Hola!
Este es el primer fic que hago de Naruto, sólo espero que les guste. Al principio igual no entienden mucho, pero se irá explicando poco a poco. Tengan paciencia, ¿si? He visto algunos capítulos de la serie, otras partes las he leído en manga… así que no sean muy duros conmigo, porfis.
Las parejas de este fic son Naruto- Hinata, Ino – Shikamaru y Sakura- Sasuke.
De momento lo he escrito en tercera persona, pero estoy pensando en cambiar a primera para que transmita más, q opinan?
CAPITULO 1: ENCUENTROS
- ¡Naruto! Espera, ¿a qué vienen esas prisas?- llamó Ino al chico rubio que se alejaba rápidamente de ellos.
- ¿No lo veis? ¡Ya casi hemos llegado! ¡Tengo ganas de ver a todos!- dijo el chico mirando a su compañera. Chocó con algo bruscamente, haciendo que cayese de culo en el suelo. Se levantó tocándose la zona dolorida.
- ¡Por Dios, Naruto! Tú no cambias ni en un millón de años- dijo una voz a su lado.
- ¡Kakashi- sensei!- gritó el rubio emocionado abrazando a su ex profesor.
- ¡Naruto! Compórtate- dijo una voz grave a sus espaldas. Una sonrisa se formó en los labios del sensei. Uchija Sasuke también seguía igual que siempre.
- Tsunade me ha mandado a recibiros- dijo Kakashi logrando soltarse de Naruto- ¿Qué tal te ha ido el viaje con estos dos, Ino?
- ¡Uuuufffffffff! Ha sido una auténtica tortura- dijo la chica con una mueca divertida.
- ¡Qué sepas que tu compañía tampoco es lo mejor del mundo, bonita!- gritó Naruto ofendido- mirad mi precioso pelo, no puedo salir de misión hasta que lo cepille cien veces, Sasuke-kun ¿me queda bien esto?...- Naruto había adoptado su forma femenina e imitaba a Ino. Uchija apartó la vista con gesto cansado.
-¿Cuánto tiempo pensáis quedaros haciendo esas tonterías?- dijo continuando su marcha. Al pasar por al lado de Kakashi éste se quedó sorprendido, era unos centímetros más alto que él. Todos habían crecido, si no fuese por la actitud tan marcada de sus antiguos alumnos le habría costado reconocerlos en los hombres que eran. Naruto le siguió y después Ino persiguiendo a Naruto.
El les siguió con calma, había tiempo. Era lo bueno de estar en época de paz.
-Bienvenidos a Konoha- dijo Tsunade recibiéndoles en la puerta.
-¿Cuántos años han sido? ¿Dos? ¿Tres?- preguntó Naruto despreocupadamente.
- Cinco años y medio- dijo Sasuke.
- Vaya, parece que tu equipo sigue igual que siempre, Kakashi- dijo divertida.
- ¿Se puede saber que haces aquí? ¿No tenías mucho trabajo en el hospital?
- Sakura se está ocupando de todo, casi se arregla mejor que yo.
- ¿Sakura-chan? ¿Cómo está? ¿Dónde está?- preguntó Naruto entusiasmado, tenía muchas ganas de ver a su compañera de equipo.
- Sakura ahora está ocupada, ya la veréis mas tarde- dijo en un tono solemne y seco, como si no quisiese que la viesen- ahora acompáñales a sus futuros hogares. Un placer volver a verlos, muchachos. Gracias a su valía, la villa vive en paz desde hace algo más de un año.
Hacía más de un año que nada pasaba por la villa de Konoha. Desde la muerte de Orochimaru y poco después de Itachi aquello parecía un pueblo normal en vez de una aldea de ninjas. Tsunade desapareció en un rápido movimiento y los chicos siguieron a Kakashi hacia en interior del que durante tantos años había sido su hogar. La gente paseando tranquila por las calles y el suave aroma familiar les dijo que habían vuelto a casa.
Pasaron por el puesto de ramen y no se sorprendieron de encontrar en el a Choji. Saludó efusivamente a los chicos, sobre todo a su excompañera, Ino. La chica empezó a hacerle un montón de preguntas que al chico no le daba tiempo ni a contestar. Kakashi miró hacia un lado, si hablaba de más a él se le acabaría la diversión. Quería ver la cara de esos tres cuando se enterasen de… aunque de todas maneras no se sabía si ese rumor era verdad.
