PRÓLOGO

Habían pasado un par de semanas desde aquel fatíditico día en él que tantas vidas se perdieron. Muchas cosas habían pasado desde ese dos de Mayo, Harry y Ginny, habían vuelto con su relación, Hermione y Ron habían empezado su propia relación. Harry y Hermione se habían trasladado a la antigua casa de su padrino. Mientras Ron y Ginny seguían en la Madriguera. Hermione se paso las últimas semanas leyendo muchos libros, de una manera muy distinta a lo que solía ser normal en ella esta vez parecía una obsesión. Mientras Harry se entrenaba en el piso de arriba, ya que él y Ron empezarían en unos meses como aurores. Ginny por su parte jugaría profesionalmente al Quidditch, en el equipo de las Harpies. Hermione empezaría a trabajar en el departamento de ley mágica del ministerio.

Harry estaba trabajando sus habilidades oclumanticas cuando escucho un grito abajo, y bajo corriendo varita en mano.

-Que pasa Hermione!

-Harry lo he encontrado!- Exclamo feliz Hermione.

-Que dices?

-Te acuerdas que me dijiste que ojala tus padres hubiesen llegado a conocer tus logros.- Este asintió.- Bien pues he encontrado la forma.

-Que?

-Si necesitamos la sala de los menesteres, una magia muy complicada, pero nada que tu y yo no podamos hacer.

-A que te refieres. Bien una de las primeras reglas del tiempo es que si viajes no cambies nada.- Ante esto Harry asintió, suficiente se lo había repetido en su tercer año.- Bien pues podemos viajar al futuro, coger unos libros que esa tipa J.K. Rowling esta escribiendo con tus recuerdos y traerlos a nuestro tiempo.

-No cambiaríamos nada?

-No si nadie nos ve, y coger unos libros no cambia la diferencia.

-Vale pero que ganamos con eso?

-Bueno pues después usando la magia de la sala de los menesteres, y este hechizo que he encontrado aquí, podríamos ser capaces de traerlos a este tiempo, por un periodo de doce días.

-Pero Hermione, están muertos ninguna magia puede revivirlos?

-No es cierto, pero esto no sería revivirlos, seria cogerlos de su tiempo, allí no pasaría el tiempo y traerlos al nuestro por un periodo de las personas que estemos en esa sala. Pero no podríamos salir de la sala. Por eso la sala de los menesteres.

-la sala no da comida. No podrimos pasar allí muchos días.

-Cierto no da comida, pero podríamos meter comida suficiente como para unos buenos días.

-Si eso es cierto me daría una gran alegría.

-Bien pues solo tenemos que pensar quienes de tu nuestro tiempo leeremos los libros, y a quienes traeremos.

-Bueno, por lo que he entendido, sería mejor pensar a quien traer y después poner las personas.

-Eso es veamos, tus padres y Sirius.

-Lupin y me gustaría también Dumbledore.

-Bueno eso hacen cinco, quienes?

-Obviamente Ron, Ginny, tu y yo. Eso seguro, necesitamos otro.

-Que te parece Neville?

-Eso es Neville, él también querrá conocerlos, entonces hacen dos personas mas. Siete.

-Bueno pues en ese Neville también viene y que te parece Luna.

-Si Luna estaría bien, y bueno para Dumbledore, Neville no tiene novia?

-Si Hanah. Tú crees que querrá venir?

Así empezaron a hacer los preparativos, y el día del cumpleaños de Harry estaban los siete en la sala de los menesteres, esperando a que Harry y Hermione realizaran el encantamiento que traería a los otros.

-Bien entonces los hacemos así yo les hablo cuando lleguen. Hermione lista?- Pregunto Harry.

-Un segundo voy a besar a Ron, ya que por tu culpa no voy a poder besarlo en bastante tiempo.- Dijo Hermione mientras le miraban inquisidoramente. Ya que habían decidido que Ron y Hermione no fueran novios desde el principio, al igual que Hermione no se acercara mucho a los chicos desde el principio para ver sus caras cuando lo descubriesen. Como pago Harry y Ginny tampoco debían decir nada, aunque ambos se quejaban porque lo suyo no sería tan obvio, y habían hecho una apuesta de cuando se darían cuenta. Luna y Hanah se habían quedado aparte. Hermione dijo que en sexto curso, Ron en el baile, Ginny en tercero y Harry dijo que en segundo. Era un buena apuesta ya que habían puesto cinco galeones por cabeza.

Así después de que las dos parejas se besaran, Harry y Hermione empezaron el encantamiento. Cuando acabaron una luz azulada brillo y se escucharon unas voces.