Hola, holitas ¡Les saludo, un placer! XD

Pues les cuento (y ustedes se preguntarán ¿Y a mí que mierda me importa?) que hace poco conocí el mundo de Homestuck… y me que quedado prendada de él. Tiene de todo :D, realmente vale la pena pasar toda una noche leyendo un buen comic ( ¿?).

Y como quiero desestresarme un poco de la maldita escuela del averno… pues me he puesto a escribir un fic, así, sin más.

Es algo corto, un pequeño One-shot dividido entre tres partes. Es la primera vez que escribo sobre Homestuck (estoy algo nerviosa jejeje :P), así que espero no ofender a nadie. Es un fic terminado y subí todas las partes de una buena vez (como hago con mis historias cortas) para que sea más rápido de digerir :)…oh bien, para vomitar D:

No me queda más que decir que los personajes pertenecen a Andrew Hussie (que ya le tengo su altarcito junto al de Natasha Allegri y Masami Kurumada) y yo… pues nada tengo que ver con ellos, sólo los tomé un rato.

Advertencias:

Fic con shonen-ai ligerísimo.

Los personajes pueden llegar a ser un poquitín OCC para algunas personas… y para otras, más… no es con intención ¡De verdad!... en serio que trate de que no se salieran de su papel.

Una pisca de AU…no mucho.

Palabrotas…nah, no es para tanto.

Rimas sin sentido.

Alguna que otra ridiculez…

Algo de spoiler…

¡Y muchos colores!

Y ahora sí, pues les dejo mi pequeños fic, espero sea de su agrado.

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Capítulo I

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Gamzee…

Gamzee…

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Desde afuera el eco se escucha, se pierde en la lejanía.

Y él, que no detendrá su lucha, lejos está de perderse, que ironía.

No está mal, lo sabe, no ha perdido la cordura

¿No es acaso normal una pisca de locura?

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¡Gamzee…!

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¡Qué se calle de una vez por todas, que no insista con llamarle!

¡Ya basta, ¿Qué no entiende?, no logrará calmarle!

¡Ah!, pero si tranquilo está, sólo un poco agotado

Aunque se pregunta porque se mira en tan mal estado.

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Pump, pump, pump, le escucha agitado, anhelante.

Pump, pump, pump, se lleva una mano al pecho, vacilante…

¿Es aquella sensación real? se siente tan cálido, tan lleno

Es algo confuso para él, más no le es ajeno.

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¿Quién es el que le tiene encandilado? ¿Quién es el que le alimenta de ternura?

"Es un perfecto milagro" confiesa sin pudor, con desmesura

El único que logra arrancar tristeza, culpa, miedo; fanáticos demonios carroñeros

Como lanza cortando al viento, desenraizando dolores, odios, con esmero.

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El que le hace tanto bien, el que comparte con él un mismo lazo

No es otro más que el que descansa apacible en su regazo.

Le mira, le sonríe… le acaricia los cerrados párpados con la punta de los dedos

"Has hecho tu magia de nuevo…ya no hay cabida para los miedos"

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Gamzee…

Gamzee…

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¿Quién se atreve a interrumpirles? ¡Qué inoportuno, que se vaya!

¡No querrá verle enfurecido!, ¡Largo ya, afuera con sus patrañas!

Es hora, parece escuchar, debes dejarle irle en paz.

Pero él sabe que eso está mal, ¿Cómo dejarle en tan fea tumba abismal?

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Ya no se siente abrigado, la duda se ha vuelto a sembrar en su pecho adolorido

"No"- se dice así mismo, asustado, indeciso – "Estás equivocado, él solo está dormido"

Debemos irnos -la insistencia le desagrada, le vuelve loco

Él no se moverá de ahí, ni un poco.

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Regresa oye al eco, casi extinto Te necesito conmigo, regresa

Más la súplica no hace mella en él, no le interesa.

"¿Qué no te das cuentas que de aquí somos?

¡Vete de aquí! ¡Fuera, déjanos solos!"

