Notas: No quiero violar ningún derecho de autor solo hacer un fanfic.
Aviso: este fic tiene la categoría de "M" por contener escenas un tanto subidas de tono además de violencia.
Una vida.
El paso del tiempo.
Por: Luna "El Sol Nocturno"
El color rojizo sobre la hoja había desaparecido hacia mucho.
Lo que había tardado en terminarse la copa de vino que se tomaba siempre tras la cena, recuerdos de largas conversaciones con el anciano rey a la luz de una chimenea mientras le enseñaba a como solventar los distintos problemas de gobierno, por otro lado era el indicador perfecto para saber que ya era hora de dormir, de reunirse con ella.
Echando la cabeza hacia atrás dejo que su vista se enfocara más allá de su pelo plateado, sobre la enorme cama donde un cuerpo abultaba las mantas. Últimamente apenas había pasado tiempo con ella, puesto que al ser ya la heredera oficial de su padre sus reuniones eran más difíciles y agotadoras ocasionando que cuando él por fin se disponía a dormir ella llevara varias horas durmiendo para poder levantarse pronto y así estar antes que nadie en la sala de reunión.
Eso le molestaba enormemente.
Que otros dispusieran mas de su tiempo mientras que él se veía obligado a verla dormir y darla ligeros besos como muestra de cariño.
Apretó las manos sobre el posa brazos de la silla y se levanto, en el momento las velas se apagaron y la chimenea de la habitación se encendió como si siempre hubiera estado así.
Amelia se movió sobre la cama alejándose de la luz y tratando de buscar su cuerpo.
-
Como tantas otras noches se tuvo que hacer un ovillo esperando abrazarle pero sin encontrarle. Abrió los ojos intrigada por la ausencia de cuerpo masculino a su lado, sonrió al recibir un beso de consolación.
-Buenas noches-murmuró aún adormilada.
-Nunca son buenas.
-¿Y eso?
-Pocas de ellas las puedo pasar contigo.
Hundió la cabeza en la almohada, eso era muy cierto, desde el día en que su abuelo había muerto sus tareas se habían multiplicado por un número desconocido aún, lo que solía ocasionar que el cansancio se adueñara con facilidad de ella y solo pensara en darle un beso de camino a la cama. Pocas veces había permanecido despierta el tiempo suficiente para hablar con él o disfrutar de su compañía.
-¿Qué quieres hacer para mejorarla?
-Tú que crees.
La sonrisa pillina que la asomo consiguió alegrarle parcialmente.
Pero lo que logro cogerle verdaderamente desprevenido fue el que ella le tumbase en la cama y se colocara a horcajadas sobre sus caderas mientras le besaba con ansia.
-No eres el único mi amor.
-Ya veo, y me alegro por ello.
El suave tacto del alma de ella logro "despertarle" recordándole que su hambre llevaba varias semanas sin ser aplacada, extendió los dedos y arrugo la suave tela del camisón al tiempo que ese hecho dejaba mas piel femenina a la vista. Amelia pasó las manos por encima de la cabeza de la quimera, metiendo los dedos por el pelo y notando lo frío que era.
Zelgadis gruño y con un violento giro la dejo debajo de él mientras sopesaba las opciones que le dejaba el maldito camisón: arrancarlo o usar Aghen.
La rasgadura de la tela hizo que La Guardiana diera un respingo y tratara de encararle pero antes de tener la oportunidad su compañero se decido a quitar la prenda y atarla muy flojamente las muñecas.
-¿Zel?
El nombrado se levanto sobre las rodillas y empezó a soltarse poco a poco la parte superior del pijama.
-U-N-A-V-I-D-A-
El gorjeo infantil hizo que la madre levantara la cabeza alarmada, a pesar de los estridentes ronquidos de su compañero volvió a oír el extraño sonido, decidida esta vez a pillarlos por sorpresa se levanto con suavidad y controlo las tablas que pisaba de camino a la maltratada habitación.
Si se la podía llamar maltratada.
Por que desde luego que sus hijos fueran unos portentos con la magia a los cinco años no ayudaba para nada a que permaneciera entera; había sufrido unas cuantas bolas de fuego descontroladas, el que tuviera que ser desalojada durante horas por unos carámbanos de hielo tan grandes como un roble, casi todos los muebles habían sido cambiados debido a las pesadillas de los pequeños, que solían provocar la aparición de rayos, y demás trastadas que solían hacer sin que se dieran mucha cuenta del daño real que podían hacer sin pretenderlo.