- Luego nos vemos, ¿De acuerdo?
-¿En el Hisashi?- murmuró el gordito con la boca llena.
- ¿Dónde sino?- preguntó Kakashi despidiéndose con la mano.
- ¿El Hisashi?- preguntó Ino a Kakashi. No sabía porqué pero aquello le daba mala espina.
- Es donde nos reunimos ahora, desde que no hay misiones es lo único divertido por aquí- hizo una pausa para mirar a los chicos- y las camareras son muy guapas- dijo con un destello en sus ojos.
- Sigue igual de pervertido que siempre- murmuró Ino.
- También el camarero está bastante bien- dijo con unos ojos sonrientes- creo que es de tu tipo, Ino.
- Como si supieses mis gustos- dijo Ino de mal humor. El instinto femenino le decía que algo raro pasaba, pero ¿Qué?
- Tenéis dos opciones: vivir juntos en una casa de tres habitaciones o en apartamentos separados- no les dio tiempo a responder- os recomiendo la casa, tiene jacuzzi.
- ¡La casa, la casa!- gritó Naruto sin pensar.
-Prefiero sola.
- Yo también.
- ¿Pero es que no habéis oído? Ja – cu – zzi- dijo el chico emocionado. Sasuke frunció el ceño. ¿Qué más daba? Se encerraría en su habitación y no vería la cara de ese idiota.
- Está bien- dijo sin mover un solo músculo de su cara mientras observaba a Ino.
-¡Ah, no! Estoy cansada de ser vuestra criada- dijo Ino esquivando la mirada de Sasuke, aquellos ojos todavía tenían cierto poder sobre ella.
- ¡Vamos, Ino! ¡Te prometo que colaboraremos más!- dijo Naruto cogiendo las manos de Ino. Desafortunadamente, el chico no producía ningún efecto en la chica.
- Ino…-llamó Sasuke. Una orden, como siempre. Y a obedecer.
- ¡Está bien! ¡Pero vuestra ropa os la laváis vosotros! ¡Y vuestros cuartos también! ¡Y prohibido entrar en mi cuarto…!- notó como unos brazos la tomaban y la elevaban por el aire.
-¡Bien! ¡Bien! ¡Bien!- dijo Naruto con la chica en brazos.
-Aquí es- dijo Kakashi, había supuesto que al final tomarían esa opción, así que se había dirigido directamente hacia allí- Os recojo dentro de un par de horas.
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Hinata había salido de casa sin hacer ruido, intentando no despertar a Sakura que dormía en el sofá. Otro doble turno. La pelirrosa debía estar agotada para no haber podido llegar hasta su cama. Llegaría tarde.
Caminó por las calles que tan habituales se habían hecho para ella. La misma ruta todos los días. El sol brillaba todavía en alto. Debían ser las cuatro. Debía acelerar el paso o los clientes llegarían y el Hisashi seguiría cerrado. Cuando llegó distinguió a cuatro personas esperando fuera. Los nervios la tomaron y buscó las llaves en su bolso, sin mirar a sus futuros clientes.
- ¿Hinata?- preguntó una voz masculina. Reconoció esa voz al instante y sus nervios se multiplicaron a la enésima potencia. ¿Era él? ¿Había vuelto? Poco a poco levantó la vista para comprobar que era verdad. Estaba ahí. Sus facciones se habían vuelto más varoniles y le sobrepasaba al menos veinte centímetros. Pero su sonrisa… era la misma sonrisa que había visto marcharse hacía cinco años. Detrás de él distinguió a una mujer rubia de figura escultural. Ino. Y el último, apoyado en una pared, con el mismo aire distante de siempre, el último Uchija le dedicaba una de esas miradas que desarmaban a cualquier mujer. Ahora entendía a Sakura.
- Hola- dijo tímidamente- ¿Cuándo…? ¿Cuándo habéis regresado?- preguntó mientras bajaba la vista y seguía buscando las llaves en su bolso. Si no las encontraba rápido quedaría como una estúpida delante de todos.
