Todo se encontraba tranquilo, las estrellas y la luna brillaban con gran intensidad. Un pequeño lago de agua azul cristalina muy limpia, en medio de ese lago se encontraba una pequeña villa llamada Villa Luminosa, su nombre fue dado por la manera en la que el lago reflejaba la luna y las estrellas dando iluminación a casi toda la villa. Ahí se encontraba una pequeña casa en la cual una Sylveon cuidaba de su pequeño y lo intentaba dormir a pesar de la hiperactividad del pequeño.

- Hijo, ya es hora de dormir, tienes que descansar – dijo Sylveon cansada de perseguir al niño

- ¿Tan pronto? Aún no tengo sueño – dijo el pequeño mientras entristecía y bostezaba.

- ¿Si te cuento una historia te irás a dormir? – dijo Sylveon después de suspirar.

- ¡Sí!

Sylveon se encargó de arroparlo y se sentó a un lado de la cama mientras que el niño esperaba al relato emocionado.

- Bien, veamos que historia puedo contarte… ¡Ah! Ya recordé una…

Antes existieron unos seres llamados humanos, seres creados por Arceus a la par que nosotros. Como recordarás en nuestra historia, Arceus creo la tierra incluyendo la vida que vive incluso ahora mismo, pero no antes de haber creado otras deidades primero, deidades que controlarían funciones importantes como el caso de Dialga con el tiempo y Palkia con el espacio, Xerneas con la vida e Yveltal con la muerte.

La diferencia entre los humanos y nosotros fue que los ellos lograron progresar aún más que nosotros logrando obtener desde asombrosos poderes hasta una tecnología nunca antes vista. Se hicieron con tal poder que comenzaron a esclavizarnos con poderes psíquicos, para después avanzar a una tecnología aún mayor creando unas esferas de captura, comenzando así a lo que se pasó a llamar…

- Mamá ¿Cuándo comenzarás con lo interesante? – dijo el pequeño aburrido.

- Hijo, debes de aprender a ser paciente y aguantar, tomar tu tiempo, ya que serás recompensado por ello, ¿entiendes? – dijo Sylveon intentando darle una lección a su hijo

- Hmmm, creo que sí… una vez escuché que le decías a papá que aguantara un poco más después de su entrenamiento – dijo el pequeño con inocencia sin saber.

- ¿En…trenamiento? – dijo Sylveon mientras su cara se ponía roja – ¡No importa eso! Mira que interrumpirme justo cuando iba a empezar lo emocionante.

- Entonces hasta tú admites que esta historia es aburrida

- Bueno, si quieres que deje de contarte la historia…

- No, por favor. Continúa, prometo no interrumpir más – dijo el niño esperando la historia.

- Bueno, ¿dónde me quedé? ¡Ah! Sí…

… Comenzando así a lo que se pasó a llamar "La Independencia del Apocalipsis", una guerra donde se buscaba liberar a todos aquellos que fueron esclavizados por los humanos, claro que guerra se quedaba muy corto ya que muchas vidas se perdieron y la mayoría de las vidas perdidas fueron de Pokémons.


La guerra duró demasiado y fue tanto así que los Pokémon Legendarios tuvieron que intervenir, apoyando todas a su propia raza, solo que su ayuda no fue de mucho ya que después de eso se dio acabo una reunión donde se decidió que los Pokémon Legendarios no se meterían en este asunto, tal vez debido a su exagerado poder que terminaban eliminando a humanos y aliados a la vez, además de que un Pokémon Legendario fue casi capturado.

Fue cuando ese Pokémon misterioso apareció, tenía tal poder como los Legendarios y a diferencia de ellos podía usar un poder increíble sin lastimar a los Pokémon esclavizados. Se decía que su poder era incluso como para igualar al mismísimo Arceus.

Pero las peleas eran interminables y aquellos que aún eran libres solo era el 5% de la población y fue así como él decidió buscar al Pokémon Singular Mew, se decía que Mew conocía el lugar donde Arceus descansaba…

- Lo siento, pero la mayor parte de la historia se ha perdido con el tiempo. Lo único que se conoce es que logró encontrar a Mew y con ello a Arceus. Arceus enfadado usó un ataque que nadie conocía, fue conocido como "Apocalipsis" eliminando a casi toda la población humana. Acabando su trabajo le pidió a ciertos Legendarios hacer unos cuantos trabajos más, Palkia por ejemplo, partió el espacio en dos creando dos mundos distintos y piadosamente dejó vivir a unos cuantos humanos sobrevivientes de su propio ataque obligándolos a olvidarnos.