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Gamzee

Gamzee

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Toma el liviano cuerpo entre sus brazos con el corazón acelerado

Sus manos tiemblan, el temor se vierte en su rostro desencajado.

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Gamzee

Gamzee

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"¡Mientes…él sólo duerme, duerme tranquilo,

Siento sus latidos, su corazón junto al mío!"

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Gamzee

Gamzee

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"Despierta Tav, no me dejes solo con esta herida abierta

Aquí estoy, abre los ojos, no esperes más, despierta"….

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Abrió los ojos apenas sintió el aleteo sobre su nariz. Le causaba cosquillas más no lo suficiente para hacer un esfuerzo por rascarse, en verdad que era perezoso. Bostezó con total libertad abriendo la boca hasta sentir su mandíbula crujir.

Que cansado se sentía. Que cansado y que aturdido se sentía esa noche.

Su bostezo se interrumpió de pronto.

¿Noche? ¿Ya había oscurecido, tan tarde era?

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- Hola…uh… ¿Has…has dormido bien?

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Movió su cabeza y se encontró a Tavros cómodamente sentado a su lado.

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- Hola hermano – saludó alzando una mano, desparramado sobre la hierba como había quedado antes de caer dormido – me duele todo el jodido cuerpo – arqueó la espalda, llevándose las manos hacia ella en un intento por tronarse los huesos – pues… creo que si… un poco…

- Tinkerbull te… te ha gastado una broma – confesó escapándosele una suave risa. Se tapó la boca en un vano intento por pararle, mirando con complicidad a la pequeña criatura que revoloteaba en círculos sobre sus cabezas.

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Gamzee supuso que se refería a lo de haberle despertado y sonrió ante la blanca broma de ese par.

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- Ah… el polvo de tus alas me hace estornudar – dijo, fingiendo enfado pero lo hacía tan mal que ninguno le creyó. Tinkerbull bufó divertido, bajando grácilmente ante las atentas miradas y se posó de nuevo sobre su rostro.

- Lo intentó varias veces… pero… tienes un sueño muy…eh… pesado… - Gamzee miró a Tavros que le sonreía desde arriba apoyándose en sus manos, una a cada lado de la cabeza del troll. Un delicioso calorcito nació dentro de su pecho al verle sonreír - ven, la hora de las bromas se ha terminado.

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Tomó en brazos al lusus, volviendo a sentarse en su lugar para molestia de Gamzee. Suspiró mientras veía como su amigo dejaba que Tinkerbull se frotara alegremente en su mejilla, para después soltarle y dejar que se fuera volando a retozar entre la hierba.

Le tenía tan cerca… solo hubiese sido cuestión de levantar un poco la cabeza y…

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Sangre…

Abrió los ojos alarmado.

¿Sangre?.. . ¡¿Sangre?…

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Las manchas anaranjadas en la camisa de su amigo parecía volverse más grandes, más oscuras… tenía que hacer algo, ¡rápido!

Parar la hemorragia, buscar ayuda, decirle que todo saldría bien, que no tuviera miedo ¡Algo!

Más su cuerpo no hizo intentó alguno por moverse.

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- Me he vuelto a manchar – se quejó en voz baja Tavros sin que al parecer notara la inquietud ni la palidez en el rostro del otro troll – ¿Dónde está ese pincel? – miró hacia los lados con insistencia, buscando donde había ido a parar pero sin éxito.

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Pintura…

Gamzee se sintió increíblemente aliviado. Por un momento creyó que moriría, hubiera jurado que esa horrible mancha era otra cosa ¿Pero en que estaba pensando?

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- Pareces cansado… - se giró de nuevo hacia Gamzee, rascando con sus afiladas uñas el manchón seco en su camisa, tratando de quitar los restos que quedaban en ella - ah… ¿Te duele la espalda? - preguntó curioso viendo como el troll le miraba fijamente - ¿Pasa algo?

- No, nada Tav… - contestó con prisa, dando por terminado el asunto y volviendo a la noble tarea de contorsionar su cuerpo, arqueando con facilidad la espalda. Sus huesos crujieron y se dejó caer de nuevo al suelo, satisfecho – aunque… - elevó la mirada al oscuro cielo - tuve un sueño raaaaaaaaaro….