En esta ocasión no espero a que se dieran cuenta de su presencia, abrió la puerta de golpe y se encontró la escena mas extraña del mundo.
-¿!Ignus¡?
-
El fénix dio un respingo y sus hijos volvieron a reír al ver como las llamas, que eran las verdaderas plumas del ave, revoloteaban cambiando de su habitual tono rojizo a uno dorado casi blanco.
Vaya, vaya, el aguilucho podía palidecer.
-Estoooooo…
-Esto ¿Qué?-replico mordaz, era su mejor oportunidad de dejar las cosas claras con el "pajarito".
-…Cephid me pidió que cuidara de ellos.
-¿Por?-rencores dejados para otro momento, con sus niños no se metía nadie.
-Emmmmmmm ¿Por qué son demasiado poderosos?
-Dime algo que no sepa.
-De acuerdo-estallo el ave inmortal-me siento solo en el Nido del Fénix.
-Tienes a Amelia y Zelgadis.
-Como si pasaran tiempo por allí.
-Desde luego tú los ves más que yo. La última vez, que te recuerdo que fue hace algo más de un mes, estuvieron de reunión en reunión.
-Y aun así cancelaron reuniones para poder veros esos pocos ratos.
-¿Me estas diciendo que no paran?-ahora empezaba a entender algunas cositas que le había dicho su amiga. Una de ellas relativas a que por La Corte circulaban los rumores de que o bien ella era estéril o que la condición de Zelgadis le impedía tener hijos, todo ello motivado de que tras cinco años juntos aun no hubiera un descendiente.
Pero bien cierto era que para poder ponerse al tema había que tener ganas… y tiempo.
-Desde que Eldran murió las tareas de Amelia han crecido en menos tiempo para ella, y dado que Zelgadis es ya un miembro activo de la Familia Real pues el también tiene asuntos que atender.
Lina se sentó entre sus hijos, las nuevas noticias, y los detalles subyacentes en sus visitas. Todo lo que Ignus la contaba era algo que no sabía y que la estaba empezando a intrigar demasiado, y preocuparse sobre manera por sus amigos puesto que sobre los que hablaba parecían más bien dos personas totalmente desconocidas para ella.
-¿Eso quiere decir que la tía Amelia tiene problemas?
-No lo sé mi vida, pero quizá podríamos mandarla una carta para ver que tal esta.
Serra dio un brinco y corrió a por uno de los cuadernos de dibujo que tenia desperdigados por la habitación, agarro una de las ceras y se las tendió a su madre orgulloso de haber podido localizar todo lo que necesitaban en menos de un minuto. El único inconveniente radicaba en que a su madre no le parecía muy correcto el usar una cera de dibujo para mandar una carta oficial, las cogió con cierta reticencia y empezó a escribir el borrador de la carta que después si mandaría a palacio.
Buenos días:
Ignus se ha presentado en mi casa…
-Mama es de noche-susurro la pequeña de dorados cabellos.
-
Buenos días: noches:
Ignus se ha presentado en mi casa…
-U-N-A-V-I-D-A-
Amelia disfrutaba como hacía mucho que no había podido hacer, el cuerpo de su amante apenas se dejaba ver por la parte superior de su ropa abierta pero los pocos destellos azulados eran una tentación, que la había llevado a tratar de levantarse en más de una ocasión. Ganándose por ello algún empujón cariñoso contra la cama. Por desgracia eso lo único que conseguía era que tuviera más ganas de poder terminar el movimiento.
La quimera sonrió interiormente, verla tan expuesta le daba varias ideas y por la mirada de ella que ahora mismo no se negaría a ninguna. Mejor.
Según los dedos masculinos se deslizaban por su piel se arqueaba buscando un contacto más directo, pero claro, su compañero se daba cuenta de lo que intentaba y apenas empleaba las puntas de los dedos para su mayor desesperación. Siseo cuando las caricias se deslizaron por la espalda levantándola y acercándola a él, le vio bajar la cabeza hacia sus caderas…
… cerró los ojos por la anticipación.
-
El leve cachete que la dio, juguetón y recriminatorio a la vez, la hizo soltar un gemido de sorpresa.
Zelgadis sonrió de verdad, apenas un movimiento en la comisura, pero lo cierto era que se sentía incapaz de decir nada por miedo a que ella decidiera resistirse. La necesitaba de una forma que jamás había esperado en él y quería verla bien, si cerraba los ojos no podría ver su belleza. Y eso era lo último que quería.
