Disclaimer: Gracias a Oda, KHR! no me pertenece, porque sino definitivamente sería un asco *gota*. Y nadie me paga por escribir esto, o la verdad que mejores fanfickers deberían sentirse insultados de lo contrario.

Advertencias: Spoilers hasta el Arco de los Anillos. Insinuaciones de shonen-ai.

Notas: Si escribí de esta pareja (que quiero aclarar que me gusta mucho, pero es un parto escribirla IC) fue por una apuesta, la verdad. No me gustó el resultado, pero faltan fics de este pairing por acá, así que hay que sumar :). Dedicado a Lexy D. Miyu (cuyos fics recomiendo mucho más que los míos :D *propaganda*) porque fue quien ganó la apuesta.

Peleando la gente se entiende.

Dino no solía tener tiempo libre. Era algo casi desconocido para él ya. Más que nada porque, últimamente, cada vez que no estaba haciendo su "trabajo", Reborn terminaba pidiéndole un favor (o más bien, ordenándole que hiciera algo, ya que a los favores uno puede negarse). Pero en aquella oportunidad realmente no tenía nada mejor que hacer. Así que, ya que viajar a Japón no era nada fuera de lo normal para él (de nuevo, últimamente), decidió ir a visitar a Tsuna.

Sí, a Tsuna. O al menos de eso quiso convencerse. Ya que si vamos a ser completa y absolutamente honestos, ¿qué motivo tenía para ir a esperar a Tsuna a Namimori, cuando bien podía ir directamente a su casa? No es que no supiera el "riesgo" que suponía acercarse a esa escuela.

—¿Qué haces aquí? —preguntó una voz que conocía bastante bien, y que ciertamente sonaba irritada.

Cuando se volteó a verlo, Dino encontró a Hibari ya perfectamente preparado para atacarlo, como era de esperar (tal vez la sorpresa era más bien que no lo hubiera atacado ya).

Fue entonces cuando hizo una broma que no debía. Y sabía que no tendría que haberla hecho, pero…

—Vine a destruir esta escuela —dijo sonriendo. Y no pudo terminar de pronunciar la última palabra, que tuvo que esquivar un rápido ataque del prefecto. Sacó su látigo con cierta calma (por suerte sus subordinados andaban relativamente cerca, o aquella simple acción habría terminado mal para él) antes de agregar:—. Hey, que era una simple broma. Sólo estoy aquí para ver a Tsuna.

—No me importa, de todas formas te morderé hasta la muerte.

"Debería haberlo sabido, sólo buscaba una excusa" pensó Dino. Enserio, ¿por qué se metía en esas cosas en su tiempo libre? Realmente debía tener una vena masoquista.

O tal vez no tanto.

—¿Qué tal si hacemos la apuesta de siempre? El que pierda hará lo que el ganador ordene —propuso manteniendo su sonrisa.

A lo cual Hibari respondió sencillamente atacando de nuevo, como era de esperar.

Pero Dino se aseguraría de ganar esa batalla, porque ahora (al fin) tenía planes muy interesantes para su día libre.