- ¿Raro? – Tavros se había inclinado un poco para tomar las hojas que había dejado a un lado - ¿Qué soñaste? – preguntó mientras las recogía una por una, acomodándolas con cuidado y utilizando una roca como pisapapeles para que no escaparan volando.

- Lo olvidé… -contestó, jugueteando con su lengua entre sus colmillos – no espera, creo que recuerdo algo…por cierto, ahí está tu pincel…

- ¿Eh? ¿Dónde?

- Tras tu oreja…

- Oh… - sonrió con timidez, sintiéndose un poco tonto por su descuido – G-gracias… - le dijo tomando el pincel entre sus dedos para no perderle de nuevo.

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Gamzee también sonrió.

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- Un sueño raro, muy loco… - siguió su relato, dándole a entender a Tav que no había nada de qué avergonzarse "todos perdemos algo alguna vez" pensó convencido.

- ¿N-no habrás soñado con monstruos de Faygo otra vez… v-verdad? – preguntó temeroso, arrugando la única hoja que se había quedado en sus manos temblorosas – N-no quiero escucharlo… – se cubrió las orejas recordando la última vez que Gamzee le había contado ese horrible sueño. Estuvo varias noches sin dormir después de ello.

- ¡Eso sería jodidamente genial! – una explosión de júbilo le recorrió todo el cuerpo, elevando los brazos hacia el cielo y pataleando en el aire con emoción - ¿Te imaginas Tav? Tu y yo, los poderosos héroes de Alternia contra la bestia Faygo come trolls ¡Pelearíamos contra él durante tres días y tres noches hasta derrotarlo!

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Pero Tavros estaba muy lejos de emocionarse con esa idea. Tan solo imaginarse que existiera un monstruo acechando entre las sombras y que además, le viera como un buen bocado, le hacía sentir muy, muy asustado.

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- ¡Hey Tav! – Se abrazó a la pierna que tenía más cercana de su amigo tomándole desprevenido. Lo hizo tan de repente que Tavros, aún entre sus cavilaciones, creyó ser presa de la bestia y sin poderlo evitarlo soltó un fuerte grito…

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Segundos después Gamzee se revolcaba entre la hierba, carcajeándose tan feliz de la vida mientras que un avergonzado Tavros se encogía cada vez más en su lugar, con el ruborizado rostro oculto entre sus piernas.

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- Oh, hermano – Gamzee se limpiaba con los dedos las lagrimillas que le habían quedado - ¡Eso fue jodidamente genial! ¡Hay que hacerlo de nuevo!

- Uh… - Tavros hundió más el rostro, abrazando sus piernas con firmeza.

- ¡Ahí voy! – rodó hasta estar cerca de la cintura de su amigo y le abrazó, esta vez con más delicadeza para no hacerle brincar de nuevo por el susto - ¡Además, me la debías! – acto seguido, tiró suavemente de la camisa de Tavros con los dientes.

- ¡G-g-g-g-g-amzee! – los colmillos del otro troll rozaron su piel y Tavros sintió un escalofrío recorrerle. Dejó de cubrirse el rostro para ocupar sus manos en otra importante tarea: la de no quedar desnudo - ¡¿Q-que haces? – preguntó más avergonzado de lo que estaba, forcejeando con él para no le quitara la camisa.

- Vamosfs Tavfs no te enojesfs… – habló entre dientes, divirtiéndose con el pánico en el rostro de Tavros. Viendo que el trabajo empezaba a dificultarse, se apoyó en sus manos para jalarle la camisa hacia arriba y quitársela de una buena vez por todas.

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La prenda fue a dar lejos de Tavros quien no podía creer lo fácil que había perdido la batalla. Satisfecho, Gamzee se levantó sobre sus rodillas, admiró el buen trabajo que había realizado y se dejó caer sobre él sin ponerse a pensar en lo incómodo que podía ser para éste.

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