Hola! Bueno, luego de un buen tiempo (medio año) publico una nueva historia NejiHina. Es la primera vez que intento un universo alternativo con esta pareja, y la idea surgió de la nada :) …por cierto, si no me conocen y les interesa leer más de mis historias o saber más de mí, pasen a mi profile, con toda confianza n.n
Los personajes de Naruto no me pertenecen, sólo la trama de esta historia.
Crimen en la calle de los cerezos
Capítulo 1
¿Nos conocemos?
Kurenai se meció en su elegante silla giratoria un par de veces. Sus manos descansaban en su escritorio, una sobre la otra, mientras miraba el reloj de forma pensativa. Su oficina era espaciosa, nada ostentosa, para mantener la apariencia de seriedad que necesitaba. Tenía suficiente luz, una computadora y varias carpetas en su mesa. Ya su trabajo del día estaba completo, sólo estaba aguardando por algo muy importante.
De un momento a otro, la puerta se abrió, y entraron las tres personas a quienes esperaba.
-….y ¿Vieron la cara de ese idiota cuando lo subían a la patrulla? Jajaja, impagable ¿No, Akamaru?
El perro ladró y en un instante estaban dentro de la oficina. Inuzuka se cuadró* al ver el rostro serio de Kurenai, pero esta sonrió.
-Parece que les fue bien, ¿Me equivoco?
-Por supuesto que nos fue bien, ¿Con quienes cree que está tratando?
La actitud del joven provocó un ligero fruncimiento en el ceño que Kurenai no pudo ocultar. Para suerte del impertinente Kiba, su compañera, aunque un poco tímida, pudo hablar y distraer a la mujer.
-Nos fue muy bien, Kurenai-san.
Con sus palabras, Hinata trató de suavizar la actitud retadora de su compañero, que era perfectamente capaz de hacer enojar a Kurenai aún por una tontería. Por su parte, Shino se mantuvo en silencio.
-De acuerdo- replicó Kurenai- para ser nuevos en esto les ha ido muy bien. 4 casos en un mes y todos resueltos sin problemas. Son un buen equipo. Quizás estén listos para hacer cosas de forma individual.
-Por eso no se preocupe – exclamó Kiba- nosotros estaremos listos para lo que quiera.
Kurenai los observó desde su asiento y asintió de nuevo. Pero tenía un aire pensativo que no la abandonaba, y no les quitaba la vista de encima; parecía algo enajenada, perdida en sus meditaciones.
-Aquí está todo el papeleo- habló por fin Shino- está todo perfectamente registrado, testimonios, fotografías, bitácoras, etc.
-Muy bien- contestó ella saliendo de su ensimismamiento. Miró su reloj y de pronto pareció recordar algo- debo salir un momento. Les encargo un rato el lugar. Dicho esto, salió de la oficina con velocidad.
Se trataba de un despacho de detectives, ubicado en un elegante edificio policiaco de una gran ciudad de Japón. Ocupaban casi todo el piso, y estaba dividido en una oficina principal, que era la de Kurenai, y tres cubículos u oficinas más pequeñas ubicadas a lo largo del pasillo, ocupadas por Shino, Kiba y Hinata, además de una pequeña sala de espera, donde también tomaban el café, al final del pasillo.
Habían sido asignados como un escuadrón de detectives dependiente de la policía. Kurenai era una detective con experiencia, y aceptó con alegría asesorar a este pequeño grupo en sus primeros detectivescos pasos.
Así pues, cada uno entró en su cubículo a hacerse cargo de sus asuntos.
Hinata encendió su computadora y buscó algo en que distraerse un poco. Luego de un rato, decidió mandar un correo a su hermana menor, a la que no veía desde que se había ido a vivir sola. Le contó lo bien que le iba en su escuadrón de detectives. Se lamentaba de no poder visitarlos por lo ocupada que estaba, y se interesó por cómo le iba en la escuela y cómo estaba su padre.
Al terminar de escribir dio click en el botón de enviar. Justo en ese momento, un ruido llamó su atención. La puerta principal se abría.
Los tres jóvenes detectives sacaron las cabezas de sus cubículos y observaron a la persona que entraba en la oficina.
