Hey espero que les guste esta nueva historia, sera como un prólogo por ahora, tengan tiempo, primero quiero terminar otra de mis historias pero quería subir de todos modos esto. Gracias por leer!


Naruto x Gaara

Capítulo 1: Tomando valor.

Naruto comprendía muchas cosas a su corta edad, sabía que sus padres no lo amaban, tenía dos hermanos, que se llamaban Naruko y en Menma, sus otros hermanos, los dos chicos eran pelirrojos, aunque su hermana tenía los ojos de su padre Minato, es decir azules, mientras Menma tenía el color de su madre Kushina, color gris-violeta, mientras él quien era el mayor era un calco de su padre, rubio y ojos azules, aunque en sus mejillas llevaba tres rayas como si fueran bigotes de animal, tenía cinco años pero sabía el por qué en la aldea era odiado. Pero desde siempre entendió que debía ocultar su apariencia, llevando así conocer al Kyubi, después de otro intento de asesinato hacia su persona en su cumpleaños, allí comprendió muchas cosas que antes no entendía, aquel biju lo ayudo a leer y escribir, nadie lo había hecho antes, solo tenía a Kurama, Kakashi y al tercer Hokage, ellos eran su familia.

Con una conversación con Kurama decidieron irse de la aldea y buscar una aldea que lo quisiera, ya que había oído a "sus padres" quitarle los títulos de los dos clanes en los próximos cumpleaños de sus hermanos, después de todo eran trillizos, bufo por el concepto, su querido Kurama le había propuesto irse, nada lo ataba en ese lugar, cosa que cierta manera era cierta, aunque había obtenido cariño de escasas personas, no podía aguantar todo ese odio y asco por la aldea, con la idea aún dada comenzó a preparar sus cosas que eran muy pocas pero podría sobrevivir por un tiempo, en su huida se encontró con Kakashi, la una persona que amaba como hermano, el mayor lo miro con tristeza al notar su mochila detrás del menor.

-Kakashi-nii.-le llamo con suavidad.

-¿Naruto?.-el nombrado se quitó la máscara que tenía para verle mejor.-¿Qué haces?...estas huyendo..-concluyo haciendo una mueca.

-Y...yo no puedo estar aquí.-desvío la mirada.-No puedo soportar esto nii-san, simplemente no puedo, Kurama me ha dado una idea y he aceptado, por favor no me detengas.-suplicó.

-No lo haré, solo prométeme que te cuidarás.-le acaricio sus cabellos.-¿Quién es Kurama?.-nunca había escuchado ese nombre en la aldea.

-El Kyubi.-aclaro.

Kakashi abrió su ojo impresionado, antes de suspirar, miro al chico con sentimientos encontrados, luego de un largo silencio que ninguno de los dos pudo quitar, hasta que el peligris saco un rollo antes de extenderlo al menor.

-¿Qué es?.-preguntó curioso el niño.

-Esto podría ayudarte en tu viaje, me hará sentir más seguro que estarás bien.-le sonrió un poco.-Escribe tu nombre en él, Naruto.

-Es un contrato de invocación, él tiene buenas intenciones, además yo te daré el contrato con los zorros cuando podamos romper el sello.-le dijo el Kyubi.-Debes firmar con tu sangre, solo pon tu nombre.

Naruto escuchó atentamente las instrucciones de su compañero y del joven Jonin, corto su dedo con sus dientes y escribió su nombre en el papel, Kakashi por otra parte veía al chico que sin preguntarle ya había hecho la parte fácil, sonrió un poco extrañaría al rubio mucho, pero lamentablemente su lealtad estaba en la aldea, aunque comprendía al chico, su maestro había cambiado desde el ataque, apretaba sus puños al recordar el maltrato que hacían con su propio hijo.

-¿Ahora qué hago Kakashi-nii?.-le pregunto sacando al nombrado de sus pensamientos.