- ¿Pero qué pasó con ese Pokémon misterioso?

- Ya te lo dije, la mayor parte de la historia se perdió – dijo Sylveon.

- ¿Crees que algún día pueda ser igual de fuerte que ese Pokémon misterioso?

- Hijo… es solo un cuento de hadas, los humanos ni siquiera existieron, nunca lo han hecho. Sí, hay historias sobre algunos humanos entre nosotros, pero son solo eso, historias. Ahora duerme, mañana será un bello día – dijo Sylveon mientras arropaba a su hijo y apagando la vela del cuarto. Besó su frente y cerró la puerta.

Sylveon se quedó sola en la sala mientras que tomaba un libro y se acercaba a la hoguera y ella no podía creer lo tranquilo que se encontraba todo tan tranquilo… hasta que…

- ¡¿DÓNDE ESTÁ?! ¡¿DÓNDE ESTA ESE NIÑO DESOBEDIENTE?! – gritó un Hydreigon mientras rompía la puerta y parte de la pared mientras que sus tres cabezas usaban Dragoaliento.

Sylveon solo podía ver la escena con cara de "no de nuevo" mientras que unas pequeñas llamas azules quemaban su listón y su libro.

- ¿Ah? ¿Dónde está? – preguntó Hydreigon mientras revisaba la casa.

- Ya se fue a dormir – dijo Sylveon a la vez que apagaba las pequeñas llamas.

- Es raro… Se siente tan tranquilo…

- Sí… tranquilo – suspiró Sylveon dejando de nuevo su libro. - ¿Y cómo te fue?

- Pésimo – dijo Hydreigon poniendo cara seria – Esto es malo, la comida ya comienza a escasear, por suerte tenemos mucho agua por el lago… pero no es agua ilimitada. Los precios de la tienda Kecleon están por los aires.

- Ya veo – dijo Sylveon preocupada.

- No te preocupes, te prometo cuidaré de nuestra familia – dijo Hydreigon mientras tenía la mirada perdida al techo.

- Hydreigon, querido…

- ¿Dime? – dijo Hydreigon mientras volvía a ver a Sylveon.

- Te amo – dijo Sylveon mientras besaba a Hydreigon.

Hydreigon se ha debilitado


Ciudad Pureza. Dos años después. Los Pokémon caminaba de un lado a otro siendo la ciudad muy concurrida y de pronto se escuchó un grito a lo lejos.

- ¡Ayuda! ¡Un ladrón! – gritó un Kecleon preocupado y enojado a la vez.

Un pequeño Charmander corría y esquivaba a otros siendo seguido por el Kecleon, así que decidió entrar por un pequeño callejón corriendo con todas sus fuerzas.

- Uf… ¿ese viejo Kecleon cree que puede alcanzarme? Jaja… ¡Ah! – Charmander gritó al ver que enfrente de él se encontraba Kecleon

- ¡Alto ahí ladrón!

Charmander saltó entre las dos paredes hasta llegar al techo pasando a otro callejón.

- Buf… casi me captura, pero por aquí no me encontra- ¡¿Cómo Giratina haces eso?! – dijo Charmander cansado al ver que Kecleon le esperaba por la salida del callejón así que se dio media vuelta pero se espantó al ver a Kecleon ahora atrás de él.

- Atrapen al ladrón – gritó uno de los Kecleon haciendo aparecer Kecleon por todos lados e incluso por el techo.

Y fue así como todos los Kecleon se lanzaron sobre él, pero de pronto Charmander desapareció confundiendo a todos los Kecleon. Mientras tanto, lejos de ahí se encontraba el verdadero Charmander.

- Ja, y me decían que Doble Equipo no servía para nada. ¿Esos viejos Kecleon creían que me podían atrapar? Solo hay dos Pokémon en este mundo que realmente me dan miedo…

- ¿En serio?... ¿Acaso yo seré uno de ellos?... – dijo una voz escondida entre la oscuridad

- ¡¿P-papá?! – tembló Charmander al ver a su padre detrás de él.

- Charmander… ¿Qué crees que estás haciendo? – dijo Hydreigon con una voz y aspecto sombrío.

