DISCLAIMER: Los personajes de CCS pertenecen a CLAMP, y son utilizados sólo como fuente de inspiración y entretenimiento. La historia es de mi autoría.
EN LO PROFUNDO DEL BOSQUE
Capítulo 1: La huida
El viento soplaba con increíble tranquilidad la copa de los frondosos arboles que la rodeaban. Deseaba que esa tranquilidad pudiera transmitírsele a ella.
Lady Sakura Kinomoto, con apenas 18 años, temprano esa mañana había huido de su hogar con apenas lo puesto, y un poco de dinero para irse lo más lejos posible de toda esa estupidez que la rodeaba. De esa estúpida burguesía que esperaba de ella más de lo que estaba dispuesta a dar, de su estúpido padre por comprometerla con ese viejo asqueroso sólo porque "Era bueno para el negocio", de su estúpida madre por no defenderla y pedirle cordura.
¡Cordura! Ellos necesitaban cordura.
Lo único que había necesitado ella era valentía para conseguir un mapa que la guiara hasta el siguiente condado y largarse de una buena vez, y no le había faltado el coraje afortunadamente.
El mapa indicaba que el camino más corto sería por el camino de las carretas, pero ella sabía que, si su padre o su horrendo prometido enviaban una diligencia a buscarla, la encontrarían sin problemas si lo seguía. Y ni hablar del peligro que significaba para ella que cualquier otra persona la encontrara y le hicieran daño o peor.
La devolvieran a su familia.
Había tenido la brillantez de hurtarle a una de las sirvientas de su familia un pantalón oscuro, que ha decir verdad se entallaba a sus torneadas piernas al igual que la ligera camiseta blanca y un par de botas acordonadas, lo que resultaba increíblemente cómodo para andar, a diferencia de las pomposas faldas y zapatos de tacón que usaba normalmente. También llevaba una boina, para esconder su largo cabello color miel.
A pesar de su excelente disfraz, cualquier persona que la viera de cerca se daría cuenta de que era una jovencita de clase, con las manos suaves y la piel cuidada. Difícilmente podría ocultar además sus brillantes ojos verdes, característica demasiado llamativa, si hacían circular noticias de su desaparición.
Suspiró. Sabia que no era fácil, pero el camino que estaba recorriendo era su única opción. El oscuro bosque era el camino más largo y sólo se podía adentrar a pie, era el más peligroso, pero el más seguro si quería escapar. Seguro sin contar los animales salvajes, los bandidos y…
Lo que fuera que se escondía en ese lugar maldito.
Los rumores hablaban de que en ese lugar se escondían seres de extremada fuerza y fiereza, de los que era difícil escapar si no contabas con un arma. Se decía que, si te cruzabas con uno, tendrías una muerte asegurada.
Sakura sinceramente no creía en los rumores, o al menos había decidido obviarlos. Todo eso debía de tener alguna explicación lógica y natural; los rumores seguramente los habrían esparcidos los delincuentes que se escondían dentro del bosque, para evitar curiosos o alejarlos de sus guaridas y tesoros. ¿Quién sería tan tonto de creer en criaturas humanas sobrenaturales?
La jovencita negaba con la cabeza arrogantemente mientras volvía su atención al mapa que traía en sus manos y lo guardaba nuevamente. Esperaba encontrar donde resguardarse antes de que cayera la noche, porque no creía conveniente hacer una fogata y revelar su ubicación a todo el bosque, de no quedar otra opción debería conformarse con el piso.
Después de un par de horas el hambre la mareó. Por más valentía que poseía para irse de ahí, no debía olvidar que se había criado en un hogar próspero en el que comía cuatro veces al día como mínimo, y ya llevaban más de 18 horas que había compartido la cena con su familia.
Sacó de un pequeño bolso que traía una hogaza de pan y comió solamente un trozo y bebió un poco de agua de un recipiente ya medio vacío. Por suerte la sed no le preocupaba, sabía que antes del anochecer se encontraría con un río y ahí podría recargar la botella.
Por la posición del sol deberían ser como las seis de la tarde y el río ni siquiera se oía y comenzó a preocuparle estar caminando en círculos. Sabía que era fácil perderse, pero ella confiaba en su sentido de ubicación y sus conocimientos en astronomía para guiarse por las estrellas. Claro que las estrellas habían desaparecido en cuanto salió el sol, el cual notaba ahora, estaba a unas horas de esconderse a sus espaldas, lo que significaba que definitivamente en algún momento dejó de caminar hacia el Norte y se encontraba rumbo al Este.
-Y yo que me sentía tan inteligente. – Dijo golpeándose la frente con la mano – Niña idiota.