-Bien, copia estos movimientos.-de allí comenzó a enseñarle como eran los pasos a seguir con sus manos, al tenerlo más decente le dijo lo más importante.-Ahora di, Ninpō: Kuchiyose no Jutsu.

-Ninpō: Kuchiyose no Jutsu.-hizo lo que pidieron, la palma de su mano toco la tierra y rápidamente aparecieron signos y a los segundos humo mostrando un perro negro pequeño, el animal miro a su alrededor unos momentos.

-¿Quién de ustedes me invocó?.-pregunto cortes.

-Y..yo.-respondió tímido al ver al que parecía cachorro.

-Es un gusto conocerlo maestro.-dijo olfateando al chico, recordando su olor.-¿Necesitas algo de mí?.

-Dile que encuentre un buen lugar para descansar y que sea fácil de esconderse.-murmuro el zorro de las nueves colas a su portador.

-Uh ante todo ¿Cuál es tu nombre? Yo me llamo Naruto -sonrió alegremente.

-Suski.

-Bien, Suski busca un lugar discreto para descansar por favor.-pidió.

-A la orden.-corrió alejándose de los dos presentes.

-Lo has hecho bien para ser primera vez.-felicito el ANBU orgulloso despeinando el cabello del menor.

Rió feliz.-Gracias, creo que ahora nuestro caminos se separaran aquí nii-san.-hizo una sonrisa triste antes de abrazarlo.-Gracias por estar allí Kakashi-nii.

El peligris le devolvió el abrazo con cariño.-Sólo prométeme que te cuidadas bien Naruto, no quisiera perderte a ti también.-dijo mirándole a los ojos.

-Te lo prometo, Kurama no dejaría que nada me lastimará.-respondió.

-Entonces te lo encargo Kurama-sama.-dijo sabiendo que la bestia le escucharía.

El rubio rió escuchando la voz de su Biju, en ello volvió aparecer la invocación, los dos miraron al recién llegado.

-Encontré un arroyo y un tronco hueco donde usted podrá dormir sin que lo noten maestro.

-Por esta noche será un buen lugar.-hablo el zorro.-Vamos Cachorro debemos irnos.

-Me debo ir nii-san.-el rubio abrazo ultima vez al ANBU.

Al despedirse Naruto siguió a la invocación dejando atrás a las personas que apreciaba, con cuidado fue hasta su destino, agradeció al perro por la ayuda.

-Gracias, mañana te llamare por tu ayuda nuevamente, descansa.-se despidió y el perro desapareció en un humo.

Se acomodó en el hueco que había, suspiro antes de cerrar sus ojos y caer dormido, apareciendo en su mente, miro las rejas, frunció el ceño, para luego caminar y pasar por allí. El zorro miraba lo que hacía su compañero, dejando que escalada como podía sobre su cabeza, le miro quedarse dormido, Kurama se acomodó un poco sin despertarlo estando alerta de los alrededores; al día siguiente, Kurama despertó a Naruto temprano para seguir su marcha, algo de sus reservas para comer y recuperar algo de energías, volvió a invocar a su nuevo amigo.

-Buenos días Maestro.

-Podrías llamarme Naruto.-suspiro, recogió sus cosas.-Vamos, debemos alejarnos Suski.

Los dos iban caminando en silencio, Naruto estaba inquieto, hasta que se fueran de los límites del lugar se sentiría muy seguro, recogió algunas frutas que encontraba, y a su vez Kurama le contaba las técnicas que sabía, mayormente le contaba los de su clan Uzumaki, escuchaba con atención y practicaba de vez en cuando, Suski a veces se adelantaba para ver si había peligro para su invocador.

-Oye Kurama.-llamo la atención del zorro.

-¿Dime cachorro?.

-¿Dónde deberíamos irnos? No conozco mucho las aldeas cercanas.-preguntó curioso mientras saltaba los árboles.