- Bueno… pues… verás…

- ¡¿En qué estás pensando?! ¡¿Robando?! ¡Tu madre y yo nos rompemos la espalda para darte lo necesario así nos lo agradeces! ¿No?

- Tranquilo amor, deja que hable, debe de haber una explicación para esto. ¿O me equivoco? – dijo Sylveon poniendo una sonriente pero tenebrosa a la vez.

- Y-yo…

- D-discúlpenlo por favor – dijo una dulce y pequeña en voz.

Fue entonces cuando salieron dos pequeños Pichu, uno más débil que el otro. Ambos parecían hambrientos y desnutridos.

- Ahora comprendo Char, pero robar está muy mal – dijo Sylveon tomando las dos manzanas con sus listones – Pero esta vez haremos una excepción.

Sylveon le entregó a los Pichu las manzanas. Los Pichu tomaron las manzanas sin pensarlo dos veces y comenzaron a comer a toda prisa. Uno de los Pichu se guardó la mitad de su manzana mientras que la otra Pichu acabó su comida muy rápido.

- G-gracias… Siento mucho que su hijo haya hecho esto por nosotros… p-pero nos moríamos de hambre desde que mamá y papá murieron… - dijo el Pichu macho, que parecía ser el mayor de los dos, llorando.

- Sé que tenían hambre, pero pudieron pedirle algo al Kecleon – dijo Sylveon.

- L-lo sé, pero somos muy débiles para trabajar y cuando decidimos pedirle algo al Kecleon nos dijo que nos largáramos, que solo estorbábamos y le asustábamos a los clientes… Así que le pedimos trabajar para él a cambio de comida y lo único que recibimos fueron golpes y ataques por parte de Kecleon… - dijo el Pichu mayor entre lágrimas dándole la mitad de su manzana a su hermana.

- Hermano mayor, tú también debes de comer – dijo la pequeña Pichu.

- Hermana, estás muy flaca, debes de alimentarte mejor.

La pequeña Pichu no lo pensó más y se devoró la mitad de la manzana.

- Ya veo… Han pasado por mucho – dijo Sylveon. – Tengo una idea, Char acompáñame, ¿podrían venir con nosotros?

- Sí, claro – dijeron los hermanos Pichu.

- Yo los alcanzaré luego, tengo asuntos que atender – dijo Hydreigon dirigiéndose al lado contrario.

- ¿A dónde vas papá?

- Voy a ir a pagar las bayas que tomaron, no podemos dejarlo así con Kecleon, espérenme.

Y fue así como ambos tomaron caminos diferentes. Sylveon le pidió a Charmander y a los Pichu que esperaran en un lugar y Sylveon se alejó y tardó un pequeño rato en regresar. Cuando Sylveon regresó, venía con otro Pokémon.

- Lamento hacerlos esperar – dijo Sylveon junto con un Blissey.

- Hola, ustedes deben de ser los pequeños Pichu. La pequeña Shooty me habló de ustedes pequeños.

- Ella es Blissey, ella fue como una madre para mí.

- Yo puedo cuidarlos, alimentarlos y ayudarles en la escuela… claro que ustedes deben de decidir.

- N-nosotros… no sabemos qué decir… g-gracias – dijo el Pichu mayor aguantando las ganas de volver a llorar – Si a mi hermanita no le molesta… entonces estaríamos encantados.

- ¡Gracias señorita! – dijo la Pichu menor abrazando a Blissey mientras lloraba.

Blissey correspondió el abrazo e invitó al otro Pichu al abrazo. Los tres se abrazaron por un rato.

- Entonces está decidido encantos, solo debemos ir con el oficial Magnezone para legalizar la adopción y terminando les prepararé un rico estofado de manzanas y Gummies.

Después de una despedida entre todos entre lágrimas se separaron de nuevo. Sylveon y Charmander se dirigieron a la entrada de la ciudad esperando a Hydreigon. La luz ya se había ido y la oscuridad reinaba la noche. Ambos disfrutaban de la brisa y el aire de la noche.

- … ¿Shooty? Pfff… - dijo Charmander intentando no reír.

- ¡Calla! – gritó Sylveon dándole un golpe en la cabeza de Charmander.

- ¡Ouch! Lo siento, es solo que quería matar el silencio.

- Antes me llamaba Shooter. Odiaba que me llamara Shooty… pero era un buen Pokemon, te puedo asegurar que esos dos pequeños vivirán una vida plena.

