Hello~ ¿Cómo van? Bueno, esto lo traigo a petición de las chicas del grupo Pliroy. Drama puro :v Un JJxYuri+Isabella. Pues, la venganza es dulce, más si se sirve en plato caliente (?). Espero que les guste.

Advertencia: Escenas ligeramente subidas de todo, sin betear. Posibles faltas ortografícas y/o gramáticales.

Disclamier: YOI y sus personajes son propiedad de Kubo y el estudio Mappa.


Revenge Porn

"Escucha mis palabras, un día pagarás. El karma vendrá a cobrar su deuda"

Cuando somos jóvenes, las decisiones tienden a ser meditadas en el menor tiempo posible, nunca se analizan los pros y los contras, ni las consecuencias que estas nos puedan traer. Simplemente se cede al impulso del momento, dejándose absorber por el deseo de conseguir aquello que anhelamos con locura.

A los diecinueve años no se es lo suficientemente maduro para tomar ciertas decisiones, estás en plena flor de la juventud. Consideras que tienes la edad suficiente para hacer lo que quieras y cuando quieras; nadie puede juzgarte, crees que las acciones de tu vida no deberían importarle o afectarle a nadie.

Jean se consideraba a sí mismo un Rey que hacía y deshacía a su antojo. Siempre sonrisas perfectas que derretían a más de una…O uno. A pesar de tener una hermosa prometida, Leroy consideraba que era merecedor de tener en su cama todo aquello que se le antojara. Después de todo nadie iba a enterarse. Siempre pactaba ese juramento con la larga lista de amantes que había mantenido desde los dieciséis años. "Disfrutas, yo disfruto y luego fingimos que nada ocurrió". Le había funcionado a la perfección, nadie sospechaba de sus amoríos de una noche, se salía con la suya de tal manera que todos los amigos de su novia le consideraban el novio ideal.

El hijo modelo. El hombre perfecto; siempre respetuoso y caballeroso.

O eso pensó hasta este preciso momento.

La noche anterior Isabella le había llamado al teléfono de su casa; histérica, gritando un sinfín de insultos que Jean no lograba procesar debido al impacto. Intento calmarla, indicando que no tenía idea de lo que estaba hablando. Más que calmarla, sus palabras parecieron tener el efecto contrario, Yang despotrico una sarta de gritos en donde las palabras "infiel", "poco hombre", "maldito mentiroso" y "te acuestas con niños" fueron las que más se repitieron. Jean sintió un pequeño escalofrío recorrerle la espalda. Oh mierda. Sí, él sabía perfectamente a lo que su prometida —o ex prometida, ya no estaba seguro— se refería.

Ella no le dio tiempo para contestar y simplemente corto la llamada, dejando a JJ con las palabras en la boca. El canadiense paso toda la noche dando vueltas por su habitación, tratando de averiguar cómo era que su prometida había descubierto ese amorío que tenía desde hacía casi un año. Buscó con desesperación su teléfono celular, para sí contactar así a la persona con la cual había llegado a un acuerdo. Ninguno de los dos diría una palabra acerca de las acciones que realizaban cada que se encontraban; ninguno de los dos tenía deseo por arruinar sus carreras con semejante noticia.

¿Por quién más que Plisetsky iba a filtrarse esa información?

— ¡Mierda! —grito, luego de varios minutos buscando el condenado aparato. Se dejó caer sobre su cama, llevando amabas manos hasta cubrir su rostro, desesperado por aquella situación. —Tal vez lo deje en el casillero de la pista. O en el auto. Alguno de esos lugares. —trato de calmarse a sí mismo. Respiro profundo y decidió hablar con Yuri por internet. Ni bien inicio su sesión, cuatro mensajes seguidos de Yuri Plisetsky se hicieron presentes. Llevaban un poco más de una hora de haber sido enviados; tal vez si había sido él quien había hablado con Isabella, y al final se había dignado en advertirle del torbellino que se le avecinaba. Al leer el contenido de estos, toda idea de acusar al rubio se vio disipada. — ¿Pero qué….

"¿Por qué tu novia tiene mi número?"

"Leroy, responde. Tu novia no ha dejado de llamarme desde hace una hora."

"Jean. Por favor. Tu novia lo sabe…no sé cómo, pero ella sabe que tú y yo tenemos algo."