-Mm estamos entre dos cruces Naruto, después del límite del fuego tendremos dos aldeas, el Iwagakure o Sunagakure.-le respondió pensativo.-Por lo que he oído tiempo atrás en Sunagakure está mi hermano menor de una sola cola el Shikaku también conocido como Ichibi, podríamos ir allí, después de todo el jinchūriki de mi hermano debe tener la misma edad que tú.

Ante aquello los ojos azules del rubio brillaron emocionados.-Entonces vayamos a Sunagakure! Ya está decidido.

Con el plan en mente seguía las indicaciones del zorro y con ayuda de Suski podría avanzar siempre teniendo descansos, después de todo aún era un niño y no sabía controlar perfectamente el chakra, en el tiempo de su huida se había convertido en días, había avanzado pero igual manera le faltaba bastante, en ese tiempo se detenían para practicar algunos jutsus del clan Uzumaki que Kurama sabia más que de memoria, habiendo aprendido sobre el sello, quiso intentarlo, junto chakra en sus dedos y habiendo escuchado las instrucciones del bijuu las coloco en su vientre donde posaba el sello que mostraba su posición como jinchūriki, la giro con decisión, se impresionó como lo que estaba grabado se movía hasta que volvió a desaparecer, sonrió radiante, volviendo a su espacio mental sin dejar de sonreír quito el papel de la jaula, el Kyubi era más libre.

-Uff mucho mejor.-se estiro un poco.-Bien hecho cachorro aprendes rápido.

-Gracias Kurama.-ríe un poco.

-Bien, te lo prometí.-movió una de sus garras haciendo aparecer un rollo.-Ya sabes que hacer.

Sin dudarlo se cortó la mano para escribir su nombre, parpadeo un poco ante la luz, había vuelto a la consciencia, se levantó de su lugar para luego hacer los movimientos con su mano.

- Ninpō: Kuchiyose no Jutsu.-un humo blanco apareció y allí vio al zorro en miniatura.-Eh ¿Por qué eres pequeño?.

-Así es más seguro por ahora, no quisiera llamar la atención.-bufo la bestia.-¿Quieres entrenar?.

-¡Sí! Quiero ser fuerte para protegerte a los que amo.

Con ello dicho, decidieron avanzar un poco más y buscar un lugar favorable para ellos, pero en el camino se encontró con de ninjas que se habían detenido al verlo, eran renegados, chicos jóvenes.

-¿Que hace un niño solo en el bosque?.-preguntó uno.

Naruto se puso algo nervioso, no era muy fuerte y no querían que vieran a su amigo, que al verlos se había desaparecido para que Naruto no fuera atrapado.

-No te preocupes niño, no te haremos daño.-dijo otro con suavidad, una voz femenina pudo identificar.-Me llamo Konan y mis compañeros son Nagato, kazuku, Hidan, Deidara y Tobi.-presento a cada uno.

-M..me llamo Naruto Uzumaki.-se presentó tímido.

-¿Uzumaki?.-murmuró por lo bajo el pelirrojo.-Yo también soy Uzumaki.

-¿uh?.-Naruto levanto la mirada y vio al pelirrojo con asombro.-Y...ya veo.-sonrió tímido.

-¿Naruto que haces aquí solo?.-preguntó curioso la única chica del grupo.

-Yo huí de mi aldea, no era apreciado, mis padres me odiaban y me olvidaban, sobrevivía por mí mismo, y.-desvío la mirada, no sabía porque le confesaba aquellos extraños pero siguió con su relato.-Ya no podía soportarlo, sus gritos, sus maltratos, su odio sin justificación.-sus lágrimas cayeron por sus mejillas sin poder evitarlo.-Preferían a mis hermanos que a mí...

Aquellas palabras enfurecían al grupo, el chico parecía tan inocente, aun así era extraño que el chico sobreviviera tanto en el bosque suponiendo que llevara días.

-¿Cómo te has mantenido mocoso?.-pregunto Hidan.