- Confío en ti mamá… y gracias. Doy gracias por haber nacido en esta familia.

- Y yo estoy orgulloso de ti, hiciste una buena acción, aunque con un método incorrecto. Como sea, ya es de noche y tu padre no viene. Por Arceus, ¿dónde está?


Mientras tanto cerca del centro de la ciudad se encontraba varios Kecleon tirados en el suelo adoloridos.

- ¡Aquí está su sucio dinero! – gritó Hydreigon mientras les aventaba una bolsa de dinero al suelo – Ya oscureció… me deben de estar esperando.

Hydreigon comenzó a volar lejos del centro de la ciudad. Y fue cuando los ojos de Hydreigon comenzaron a sacar lágrimas.

- Maldición. Algo se me debió de meter en los ojos – dijo Hydreigon mientras cerraba los ojos y recordaba una escena traumática de su infancia. Las imágenes de una cueva derrumbada le llegaba a la mente junto con oficiales. – No… no es momento de llorar, debo ser fuerte… por mi familia.

Hydreigon llegó a la salida de la ciudad en donde aún se encontraba su familia esperándolo. Después de que recibiera un regaño de Sylveon por llegar tarde, los tres partieron de vuelta a su hogar. Caminaron con la luna ya en su punto más alto.

- No debe de estar tan lejos – dijo Hydreigon buscando algo en la oscuridad.

- ¿El qué? – preguntó Charmander curioso.

- Debería de haber un pequeño pueblo con una posada. Podríamos pasar ahí la noche y reponer nuestras fuerzas – dijo Hydreigon – Venga, acuéstate en mi espalda, duerme un poco.

Charmander no lo pensó dos veces y en menos de cinco minutos ya había sucumbido al sueño. Hydreigon y Sylveon continuaron un poco más en el bosque y a lo lejos vieron unas luces.

- Si no me equivoco debe de estar tras ese claro del bosque – dijo Hydreigon.

- ¿No te molesta regresar a ese asqueroso lugar? – preguntó Sylveon preocupada.

- Un poco… pero creo que es la mejor idea para continuar, además ya lle…gamos…

Hydreigon y Sylveon se sorprendieron al ver el pueblo que tanto buscaban destruido y en pequeñas llamas que aún no se consumían. Algo había sucedido en aquel lugar.

- Por Arceus ¿P-pero qué pasó aquí? – preguntó Hydreigon atónito.

- Vaya, ¿viajeros o espectadores? – dijo una voz.

- ¿Quién eres? Muéstrate – dijo Hydreigon buscando.

- Aquí mi amigo – dijo mientras un Gengar aparecía sonriente ante sus ojos.

- ¡Aléjate! – gritó Hydreigon mientras se alejaba por Charmander que aún se encontraba dormido.

- Tranquilo, me dan asco los sueños de los niños. Ni que fuera un Drowzee o un Hypno – dijo el Gengar indiferente.

- ¿Tú hiciste esto? – preguntó Hydreigon que aún no bajaba la guardia.

- ¿Eres tonto o qué? ¿Con que fin haría algo como esto?

- ¿Entonces qué sucedió? ¿Quién hizo esto?

- Fácil. Los únicos culpables de esta catástrofe no ha sido nada más y nada menos que… los propios aldeanos – dijo el Gengar mientras admiraba aquella escena.

- ¿A qué te refieres? – preguntó Sylveon mientras caminaba hacia Gengar.

- No sé si eres valiente por acercarte por mi tipo Fantasma o demasiado tonta por mi tipo Veneno, si te veías protegida por esa bestia.

- ¡¿Qué has…

- Como sabrán, el mundo está muriendo. La comida escasea, el agua se seca y han aparecido más y más Pokémon "salvajes" y por si fuera poco los Pokémon "civilizados" comienzan a actuar agresivos. En pocas palabras, los aldeanos se asesinaron unos a otros por razones estúpidas dejando como resultado un paraíso de los Pokémon Fantasma como yo.

- Yo he sido testigo de algunos de esos sucesos, pero no entiendo cómo es posible que esto suceda si no han pasado ni 5 años desde que el Árbol de la Vida fue salvado por el Grupo de Investigador. – dijo Hydreigon pensando

- Nadie mi amigo, nadie – dijo Gengar mientras comenzaba a flotar – Bueno, me voy. Tengo que dirigir a los Litwick.