"¿Por qué no me contestas el maldito teléfono? Tenemos que hablar. Es urgente."

Jean pasó una mano por su cabello, preocupado. Bien, si Yuri no había dicho nada, significaba que Isabella sabía todo aquello por labios de alguien más. Dios, esto se le estaba saliendo de las manos. El ruso y él siempre habían sido cuidadosos con cada uno de sus encuentros. Lejos del foco de la cámara, o de los ojos curiosos. Nunca se tomaban la mano en público, eso lo dejaban para la privacidad de los cuartos de hotel. No es que ellos fueran amantes únicamente de ocasión. Entre ellos dos había surgido un sentimiento que había extendido ese amorío a más tiempo del que esperaban. Jean y Yuri se habían terminado enamorando de una manera tan irremediable, que cuando ellos menos lo esperaron, sus encuentros puramente sexuales comenzaron a convertirse en citas o tardes para sentarse a hablar de todo y nada.

En algún momento, para Jean, el nombre de Isabella pasó a ser únicamente una pantalla para mostrar frente al mundo, cuando realmente él sentía algo por el Tigre ruso.

Tenía una relación con Isabella Yang para guardar la apariencia, para no mostrar que el ejemplar Jean Jacques Leroy, hijo modelo de Alain y Nathalie Leroy , patinador estrella, cantante, novio perfecto , era gay. Yuri tampoco pareció molesto con la idea. Él tampoco deseaba que la gente del mundo, principalmente en Rusia, supiera que era gay. La carrera de ambos se vería fuertemente afectada ante semejante escándalo y ellos no tenían ganas de lidiar con ello.

Todo parecía tan fácil y sencillo. Engañar a todos con que se odiaban; cuando en realidad ambos morían por comerse a besos cuando se veían. Pretender que se detestaban cuando en realidad se amaban y deseaban con locura.

El canadiense inicio un video llamada, que fue contestada a los pocos segundos. En la pantalla de su computadora aparecía el ruso, con el ceño sumamente fruncido, dando a entender que estaba molesto.

— ¿Qué mierda Leroy? —fueron las primeras palabras con las que Yuri le recibió. Jean pudo realizar alguna broma, pero el momento no la ameritaba. — ¿Por qué carajo tu novia tiene mi teléfono y me estuvo llamando? ¡¿Qué mierda le dijiste para quedar bien parado frente a ella?! —su voz se fue elevando poco a poco. El azabache estaba seguro que, de haber estado frente al ruso, se habría ganado un puñetazo.

—Créeme Yuri-chan, estoy tan confundido como tú lo estás. —Leroy elevo ligeramente las manos, en signo de paz. El rubio chasqueo la lengua. — ¿Qué te dijo Izzy?

— ¡No la llames así!

—No te pongas celoso. Solo quiero saber que te dijo ella. — Yuri tomó su celular, buscando algo en este. Jean se mantuvo en silencio durante un largo rato, esperando paciente a que el otro contestara —Ella también me llamo a mí. No tienes idea de todas las crueldades que me dijo —se hizo el dolido, en un intento por parecer gracioso; aunque en realidad no lo viera así. Jean sabía que se merecía todo y cada uno de los insultos que Yang le había soltado.

—Pues a mí me trato de zorra para arriba. —acerco la pantalla de su celular hacia la cámara, mostrando los mensajes que aparecían de un número desconocido. Jean lo reconoció, si era el número de Isabella. —No sabía quién mierda era la que me estaba llamando hasta que entro el primer mensaje… Jean, ella sabe que tenemos algo. Me lo escribió.

Jean dejo salir un jadeo. Mierda. Sí estaba jodido.

—Yo no le dije nada.

— ¿Crees que yo sí? ¡Claro que no, imbécil! Lo que menos quería era lidiar con la tarada de tu novia.

—Hey, no seas cruel con ella. No tiene la culpa. —No, ella no la tenía. La tenían ellos dos. O bueno, él principalmente por no terminar con Isabella antes de que todo llegara hasta ese punto. Había estado jugando con una bomba y esta le había explotado en la cara. Nunca pensó en las consecuencias que su pequeño juego de actuación le iba a traer. Fingir amarla, cuando en realidad ya no lo hacía. —Necesito hablar con ella.

