Disclaimer. Los personajes de Rise Of The Guardians no me perteneces. Esta historia esta hecha con fines de entretenimiento.

Hey, esta es mi primera historia, perdón si no le gusta:c (No tengo imaginación:C), denle una oportunidad. Bueno basta de Bla Bla Bla a Leer, aquí esta el Prologo. BYE :*


PRÓLOGO.

5 Años Después

La luna brillaba, blanca y completa, mientras su compañero el sol dirigía sus rayos de luz más potentes al otro lado de la tierra. Moon miraba a Sun hacer su trabajo como siempre pero ahora lo miraba con cautela y detenimiento al ver su gran sonrisa de oreja a oreja.

-¿Qué?- Pregunto por fin la Luna con voz delicada.

-¿Cómo están las cosas al otro lado del mundo?- Contesto el Sol con su voz gruesa.

-Bien, creo- Ella estaba posicionada en el continente de américa, pero mantenía la vista en Burgess viendo al joven escarcha hacer de las suyas de nuevo- Algunos espíritus están algo… inquietos.

-¿Invierno, he? Bueno no podrían ser mis espíritus, ellos saben que no deben causar problemas… Pero los tuyos- Sacudió la cabeza en señal de desaprobación- ¡Y más ese tal Jack Frost!, sigo sin entender porque lo has elegido.

-No es de tu incumbencia y deja de criticar mis decisiones- Respondió seria.

-okey, no lo hare pero ¡solo míralos!- Sun inclino su cabeza hacia la tierra- ¡Te dicen Hombre De La Luna! Y hasta donde sé, eres chica.

-Un mal entendido- Respondió a la defensiva. En realidad sus guardianes no sabían que ella era una mujer, pero porque ella nunca se comunicaba con ellos a menos que fueran cosas de extrema importancia.

Ella Tenía el cabello plateado lacio, y un copete que iba hacia el lado derecho, unos ojos grises muy brillantes, usaba un vestido totalmente blanco que le llagaba hasta las rodillas sin manga y casi nada de escote (más bien no era escote era como "("pero en forma horizontal), y sus pies estaban descalzos.

-¿Por qué no me aceptas? ¿Qué tengo de malo?- Dijo Sun cambiando de tema abruptamente. Él, desde donde Luna lo veía, era alto con el cabello color dorado largo hasta la mitad de su cuello, tenía los ojos naranjas y usaba un traje que constaba de un pantalón amarillo pastel, igual que su saco, con una blanca y una corbata de color crema.

-¿De qué hablas?- Fingió de no saber de qué hablaba, aunque lo sabía muy bien.

-He intentado que te cases conmigo más de…- Y antes de terminar La Luna lo interrumpió

-…Más de un millón de vez solo en este siglo ¡Deja de pregúntalo es estresante!- Termino la frase sin su autorización- Y siempre que lo preguntes mi respuesta será ¡No!

A Sun se le oscureció el rostro con el sentimiento de enojo y rencor perfectamente visible en él. Por un momento Luna sintió una descarga de energía que solo pasaba cuando él estaba demasiado enojado y dirigiéndole una mirada fulminante.

-No te enfades- Trato de decirle ella sin que se notara el temor e su voz- Yo, tú eres como un hermano para mí, mi mejor amigo, mi confidente… No puedo verte como más de eso.

-Ese es el problema. Yo no quiero ser tu amigo. No hasta que aceptes- dijo en tono apenas audible- Mi luz es suficientemente fuerte para mantener la luna brillando lo suficiente sin tu ayuda querida Luna.

-¿A qué te refieres Sun?

-Si no aceptas casarte conmigo no tengo más remedio que demostrarte quien manda aquí

-¿A sí? ¿Y qué vas a hacer?- Respondió con las manos en las caderas y cara de mal humor ante su amenaza.

-Exiliarte al mundo de los humanos

-No puedes hacer eso- Empezó a retroceder sin un lugar a donde escapar más que adentro de la luna

-Sí pedo, aunque no debería- En el rostro de Sun se formó una sonrisa aterradora- Pero es para el bien de los dos

-De ti- Le corrigió ella

-Vamos, tú jurabas querer ir a ver a tus guardianes… Si cambias de opinión sobre mi propuesta de matrimonio, te traeré de regreso al terminar la primavera, quizás antes o quizás después. Eso depende de ti. Adiós Luna Nighted.

Entonces ella sintió que un hueco se abría bajos sus pies dejándola caer cada vez más rápido a un mundo donde había más agua que tierra y donde hace milenios no había estado, no recordaba nada de como era antes y desde entonces le había parecido desconocido a pesar de que lo había visto desde los cielos.

Tenía miedo, no podía negar que ese mundo desconocido y lleno de problemas le causaba terror. Tenía enojo, seguía sin poder creer que Sun la había arrojado sin nada más que sus propios poderes y habilidades para sobrevivir durante meses o quizás para siempre (no le diría que Sí a Sun, ni ahora ni después). Y tenía tristeza, su mejor amigo Sun la traiciono solo porque ella lo veía como un amigo y no como más.

Caía cada vez más y más rápido, viendo las copas de los árboles y en medio de estos un lago congelado. Todo más y más cerca con cada segundo que pasara.

El impacto le dolería, pero era inmortal. Eso no la mataría y dañaría tanto como la traición.