Ahí estaba (tu nombre) parada frente a la que es su nueva casa, miró a los alrededores, analizando cada sección y cosas que habían en el área, una voz la sacó de su pequeña inspección y volteó a ver al dueño de esta.

- ¿Qué sucede papá?-preguntó.

- (tu nombre) ¿Estas segura de que no quieres que nos quedemos para llevarte a tu primer día de clases?- contestó el hombre con otra incógnita pero con un tono triste-dulce mientras la abrazaba.

- Estoy segura papá, no estoy pequeña, ya voy a cumplir 18 años, todo estará bien te lo aseguro.- en eso su mamá se acercó a donde estaban los dos con una sonrisa.

- Hija, por favor, después de todo sabes que eres nuestra única hija… y queremos… ya sabes…- los ojos de la mujer estaban rojos y húmedos, a simple vista eran notables las ganas de llorar, (tu nombre) abrazó a su mamá.

- Por favor mamá, ya no llores, no recuerdes eso por favor.-dijo para calmarla.

- (tu nombre) tiene razón, es mejor olvidar eso, ya pasó, anda (tu nombre en diminutivo) deja que te llevemos a la escuela, no te veremos hasta las vacaciones.- eso era cierto, no vería a sus padres dentro de meses, después de todo no podrían visitarla por la distancia, pero ella sabía que no podía desperdiciar la oportunidad de estudiar en una de las mejores en su país y con beca, claro que sus padres no se opusieron a pesar de que, aunque no lo decían, no querían que (tu nombre) se fuera de su lado, pero es la ley de la vida y ellos sabían que un día tenía que llegar.

- Esta bien.- aceptó ya que no quería alegar, los tres entraron a la casa y comenzaron a acomodar las cosas, una vez que todo estuvo listo su padre propuso que se tomaran una foto, 3… 2… 1… ¡Flash! Inmediatamente miraron la foto, querían ver cómo había quedado, una sonrisa se esbozó en los rostros de los tres.

- ¿Qué les parece si vamos a comprar la despensa y por ahí revelamos la foto?- ambas mujeres asintieron, acomodaron unas cajas y se dirigieron al auto.

- Ponte el cinturón de seguridad (nombre) no vaya a ser que pase algo.- (nombre) no quería alegar, así que siguió la orden de su mamá, (nombre de tu padre) prendió el auto y comenzó a ir en dirección de un súper mercado, no tardaron en llegar ahí, terminaron de comprar todo y se dirigieron a pagar, estaban en la caja (tu nombre) y su mamá, (nombre de tu papá) estaba hablando por teléfono, volteaba a donde estaban ellas e inmediatamente miraba a otro lado. – Gracias.- dijo la mayor y ambas comenzaron a caminar hasta donde estaba su padre.

- (nombre) no vamos a poder llevarte mañana a la escuela, tendrás que ir sola, surgió un problema en el trabajo y tenemos que regresar inmediatamente. En cierta manera (nombre) estaba triste, ya no vería a sus padres en un buen tiempo, sin hablar regresaron a la casa, bajaron las compras y se despidieron, ella se quedó parada en la banqueta viendo cómo se alejaba el auto lentamente, dio un pequeño suspiro y decidió entrar a su nueva casa. Lo primero que hizo fue prender la laptop y hackear la contraseña de algún modem cercano, entró a revisar si había algo interesante en las redes sociales pero como no encontró nada, decidió apagarla y decidió irse a dormir, no sin antes tomar un baño. Antes de acostarse miró el reloj y vio que aún era temprano, no le tomó importancia y se acostó en su cama, tardó unos minutos para dormirse pero finalmente se durmió, al día siguiente el despertador sonó pero como se había dormido temprano no tuvo problemas para levantarse, nuevamente se metió a bañar, sacó su uniforme y se cambió, bajó a la cocina para hacer algo de comer, una vez terminó de alimentarse subió para lavarse los dientes, tomar sus cosas e irse, para su suerte la escuela quedaba a tan solo unas cuadras de su casa por lo que llegó rápido, entró a la escuela y fue a la dirección, ahí le asignaron un grupo, una de las secretarias la llevó a su salón.

- Buenos días mi nombre es (nombre completo), espero llevarme bien con ustedes.- se presentó sin tanto entusiasmo.

- (nombre) ese va a ser tu asiento.- comentó la maestra apuntando el pupitre, el cual estaba casi al fondo del salón, caminó entre los asientos sintiendo las miradas de sus compañeros de salón, sintió un escalofrió recorrer su columna, pero poco le importó, se sentó en su pupitre y discretamente miró a los compañeros que tenía al lado, un rubio de lentes y a otro chico, quien por sus rasgos podía deducir que era chino. Las clases comenzaron y continuaron de manera normal, casi nadie le dirigía la palabra, simplemente la miraban, eso hacía que se sintiera incomoda, mas no se dio cuenta que desde la esquina alguien la miraba de una manera extraña, por un momento se arrepintió de haber tomado la decisión de dejar su hogar para ir a estudiar a otro, mas ya nada podía hacer, ahora estaba ahí, por el momento sola.

La hora de receso llegó, tomó su mochila y caminó hacia la cafetería, era de las ultimas en quedarse en el salón ya que a su lado había un grupo de cinco chicos ¿Qué si querían hablar con ella? No le importaba la respuesta, le daba igual. Compró su desayuno y miró las bancas vacías, se sentó en la que tenía más cerca, dispuesta estaba comenzar a comer acompañada únicamente de la soledad y el murmullo de las conversaciones…

-¡HELLO!- le dijo con un tono alegre el chico de lentes.- My name is Alfred, what's your name girl?- el silencio fue la primera respuesta que obtuvo el chico pero ella inmediatamente regresó de sus pensamientos.

- Oh! Me llamó (nombre) E-es un placer conocerte… ¿A-alfred?-

- Si, ese es mi nombre… dime… ¿puedo sentarme aquí contigo?-

- Claro.- contestó, al menos en el almuerzo no estuvo sola, eso era ¿bueno? En realidad a donde fuese que fuera ya se había acostumbrado a que casi siempre estaba sola, rara era la persona con la que mantenía una larga amistad, por eso a veces odiaba ser una "cerebrito". En el transcurso del receso ambos estuvieron platicando (si se le puede llamar platica a donde participa más una persona que la otra, si saben a qué me refiero) los dos regresaron juntos al salón, al entrar a este alcanzó a oír lo que secreteaban sus compañeros del salón, los ojos de ella se notaban brillosos pero hizo su mayor esfuerzo por no llorar, no enfrente de los demás. El profesor entró y las clases se reanudaron, la clase finalizó pero en todo el transcurso de las clases no se dio cuenta de quien la miraba.

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