Summary: Cometieron un error y la consecuencia es permanente, pero cuando los errores son honestos, la solución no siempre es arrepentirse de ellos, a veces lo mejor es continuar 'equivocándose' [Historia subida Completa]
Disclaimer: Los personajes de Card Captor Sakura no me pertenecen, son propiedad de CLAMP
Nota: Hace mucho tiempo que no escribo nada de esta pareja que tanto me gusta, pero como no la tengo olvidada me decidí a hacer esta historia, para quienes no lo sepan, subo las historias cuando ya están terminadas, así que esta ya está completa, espero les agrade.
Y a mis queridas seguidoras de Twilight y Sailor Moon, espero que le den una oportunidad a esta historia y esta pareja, espero que me sigan apoyando y dejando sus apreciados comentarios.
Sin más que decir les dejo la historia.
ERRORES HONESTOS
By. Yurika Cullen
Capitulo Uno
-.-
Subía las escaleras con algo de dificultad, y es que los paquetes que traía no me estaban haciendo fácil el trabajo, además si esperaba el ascensor un minuto más llegaría tarde, y quería estar en el momento exacto, así que apure un poco más el paso y cuando llegue a la puerta deseada mire el reloj y sonreí.
Eran las doce en punto, me apresure a tocar el timbre un par de veces de manera insistente y cuando la puerta por fin se abrió solté los paquetes con cuidado y grite con emoción mientras me lanzaba a abrazar a la persona que me había abierto la puerta.
—¡Feliz Cumpleaños Eriol!— dije casi asfixiándolo
—¿Tomoyo?— pregunto confundido después de que lo solté
—¿Acaso no te alegra verme?— pregunte con fingido enojo mientras me ayudaba a entrar los paquetes, él me miro, cruzo los brazos y frunció el ceño
—Sabes de sobra que sí, pero no entiendo qué demonios haces aquí a la media noche, cuando hace unos quince minutos me dijiste que te ibas a dormir— yo sonreí
—La idea era sorprenderte y si te decía que no estaba durmiendo, y que en cambio venia de camino hacia aquí, entonces no sería sorpresa— él sonrió y me abrazo
—Ya decía yo, que no podía ser que me dejaras solo en este momento, por eso te quiero tanto— yo sonreí
—¿Vez? ¿Creíste que dejaría a mi mejor amigo abandonado? ¿Más aun en un momento como este cuando su novia prefirió una cena importante de magos en Europa y no pasar el día de su cumpleaños con él? por supuesto que no— misioné a propósito
—Te agradecería que no me recordaras ese tema en especial—
—No necesito recordártelo, se que aunque intentes disimular estas hirviendo por dentro porque Kaho se fue a la mierda y te dejo plantado—
—Esas no son palabras para una señorita— me dijo medio en broma, pero en realidad estaba muy molesto y yo más que nadie lo sabía
—Me importa una mierda las señoritas, déjale ese papel a tu novia, sabes perfectamente que yo soy diferente—
—Y eso es lo que más me gusta de ti— dijo abrazándome de nuevo
—Gracias, me encanta saber cuánto me quieres— dije sonriendo, luego nos soltamos
—¿Qué es todo eso que trajiste?—
—Una torta de cumpleaños que hornee especialmente para ti, unos cuantos dulces más, un poco de comida china, gaseosas, vino y champagne todo un arsenal— él miro todo sorprendido
—¿Y que esperamos para comer? La comida china es mejor si está caliente— yo sonreí, después me ayudo a organizar todo en la mesa y media hora después estábamos comiendo mientras hablábamos
—¿No te ha llamado?— Eriol hizo una mueca
—No, debe estar muy ocupada—
—¿Por qué demonios te empeñas tanto en tratar de excusarla? Sabes que conmigo no funcionara, ni siquiera tú te crees todo lo que dices— él suspiro
—Solo trato de no pensar mucho en eso, o será peor, de sobra sabes Tomoyo cuanto me molesta que Kaho haga estas cosas, pero es mi cumpleaños, solo quiero distraerme y pasarla bien, no puedo permitir que las decisiones de Kaho me amarguen el día—
—Muy bien, así se habla, vamos a brindar— dije levantando la copa —Porque tengas el mejor cumpleaños del mundo— él choco su copa con la mía
—Porque sea el mejor— después de tomarnos todo el contenido de la copa me levante, traje la torta y le cante el feliz cumpleaños, Eriol pidió su deseo y apago la única vela que adornaba la torta
Después de una botella de vino y media de Champagne, Eriol y yo nos encontrábamos sentados en el sofá de su sala riéndonos por tonterías.