Dicho esto Gengar se esfumó sin dejar rastro. A Sylveon y a Hydreigon no les quedó de otra que tomar otro camino y ya alejados decidieron mejor acampar. Al día siguiente, después de su camino por fin los tres llegaron a Villa Luminosa.


Charmander y Sylveon se fueron directos a casa mientras que Hydreigon se dirigió en donde se encontraba la tienda Kecleon.

- Muy bien. Aquí está lo que nos encargaste – dijo Hydreigon mientras que dejaba unas bolsas en la mesa de Kecleon.

- ¡Gracias! Se los agradezco a los tres – dijo Kecleon muy agradecido.

- Bueno… me voy a la cama que estoy algo cansado…

- Espera, ¿no se te olvida algo? – dijo Kecleon

- ¿Hmmm? ¿Algo?

- Sí, algo como unos 50 Kecleon en el suelo en aquella ciudad.

- ¡Uah! ¡¿Lo supiste?! – gritó Hydreigon apenado.

- Nunca dudes de los objetos y la información de la tienda Kecleon – dijo Kecleon mientras hacía una pose extraña.

- Clarooo….

- Jajajaja, lo siento tanto, siempre quise hacer eso, ¿a qué fue genial? – dijo Kecleon volviendo a sonreir – Como sea, me encargué de que los oficiales no te pusieran en un poste de "Se Busca". Y tuve que apaciguar a otros Kecleon.

- L-lo siento tanto

- ¿Qué es lo que sientes? ¿Haberles dado una lección a unos Kecleon maltrata niños? Claro que no hombre. Yo hubiera hecho los mismo.

- Aún me siento apenado – dijo Hydreigon.

- Bueno, toma – dijo Kecleon mientras le entregaba una bolsa a Hydreigon – Y no me digas que no lo quieres. Tómalo como un regalo por haberme ayudado y como unas disculpas por el comportamiento de otra tienda.

- P-pero está lleno de Gummies y Manzanas, ¡esto es muy caro!

- Ya te lo dije. Ahora ve a descansar. Me saludas a la familia.

Charmander se despidió de su madre y salió a jugar a la Colina Nube, nombrado así por lo alto que se veía. Después de jugar un rato, se tumbó al suelo y comenzó a ver las nubes tranquilamente. Ese lugar era su paraíso, se quedó dormido un rato.


Mientras tanto, en el mundo humano se veía un jet privado cayendo a una gran velocidad. Dentro se encontraba una familia conformada por una pareja y su hija.

- ¡Summer! ¡Ponte el cinturón! ¡Pero ya! – dijo el padre vestido como científico.

- N-no… puedo… el cinturón no se atora… - dijo la niña a punto de perder el conocimiento por el miedo y por la presión.

Fue así como la madre no lo soportó más y se quitó la mascarilla y el cinturón, tomó a la niña rápido y la sentó en el asiento donde estaba ella, le puso el cinturón y la mascarilla como pudo. Al final le dio un beso a su hija en la frente con lágrimas en sus ojos.

- ¡Cariño! ¡¿Qué diablos crees que haces?! – dijo el padre que estaba a punto de quitarse el cinturón cuando…

- Lamento haber sido cruel contigo… Te amo… - dijo la madre refiriéndose a su hija y al decir estas palabras una parte del avión explotó haciendo que la madre volara con una parte de avión.

- ¡Mamá! No… ¡MAMÁ! – gritó la niña con fuerza pero paró al ver a su padre. El hombre tenía sangre en la boca y un tubo metálico atravesando su pecho.

- S…Sum…mer… L-lo lamento… te decep-cioné… S-solo… quería que supieras que… lo lamento… y que te amo… Eres mi or…gu…llo.

La niña no podía ni hablar ni moverse. Estaba paralizada ante la pérdida inminente de sus padres, creía que su vida se acabaría cuando un rayo alcanzó el avión estando cerca del suelo.


Mientras que en la Colina Nube se oyó un estrepitoso estruendo que levantó a Charmander de golpe. Cuando se fijo, las nubes eran negras pero solo arriba de la colina.

- ¿Pero qué está sucediendo? ¿Cuándo se nubló? Es mejor que me vaya lo an-

Charmander fue interrumpido por un rayo que le dio un impacto directo y lo mandó a volar. Adolorido, podía sentir el rayo pasar por su cuerpo. Cuando Charmander abrió los ojos lo primero que hizo fue revisar su alrededor y luego a su cuerpo. Al ver que las nubes habían desaparecido se tranquilizó así que se intentó levantar. Aturdido, se dio cuenta que su cuerpo se encontraba entumido y pudo apreciar que había alguien más en el suelo. Era una Riolu que parecía tener más o menos su edad.