- Hace apenas unas horas- dijo un todavía sonriente Naruto. Le costaba pensar que la mujer que se encontraba delante de ellos fuese Hinata. El pelo azulado estaba ligeramente más largo, su mirada tímida, su sonrisa dulce, su cuerpo pequeño pero bien proporcionado… un momento, ¿Qué hacía él mirando su cuerpo?
- ¿Dónde están tus compañeros?- preguntó Kakashi extrañado de ver a la pequeña chica sola.
- Llegarán algo más tarde- dijo ella logrando abrir la puerta. Así que la diversión tendría que posponerse. De momento le servía con ver la mirada de cordero degollado que Naruto dirigía a Hinata. Esa sonrisa de tonto… los chicos habían crecido, no había duda, y las hormonas les iban a causar muchos problemas, ¡oh, sí!
Se adentraron en el lugar. Parecía un bosque, un frondoso bosque como en los que solían entrenar los ninjas. Por eso todos se sentían tan a gusto en ese lugar. Hinata encendió las luces y les condujo a la mesa que solía ocupar Kakashi, cerca de la barra. Después se puso su uniforme, los clientes empezaban a llegar. Los chicos no hacían más que saludar y saludar gente, al fin y al cabo, todos eran viejos conocidos.
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No muy lejos de allí, en la casa que Hinata había dejado media hora antes un chico de coleta zarandeaba a una mujer tumbada en el sofá.
-Sólo un poco más, Shikamaru- dijo la pelirrosa sin abrir los ojos. El chico la cogió y la agarró como un saco de patatas.
- No podemos dejar a Hinata sola, hoy es el día que más gente ahí- dijo tranquilamente. Se dirigió a la puerta con Sakura en su hombro.
- ¿Se puede saber que haces, idiota? ¡Suéltame!- dijo pataleando.
- ¿Quieres estarte quieta? Así llegaremos antes- dijo saliendo por la puerta sin soltarla. Empezó a correr por los tejados, a una velocidad sobrehumana, era una forma de no olvidar el entrenamiento.
- Yo también puedo hacerlo, ¿sabes?- dijo la chica resignada colgando de su hombro.
- Ah, ¿sí? Pues mira, ya hemos llegado- dijo señalando la puerta. Él tenía razón, era mucho más rápido que ella, pero nunca lo admitiría- ¿Te bajo o seguimos alimentando los rumores?
- Actuemos un poco, ¿sí?- dijo ella sin moverse de la incómoda posición.
En cuanto Shikamaru entró notó las miradas puestas sobre él y Sakura.
- ¡Ya está bien!- dijo la chica soltándose- te he dicho que podía venir yo sola, no hace falta que me trajeses así.
- Sé todo lo que sabes y lo que no sabes hacer, ¿no crees Sakura?- dijo acercándose peligrosamente a ella. Habían jugado tanto a ese juego que a ninguno de los dos les afectaba. Sólo al resto de las personas que observaban y sólo podían captar el doble sentido de las palabras de los jóvenes y la cercanía de sus cuerpos.
- ¿Estás seguro de eso?- dijo ella colgándose de su cuello y pegando totalmente sus cuerpos. Él sonrió. Era tan fácil hacer eso una y otra vez y desconcertar a todos. Nadie sabía que sus corazones estaban muy lejos de allí.
- Chicos, no deberíais…-dijo Hinata apareciendo a su lado. Iban a replicar cuando vieron la mirada preocupada de ella. Sakura soltó a Shikamaru rápidamente y se acercó a ella.
- Hinata, ¿Estás bie…?- un escalofrío recorrió su espalda. Un presentimiento. Alguien las observaba.
- Han vuelto- murmuró la peliazul. Sakura notó cómo palidecía, como su sangre parecía haber parado de bombear. Con la poca serenidad que le quedaba tomó la mano de Hinata y la condujo a la trastienda. Al ver que Shikamaru no la seguía lo tomó con la otra mano y tiró de él. Debían ser fuertes debían conservar la calma.
- ¿Cuándo?- preguntó el chico. Su vista perdida dirigida al suelo. Seguía pensando en ella. Sakura apretó el puño con fuerza, logrando que su sangre volviese a circular con normalidad. Mirando a sus compañeros se dio cuenta de que ella debería ser la fuerte. Había tiempo, podían prepararse.
- Hace unas horas… cuando llegué estaban en la puerta- volvió a mirar a Sakura, con lágrimas en los ojos- él me sonrió, él es tan amable…
- Hinata- intentó decir con un tono de regañina pero que quedo más en un suspiro.