—No me digas. —siseo Yuri, respirando de forma pesada. —Ella dijo que se iba a vengar. —le enseño nuevamente la pantalla. — "Haré que te arrepientas de lo que hiciste, pequeña zorra. Todo mundo sabrá que no eres más que una puta" escribió… Tu novia es un amor.

—Entiende. Ella está enojada.

— ¡Soy el único que sale insultado aquí, maldita sea! —Jean no podía debatir eso. En los mensajes que Isabella había enviado al ruso, su nombre no era insultado…Muy al contrario de la llamada.

—Ya lo sé, Yuri-chan. Por favor, mantén la calma, yo voy a solucionar todo esto. —intento tranquilizar, aunque ni él mismo estaba seguro de que debía hacer.

¿Cómo arreglar las cosas cuando, de una forma misteriosa, tu novia se entera que tienes un amante?

—Arregla las cosas rápido Leroy. Yo no quiero tener que vivir un maldito drama, solo porque tú necesitabas una pantalla para que nadie supiera que eres un maldito gay.

—Yuri-chan. Tú también estuviste de acuerdo con esto.

—Sólo arréglalo. —y la llamada se cortó.

Jean quedo durante vario rato sentado frente a su computadora, sin hacer nada realmente; únicamente intentado descifrar cómo es que Isabella se había enterado de todo. Hizo una revisión rápida de todos los perfiles que él y Yuri poseían, intentando encontrar alguna publicación que pudiera delatarlos. Luego los medios de comunicación…Nada, absolutamente nada que pudiese insinuar que ellos tuvieran algo más que una rivalidad aparecía en internet.

Intento llamar a Isabella un par de veces, le envió algunos mensajes por internet; y en todos fue completamente ignorado. Tal vez solo debía dejar que ella se calmara.

Oh, pero así es como Jean Jacques Leroy y Yuri Plisetsky aprendieron una importante lección: Nunca te metas con una mujer. Ellas pueden ser tres veces más crueles de lo que aparentan, sobre todo si tienen las armas necesarias a su favor.

Y para Isabella Yang, su mejor arma era el celular de Jean.


Estaba dolida luego de descubrir todo ese material en el celular de su pareja. Las fotos, los mensajes… Leroy y Plisetsky le habían estado viendo la cara durante un buen tiempo. Lo que estaba sintiendo en ese momento era casi indescriptible; una mezcla entre ira, dolor, odio. Se sentía traicionada por aquel hombre que le había jurado amor eterno.

Ella lo sospechaba, lo había estado sospechando durante varios meses. Las salidas repetitivas de Jean, alegando que era un viaje de negocios con la banda o su línea de ropa. Nada sospechoso al principio. Ella lo veía como algo normal; su novio tenía asuntos que resolver con sus representantes. Tan tonta, tan ilusa.

Toda su perspectiva cambio una tarde que recibió la llamada del manager de Jean. "¿Sabes dónde está Jean? No me atiende el teléfono". Isabella quedo muda. Hasta donde ella tenía entendido, su novio se encontraba con su representante, en New York arreglando algunos asuntos sobre la nueva línea de ropa que el canadiense iba a sacar. Hablo con Jean esa tarde y él, cínicamente, mantuvo su mentira firme, a pesar que ella sabía la verdad.

La desconfianza comenzó.

Isabella comenzó a buscar entre los papeles de Jean, queriendo saber cuál era el destino que tenía en cada una de sus salidas. Fue difícil, Jean parecía ser experto en esconder bien la evidencia de sus actos. Al final, tuvo que recurrir a la sucia jugada de husmear el correo de su pareja. Él lo dejo abierto una tarde y ella comenzó a investigar; descubriendo que Jean compraba boletos para Rusia.

Nunca había sido una novia celosa, pero de repente se vio en la necesidad de serlo. Comenzó a indagar con revisar el teléfono celular de Leroy. Él siempre le daba una negativa, con una sonrisa coqueta en sus labios. "No hay nada allí de tu interés, Izzy". Claro que no iba a querer que lo revisara. El muy bastardo tenía su celular plagado con las pruebas de esa infidelidad.

Se vio forzada a robar el teléfono de su novio mientras este entrenaba; revisándolo hasta encontrarse con la desagradable sorpresa que sus sospechas eran ciertas.