Se trataba de un joven, apenas se veía mayor que ellos pero su semblante serio y su avasalladora presencia les hizo saber que no era cualquier persona. Kiba dio un paso adelante, seguido por la tímida Hinata. Shino apenas salió de su cubículo, y se mantuvo junto a la puerta mirando con atención al recién llegado.
Éste miró a los tres con detenimiento y luego de unos segundos se dirigió a Kiba.
-Buenas noches- comenzó- ¿Son ustedes los nuevos?
Kiba entrecerró los ojos. El joven no se amedrentó.
Hinata lo miró con atención. Era alto y atractivo. Tenía el cabello castaño y bastante largo, alejado de su frente por una bandana. En cualquier otra persona esto no se hubiera visto bien, pero tenía mucho porte y su actitud tan fuerte hacía la diferencia.
Pero lo que más impresionó a Hinata fueron sus ojos, idénticos a los de ella, pero diferentes tal vez por su profundidad y expresión.
Se quedó hipnotizada unos segundos por el joven, pero volvió a la realidad una vez que se percató de la fuerte tensión que se había generado entre él y Kiba. Éste, al contrario que Hinata, estaba realmente irritado por la actitud superior del joven. Desde que lo vio le dio muy mala espina, y el hecho de que los llamara "los nuevos" le pegó fuerte en el orgullo. Y se lo iba a hacer saber.
-¿Se puede saber quien rayos eres tú?
Él sacó del interior de su saco una especie de cartera de piel negra. Al abrirla, se veía una placa de color dorado y una credencial.
-Teniente Neji Hyuga. Soy detective, igual que ustedes. Supe de un caso que acaban de resolver y vine por algo de información. Al parecer está relacionado con una serie de crímenes que mi escuadrón ha estado resolviendo. Me vendría bien si uno de ustedes…
-Escucha, tú no puedes venir aquí a darnos órdenes- Kiba estaba bastante molesto- me importa poco que seas teniente o lo que sea…
-No, escúchame tú- replicó Neji- esto es importante. Y puedo de hecho darles una orden. Mi rango me lo permite.
-Eres un arrogante…- Kiba no hizo caso- si de mí dependiera tú…
-Kiba, basta- Shino interfirió y detuvo a Kiba antes de que dijera una barbaridad- lo sentimos, pero realmente no sabemos si confiar en usted. La información de los casos es confidencial y no podemos dársela a cualquiera.
-Les repito que soy detective como ustedes. Estoy en otro escuadrón, pueden buscar mi información en la base de datos si quieren.
Hinata se atrevió a dar un paso hacia adelante. A pesar de encontrarse terriblemente arrebatada y empequeñecida gracias al joven, tomó suficiente valor para acercarse y hablar.
-¿Me permitiría ver su identificación de nuevo?- Neji sacó su placa y su credencial y sin problemas los mostró a Hinata. Ésta los conocía muy bien, y reconoció que eran auténticos, así que asintió y habló con serenidad, tratando de enfriar un poco los ánimos- está bien. Venga conmigo, yo puedo darle la información que necesita.
Seguida por el joven, Hinata entró en su cubículo.
-dígame, ¿De qué… caso estamos… hablando?
-Una serie de robos a bancos y grandes comercios. Creemos que se trata de toda una banda. Específicamente queremos saber de cierto robo a un banco, la semana pasada.
-Si, lo recuerdo- asintió ella- No sabía que…. Estuviera relacionado con toda una…organización…
Hinata estaba nerviosa. Temblaba y tartamudeaba sin control, pero Neji no parecía darse por enterado.
Lo que le pareció extraño fue, que en lugar de pedir documentos oficiales, se la pasara apuntando cosas en un cuaderno que traía consigo.
-Mmmm me parece bien…todo muy bien- concluyó él apenas poniéndole atención- muchas gracias, creo que es suficiente.
Neji se puso de pie, cuan alto e imponente era, y Hinata lo miró con algo de emoción y miedo dentro de su corazón. La fuerza magnética con la que se sentía atraída y al mismo tiempo atemorizada por aquel hombre se hacía más y más fuerte. No quería que se fuera, no quería que se alejara de ella.
-P...por favor, espere un minuto…
Neji se dio la vuelta y la miró.
-¿Sí?
