Piensan:

Siglo XX.

El detective Satoshi Hawatari entró en la escena del crimen. Una joven yacía en el suelo, con la piel blanca y el pelo maltratado. El detective se acercó y se puso en cuclillas para poder observar más de cerca.

-Detective, ya llegó- le dijo un hombre bastante viejo al verlo.

-Informe- ordenó el detective. No era de muchas palabras, mas bien de hechos.

-Risa Harada, 16 años de edad. Estudiante de secundaria. Era joven y muy bella. Ya hemos mandado un policía para que le de la noticia a su familia.

Mientras escuchaba, el detective seguía observando el cuerpo.

-Mire esto- musitó Hiwatari. Había encontrado algo en el cuello de la joven.

-¿Que puede ser?- preguntó el detective Saehara mirando las marcas.

-Son dos puntos en linea. Parece que ya cicatrizaron. ¿Qué arma puede hacer ésto?- se preguntó el detective, pensativo.

-No tengo idea señor- contestó Saehara mientras pensabaSiempre quiere hacerse el mejor

Algo interrumpió el pensamiento de ambos detectives. Una joven, casi igual a la que yacía en el suelo estaba en la puerta de entrada.

-R-Risa- la joven se tapó la boca. Lágrimas salían de sus grandes ojos.-¿Por qué?

El detective observaba a la joven. Se puso de pie.

-¿Digame, usted es su hermana?-

La joven asintió con la cabeza.

-Quisiera...

Pero la joven no lo dejó terminar ya que seguía llorando sin consolación alguna.
Al ver que ese día no podría interrogar a la joven, Hiwatari salió del lugar.

No solo tenía esas dos marcas extrañas en su cuello, sino que tambien parecía faltarle gran parte de su sangre. ¿Quién pudo haber cometido tal crimen?

De repente, una voz pronunció su nombre.

-Satoshi!- dijo con una sonrrisa un joven pelirrojo.

-Ah, hola Daisuke- reaccionó el detective. -¿Te gustaría ir a tomar algo? tango que contarte lo que acaba de ocurrir-
El joven Daisuke aceptó y caminaron sin decir nada hasta un café.

Hiwatari le relató todo lo ocurrido a su amigo. Sabía que podía contar con él para lo que fuera. Daisuke siempre aportaba hipótesis que podían ser de gran ayuda para el detective.

-Ya veo- dijo el joven al terminar de escuchar a Hiwatari.-Es algo muy extraño. Hacía años que no se hablaba de "extrañas marcas en el cuello de una persona".

-Así es. La última vez habían dicho que el autor de todas éstas no era humano-

-Sí. Podríamos ir a la biblioteca a investigar. Se que tienen periodícos desde que se fundó esta ciudad. Deberíamos ir a ver qué o quién es el causante de eso-

-De acuerdo.-

Sin mas palabras los dos jóvenes se dirigieron a la biblioteca.
Al cabo de un rato, lograron encontrar algo.

-Mirá- dijo Daisuke a Hiwatari -Este diario es de hace 40 años atras- señaló una fotografía en blanco y negro. En ésta se alcanzaba a divisar una silueta que parecía la de un hombre alto y estilizado, con una larga capa y cabellos largos y despeinados (adivinen quién es)- Según esta nota, la fotografía fué encontrada en la cámara de un fotógrafo que estaba investigando la posible causa de unos extraños asesinatos. Lo encontraron junto a la cámara, muerto- Daisuke miró por unos segundos la fotografía -No hay duda, éste es el hombre que buscamos-

-Pero esta fotografía es de hace 40 años. Tendría que estar muerto-

-No si es el causante de las muertes extrañas. En el caso de que sea una criatura puede ser que no envejezca y tenga la misma apariencia que hace 40 años- dijo Daisuke con un leve brillo en los ojos.

Por su parte, el detective sabía que eso era técnicamente imposible, pero tratándose de una hipótesis de Daisuke, por mas fantasiosa que pareciera, ésta podía ser realidad.

-Mañana a la tarde ire a investigar- informó Daisuke.

Cuando terminaron su investigación, ambos salieron de la biblioteca. Ya estaba amaneciendo. Satoshi miró el cielo al ver que Daisuke lo hacía. Al cabo de unos segundos, el joven pelirrojo giró su cabeza para observar al del detective. Éste al ver que Daisuke lo estaba mirando se ruborizó un poco. Su amigo tenía una sonrrisa y unos ojos preciosos.

-¿Satoshi?

-Dime

El joven pelirrojo dudó por un momento.

-No, nada.

Estaba amaneciendo cuando el detective se despidió de su amigo y fue a su departamento. Allí, muy cansado por tan larga noche, se cambió y se fue a acostar. Pero no podía domir, pensando en lo que le había dicho Daisuke." Mañana a la tarde, iré a investigar"

-Ten cuidado Daisuke- pensó mientras cerraba los ojos.