—¿Entonces te gusto mi regalo de cumpleaños?— dije mirando alrededor, él sonrió
—Es una pena que haya estado viendo tu regalo desde hace meses—
—Eso es porque eres un tramposo, no te aguantaste hasta hoy que te entregaban el departamento—
—Solo a ti se te ocurre regalarme la decoración de mi nuevo departamento, en un par de ocasiones tuve que venir aunque no lo quisiera, pues todo estaba a mi nombre, yo tuve que firmar la entrega de los muebles, la cama, los cuadros, todo, tu solo los escogiste y decidiste donde irían y acompañados de que—
—Esa es la parte más importante— él sonrió y me abrazo
—Muchas gracias, quedo espectacular, además de cómodo se siente muy cálido—
—Esa era la idea principal, lo que no entiendo es porque Kaho nunca quiso dar su opinión en algunas cosas, yo siempre trate de preguntarle que prefería, pero dejo que la decisión la tomara yo—
—Y creo que fue una decisión sabia porque si ella escogiera la mayoría de las cosas, este departamento dejaría de ser cómodo y cálido, a frio y práctico, sería muy… Kaho—
—Aun así, ella va a vivir aquí, yo estando en su lugar, escogería aunque sea algunas cosas—
—Kaho no va a vivir aquí— dijo las palabras casi con cuidado, yo fruncí el ceño y lo mire sin comprender
—¿Cómo?—
—Que Kaho…—
—Perdón, quise decir ¿Por qué?— él se encogió de hombros
—Porque ama demasiado su privacidad, como para compartirla conmigo— dijo sin importancia —al menos eso fue lo que yo entendí de todas las escusas que me dio—
—Pero tú me habías dicho que…—
—Sé lo que dije, pero ella no acepto—
—Lo siento— dije sintiéndolo de verdad, él levanto los hombros restándole importancia, pero no se qué tan cierto era que le daba igual
Eriol había estado muy ilusionado meses atrás con la idea de un nuevo departamento más amplio y cómodo, y todo era con la finalidad de pedirle a Kaho que se mudaran juntos, yo me había ofrecido a decorárselo como regalo de cumpleaños, y aunque tengo que admitir que cuando lo decore pensé más en los gustos de Eriol y los míos propios que en los de Kaho, siempre hice las modificaciones con la idea de que seria para dos, especialmente para una pareja. Eriol debía de sentirse realmente mal por todo lo que estaba pasando, pues no solo no había aceptado vivir con él, si no que se había marchado a Europa hace dos días a una reunión de magos importante y le había dejado claro que no estaría para su cumpleaños, desde que se fue, ni una llamada se había dignado a hacerle.
—No lo sientas Tomoyo, creo que en cierto modo es mejor, a veces compartir espacio con Kaho es bastante difícil, lo más seguro es que si viviéramos juntos, estaríamos discutiendo las veinticuatro horas del día—
—La verdad es que no te entiendo Eriol— él frunció el ceño
—¿No entiendes qué?—
—Tu vida, tu relación. Te la pasas discutiendo y peleándote con Kaho, siempre que hablamos mencionas lo difícil que es mantener esa relación, ¿Cómo puedes seguir después de tantos años con alguien a quien en cierto modo no soportas?—
—Tal vez sea la costumbre—
—No me salgas con la costumbre Eriol, esto sobrepasa la costumbre, ni siquiera en el sexo se entienden—
—Eso no es…—
—Ni siquiera te atrevas a decir que me equivoco, un par de veces me dejaste bien claro que tenias problemas con Kaho en cuanto al sexo y aunque no lo dijiste, es obvio que estas insatisfecho— él disimulo desviando la mirada
—Hablo la señorita "Desesperada por sexo"— yo fruncí el ceño
—La diferencia entre tú y yo Eriol, es que tu no aceptas que estas insatisfecho, yo por el contrario acepto que no tengo experiencia en el sexo, que a mis veintidós años aun sigo siendo virgen, y que tengo muchísima curiosidad sobre el tema, incluso acepto que estoy algo desesperada— él sonrió
—Lo que se me hace realmente raro, porque pretendientes has tenido por montones, pero no has aceptado a ninguno— yo suspire
—Tal vez sea un poco exagerado decir desesperada, pues no aceptaría acostarme con cualquier hombre, pero la verdad es que comparada contigo y con Sakura soy una vieja mojigata— Eriol soltó una carcajada —No es broma Eriol, Sakura desde los dieciséis años tiene relaciones con Syaoran, y tú, no quiero ni pensarlo, creo que ni a los catorce llegaste casto— él volvió a reír
