Y coincidir...
Un destello en su mirada, un sueño de otra vida, le resulta familiar, sabe que lo ha visto antes, pero cuando voltea de nuevo a ver, ha desaparecido, suspira, una simple coincidencia seguramente...
Muchos, muchísimos años después, y otros tantos kilómetros más lejos de nuevo ese brillo, ya no es él mismo, no recuerda esa vida anterior en que lo perdió incluso antes de tenerlo, pero su alma lo sabe, lo reconoce y lo guía a ello.
El peliplata está asustado, no conoce al asiático que se acerca a él, pero su corazón se agita sin saber porque, son almas gemelas y su mente está muy lejos de comprenderlo, acepta una ida al cine sin estar muy seguro de porque, quizá porque ambos son extraños en esa tierra razona, tal vez sus ojos oscuros y grandes...la verdad es que no es importante, solo que lo ha hecho, y una cosa lleva a la otra, en esta vida se han encontrado y no piensan dejarse marchar.
Una vida más, pasan el tiempo buscándose, pero es en vano, no parecen estar destinados a coincidir, es posible que hayan nacido en países muy lejanos...o que uno no lo haya hecho, una vida de búsqueda sin saber qué es lo que se busca.
Siglos después se encuentran, esta vez no es el brillo en su mirada o su cabello o su figura, la comunicación es cibernética, la red su nuevo lugar de reunión, no se ven hasta mucho después de su primera charla, pero son ellos, de nuevo, ahí, juntos aunque estén separados, ¿suerte? Se han encontrado ¿infortunio? Están demasiado lejos para reunirse, La comunicación va y viene, escrita, en video y llamadas, incluso algún trozo de papel que cruza el mar... Pero nada más hay entre ellos, quizá en la siguiente vida tengan mejor suerte y sean vecinos, o quizá uno de ellos sea famoso y no pare hasta encontrar al otro, es imposible predecir, después de todo hay muchos siglos, demasiado espacio y no siempre es posible solo coincidir, pero ambos saben que siempre se van a buscar hasta volver a estar juntos.
