Marinette se quedó segundos observando ese cuerpo recostado en su cama, la expresión en su rostro mostraba que estaba muy relajado y sus leves ronroneos se lo confirmaban.

Purrr purrr

Le causaba ternura y gracia oír eso por parte de él, porque si no lo estuviera viendo juraría que es un gato de verdad. Sin embargo era Chat Noir, quien hace días la visitaba y lo primero que hacía era recostarse en su cama, quien se le notaba que estaba cansado y por una parte era comprensible porque últimamente luchaban con más Akumas de lo usual. Lo que no era comprensible es que eligiera su casa y especialmente su cama para descansar, ya que de verdad Marinette estaba empezando a pensar de que en realidad Chat Noir es un gato callejero, el cual no tiene hogar y ahora necesita urgentemente a alguien que lo adopte.

Por otra parte Marinette no podía echarlo, no tenía corazón para ello, en vez de eso lo dejaba descansar lo que fuera necesario y cuando se despertaba le ofrecía leche y galletas, quien ahora miraba las orejas del minino, su cascabel y su cola para luego posarlo en su cabello rubio, el cual este le estaba tapando un lado de su cara.

Entonces se fue acercándo lentamente hacia él con la precaución de no hacer ningún ruido para evitar que se despierte, donde así poder retirar esos mechones de su cara. Sin embargo en medio de su acción ahogo un grito por la impresión al percatarse de que el gatito había abierto los ojos y la había tomado del brazo.

— ¿Que estás haciendo? —Le pregunto con una sonrisa ladeada— ¿Acaso pensabas atacarme mientras duermo?

Al oír eso la aludida se sonrojo de un carmesí, negando con la cabeza muy avergonzada, mientras le explicaba el motivo de su acercamiento. Entretanto él se reía y la soltaba para sentarse en la cama, mientras se exasperaba y soltaba un bostezo levantando sus manos hacia arriba y entrelazándolas detrás de su cabeza.

—Es compresible que no puedas resistirte e intentes violar a un sexy gatito —Le dijo surcándole por su rostro una sonrisa picarona.

— ¡Te dije que no era así! —Exclamo más roja que la anterior vez.

—No intentes negar lo innegable —Repuso aun sonriendo.

Aun así ella siguió negándolo, sintiendo que su cara ardía por cada palabra que decía, de tal forma que en cualquier momento parecía que iba a salir humo por sus orejas, aunque cuando su Miraculous empezó a sonar, los comentarios del gatito pararon.

—Es hora de irte Chat Noir —Espeto al oír ese característico sonido, quien al escuchar eso no hizo ningún movimiento que indicaba que se marcharía, en cambio miro a Marinette como esperando algo de ella.

— ¿Qué pasa? —Pregunto al ver como el gatito la observaba.

— ¿Y mis galletas? —Le cuestiono de la forma más tierna posible. Dejándo pasmada a Marinette.

—Si no me hubieras molestado, las hubieras tenido —Le contesto de una manera que le demostraba al gatito de que esta ofendida —Es mejor que te vayas antes de que te destransformes.

Con eso y luego de unos segundos el minino lo hizo de forma desnegada. Marinette le dio un poco de lastima eso y por un momento quiso decirle que espere y entregarle algunas galletas, pero se contuvo.

Porque él se lo merecía por molestarla y si para la próxima vez –Seguramente la volverá a visitar– no la molesta el tendrá sus anheladas galletas.