—En realidad llegue a los quince—
—¿Tu primera vez fue a los quince años?—
—Ni me la recuerdes porque fue un desastre— dijo negando
—¿Por qué fue un desastre?— pregunte sorprendida
—¿Por qué puede ser? Yo tenía quince años y cero experiencia y Kaho veintiocho, son trece años de desventaja en experiencia, fue el momento más vergonzoso de mi vida—
—Pero es entendible Eriol—
—Aun así, fue vergonzoso, y fue la primera vez que me di cuenta realmente cuán grande es la diferencia de edades entre ella y yo—
—¿Es por eso que dices que tienes problemas sexuales? ¿Aun no le das la talla?— luego me arrepentí de lo que dije —lo siento— me disculpe, él suspiro
—No tienes porque disculparte, pero la verdad es que ese no es el problema—
—¿Entonces cual?— él volvió a suspirar
—Creo que es poco caballeroso de mi parte hablar de la vida sexual de una mujer con otra, pero para serte sincero necesito hablarlo con alguien, me gustaría saber que tan errado estoy—
—Sabes que no le diría nada de lo que me dijeras a nadie—
—Lo sé—
—Aunque no se que tanto te pueda ayudar, solo se lo teórico— él sonrió
—Con que me escuches me basta— yo asentí, Eriol tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos luego suspiro —la verdad es que tenemos problemas en el sexo porque Kaho es un tempano de hielo, fría en todo momento— yo lo mire sorprendida
—Y yo que pensaba que bajo toda esa actitud fría, en el fondo ella sería diferente—
—Pues no, y tengo que reconocer que sexualmente estoy frustrado porque ella lo controla todo— dijo y guardo silencio
—¿En qué sentido lo controla todo?—
—En todos los sentidos, tenemos sexo cuando ella quiere, nunca cuando yo quiero, de la forma en que ella quiere, incluso los minutos que ella considere necesarios, es solo seco, simple y frio sexo, nada de hacer el amor, solo sexo— yo lo mire sorprendido
—¿En serio? Es tan diferente a como me cuenta Sakura—
—Es obvio Tomoyo, Sakura y Syaoran hacen el amor, no tienen sexo, ellos se entregan porque se aman, los dos comparten, no solo es lo que uno ordena y el otro obedece—
—¿Acaso te da órdenes?— volví a mirarlo sorprendida, para este momento Eriol jugaba con mi mano entre las suyas, yo sabía que cuando hacia eso es porque intentaba darse ánimos para continuar
—No es que me dé órdenes, pero sus actitudes me dan a entender que no le gusta nada de lo que hago, cuando estamos juntos y yo la acaricio siempre están de más mis atenciones, nunca son necesarias, pocas veces ella deja que antes de que tengamos relaciones la acaricie, y cuando lo permite es ella la que me guía donde y como, por lo general cuando ella quiere sexo, aparece me pide que estemos juntos, se desnuda ¡y sin juegos preliminares quiere que la penetre y la haga tener un orgasmo!— yo me sonroje un poco por sus palabras —Perdóname que sea tan grafico, pero me frustra demasiado—
—No te disculpes, en realidad es la única forma de que puedas expresar como en verdad te sientes— él asintió y continuo
—Cuando hablamos del tema ella siempre lo evade, nunca le da importancia, y se pone loca si yo le insinuó alguna cosa que quiera en particular cuando estemos juntos, incluso me califica de anticuado y depravado, ¡se contradice totalmente!—
—¿Algo como qué?— pregunto con curiosidad
—Como una cena romántica antes de hacer el amor, que juguemos a ser otros personajes, algún stripper por parte de alguno de los dos, sexo oral, cambiar de posiciones— yo de nuevo me sonroje un poco —¿Crees que son cosas muy locas?— yo sonreí
—No seas bobo Eriol, todo eso es tan normal y tan común hoy en día—
—Ella cree que son solo tonterías para perder el tiempo— yo suspire
—La verdad que no se qué demonios tiene Kaho en la cabeza, yo me muero por tener un hombre que esté dispuesto a hacer todo eso conmigo, incluso hasta he confeccionado disfraces eróticos, la misma Sakura ha usado un par— dije riendo —pero Kaho desaprovecha todas las oportunidades que a mí me encantaría tener, yo creo que lo mejor de una pareja es la confianza para poder hacer la vida sexual más entretenida y no tan monótona, sinceramente que no la entiendo—