Luego de pasar por un amargo llanto, Isabella dejo de lado los mensajes de que había en el celular de Jean y decidió buscar en su galería de imágenes. Ella no quería una disculpa, ella no le quería dar otra oportunidad. Ella quería que ese tarado sufriera tanto como ella lo estaba haciendo en ese momento. Sus ojos viajaron por cada una de las fotografías. En algunas aparecía solo el rubio, sonriendo, haciendo alguna seña; algunas de este, desnudo sobre la cama de Leroy; una que ella casi nunca tocaba. Algunas fotografías que ni siquiera debería estar allí mostrando que Yuri Plisetsky era todo menos un virgen. Malditos depravados, se tomaban fotografías cuando se estaban revolcando.

Se llevó una mano hasta sus labios y en su cabeza se maquino el plan perfecto para vengarse de ese par de imbéciles .Si Jean tenía fotografías subidas de tono entre ellos, de seguro tendría algún video. Con los dedos temblando a causa de la ira, cambio de carpeta, llegando a la galería de videos. Oh, que grata fue su sorpresa. Un malestar se hizo presente en la boca de su estómago, provocando que deseara vomitar.

—Hijo de puta. Hijo de puta. — en efecto; Jean tenía videos de él manteniendo relaciones sexuales con Plisetsky. Apretó el móvil con tal fuerza, que creyó iba a romperlo. Su respiración se agito, el dolor que sentía de un momento a otro paso a ser solamente ira. Grito con tal fuerza que su madre ingreso a su habitación, desesperada por calmar a su hija. Isabella golpeo fuertemente su cama, lanzando las almohadas a algún punto de la habitación. — ¡Hijo de puta!

La dejaron descargarse hasta que cayó sentada en el suelo. Paso alrededor de una hora en aquella posición, observando el celular de Leroy como si fuera la peor desgracia que existía. Una idea cruzo por su cabeza, una que le hizo ladear ligeramente el rostro, mientras con su mano limpiaba ligeramente el maquillaje que se había corrido por sus mejilas.

No lo pensó mucho. Ni siquiera considero las consecuencias que aquello pudiera traer. Si ellos la habían hecho sufrir de esa manera, debían pagar con la misma moneda. Isabella abrió su correo desde el celular de Jean y buscó esos videos que tanto malestar le habían provocado. Una sonrisa ligeramente torcida se hizo presente en sus facciones mientras escribía un mensaje rápido. La persona que recibiera aquel material lo haría rondar por el internet más rápido que cualquiera. Comenzó a reír una vez presiono "enviar".

"Para el club de fans de Jean Jacques Leroy. Espero que disfruten el siguiente material, extraído directamente desde el celular del mismísimo Rey."

Que se jodieran esos dos.


El video era simple, no duraba más de una hora.

El plano iniciaba con Yuri acostado, con las piernas ligeramente abiertas, el rostro sonrojado y la respiración ligeramente acelerada. Sus labios entre abiertos dejaban salir ligeros quejidos, provocados por el movimiento que había entre sus piernas.

Jean, deja de grabar… Jadeo el rubio, cubriendo su rostro de aquella cámara. La risa de Leroy se dejó escuchar, mientras una de sus manos viajaba por el torso del menor, hasta llegar a sus labios. Le obligo a abrir los labios, ingresando su dedo pulgar entre estos para así simular una felación. Yuri dejo salir un quejido en cuanto el movimiento de cadera volvió a iniciar, al compás del movimiento de Jean entre sus labios.

Vamos, Yuri-chan. Esto va a ser divertido…Imagina, tú y yo… la cámara hizo un acercamiento a la expresión de Plisetsky, quien gemía con fuerza; tirando la cabeza hacia atrás.…viendo este video cuando estemos solos su mano nuevamente hizo un viaje por el cuerpo del menor, llegando hasta sus piernas. La cámara nuevamente hizo un acercamiento, teniendo como objetivo filmar como su miembro salía y entraba de manera rápida de la entrada de Plisetsky. Yuri dejo salir un grito, y el canadiense le obligo a abrir un poco más las piernas.listos para iniciar una ronda…justo como la que tenemos. Los dedos del más alto se marcaron en la pálida piel del otro. Solo de imaginarlo, Yuri-chan, me pongo duro.