Hinata lo vio con incertidumbre. No estaba segura de lo que quería decir, pero luego de unos segundos rápidos, que a ella le parecieron eternos, se decidió.
-Sé que…etto… seguramente suena raro…pero… ¿N...nos conocemos?
Él no contesto en seguida y más bien pareció confundido con la pregunta.
-E…eres acaso ¿Eres miembro de… de mi familia?
Neji la miró. Apenas en ese momento aparento darse cuenta del parecido físico que mantenía con Hinata. Vio sus ojos grandes, blanquecinos y misteriosos. Su piel blanca porcelana y las facciones, tal vez más delicadas que las suyas pero igual parecidas. Cayó en cuenta de su apellido.
-Lo siento- negó él- señorita, yo no tengo familia, y al menos por ahora, no quiero tener una.
Hinata se quedó muda, pues no esperaba esa reacción. Se sintió estúpida, pero aún así quiso acompañar a Neji a la salida.
Ambos atravesaron la puerta. Justo en ese momento, Kiba salía de su cubículo, seguido de Shino. Había estado meditándolo, y a pesar de que aún seguía furioso, estaba un poco más tranquilo. Eso no impediría que le dijera un par de verdades a Neji, que se dirigía a la puerta principal.
-Oye, tú, tengo algo que decirte...- dijo, jalándolo del saco, a lo que Neji reaccionó molesto, quitando la mano de Kiba bruscamente.
-¿Cuál es tu problema?
-Tú eres mi problema y no te irás de aquí sin escucharme…
-¿Escucharte decir qué, Kiba?
Kurenai acababa de llegar. Miró a Kiba con desaprobación, y éste se alejó de Neji, aun con el enojo dibujado en su rostro.
-Buenas noches, Neji. ¿Has terminado tu inspección?
-Sí, Kurenai sama. La inspección fue terminada con éxito y ya que está usted aquí me gustaría discutir los resultados.
-¿Inspección?- preguntó Kiba contrariado- ¿Cómo que inspección?
Kurenai sonrió ante el asombro de su pupilo.
-Ya que ustedes son nuevos, el departamento mandó a Neji a hacerles una inspección de rutina, para ver qué tan bien trabajan como equipo.
-Lo de la información del caso que solicité fue una pequeña excusa para acercarme.
-Entonces- Kiba no salía de su asombro- ¿Era un engaño? ¿Entonces no eres un teniente?
-Claro que es- aclaró Kurenai- y uno de los mejores detectives de su generación. ¿Quién mejor para engañar a un detective que otro detective?
Kiba estaba avergonzado, pero en su interior prevalecía el enojo y la rabia provocada por la actitud de Neji. Ya se vengaría, pero ahora no se le ocurría nada.
Kurenai hizo pasar a Neji a su oficina. Una vez dentro, le ofreció una taza de café, a lo que él se negó.
-Preferiría ir al grano. Tengo mucho que hacer después de esto.
-Bien, entonces, dime qué observaste.
-Bueno, Kurenai sama. Las primeras impresiones…bien, fueron pésimas. Para empezar, uno de ellos necesita urgentemente ir a clases de control de ira- Neji vio sus apuntes (la libreta que Hinata había visto antes)- Kiba, si no me equivoco. Shino no se involucra en los problemas, sólo lo hace si ve que nadie más lo hará o al menos eso me pareció, ya que la chica…Hinata, al parecer tampoco quería hacer gran cosa, parece muy tímida. Solo estaba allí, mirando.
Kurenai hizo una mueca incómoda. Estaba consciente de lo estricto que Neji podía ser. Pro estaba perfectamente dispuesta a escuchar los otros defectos de su equipo. Que seguro, conociendo a Neji, los habría.
-La señorita Hinata hizo el favor de darme la información que necesitaba- Miró pensativo la libreta de notas- Habló del caso que le pregunté y para mi suerte abundó en detalles acerca del trabajo en equipo con sus compañeros, pero puede que solo quisiera darme una buena impresión.
Kurenai se abanicó con disimulo.