—¿En verdad hiciste disfraces?— pregunto sorprendido, yo asentí —no debería de sorprenderme, tú debes confeccionar cualquier cosa— yo sonreí
—Algún día encontrare a un hombre que quiera usarlos conmigo, a diferencia de tu novia, yo si me muero por experimentar todas esas cosas. Aunque creo que me moriré sin saber lo que es un orgasmo— él rio
—Lo dudo, eres hermosa Tomoyo, y ya has tenido a más de un hombre desesperado por darte unos cuantos orgasmos al día, tú fuiste quien decidió que no, así que no te será difícil encontrar más en el futuro— yo me sonroje
—Si te soy sincera, en este caso la del problema soy yo— él me miro sin comprender
—¿Tu?—
—Sí, cuando estoy con alguien me es muy difícil pasar de los besos a las caricias, no me animo Eriol, ni siquiera a hablarlo—
—Pero si hemos hablado todo este tiempo y no has tenido problema—
—Contigo es diferente, yo confió en ti Eriol, aunque nos hagamos bromas se que en realidad no te vas a burlar cuando te cuente algo, ni te va a parecer muy absurdo algo que desee, con los demás siempre temo que parezca una desesperada por sexo—
—No seas boba Tomoyo— dijo abrazándome —nadie va a pensar eso de ti—
—Pero es que en realidad si estoy algo desesperada— dije riendo
—No entiendo porque siempre actúas de esa forma tan precipitada, lo mismo pasó cuando querías dar tu primer beso, estabas desesperada por recibir un beso de alguien y como a tus quince años no habías conseguido uno, también pensabas que te ibas a morir sin besar a nadie— yo me sonroje
—Sé que a veces soy algo exagerada, y me avergüenza un poco lo del beso porque incluso estuve a punto de dárselo al más desagradable del instituto— Eriol suspiro
—Si yo no aparezco te habrías arrepentido aun más—
—En realidad me da más vergüenza la forma en que impediste que lo besara— dije tratando de disimular lo nerviosa que me ponía recordar ese momento, Eriol sonrió
—No te preocupes Tomoyo, seguirá siendo un secreto para el resto del mundo que fui yo quien te dio tu primer beso— el corazón se me oprimió en el pecho, ojala no fuera ningún secreto y pudiera presumirlo con cualquiera
—En realidad Sakura lo sabe, y lo más seguro es que Syaoran también— dije tratando de restarle importancia e intentando que él no viera lo que me afectaba, Eriol volvió a sonreír
—No tienes por qué avergonzarte, además fue algo precipitado, simplemente sucedido, no sé ni cómo, pero se me ocurrió en el momento, si estabas tan insoportable porque no habías besado a nadie, entonces la solución sería que yo te diera un beso, así ya no tendrías que irte a besuquear con el asqueroso ese— yo sonreí melancólica
—Me sorprendiste muchísimo, creo que quede en shock y no pude pensar en nada más por un rato—
—Cuando por fin te calmaste, sonreíste y me diste las gracias, me dijiste que ya que habías dado tu primer beso te podías ir tranquila a casa, fue la cosa más rara que hiciste en la vida—
—Lo siento, siempre te hago hacer cosas locas—
—Más vale que no menciones la vez que me hiciste vestir de mujer para uno de tus diseños— yo reí
—Acabas de hacerlo tú mismo, además te veías encantadora con ese vestido, tenias las medidas exactas que necesitaba, no podía desaprovechar esa oportunidad— él me fulmino con la mirada, luego sonrió y me abrazo, estuvimos en silencio por unos minutos, después de un suspiro Eriol lo interrumpió
—Si quieres que te confiese algo, la primera vez que di un beso de verdad fue cuando te bese a ti—
El corazón se me acelero un poco, fruncí el ceño y me quede algo perdida, pues no entendía lo que me decía, Eriol ya era novio de Kaho en ese momento, ¿Cómo pudo entonces darme su primer beso? No lo entendía, tal vez solo estaba jugando, pero no sabía lo mucho que me afectaban sus palabras, si solo él supiera lo mucho que significo ese beso para mí no hablaría tan a la ligera de tema, si solo supiera que estaba enamorada como una estúpida de él no bromearía con esas cosas. Pero eso era algo que yo no le podía decir.