Los miro unos momentos si confiar en ellos o no.-Yo soy un jinchūriki.

Los presentes abrieron los ojos sorprendidos, sabia como la gente trataba a los jinchūrikis, miraron al niño con algo de lastima pero comprendían más porque había salido de su aldea.

-Ya veo.-dijo mirando Kazuku al niño con una extraña mirada.

-¿Ha donde te diriges?.-pregunto Tobi curioso, aunque por dentro estaba lleno de ira.

-A Sunagakure.-respondió rápido.-Solo busco una aldea que me acepte.

-Te llevaremos cerca, somos mercenarios.-hablo el líder con seriedad.

-¿Ustedes no tienen un hogar?.-pregunto inocente.

Deidara rió divertido.-No, nunca fuimos aceptados en nuestros hogares, y en el camino nos encontramos.

Kurama y Naruto hablaban en su espacio mental, el zorro noto que no eran malos, por lo menos con él, decidieron dejar y ver que sucedía, aunque el kyubi le comunico que estaría alerta y si había un peligro real tomaría su cuerpo para escapar.

-Entiendo, ¿Nos vamos? Suski debe estar esperándome.

-¿Suski?.-dijo curioso Hidan.

-Mi invocación.-respondió algo avergonzado, los jóvenes asintieron con la cabeza para comenzar a seguir al menor pero estaban impresionados que el chico a su edad tuviera un contrato de invocación, después de un rato llegaron a un pequeño refugio, allí vieron a un cachorro negro.

-Gracias Suski, puedes irte a descansar.

-Gracias Maestro.-con eso dicho, se fue dejando un humo blanco.

Con ello todos comenzaron a prepararse para descansar más tarde, Deidara hizo la fogata disfrutando de ello, Konan luego empezó a cocinar la cena para la noche siendo ayudada por el menor, los demás vigilaban los alrededores en precaución. Naruto disfrutaba de ello profundamente, después de todo nunca nadie había sido muy amable con él, si no eran sus seres queridos no contaba en ese momento. Los días pasaron rápidos, todos se encariñaron con el rubio, Hidan y Kazuku les enseñaban sobre Jashin y el dinero, Tobi jugaba con él como otro niño más, Konan le enseñaba uno que otro nueva receta, Nagato le hablaba de algunos sellos que sabía del clan, que era mínimo pero aun así escuchaba todo, cada uno de ellos le enseñaba como defenderse, los jutsus, recordó uno de un rollo que había oído del tercer hogake que era prohibido.

-Ya lo recuerdo.-dijo levantándose del pasto acercándose a Nagato.-Recuerdo un jutsu del viejo, Kage Bunshin no Jutsu.-al decirlo aparecieron seis clones de él.

-¡Los clones de sombra!.-grito impresionado el peligris.

-Eso es nivel jonin alto, debes tener reservas muy grandes de chakra.-murmuraba Kazuku pensativo.

-Tengo sangre Uzumaki, tenemos mucho chakra pero también está que tengo el chakra del Kyubi-san.-dijo mirando los clones perfectos.

-Esto es perfecto.-dijo Konan emocionada.-Tus clones son tan solidos que será más fácil enseñarte.

-Oh ya veo.-sonrió de forma brillante.-Que genial Dattebayo!.

Con ese nuevo descubrimiento el entrenamiento había mejorado y su destino igual, miraron la arena en el paisaje, Naruto miro al grupo de mercenarios, ellos debían cumplir con algunas misiones para tener dinero, se habían negado en ir, aun algunos no estaban listos de aferrarse a una aldea, además eran buscados aun por su lugar de origen, además debían buscar al segundo jefe de su grupo.

-Cuídate ¿si?.-dijo cariñosa la chica acariciando los cabellos del menor.

-¡Claro! ¿Nos volveremos a ver?.-dijo abrazando a Kazuku que ya acostumbrado solo se dejó.