Se lamió uno de los colmillos ante una idea que le acudió de forma repentina a la mente.
La heredera tuvo que morderse los labios para evitar gritar, si ya sus manos eran tentación mas que manifiesta su boca sobre la piel era… jadeo al notar que se quedaba en esa pequeña zona comprendida entre el muslo y las caderas, que sus colmillos resbalaban por la piel poniéndola el vello de punta, los nervios crispados y aún mas ansiosa que antes. Llevaba tanto tiempo sin poder estar con él algo mas que unos pocos minutos que casi no recordaba lo malvadamente juguetón que podía llegar a ser, siempre se mostraba frío para con los demás, salvo unas pocas excepciones, y desde luego al hacer el amor no variaba mucho; le encantaba verla disfrutar, sus ojos se lo decían, pero también hacerla de rabiar, posponer todo hasta que ya no había mas remedio o su propia excitación le ganaba la partida. Si a eso se le unía la sobrehumana resistencia que tenía había mucho que contar y poco por lo que no sonrojarse.
Bueno, quizá demasiado.
-
El gruñido reverbero por su cuerpo en el mismo momento en que sentía que el Aghen se manifestaba deshaciendo las ropas de su compañero en una neblina, esta se solidifico sobre el sillón pero eso dejo de importarla cuando la luminosidad del fuego la mostro el pétreo cuerpo.
La encantaba mirarle, era tan hermoso, tan único. Quizá el cuerpo de otro hombre fuera suave visualmente y sin los "añadidos" que el de la quimera, pero no podría despertar en ella la sensación de que acabaría hecha pedazos por amarle como lo hacía, y luego borrársela con un único roce. Eso jamás podrían hacerlo, así como darla la seguridad que la proporcionaba al tenerle cerca, su amor era lo más preciado que tenia y no estaba dispuesta a perderlo por nada en el mundo.
Se arqueo al sentir que empezaba a llenarla, hacia tanto que no había podido acogerle que casi había olvidado lo agradable que podía ser.
Zelgadis por el contrario se centro en ver como las manos de ella buscaban su contacto pero al no encontrarlo casi desgarraban la tela de las sabanas, eso le pareció muy divertido, pero al recordar porque ella no había podido tocarle libremente le enfureció; unas cuantas cosas iban a cambiar cuando amaneciera. Pero primero tenían que saciarse por todo el tiempo de celibato no auto impuesto que había sufrido.
Después se "divertiría" de otra forma.
-U-N-A-V-I-D-A-
Ignus planeo hasta el cáliz donde estaba la entrada a su plano de existencia, pasar las noches con los pequeños de la pelirroja era un riesgo pero desde luego ellos le daban más compañía que los moradores de el Nido, con él traía la carta de Lina, al fin pasada a limpio pero con la original incluida, y se dedico a pensar en un buen momento para dársela sin que la leyera cada uno por su lado.
Si ya de por si era raro verlos juntos el que se enteraran de las nuevas noticias, a la vez, quizá resultara un milagro.
-
Buenos días:
No sé si lo sabíais pero Ignus a estado rondando por mi casa desde que nacieron los mellizos, me ha comentado algo sobre que no pasáis mucho tiempo juntos y que además empezáis a tener problemas en lo referente a la Corte.
¿Necesitáis ayuda?
Sabéis perfectamente que podéis contar con nosotros para lo que sea, y el significado de esa frase lo dejo en el aire, puesto que me da igual como pidáis la ayuda.
Por cierto todos nosotros estamos bien, con ganas de veros de nuevo y poder hacer una escapada en toda regla.
Firmado:
Lina Invers.
PD: Os adjunto la carta original que mis hijos querían enviar.
DOS PERSONAS QUE COMPARTEN SU VIDA: CREAN UNA NUEVA
Al fin, despues de tanto tiempo sin poder escribir (basicamente porque no tenia tiempo o si lo tenia no disponia de un ordenador) e vuelto, se que aun tengo fics pendientes y que prometi algunas historias mas pero me estoy poniendo al día poco a poco.
De todas formas en mi web encontrareis alguna mas para vuestro deleite.
Shadir: Menos mal que ya esta muerto no? Ups espera que Kaos todavia no a sido derrotado.
Sigrid: No te preocupes que ahora lo vas a poder hacer, con forme a lo de Zeros y Firia no te preocupes. Me alegro que te guste.
Sore wa himitsu desu.
