Sangre sucia.

Sangre sucia inmunda, hija de muggles comunes, sin riquezas o algún tipo de poder. Era simplemente patética. Intentado sobresalir por su inteligencia, creyéndose mejor que él, Draco Malfoy, sólo por ser una pequeña ratita de biblioteca.

Por supuesto, aunque aquella niña se diera aires de grandeza pretendiendo ser la más inteligente de entre todos los alumnos, él sabía muy bien que jamás vería más allá del profundo odio que ámbos se profesaban. No, ella jamás podría descubrir su asqueroso secreto.

Esa sangre sucia viviría siempre bajo sus insultos, miradas disfrazadas de asco y actitudes hirientes para su pobre corazón. Sí, la mataría poco a poco para que se tragara sus mentiras, para hacerla sentir inferior a él, para hacer que llorara lágrimas de sangre por ser tan estúpida.

Nunca vería más allá de su nariz, de las apariencias, de los dobles sentidos. A través de su mirada viéndola a cada instante que no lo notaba, en su feo cabello despeinado, su patética figura sin ningún tipo de atributo y sus manos que siempre llevaban cargando algún libro, que no parecían las de una chica. Unas manos delgadas y pequeñas, que se entrelazaban sigilosamente entre las del Weasley.

Patéticos, ambos. Patéticos todos. Y sobre todo, patética ella.

Es que era demasiado obvio que ella había sido hecha para servir, elogiar y seguirlo a él. Era tan fácil de entender que una sangre sucia debía estar al lado de la sangre pura, para eso existía. Tan sencillo, más que cualquier estúpida materia en la que sacaba las notas más altas. Ella sería perfecta a su lado. Pero claro, ella no era tan inteligente como para razonar de esa manera.

Y Draco Malfoy le había ganado.

El le era superior en todos los sentidos. Sangre sucia. Así había nacido y así moriría. Y ser tan inteligente en la escuela no le sirvió de nada. Él había ganado.

Su secreto sería por siempre guardado en la profundidad del abismo. Junto con sus palabras envenenadas de súplica para que ella le prestara atención, junto a sus miradas que profesaban algo diferente al asco y junto a el sentimiento más vergonzoso y denigrante que alguna vez sintió.

Pero Draco le había ganado a la sangre sucia Hermione Granger.

Y eso era lo único que le interesaba.


Muy bien, este es mi fic debut para este fandom. Me esforzé para que el personaje se mantuviera IC, si no lo está, regáñenme. Tuve que hacer la mención de RHr, no lo pude evitar. Discúlpenme.

Muchas gracias por leer. Ahora, destrócenme.