- ¡Por Arceus! ¿Te encuentras bien? – preguntó Charmander sobre exaltado mientras movía a la Riolu.

- Ugh… Mi cabeza… ¿dónde… estoy?

- Que bueno que estás bien, estás en la Colina Nube, ¿también sentiste el rayo?

- ¿Quién eres? – preguntó la Riolu que aún tenía la vista borrosa.

- Me llamo Charmander, vivo cerca de aquí en una pequeña villa al oeste de aquí, ¿y tú?

Cuando la Riolu comenzó a ver mejor no pudo evitar el asustarse.

- ¡Ah! ¡Una lagartija gigante que habla! – grito asustada intentando esconderse.

- ¿Una qué? ¿Qué es una lagartija? – preguntó Charmander desorientado. Todo estaba en un silencio muy incómodo.

- ¿N-no me vas a comer?

- ¿Comerte? Espera, ¡¿yo soy la lagartija gigante?! Mira, eres un Riolu extraño, en primer lugar no sé qué es una lagartija, y en segundo lugar soy un Charmander de tamaño promedio.

- ¿Q-qué es un Riolu?

- Estás de broma, ¿no? – dijo Charmander creyendo que le estaba jugando una broma, pero al ver que realmente no entendía y que parecía asustado cambió de actitud - ¿Te encuentras bien? ¿Hace cuánto que naciste de tu huevo?

- ¿Nacer de un huevo? ¿Yo?

- Veo que eres nuevo en esto… Verás, nosotros los Pokémon venimos de huevos.

- ¿Nosotros? Pero si ni siquiera somos iguales…

- Lo sé, tú eres un Riolu y yo un Charmander.

- Pero aún no sé de qué hablas, y no sé en qué se parece un ser humano con una lagartija parlante.

- Ya te dije que no soy esa cosa y que venimos de especies dife…rentes – Charmander paró de hablar al procesar esas palabras – ¿A… a qué te refieres con humano?

- Pues eso mismo, yo soy una humana y no veo una similitud entre un humano y una lagartija… ¡Ah! ¡Tu cola se quema! – gritó mientras iba a pisarle la cola con un pisotón al cual Charmander reaccionó y se alejó.

- ¡¿Pero qué rayos crees que estás haciendo?! ¡¿Acaso quieres matarme?! – gritó Charmander enojado – Esa llama simboliza mi vida, así que ni se te ocurra querer apagarla. Cambiando de tema, ¿realmente eres humana? ¡Espera! ¿humana? ¡¿Entonces eres una chica?!

- L-lo siento, y sí, sí soy humana y sí soy chica.

- N-no, yo debería de disculparme, te hablé como chico todo este rato, es que es algo difícil saber el género de los Riolu, por lo general es muy común que haya más machos que hembras.

- Sigues diciendo eso de Riolu, pero sigo sin entender qué significa

- Bueno, velo por ti misma – dijo Charmander mientras que sacaba un Orbe – Este es una Luminoesfera, es muy común por aquí, tiene muchos usos, la tengo desde que era muy pequeño y es un recuerdo muy importante para mí. A lo que voy es que siempre la limpio así que podrás ver tu reflejo

Charmander le dio el Orbe y se miró en el reflejo. No podía creer lo que veía y hubiera lanzado el Orbe del susto, pero intentó no hacerlo por Charmander, al fin y al cabo había sido muy amable con ella. Cuando por fin se calmó decidió seguir con la plática.

- Aún no entiendo por qué no te espantaste al decirte que soy humana

- Bueno… digamos que soy alguien de mente abierta – dijo Charmander comenzando a ver el cielo – Creo que en este mundo no hay cosas imposibles, y creo que tú confirmas mi creencia.

Todo estaba tan tranquilo, el ambiente, el viento que rozaba las caras de ambos, Charmander parecía estar muy feliz, parecía ser alguien que estaba sonriendo todo el tiempo y en parte eso la tranquilizó un poco más.

- Bueno…

- ¿Bueno qué?

- Sigo esperando a que me digas tu nombre – dijo Charmander

- ¡Ah! Es verdad, lo siento, soy Summer… creo

- ¿Crees?