Hinata escuchaba la voz de Neji detrás de la puerta, a la cual estaba pegada desde que este entrara en la oficina con Kurenai. Estaba preocupada por la impresión que su equipo pudiera haber dado al joven, que tanto respeto y admiración le había provocado desde que lo vio por primera vez. Además estaba completamente segura de que había algo detrás de ese joven. Sentía que lo había visto antes, que había una conexión, un vínculo. La primera impresión que le había dado era que bien podía ser familiar suyo, el parecido era sorprendente, además de los apellidos. Pero se había mostrado tan reservado que ella decidió no insistir. Tenía un miedo insensato a lo que él podría pensar de ella después, y por necio que fuera este pensamiento – pues, probablemente, nunca llegarían a ser más que conocidos- estaba dispuesta a lo que fuera con tal de agradarle.
-Bueno, dijiste que querías ir al grano- Kurenai prefirió concluir pronto- dime qué piensas, entonces.
-Bien, Kurenai san. En resumen, esos chicos son desastrosos y me sorprende que de verdad sean detectives.
Hinata se asustó tanto con la declaración fría y desconsiderada de Neji, que fue corriendo a encerrarse en su cubículo. Se sentó en su silla y se estrujó las manos.
Mientras tanto, Kurenai miraba a Neji con un rencor creciente, hasta que observó que éste volvía a revisar sus notas.
-Pero eso sólo por separado. Juntos tienen muchas capacidades de complementación. Además de que les falta experiencia. No hay que ser un genio para notar que pueden mejorar bastante, claro, si saben cómo aprovechar sus fortalezas.
Kurenai rió, complacida.
-Vaya, Neji, tú sí sabes asustar a la gente. Sé que les falta trabajar, pero son buenos y pronto serán uno de los mejores escuadrones de la fuerza policiaca.
Neji se puso de pie y acomodó la silla. Guardó su libreta en el bolsillo de su saco y finalmente miró a Kurenai con aire pensativo.
-Si usted lo dice. Debo irme, tengo mucho que hacer. Y le garantizo que tendrán un buen reporte, están haciendo un buen trabajo.
Kurenai asintió.
Neji salió sólo para toparse con la menudita figura de Hinata, que salía de su cubículo para ir a tomar café. Llevaba su propia taza en la mano. Al salir de la oficina de Kurenai, Neji no se fijó y tropezó con ella.
-¡Cuidado!- alcanzó a gritar Kurenai al ver que Neji, que era mucho más alto que Hinata, casi le cae encima. Sin embargo, Neji, con un movimiento, se mantuvo en pie y además logró atrapar a Hinata antes de que esta cayera al suelo, sujetándola de la cintura. Ella estaba aferrada a su taza. Cuando abrió los ojos sintió como la sangre se le agolpaba en las mejillas. Neji estaba muy cerca, y la miraba fijamente.
-¡Tenga más cuidado, señorita!- dijo con tono severo y con el ceño repentinamente fruncido. En otro tono la frase habría sonado amable, pero se escuchó más como un regaño que como otra cosa. Hinata sintió avivado el miedo y la vergüenza, y corrió hacia la sala donde estaba el café.
-¡Gomenasai!- se alcanzó a escuchar cuando su pequeña silueta se perdía en el pasillo.
Kiba había salido al pasillo, pues escuchó cuando Neji reprendía a Hinata. Shino también lo había escuchado, y salió principalmente porque sabía que era el único pretexto que Kiba necesitaba para tratar de meterse con Neji otra vez.
-D…discúlpala, es muy tímida- la defendió Kurenai- además fuiste tú quien tropezó con ella.
-Sí…supongo que es verdad- concedió Neji- Pero ya se me ha hecho muy tarde y debo irme.
Neji hizo amago de salir, pero fue detenido por Kiba.
-No te irás de aquí hasta que te disculpes con Hinata chan. Ella te atendió muy bien y aún así no eres capaz de ser amable con ella.
-He dicho que no tengo tiempo para esto.
Kiba midió a Neji con la mirada. Analizó su situación. Las pocas neuronas prudentes de su cerebro le advirtieron que no era el momento, ni el lugar. Poco a poco se calmó. Neji también pareció tranquilizarse un poco y la tensión dejó de sentirse tan fuerte.
-De acuerdo…-Kiba asintió- puedes irte.