El incesante vaivén de las caderas fue filmado durante un largo tiempo hasta que el cuadro fue cambiado. Leroy era ahora quien estaba siendo filmado por la cámara, mientras estaba recostado sobre la cama. Se podía notar que Yuri estaba saltando sobre el miembro de Jean, esforzándose por no dejar caer el aparato sobre la cara del moreno.

Jean…ah….Jean…jadeo el ruso, arañando ligeramente el pecho de Jean.

Si tan solo…pudiera grabar tu expresión en este momento JJ dejo salir un gruñido, apretando los labios ligeramente. La pálida mano de Yuri se depositó sobre el rostro del Rey, otorgándole una suave cariciaTú expresión…es tan excitante gatito el canadiense le obligo a acelerar el movimiento de sus caderas, haciendo que la imagen en la cámara se viera ligeramente borrosa debido al rápido movimiento

Jadeos, gritos, diferentes acercamientos de lo que realizaban. Palabras en sus lenguas natales. Palabras sucias, golpes, algunas mordidas. Gemidos. Todo aquello fue filmado como una pequeña travesura que quedaría entre ambos.

Jean deseaba dejar en evidencia lo flexible que era su gatito, por lo que le coloco en posiciones que a cualquiera le costaría realizar. Golpeaba su cadera con fuerza, deseando que la voz de Yuri resonara por todo su departamento, que todos supieran que el pequeño ruso le pertenecía a él.

Di…di…que eres…mío dijo Yuri entre jadeo y jadeo. Jean hizo nuevamente un acercamiento de su rostro mientras, Plisetsky volvía a repetir esas palabras, alzando ligeramente sus brazos. Le estaba pidiendo un beso con la mirada.

La cámara fue colocada en un lugar estratégico, de tal manera que esta lograba captar el rostro de Yuri y el suyo. Los labios de Leroy se acercaron a los de Yuri, robando un salvaje beso, iniciando nuevamente el movimiento de sus cuerpos. La cama comenzaba a rechinar, las manos del menor tiraban de las sábanas con tal fuerza que parecía querer romperlas.

Je suis tout à toi. jadeo JJ.

Ятакжевсетвое ! — respondió el rubio tras un grito, arqueando su espalda y aferrándose con fuerza a la espalda de Jean, mientras alcanzaba la cúspide del placer, arrastrando a Jean consigo.

Ambos se quedaron quietos durante unos largos minutos, intentando recuperar la respiración. Fue JJ el primero en moverse, tomando la cámara para hacer un nuevo acercamiento. Primero del rostro de Yuri, luego del momento en que su miembro abandono la entrada del menor.

Basta. —se quejó el menor, intentando cubrir su cuerpo. La imagen del semen de Jean saliendo de la entrada de Yuri fue el nuevo objetivo del video. Plisetsky dejo salir una risotada, mientras le daba un manotazo —Basta, pervertido. ¡No usaste un maldito condón!

Oh, vamos Yuri- chan. ¿No se supone que eres todo mío?

El video terminaba así, con Jean inclinándose lo suficiente como para alcanzar los labios de Yuri. Un momento pasional entre ambos, filmado por el simple placer y morbo de poder observarlo cuando no estuviera juntos; para así poder recordar cómo era que sonaba la voz del contrario en el momento que caían presos por el placer y la lujuria.

Un video vídeo simple que jamás imaginaron podría llegar a las manos equivocadas.


El insistente sonar de su celular provoco que Yuri abriera los ojos. Maldijo el aparato en voz alta; y con una lentitud impresionante rebusco entre su almohada, hasta dar con este; aunque no alcanzo a contestar la llamada. Tardo un poco en acostumbrarse a la luz que el móvil irradiaba, para así revisar quien era el imbécil que osaba a despertarlo tan temprano con una llamada. Yuri se sentó con algo de rapidez al notar el texto en su pantalla.

45 llamadas perdidas.

30 mensajes.

230 notificaciones.

Parpadeo confundido. ¿Por qué tanto alboroto? Reviso las llamadas, encontrándose con el nombre de Otabek y de Mila en repetidas ocasiones. ¿Por qué lo buscaban con tanta insistencia? Comenzó a preocuparse un poco. Decidió viajar a los mensajes. La mayoría eran de Viktor. Otros de Yuuri. Nuevamente el nombre de Mila y de Otabek. Algunos de Yakov…

…Uno de Isabella.