- N-no sé, me duele la cabeza… e intentó recordar como acabé aquí, pero eso hace que me duela aún más la cabeza – dijo Summer mientras se frotaba la cabeza.

- Entonces Summer la humana, ¿solo recuerdas lo que eres y que eres una humana?

- Sí… Nada más.

- Entonces recomiendo que vayamos a la villa en la que vivo, tal vez allá podamos ver qué haremos ahora. Claro que si no tienes donde quedarte podrías dormir en mi casa, claro que tendremos que hablar con mamá y papá.

Fue entonces que Summer pusó cara sin vida al oír las últimas palabras de Charmander y fue así como lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos hasta que no lo soportó más y comenzó a llorar con todas sus fuerzas.

- ¡Ah! ¿Fue algo que dije? ¡Lo siento mucho! – dijo Charmander apenado. Sin embargo Summer se intentó controlar.

- N-no fuiste tú… Es solo que… que… ¡recordé que ahora soy huérfana! – dijo Summer aún entre lágrimas y al mencionar lo último volvió a llorar.

- No sé por qué… pero creo que sé lo que sientes… – dijo Charmander abrazando a Summer intentando consolarla.

Pasaron varios minutos abrazados hasta que por fin ambos se pusieron tranquilos. Summer, como pudo intentó contarle a Charmander lo que sucedió en el avión. Lo contó lento para evitar volver a llorar.

- Comprendo… entonces dices que todo sucedió en esa cosa que llamas avión… Perdón, sé que no es el momento pero, ¿qué es un avión?

- Un avión es una máquina compleja creada por el humano para transportarse por aire y por el momento es considerada como uno de los transportes más rápidos – dijo Summer mientras se limpiaba los ojos con los brazos.

- ¡Increíble! Significa que los humanos pueden volar como los tipo Volador, Dragón… y tal vez un tipo Psíquico que use sus poderes para flotar, pero sería eso, flotar. Aunque los tipo Fantasma también levita… Lo siento, estoy cambiando de tema…

- No te entiendo, pero eso… lo importante es que ahora estoy sola…

- Vayamos a la villa, mamá y papá probablemente puedan resolver tu problema de estancia aquí… ¡Claro! Tengo una idea brillante, en la villa vive un Pokémon ya anciano, se llama Alakazam y según mamá y papá es uno de los Pokémon más inteligentes del mundo.

Summer aceptó y ambos comenzaron a dirigirse a Villa Luminosa, a Charmander se le hizo más rápido el camino de ida, tal vez porque se la pasó hablando con Summer sobre cosas que no tenían que ver con el accidente de sus padres, no quería que volviera a romper a llorar.


- Más rápido Summer, eres muy lenta.

- Uf.. Uf… Lo siento… pero no estoy acostumbrada a caminar con este tipo de pies… tienen un curveado como de perro…

- ¿Qué es un perro? ¿Los humanos tienen los pies diferentes?

- Uf… Sí, los pies los tenemos más rectos… o tenía

- ¡Ah! Antes de que se me olvide te tengo que decir una cosa antes de que lleguemos a la villa. Tiene que ver con una leyenda o cuento que la mayor parte quedó perdida con el tiempo – dijo Charmander. Le contó a Summer la historia que le contó Sylveon cuando era más pequeño.

- Que raro… No recuerdo que haya algo como eso en la historia humana – dijo Summer pensando - ¿Estás seguro de lo que dice la historia?

- No lo sé, es solo un cuento. Según la historia Arceus provocó que los humanos nos olviden como castigo por sus acciones. Pero a lo que voy es que hay quienes creen mucho en esa historia, lo que significa que si descubren que hay un humano entre ellos es probable que lo rechacen e incluso que lo ataquen, así que por el momento es mejor que no le digas a nadie más que eres una humana.

- Vaya… cuando te vi por primera vez pensé que eras alguien tonto o torpe. Pero veo que eres más inteligente de lo que aparentas – dijo Summer mientras le lanzaba una sonrisa a Charmander.

- ¡¿A qué viene eso?!

Ambos caminaron un poco más platicando y riendo juntos, hasta que llegaron a una zona alta donde se podía ver un poco lejos la Villa Luminosa en el atardecer.

- Es… muy hermoso – dijo Summer con los ojos asombrados.

- Y tienes que verlo en el anochecer. Como sea, bienvenida a Villa Luminosa…