Como las rosas
La meta del Host Club es hacer felices a las damas.
Su emblema bien podrían ser las rosas. Una rosa tiene el poder de alegrar a cualquiera con su belleza y su fragancia. Muy apropiado, ¿cierto?
Sin embargo, las rosas se marchitan. Tarde o temprano pierden sus pétalos que, previamente, se vuelven opacos. Es el ciclo de la vida, porque esas rosas se desintegrarán, y pasarán a formar parte de otras.
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-¿Por qué me das una rosa?-preguntó Shiro, extrañado.
Tamaki suspiró sin mirarlo.
-Hoy me gradúo, y...no quisiera que la tradición del Host Club se perdiera.
-Eres tan cursi.
La acusación fue un balde frío para el rubio, hasta que el pequeño se rió con ganas.
-Es broma-se apresuró a aclarar-. A mi tampoco me gusta ver triste a la gente, así que...tal vez sea tu sucesor.
-¡Eso sería espléndido!-exclamó Tamaki-. Si necesitas ayuda...
-Olvídalo. Lo haré a mi manera.
Tamaki no supo si sentirse orgulloso o decepcionado. Pero, de cualquier forma, estaba feliz.
FIN