Fue el único que decidió abrir, sintiendo un extraño malestar en la boca del estómago. Algo malo estaba pasando para que todos decidieran escribirle al mismo tiempo, y que un mensaje de la novia de Leroy se hiciera nuevamente presente, acrecentaba ese mal presentimiento un diez por ciento. Sus ojos se abrieron ligeramente al momento de leer las palabras que Yang había escrito.

"Disfruta de la fama, zorra."

Un mensaje corto, pero tan significativo. Yuri sintió todo su cuerpo temblar ligeramente. Los siguientes mensajes que abrió fueron los de Viktor, quien insistentemente repetía que diera una señal de vida; necesitaba que le diera una explicación. Luego los mensajes de Katsuki, que parecía sumamente preocupado por como fuera a reaccionar ante todo lo que estaba sucediendo. Yakov fue un poco más claro: Su nombre estaba invadiendo todo el internet junto con un escándalo que jamás imagino él provocaría.

Yuri decidió abrir las notificaciones que invadían sus redes sociales. Varias Yuri Angels parecían escandalizadas con la reciente noticia que había invadido el internet. Algunas lo defendían, otras simplemente no quería creer lo que observaban.

Los titulares fueron la respuesta a todo: "Se filtra video pornográfico entre Jean Jacques Leroy y Yuri Plisetsky". "Escándalo en la pista de Hielo: dos patinadores salen del closet con revelador video". "¿El hada rusa presa de los encantos del Rey: Jean Jacques Leroy y Yuri Plisetsky demuestran que no son tan buenos niños como aparentan".

Yuri dejo caer su teléfono, sintiendo como el aire le faltaba. Oh no. No… no. Eso no podía estarle pasando justo ahora. No cuando su carrera como patinador iba tan bien. Tiro de su cabello con desesperación, sin saber cómo actuar o reaccionar ante semejante situación; estaba a punto de sufrir un ataque de pánico.

El sonido de su celular le saco de sus pensamientos. Se apresuró a contestar, preso de las lágrimas.

Yuri-chan —se escuchó al otro lado de la línea. La voz de Leroy sonaba sumamente preocupada. Yuri se dio la libertad de sollozar un poco antes de decir si quiera algo.

—Dijiste que nadie se iba a enterar —soltó el rubio, limpiando con desesperación las lágrimas que rodaban por sus mejillas.

Se supone que nadie debía enterarse. No sé qué pasó Yuri-chan. Te juro que ese video no lo compartí yo…eso era solo nuestro.

— ¡¿Entonces cómo mierda eso llego al internet?! ¡Solamente tú tenías ese maldito video! —su rostro comenzó a teñirse de rojo debido al enojo. Al otro lado de la línea Jean intento calmarlo, pero nuevamente sus intentos parecieron tener el efecto deseado. — ¡Jean! Esto no era lo que nosotros queríamos. ¡¿Con que maldita cara voy a explicarle a Yakov esto?!

Yuri. Ya sé que esto es difícil, pero necesitamos enfrentar las cosas juntos… Aquí en Canadá mis padres no han despertado y por ello no se han enterado de nada; pero cuando lo hagan, créeme que tampoco sabré que decirles.

Yuri suspiro con fuerza intentado calmarse.

— ¿Cómo es que ese video salió a la luz? —cuestiono en voz baja, poniéndose de pie para poder abrir las cortinas de su habitación.

Justo ayer perdí mi celular Yuri…no lo encuentro por ningún lado. Pensé que lo había dejado en la pista de hielo o algo, pero al parecer alguien lo ha tomado y ha filtrado ese video.

— ¿Qué? ¡No puede ser que seas tan irresponsable! ¡Tener esos malditos videos… esas malditas fotos. ¡Jean! Nos van a arruinar la carrera. —jadeo el rubio.


Por el otro lado de la línea, Leroy viajaba por cada una de las páginas de Internet donde aquel video fue posteado. Las primeras en tenerlo fueron los blogs dedicados específicamente para él. Las JJ girls se lamentaban que su Rey hubiese caído ante las garras del Hada Rusa. Unas insultaban, otras disfrutaban del material. Definitivamente quien había enviado ese video a sus fans, tenía la clara intención de arruinarle la vida.

—No perdí el celular apropósito Yuri.

¡Mentiroso!