El otro rubio bufo.-Por supuesto, hablaremos con Yahiko y volveremos a este lugar.-le sonrió.

Asintió contento, pestaño con asombro por la chaqueta con nubes rojas que todos tenían allí, días después supo que el grupo de mercenarios se llamaba Akatsuki, se la puso con rapidez quedándole perfecto.

-¡Gracias!.

-Nunca lo olvides, protege a tus seres queridos Naruto.-habló serio Nagato.

Con algunas despedidas más por todos, Naruto comenzó a caminar por la arena, por las indicaciones de los chicos y de Kurama pudo encontrar la aldea de la arena, conversaba con su bestia, este no había querido salir por precaución aunque el grupo Akatsuki había sido bueno con él, no se fiaba tan fácil, por otro lado el clima caluroso no le gustaba por el momento, aunque su cuerpo se empieza a acostumbrar en los tres días que estuvo caminando, al llegar miro la aldea, los guardias le dejaron entrar después de preguntarle su nombre, miro las tiendas como la gente, hasta que llego a un parque, todos jugaban menos un niño pelirrojo que estaba sentado con una pelota en sus manos y una extraña calabaza en sus espaldas.

-Él es un jinchūriki.-dijo Kurama con seriedad.-Siento la presencia de mi hermano.

-¿Por qué es tan sólo? Es como si todos lo ignoraran.-murmuró por lo bajo acercándose.

-Cada aldea trata diferente a los jinchūriki, no sé muy bien que paso aquí, pero ya lo descubriéremos, estén atento, hay ninjas a los alrededores siguiéndonos.

Antes de llegar al niño fue interceptado por un ANBU, con renuncia le siguió hasta la oficina del Kazekage, este le miraba atento y con seriedad.

-¿Qué quieres en mi aldea?.-pregunto.-Debo decir que jamás esperamos que un niño llegara solo a la aldea.

Naruto se removió un poco.-Solo buscó un lugar al cual llamar hogar.-desvío la mirada.

El Kage frunció el ceño.-¿Qué quieres decir?.

Con renuncia, el rubio comenzó a contar su poca infancia en la aldea de la hoja, sin detener ningún detalle, Kurama estaba alerta y listo de atacar para huir si había malicia en el hombre, el Kazekage hizo una mueca y murmuro para sí mismo insultando a Minato, miro al niño y luego miro fuera del lugar. Antes de que diera su opinión, se escucharon gritos, mostrando otro ataque del bijuu que estaba encerrado de su hijo, mordió su labio por los daños y peligro que estaba dándose en el lugar, sin darse cuenta el rubio salto de la ventana.

-Hey espera.-no alcanzo a agarrarlo.

En el aire Naruto hizo los sellos y murmuro el jutsu de invocación, Kurama salió de un humo blanco, tomando su tamaño real, la gente que gritaba se calló, todo el lugar quedó quieto y en silencio, aunque estaban muertos de miedo por tener al zorro de nueve colas.

-¡¿El niño tiene al Kyubi?!.-grito el jefe de la aldea ya que no alcanzo a preguntarle.

Arriba de la cabeza del zorro de las nueve colas estaba el rubio sentado cómodamente.

-Hey Shukaku ¿Qué demonios haces?.-pregunto gruñendo.

-¿Kurama? Jajajaja es imposible ¿Cómo te has liberado?.-miro a su hermano con duda, era sin duda el maldito zorro.

El nombrado sonrió divertido.-Mi jinchūriki, quito el sello, pero no me iré de él, es mi cachorro.-apunto al rubio que estaba en su cabeza mirando toda su alrededor de forma infantil.

El mapache miro fijamente al otro bijuu, suspiro algo serio.-Gaara y yo no estamos bien, el sello que tomaron para que yo entrara en su cuerpo está mal, nos vuelve loco, mi sed de sangre sale sin control, es difícil tomar el control para el mocoso.

