Grité con todas mis fuerzas hacia el cielo. ¿Porqué a mí? Es maldita pregunta había estado persiguiendome todo el día. ¿Porqué? ¿Porqué yo debía ser la que sufría mientras él andaba divirtiendose con sus amigos o jugando con sus hermanos? Tomé rápidamente una maleta y metí todo lo que pude. Ropa, libros, CD's, agendas vacías... todo. Esta vez no ser a un hasta luego; ser a un adiós para siempre.

Escarpame por la ventana no ser a algo fácil. Mis hermanos podrían delatarme si me veían por sus balcones o peor sería si mi padre sacara la basura en el momento en el que corría lejos de mi hogar.

La parada del autobús estaba cerca de su casa pero no creí encontrarlo a él. Luego supe lo equivocada que estaba.

- Miley, ¿qué crees que haces? - su voz me heló la piel. Millones de imágenes se me vinieron a la cabeza en ese instante pero me dí vuelta y lo miré fijamente.

- Irme. ¿No es obvio? - finjí que hablarle no me dolía pero la verdad es que su mirada me dolía más que millones de palabras.

Se acercó lentamente hacia mí, y yo se lo permití.

- ¿Es por mí? - primera pregunta idiota que hacía. Claro que era por él. Él habia significado TODO para mí en los 2 años que habiamos compartido juntos y de un segundo a otro, me aleja de él por estar con esa... esa famosita de cuarta. Sentí mis ojos pincharme, pero no reaccioné.

Cuando quise darme cuenta, noté que estaba frente a mí.

- ¿De verdad quieres dejarme? Porque yo nunca dejé de amarte -

Podría haberle gritado o armado un gran escándalo rodeada de papparazzis, pero eso era lo que menos quería. Podría haberle dicho que yo lo había dejado de amar, pero esa sería la mentira más grande del mundo. Tenía millones de cosas por hacer, pero fuí débil y creí en sus palabras. Pocas veces me había dicho 'Te Amo' y creí que tan sólo lo decía para mantenerme cerca, pero esta vez fue diferente. Esta vez sentía que las palabras salian realmente de su corazón.

Me besó con ternura.

Me besó con delicadeza.

Me besó con dulzura.

Me besó.

Sonreí. Había estado separada de él por tanto tiempo que no recordaba el sabor de sus perfectos labios. Sus manos acariciaron mi cintura de la manera más tierna que ví en mi vida. Yo sabía que a él no le gustaba ser tan demostrativo con las personas y sabia muy bien que él se comportaba así conmigo tan sólo porque no sabía lo que era el verdadero cariño, pero creo que al fin había entendido qué era lo que yo sentía por él. Esa necesidad de estar con alguien sin que nada me importara. Esa necesidad de olvidarme que existe alguien más que no fuera él. Esa necesidad de amarlo estando en la distancia o estando más cerca de lo que yo creí a. Esa necesidad de pegarme tanto a su cuerpo como para escuchar sus helados suspiros y hasta sus rápidos latidos. Esa necesidad de amar sin edad, sin medidas, SIN LIMITES.

- Te amo - dijo al separar sus labios de los míos pero aún sin alejar su rostro del mío.

- Yo más, Nicholas, yo más - susurré lentamente mientras nuestros labios volvían a juntarse en un delicado y dulce beso mientras yo tiraba mi maleta al suelo.