- ¿Están ahí?- preguntó Shikamaru. Volvía a tener su rostro de siempre. Parecía recobrado. Eso ayudaba.
- Sí, con Kakashi sensei- dijo bajando la vista- están los tres.
No hacía falta que dijese nada más. Sabían perfectamente quienes eran los tres. Sakura empezó a cambiarse de ropa. Shikamaru estaba más que acostumbrado a verla en ropa interior, después de un año viviendo juntos. Él la imitó. Ella se enfundaba en un vestido elástico de estilo chino de un rojo satinado. Él en unos pantalones negros y una camiseta ajustada del mismo color.
- Debemos estar unidos, recordad la promesa- dijo Sakura saliendo de allí. Los dos la siguieron. Notó como Shikamaru se quedaba rígido nada más dirigir la mirada a una de las mesas cercanas a la barra. Ella no se atrevió a mirar.
- Yo me ocupo- dijo pasando por delante del chico. Tomó las botellas e hizo su famosa mezcla. Sus amigos se merecían la bienvenida. Notó como su pulso temblaba al verter el líquido en las copas. Tomó la bandeja y se dirigió a la mesa de Kakashi sensei.
- Suerte- murmuró Hinata.
Sakura levantó a la vista y les vio. Era… distinto. Pero su corazón, volvía a latir como nunca después de aquellos años. Formó la sonrisa que la caracterizaba y con paso firme se dirigió a aquella mesa. Si la gente supiese como su sangre bullía dentro de ella... Sólo había cruzado con sus ojos un segundo y había sido devastador. "Voy a necesitar algo más que suerte". Llegó a ellos, apoyó la bandeja.
- Buenas tardes, cuánto tiempo, ¿No?- dijo intentando que el nudo en su garganta desapareciese.
- Sakura, ¿Estás cansada? ¿Qué tal por el hospital?- la chica agradeció la intervención de Kakashi sensei, pero antes de que se diese cuenta unos fuertes brazos la abrazaban.
- Sakura-chan, no sabes cuanto te hemos echado de menos- dijo estrujando a la joven. La chica notó la calidez del chico y no pudo evitar sonreír, algunas cosas nunca cambiaban. Ahora Naruto era más alto que ella, unos diez centímetros, y sus músculos que tanto la apretaban eran los de un hombre.
- ¡Naruto! ¡Suéltame de una vez que no me dejas respirar!- dijo la chica chillando. La gente de alrededor sólo los miraba y reía. Al fin y al cabo era Naruto.
- Pero Sakura-chan…cuando Shikamaru lo hacía no te has quejado tanto…
- ¿Shikamaru?- preguntó la rubia con sorpresa en sus ojos. ¿Era posible que Ino no hubiese reconocido a su compañero? Notó como la chica miraba la barra y enrojecía. ¿Qué era aquello?
- Bueno, Sakura, Hinata y Shikamaru se llevan "muy bien", ¿Verdad?- dijo Kakashi apoyándose en la mesa- vamos, Sakura, ¿Cuál de las dos está con él?
- ¡Sakura-chan! Acaso tú y Shikamaru…- Naruto la miraba perplejo. Observando a la mujer que algún día había sido su compañera de equipo y el objeto de sus deseos. Era muy llamativa. Y atractiva. Con ese vestido rojo era imposible no quedarse mirando su cuerpo. Miró de reojo al Uchija y se asombró al notar que no apartaba sus ojos de la pelirrosa, concretamente de su vestido. Ni siquiera él había quedado inmune.
- Que vivamos los tres juntos no significa que…- dije intentando evitar la pregunta.
- ¿Vivís…juntos?- dijo Ino. Notó como las palabras se habían atorado en su boca. Tenía el ceño fruncido. ¿Aquello no le había gustado?
Observó los ojos inquisitivos de Naruto, los ojos brillantes de Kakashi, y por último…los ojos dominantes del Uchija. Sus piernas temblaron. En esa mirada había algo que había visto muchas veces, pero nunca en él. Deseo.
Entonces se dio cuenta, de que mantener la promesa era algo muy difícil. Para los tres. Pero sobre todo…para ella.
Dudas, críticas, sugerencias a gracias por leer!