— ¿De verdad, Yuri? ¿De verdad vas a dudar así de mí? ¿Me crees capaz de semejante maldad, para así manchar tu imagen y la mía? —el largo silencio al otro lado de la línea le hizo saber que Yuri se estaba arrepintiendo de desconfiar. —No sé quién lo hizo, pero estoy seguro que fue la misma persona que le dijo todo a Isabella. —la falta de respuesta al otro lado de la línea le hizo preocupar un poco. — ¿Yuri-chan?

Tu novia…ella me envió un mensaje extraño anoche. —Jean chasqueo un tanto la lengua. —Dijo que debía disfrutar de la fama…

—Yuri. Izzy no hizo esto.

¿Cómo estas tan seguro? —bramó el ruso. Jean tartamudeo durante un buen rato, sin estar realmente seguro de cómo defender a su ex prometida. — ¡Dime Jean! ¿Cómo estas tan seguro que no fue ella?

—Porque ella no sería capaz de hacer esto.

Un nuevo silencio. La risa de Yuri se dejó escuchar durante un largo rato, una risa casi histérica. JJ mordió su labio, aguardando al reclamo que de seguro el menor le iba a dar.

Está bien. Defiéndela. —La llamada fue cortada de forma abrupta.

Jean observo el teléfono de su casa durante un largo rato, antes de lanzarlo de manera violenta contra el suelo. Sus padres iban a matarlo por romperlo, pero en ese momento el enojo que sentía era mayor. Observo a un punto muerto durante un largo rato, para luego volver a observar la pantalla de su computadora.

Un mensaje de Emil se hizo presente.

"Eres noticia. Todos están hablando de ti aquí en mi país."

El estómago de Jean se contrajo. Lo que menos deseaba era arruinar la imagen que había creado para todos. Maldijo en voz baja y decidió que era momento de ir a dormir…o por lo menos intentarlo. Los nervios y la culpa de lo que había ocurrido le mantuvieron despierto durante toda la noche. Sus padres iban a enterarse de la peor manera posible de su preferencia sexual. Estuvo dando vueltas sobre su cama hasta que finalmente la luz del sol se hizo presente a través del cristal de su ventana. Leroy se mordió el labio.

Se puso de pie para caminar hacia la sala, tal vez mirar algo de televisión hasta que sus padres se despertaran. Encendió el aparato, busco el canal de noticias matutinas. En efecto, la noticia del video era la nota de ese momento.

"Jean Jacques Leroy le demuestra al mundo su preferencia sexual con candente video"

El canadiense trago grueso y prefirió apagar el aparato. Su vida estaba definitivamente arruinada. Se maldijo por haber hecho ese video, se maldijo por no haber terminado con Isabella cuando tuvo la oportunidad…se maldijo por ser tan cobarde y no haber podido enfrentar antes ese inconveniente. Ahora sus padres sabrían de la peor manera que su hijo no seguía todas aquellas enseñanzas que ellos le habían inculcado. Ellos se enterarían que su hijo estuvo jugando todo este tiempo a ser el novio perfecto, cuando en realidad escondía un amante que era mucho menor que él.

Ni siquiera quería imaginarse que diría la Federación Deportiva acerca de todo esto. Dios ¿y si lo descalificaban? ¿Y si le quitaban el certificado por el que tanto había luchado?

El nerviosismo aumento diez niveles.

El sonido del timbre le hizo volver a la realidad. Otro toque. Jean dejo de lado lo que estaba haciendo y camino hacia la puerta, abriendo para encontrarse con una pequeña caja con su nombre escrito en la tapa. Se asomó ligeramente para ver sino encontraba algún repartido o a alguna fan que le había dejado aquello. No había nadie.

Volvió a la sala, abriendo el paquete con cuidado. Un pedazo de papel estaba colocado de manera cuidadosa sobre el objeto que Leroy había perdido la noche anterior. Jean dejo salir un jadeo, revisando con rapidez la hoja que se encontraba sobre este. Reconoció inmediatamente la letra que estaba plasmada sobre este, con un delicado color rosado, y un olor a perfume que él conocía mejor que nadie.

« La vengeance est servi plat chaud.

Por cierto, terminamos.

Con cariño, Isabella Yang. »


Bueno, un mal intento. Espero que lo hayan disfrutado.

Review?