Se hallaban cuatro jóvenes sentados bajo un árbol, para ser precisos, dos mujeres y dos chicos. Sasuke, Naruto, Hinata y Sakura, esos eran sus nombres. Un pelinegro, un rubio, una peliazul y una pelirosa. Un cubito de hielo, un hiperactivo, una tímida y una...una rara. Eran diferentes, pero eso no les impedía de ser los mejores amigos.
- Demonios, mañana debo entregar la tarea de historia y aún me falta mucho.- Dijo Sakura, recostándose frustradamente sobre el árbol.
- ¿Apoco piensas hacer esa tarea, Sakura-chan?- Respondió Naruto con una sonrisa confundida.
- A diferencia tuya Naruto, yo me preocupo por mis estudios.- Espetó la pelirosa, mirando de reojo a Sasuke, que parecía restarle importancia a la conversación de ambos chicos.
- ¡Hey! Yo me preocupo por mis estudios...un poquito. - Dijo el rubio intentando de alguna manera defenderse.
- Si claro, y mi abuela es virgen.- Respondió Sakura sarcásticamente. Hinata soltó una carcajada baja y Naruto la miró confundido. Ella, sonrojada, apartó la mirada.
- De todos no hay diferencia, lo haga o no lo haga, Naruto sacará una F.- Dijo Sasuke. El rubio lo miró con enojo.
Naruto empezó con los quejidos nuevamente, insultos y maldiciones, eso era lo único que parecía salir de la boca del rubio. Sasuke tomó sus auriculares, se levantó y se sentó junto a la pelirosa, como acto seguido se puso uno en su oído y el otro lo puso en el oído de Sakura. Ella se sonrojó ligeramente pero no dijo nada, lo que menos quería en ese momento era oír los lloriqueos de Naruto. En cambio, Hinata intentaba calmarlo.
Sasuke miró a la pelirosa y esta lo imitó, ella le sonrió y él le guiñó el ojo. Puede que con el resto de las personas era frío, pero con ella él era completamente diferente.
