con un rostro totalmente perturbado.

-Sí, y son demasiado buenas para mi pintura-

-Te dije que podía ser tu modelo…-

-Necesitaba a alguien que tuviera la guerra reflejada, no solo en la mirada, también en el cuerpo. Cada proporción es diferente, Ichigo tu deberías saberlo- atino a lo que el pelinaranja solo se alzó de hombros.

-No es que me gustara mucho la historia de todos modos…- prosiguió con un sorbo de café, Orihime sonrió.

-Estoy contigo en cinco- sin más dejo el pincel, y se desato el delantal cubierto de colores por la pintura.

-Que sea en tres- aclaro, con la mirada seria sobre la grisácea, Orihime no sabía cómo tomar aquel comentario, debía dejarlo pasar como cualquier tonta aclaración o debía acatarlo a la perfección como una: orden. Ichigo entendió la confusión en los ojos ajenos por lo que decidió deletrear para ella un: -Te necesito…- y sabía que le había entendido. Sus ojos sorprendidos le decían que sí, pues ella era muy buena en eso.


No pasaron ni dos minutos cuando Orihime ya estaba afuera, caminando a su lado tendida del brazo ajeno.

-¿Cuál regla era?- cuestiono risueña ante la cara frustrante del mayor. Siempre era lo mismo, todos los días. Él, no importa el lugar donde se encontrara, siempre tenía que llegar al trabajo de Orihime con un café –que ciertamente era el café más específico que había pedido en toda su vida- y Ella, siempre tenía que estar ahí. Nunca se habían saltado esa costumbre, que Orihime ya la creía como una regla, al menos para él.

-Dos veces seguidas- contesto sin ánimos.

-¿No es la misma que solo una vez a la semana?- Ichigo giro el rostro hacia otro lado, ella se estaba divirtiendo.

-Esa es de lunes a viernes-

-Oh, ya veo- exclamo –Con esa puedes salir el domingo y el lunes sin romperla-

-Exactamente- contesto con una sonrisa. Inoue devolvió la sonrisa, después observo hacia adelante pensando… negó dos veces con la cabeza y borro la sonrisa de su bello rostro.

-Claro…- respondió mas para ella que para él. Pero era tanta la cercanía que por supuesto que fue oída.

-¿Pasa algo?- cuestiono, deteniendo su paso a un costado del lago. Como costumbre caminaban bajo la fresca brisa de central park. La ojigris se limitó a negar con la cabeza -¿En serio Hime?- asintió.

-Sí, enserio- agrego de nuevo por si no le había quedado bien claro -¿Y? ¿Qué te dijo?- cuestiono retomando el ritmo de la andada.

-La herí pero al menos-

-Fuiste sincero ¿no?- interrumpió.

-¿Qué? Lo fui. Lo soy, siempre- añadió un tanto sobresaltado. Por alguna razón Orihime estaba… como decirlo ¿Diferente?

-Sé que lo eres- acentuó mirándolo de reojo –Pero me impresiona como lo usas como escudo- Kurosaki sintió la mirada y al girar para verla, Orihime la… aparto.

-Quizás debería decir lo que sea para seducirlas…- la joven rio.

-No. No lo hagas, es asqueroso- sincero riendo.

-Solo coquetee contigo una vez- recordó en aquella ocasión.

-¡Sí! ¡En mi primer galería!- ahora fue el turno para Kurosaki de reír.

-¡Aun recuerdo como te temblaban las piernas!- balbuceo entre risas -¿Cómo no coquetear contigo cuando te veías tan hermosa en ese vestido azul? Además la mayoría de los espectadores eran hombres, y estoy seguro que no fueron solo para apreciar tus pinturas-

-Debiste dejarme para conocer al menos a uno de ellos- comento con un puchero de lo más fingido haciéndolo sonreír.

-No. Ni loco, ni drogado dejaría que te alejaran de mi lado- comento rascándose la cabeza –Soy un chico afortunado, no quisiera que se fuera mi amuleto de la suerte-

-No soy un objeto Ichigo-

-Lo sé- dijo alzándose de hombros –Aun así no puedo dejar de pensar que eres de mi propiedad- Oh no… lo había hecho de nuevo, uno de sus defectos: pensar en voz alta.

-Un hombre posesivo. Sabes que me aterran ¿verdad?- Kurosaki asintió mirando hacia otra dirección –Debiste guardártelo-

-Lo siento-

-Regresando a lo anterior…- llamo con la total intención de cambiar el tema –Tu no necesitas mentir para acostarte con alguien- dijo enseñando el collar de café donde se hallaba escrito el nombre de una tal "Mónica" con su número.

-No lo quiero perder, ¿Me lo das?- sin pedir permiso saco el collar de entre sus dedos y lo guardo en algún bolsillo – Hay otra regla de las 24 horas, no puedo llamarla en 24 horas o pareceré desesperado- Orihime hizo un ademan con las manos mientras negaba con la cabeza. ¡Increíble! ¡Él era increíble! ¡Y que conste, que hacía uso del sarcasmo!

Sin más dio media vuelta para regresar por donde una vez anduvieron, siendo perseguida por él quien desesperado se hallaba del todo confuso con el extraño comportamiento de su mejor amiga. Y si, él podía ser increíble… increíblemente estúpido. «Pero no debo dejar que se dé cuenta, porque no quiero ser parte de sus reglas»

«Si, mi nombre: Kurosaki Ichigo. ¿A que me dedico? A la producción de vino. ¿Qué me gusta? El alcohol y el sexo. Y tengo cuatro reglas para ello…

La primera: Nunca acostarse con la misma chica dos noches seguidas.

La segunda: De lunes a viernes, solo una vez a la semana.

La tercera: Si consigo un número, no puedo llamarla en 24 horas.

La cuarta: Nunca romper las reglas.

Soy un hombre imponente que le gusta que las personas acaten mis reglas a la perfección. Solo hay una persona, una mujer. A quien nunca le impondría una regla. Mi querida incondicional amiga, Orihime Inoue. Ella sabe todo de mí, sabe sobre mis reglas y sobre mi estilo de vida: No más relaciones serias.

Pero hay algo que ella aún no sabe… algo que nunca he encontrado el momento oportuno para decírselo. Cuando encuentro una chica linda que esté dispuesta a llevar mis reglas al pie de la letra le menciono mis tres prioridades:

La tercera: EL trabajo.

La segunda: La familia.

La primera y más importante: Orihime Inoue. Ella es mi prioridad número uno »


¿Y? MERECE REVIEW!? ESPERO QUE SI XD!

TRANQUILOS SE QUE DIRAN "Y EL ICHIHIME?" PUES BUENO ES SOLO EL INTRO, NO ESPERARAN QUE LES DE EL IH DE UN SOLO JALON, JAJAJA HAY QUE DESARROLAR LA HISTORIA. ICHIGO DEJO A ORHIME EN LA FRIENDZONE xd! POR AHORA!

Y SI QUIEREN QUE ESO PASE DEPENDE DE USTEDES Y DE SUS REVIEWS ^^!

ASI QUE ESPERO QUE SEA PRONTO!

MATTA~~NEE ^.^!