Vio un tronco caído que ya había visto anteriormente y decidió sentarse allí para calcular a cuantos kilómetros se encontraría del río y de planear ser más lista dejando marcas en el camino o al menos no perder de vista la estrella más brillante del día para no desorientarse tanto.
Pensó que tal vez sería mejor descansar un poco ahora, mientras estuviera de día e hiciera un poco de calor, y seguir camino de noche, más atenta a los peligros del bosque, sufriendo menos el frío, y siguiendo las estrellas. Se acomodó contra el tronco, trajo una gran rama junto a ella por si acaso, y decidió pegar apenas un ojo para que su cuerpo se recuperara de tanta actividad. No tardó ni un minuto en quedar profundamente dormida.
O-O-O-O-O-O-O-O-O
A varios kilómetros de distancia de la castaña, río arriba, se encontraban los picos más pequeños de un cordón montañoso que rodeaba el condado. El viento que rugía feroz contra el relieve irregular erosionaba el paisaje en conjunto con el naciente del río, y se transformaba en la suave brisa que llegaba hasta el bosque como un susurro que te alertaba los peligros que se encontraban más adelante.
Los susurros venían desde las alturas, donde atravesaban las oscuras y húmedas cavernas que se escondían en los picos. Dentro de una de estas, la brisa lograba mover suavemente el cabello castaño de la criatura ancestral que dormía en sus profundidades.
El sol aún no se había ocultado por lo que el oscuro ser resopló y frunció el ceño sin abrir sus ojos aún. Sentía a la distancia las presencias usuales en el bosque, de los animales y de las personas que la frecuentaban, pero no muy lejos del río podía sentir una fuente que irradiaba calor y que estaba seguro no haber sentido antes. Sin darle muchas vueltas al asunto, resolvió que iría a investigar cuando ya hubiera caído la noche, y se sumergió nuevamente en el mundo onírico.
O-O-O-O-O-O-O-O-O
La joven se removía inquieta en sus sueños. Podía oír a lo lejos en sus sueños un sonido que no alcanzaba a interpretar.
¿Qué era?
El viento se arremolinaba a su alrededor, soplando con un poco más de fuerza. Pero ella seguía dormida, inmersa en descubrir aquello que no llegaba a escuchar.
-¡Hey!...
El sonido se perdía en su propio eco, pero era ¿Una voz? ¿Qué decía?
-Sakura
¿Sakura? ¿Quién la llamaba?
-Sakura…Cuidado
¿Cuidado? ¿Por qué? ¿Quién la llamaba?
El murmullo se multiplicaba, provenía de todas partes. Si antes apenas se adivinaba un sonido, ahora indudablemente se escuchaban diferentes voces que le advertían algo.
-Debes irte o él…No podremos hacer nada…Cuidado… Sakura…
- ¡SAKURA!
Abrió los ojos desmesuradamente, y se apresuró a ponerse de pie tomando la rama que había dejado a su lado. Aún se encontraba en el bosque y el sol se confundía ya con el horizonte. El eco de un grito resonaba en sus oídos al despertar. Pero ¿Lo habría escuchado realmente? ¿O estaba soñando? Se concentró para percibir su alrededor. Tenía una extraña sensación de intranquilidad, algo que le advertía de un peligro, no estaba segura de que era, pero no iba a bajar la guardia.
- ¡SAKURA!
Su sangre se heló y se quedó quieta como una estatua. El sonido era lejano, pero inconfundible. Podía oír el ruido de una carreta y el grito de un hombre al que no reconocía que la llamaba.
- ¡SAKURA!
Se angustió en sobre manera, seguramente en su desviación se había acercado varios kilómetros al camino principal. Si bien aún estaba lejos, debería alejarse más y sigilosamente se adentro al bosque en sentido contrario a donde provenía el sonido.
- ¡Sakura!
El sonido se volvía más lejano, lo que la tranquilizó. Unos minutos más y probablemente la habrían encontrado dormida junto al tronco. Decidió alejarse más, ya que al menos ahora tenía mayor certeza del lugar en el que se encontraba. Una vez que encontrara el río todo sería más fácil. Logró escuchar el aullido de las bestias salvajes del bosque, pero no sintió miedo.
Hasta que la atacaran los animales era mejor a ser encontrada.
De todas maneras, debería tener cuidado, porque si alguien iba por el camino gritando su nombre, alertaría a los habitantes del bosque de su presencia.
Cuidado
Un escalofrío trepó su espalda. Recordaba claramente haber escuchado múltiples voces en sus sueños que le advertían del peligro. Tal vez gracias a eso había despertado. Pero ¿habría sido un sueño? o ¿Quiénes eran? El viento se arremolino a su alrededor mucho más frío que hace sólo un momento, y una idea descabellada surcó su mente.
Serían acaso ¿espíritus del bosque?