Neji observó a Kiba. Tampoco era como si necesitara permiso de tan poca cosa para irse de allí, pero jamás pensó que uno de los "nuevos" se atreviera a retarlo de ese modo. Luego de pensarlo rápidamente, se dio cuenta de que tampoco era la gran cosa. Fanfarrones había en todos lados y Kiba no dejaba de ser uno de ellos.
-Ya me disculparé con ella otro día- dijo, dirigiéndose a Kurenai y sacándole una mueca indignada a Kiba, pues lo estaba ignorando categóricamente- Hasta luego.
-Hasta luego, Neji.
…
-Vaya bastardo- comentó Kiba más tarde, mientras se servía café, acompañado de Shino y de Akamaru- Mira que venirnos a tratar de esa manera.
Bebió el contenido de un vaso de unicel, pues nunca tenia cuidado de llevar su propia taza. Shino lo observaba atentamente. Sabía que Kiba detestaba a tipos como Neji, pero al parecer éste había logrado enfurecerlo más que cualquier otro.
-Te lo estás tomando muy personal- dijo en voz baja- no dejes que algo así te afecte. Ni siquiera Hinata chan se molestó con él. Pareciera que solo buscabas un pretexto para pelear con alguien.
-Es que no entiendes- contestó Kiba, al tiempo que dejaba el vaso sobre una mesa- tengo un muy mal presentimiento sobre ese tipo. Akamaru lo sintió también. Y no dudo que lo volveremos a ver pronto.
…
Hinata decidió buscar información sobre Neji en la base de datos del departamento de policía, y no hizo más que sorprenderse al leerlo todo. Se había graduado un año antes que ella y sus compañeros, logrando en poco tiempo convertirse en uno de los mejores de todo el país y asignado al rango de teniente en muy poco tiempo. Se le asignaban casos de gran dificultad, y los había resuelto casi todos sin muchos problemas. Tenía grandes capacidades también como policía, manejaba a la perfección tres estilos de artes marciales y su puntería al disparar era admirable.
Además, su escuadrón tenía otros dos policías de alto rango, una joven llamada Tenten, experta en todo tipo de armas, análisis de escena del crimen y manejo de testigos y sospechosos.
El otro integrante era un joven llamado Rock Lee, conocido por su ánimo y sus capacidades de investigación, parecidos a los de su compañera Tenten.
Eran un muy buen equipo.
Hinata entendía a la perfección lo mal que debieron haber quedado frente a un tipo que está tan acostumbrado a la excelencia.
¿Cómo acercarse a él? ¿Cómo ser parte de su mundo?
Tenía que aceptarlo, si seguía pensando así se prendaría por completo del joven y no quería que eso pasara. ¡No podía acabar de conocerlo y convertirlo enseguida en su amor platónico!
Lo estaba idealizando demasiado, y leer toda esa información acerca de él no ayudaba.
Pero no podía alejar de su cabeza un solo pensamiento, y era que lo había escuchado decir que se disculparía con ella después. Eso garantizaba que lo volvería a ver ¿No? Y aunque fuera por algo sin importancia, bien valía aferrarse a esa posibilidad, quizás podría acercarse más a él, aunque fuera poco.
Luego de pensarlo, desistió de esta idea. No podía, y no lo haría. Era demasiado tímida, y él demasiado imponente. Decidió renunciar a esa idea absurda y luego de unos minutos apagó su computadora.
Fueron llamados por Kurenai. Eran cerca de las 9 de la noche y a esa hora era extraño que tuvieran algo que hacer. Pero bueno, un crimen o una muerte extraña no avisan cuando van a llegar.
-Me acaban de llamar del departamento central. Ha habido un atentado hacia un hombre en esta dirección- dijo extendiendo a toda prisa un papel a Kiba- dicen que fue un disparo, pero averiguar los detalles es su trabajo- agregó, sonriendo como para darle confianza pero de forma un tanto preocupada.
Aún cuando Kiba y Shino iban a salir de la oficina, Hinata se quedó de pie como sorprendida.
-¿Qué ocurre?- Preguntó Kiba acercándose a ella.
-Esta es… ¡Es la casa de mi padre!
CONTINUARÁ…
Espero que este primer capítulo haya sido de su agrado. Ya saben, cuenten conmigo para todo. Nos vemos pronto!
Atte. Yereri Ashra