Los dos viajeros estaban sorprendidos.-Comprendo, tienes suerte Shukaku, mi cachorro es un Uzumaki, el clan que domina Fūinjutsu a la perfección.

La bestia de una cola rió casi de forma escalofriante antes de desaparecer y dejar de tener el control, aunque estaba loco por el sello no era estúpido, con Kurama cerca seria derrotado fácilmente, en el fondo de su mente estaba agradecido, el niño pelirrojo estaba inconsciente, el cuarto Kazekage había escuchado todo igual que todo el mundo, el niño había roto un fuerte Fuinjutsu, y el zorro de la nueve cola estaba libre, si tomaba a la mala al rubio terminaría mal, no solo había ahora dos Bijuus, sería suicida.

-Kazekage.-hablo el Kyubi.-Ya sabes lo que quiere mi jinchūriki ¿Que harás? Trataras de tomarlo o serás un hombre decente y no harás nada.-sonrió malicioso.-Si tratas algo extraño, tu aldea quedara extinta con uno de mis ataques.

Era una amenaza, eso estaba claro, asintió lentamente.

-Naruto Uzumaki puedes ser un ciudadano de aquí, bienvenido a la aldea de la arena.

Con eso dicho, la bestia desapareció y Naruto se levantó del suelo, camino hasta el pelirrojo que ya estaba despertando.

-Hola soy Naruto ¿Cómo te llamas?.-pregunto inocente y sonriendo.

Gaara miro al niño sorprendido, nadie se le acercaba a no ser que sean los guardias o sus hermanos, sonrojado murmuro.-Gaara.

Asintió.-Bien, vamos a jugar Gaara.-le tomo de la mano y tiro de este para ir a jugar.

Los dos luego de un rato estaban jugando con la arena del pelirrojo, olvidando lo que había sucedido hace solo unos minutos.

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-En otra parte-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Desde la partida del pequeño rubio nadie lo había notado solo el tercer Hokage y Kakashi, prefirieron callar y dejar que el jinchūriki escapara muy lejos para que no fuera atrapado, mirando como los otros dos hijos del cuarto Hokage se empezaban a llenar de arrogancia, usaban el chakra del Kyubi solo para demostrar que eran los mejores, nadie veía nada, pero al mes de la desaparición del chico el clan Namikase-Uzumaki, hubo una conmoción, el cabello rojizo de Kushina y sus hijos perdieron ese color volviéndose un color blanco canoso y los ojos de la mujer y su hijo se volvieron negros, desde allí la familia en secreto notaron que la cantidad de chakra de Kushina era de un nivel normal. Como también habían perdido algo de su juventud, sus cadenas de chakra, era una persona común con cantidad mínima de un chunin alto quizás, comenzando a preocuparlos, pero el tiempo paso y lo olvidaron, aunque hubo una pequeña masacre en el clan Uchiha, Itachi Uchiha había matado a algunos de su propio clan, por órdenes del cuarto en secreto, ya que se sabía de un posible guerra política, pero nadie supo aquello e inculpaban al chico que había huido al terminar, eso sin contar que era una misión confidencial, le contó a su familia, sin querer irse sabiendo que ellos podrían odiarlo, con sus asuntos claros desertó de la aldea. A los dos años después en Konoha , en la oficina del Hokage, estaba que explotaba, habían querido arreglar un acuerdo con un comerciante importante, pero este pedía que su hija se casada con el hijo primogénito del Kage para seguridad de ningún daño a él y a sus negocios, Minato hizo llamar a Naruto, al pasar la hora nunca llego, los ANBUS buscaron por toda la aldea sin ningún resultado, allí el actual Hokage se dio cuenta que su arma había huido, con enojo pidió a algunos Jonin a buscar por todo el país del fuego en busca del Jinchūriki, si los demás Kages se daban cuenta que habían perdido al chico, podría abrir nuevas guerras de poder.