Sonrío. El miedo había hecho mella de sus capacidades y pretendía nublarle el juicio. Si fuera realmente de esa manera, agradecía a los espíritus la advertencia, pero estaba segura de que el aire helado se debía a que se acercaba al río. Incluso a lo lejos ya podía oírlo.
Pst, espíritus.
El resplandor de la luna comenzaba a colarse entre los claros del bosque, había decidido partir esa noche porque ya casi era luna llena, por lo que no se encontraba con una oscuridad total. El estómago le gruñía, pero si se comía todo el pan que le quedaba no estaba segura de conseguir comida al día siguiente por lo que no quería confiarse. Se atrevió a beber lo que quedaba de agua, ya que de todas maneras había llegado al esperado río y podría descansar un poco más.
Ya habían pasado un par de horas desde que había despertado contra el tronco, por lo que podía adivinar serian cerca de las diez de la noche. Hacia unas semanas los cortos días del invierno habían comenzado a extenderse junto con la cálida llegada de la primavera.
La primavera era su estación favorita, no por nada había sido bautizada con el nombre de la flor de los cerezos. No hacía mucho habían realizado una gran celebración en su hogar por su mayoría de edad. Hubiera sido una fiesta preciosa si su padre no hubiera aprovechado la ocasión para anunciar un inminente compromiso entre ella y el Lord Spinel Clow.
El Lord en cuestión, no sólo se trataba de un anciano para nada atractivo, si no que además de su vejez poseía un carácter despreciable. Trataba mal a los sirvientes, despreciaba a los animales, odiaba a los niños, menospreciaba a las mujeres. El colmo había sido cuando el asqueroso hombre se había acercado irrespetuosamente a ella durante la fiesta mientras charlaba animadamente con un joven aprendiz de físico y su prometida acerca de los últimos descubrimientos científicos de la época. No sólo la había arrancado del lugar a la fuerza sin si quiera disculparse con los invitados de su cumpleaños, si no que además cuando ella de manera muy respetuosa intento convencerlo de seguir la charla con sus amigos el tipo había espetado.
-Lo primero que haré cuando te cases conmigo es quitarte esa estúpida fantasía de leer y estudiar ciencia. Eres una mujer por todos los cielos, debes atender a tu marido, aprender labores domésticas y no preocuparte por pensar.
Había sido el colmo.
Y no importó cuanto rogó y lloró a sus padres para cancelar ese insensato compromiso, ni de lo infeliz que sería al lado de ese viejo decrépito y misógino. Su propio padre sacó a relucir su orgullo masculino dándole una bofetada y obligándola a comportarse como la Lady que era, casarse prontamente con el Lord y que este lo ayudara a salir de un apuro económico en el que se había metido por alcohólico y apostador.
Ella no pagaría con su vida los errores de su padre.
Finalmente, la corriente del río se hallaba frente a sus ojos. El agua cristalina reflejaba la luz de luna y ella no dudo un segundo en acercarse a la orilla con su botella a recoger un poco y beber. Inclinó su cabeza hacía atrás mientras sentía el refrescante liquido bajar su adolorida garganta y cerró los ojos.
Una fría ventisca la sacó de su júbilo y la hizo mirar alrededor con precaución. Por más que se quedo en completo silencio y observo cada detalle que la rodeaba no vio nada ni a nadie, pero no dejaba de sentirse observada. Podía sentir un escalofrío que la recorría entera, pero no pudo dar con la causa.
-Debo estar imaginando cosas- susurró para sí.
Pero ella no estaba imaginando nada. A pesar de que no había logrado encontrarlos, unos penetrantes ojos color ámbar la observaban sigilosamente desde un árbol. El dueño de la dorada mirada no era otro que el ser que habitaba las cavernas del cordón montañoso. Se trataba de un ser demoníaco de gran belleza, cuerpo delgado y oscuros cabellos, que se deleitaba con la vista que la luna le ofrecía de la muchachita junto al río. El demonio sonrío de lado, un poco de diversión no le vendría mal. Hacía mucho no podía disfrutar de las sensaciones que estaban surgiendo en su interior y un instinto elemental comenzaba a surgir en él mientras observaba a la dueña de la presencia que había perturbado sus sueños diurnos.
Serás mía. Se dijo a sí mismo y se desvaneció. Debería preparar un plan delicado para que todo fuera perfecto.
O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Buenas! ¿Cómo están? Me presento, me llamo Maira pero pueden decirme Mai. ¡Esta es la segunda historia que subo a Fanfiction y espero que les guste la idea hasta ahora! Acepto sus opiniones al respecto y también sus consejos! Así que las leo, ¿qué creen que vaya a pasar en el próximo capítulo?
Espero que tengan una hermosa semana, y hasta la próxima! Besos!
