Nuevo proyecto en el que se ve inmersa una de las dos partes de este Team Caskett.
Esto viene de esta noche a las tantas de la madrugada volviendo a dar con esa película que tanto me encantaba de niña. (No diré el título porque creo que leyendo el primer capítulo se deduce jajajaja)
Empezaré mi propia versión Caskett y esperaré a leer críticas para ver si seguirla o no.
En esta historia Katherine ha ido escalando escalafones y ahora es capitana de su propia comisaria además de madre de familia. Está casada con un importante diplomático estadounidense que se deshace en atenciones con su mujer y sus dos hijos. Tienen a una hija de casi 13 años y un bebe de 16 meses.
Richard sigue siendo ese escritor de bestsellers que cada vez ha ido ganando más éxito de todo el que ya tenía en el pasado. Padre soltero de una hija de 12 para 13, mantiene una relación estable desde hace 6 con Ellen, una mujer sencilla y a la vez arrebatadora que ha vuelto a devolverle la sonrisa y se ha convertido en la madre y aliada perfecta para Sarah.
Perfecto… dos familias independientes y felices. Pero, ¿cuánto puede durar la estabilidad cuando las personas que mueven todo tu mundo son las encargadas de hacer que tu pasado resurja con fuerza en un presente tan estabilizado?
Me callo ya que bastante chapa acabo de meter.
Cap 1:
-Jenni cariño, papá nos espera ya en el coche para acompañarte al aeropuerto
-Voy mamá, voy, espera que me he olvidado mi mp4 –se escucha gritar a la niña asomándose a la ventana de su habitación
Baja corriendo montándose detrás del asiento de su madre haciendo carantoñas a su hermano pequeño que colocado ya en su silla, juega con su sonajero favorito sonriendo de satisfacción cada vez que lo mueve y escucha el sonido de ese juguete
-Eh enano, ¿vas a echarme de menos? – le pregunta acariciándole las mofletes
El pequeño la mira fijamente mientras succiona su chupete con ganas y al ver la cara de su hermana tan próxima a la suya estalla en una amplia sonrisa
-Cariño no lo atosigues – le recuerda Kate a su hija mayor
-Eh, le encanta y además no vamos a vernos en 10 semanas – susurra Jennifer haciéndole pedorretas en la tripa
-¿Seguro que no quieres que papá o yo te acompañemos en el vuelo? – pregunta Kate haciéndole poca gracia que su hija viaje sola de una punta a la otra del país.
-Mamá que todo va a ir bien. Que soy mayor – le recuerda su primogénita dándole un beso en la mejilla
-Llámanos cuando llegues y pásatelo bien campeona.
-Ten por seguro que lo haré – responde ésta dándole un beso a su padre mientras le susurra divertida al oído -Cuida de este par de dos en mi ausencia. Los veo perdidos sin la mitad del equipo Newman – ríe divertida
William sonríe a su hija pasando los dedos por entre los mechones castaños mientras enfoca la mirada en esos ojos azules, que ahora brillan de excitación ante lo desconocido.
-No me vengas con novio terremoto, que te conozco – dice picándola un poco
-Dios papá… sabes que no quiero oír hablar de tíos. Sois todos tontos… - y se sonroja mirándolo – bueno Chris y tu sois la excepción. ¿Pero todos los demás? Al saco.
Ríe – eso espero. Recuerda que tú eres mía. Eres mi chica – susurra cogiéndola en brazos y haciéndola girar despidiéndose de ella.
-Voy a echaros de menos – confiesa Jenni mientras William y Kate la ayudan a meter su equipaje en el avión. Y los abraza fuerte antes de montarse – Cuidarme mucho a mi enano. Y mandarme fotos por whatsapp todas las noches. Os quiero mucho
Y una vez montada en su asiento que da a ventanilla se despide de sus padres mientras comienza el despegue y se coloca sus auriculares pensando en cómo se desarrollarán las cosas en las próximas 10 semanas.
Nunca se ha separado por tanto tiempo de su familia y lo cierto es que le aterra lo que pueda encontrarse. Molly, su confidente además de su mejor amiga, había solicitado plaza también para ese campamento, pero la apendicitis le había sorprendido un par de semanas antes del viaje y sus padres se habían negado en redondo a que se marchase todavía convaleciente.
Le mando un whatsapp antes de montarse en el avión, al menos se iba tranquila. Su amiga estaba fuera de peligro.
La noche anterior había quedado con sus amigos, pues no iba a estar ahí el día de 13 cumpleaños y estos se habían encargado de prepararle una fiesta por todo lo alto antes de tener que separarse de ella.
Pensó en Mike, se le había insinuado un sinfín de ocasiones y de hecho había intentado meterle mano. Por supuesto omitió esto último en caso. No quería que a mamá le diese un ataque tan pronto. Y entonces pensó en ella. En su madre.
Katherine Houghton Beckett, era un nombre que siempre había impuesto respeto y más desde que sus amigos se enteraron que era capitana de policía. Sonrió. La verdad es que era buena, muy buena. Se sentía orgullosa de ella y no le importaba reconocerlo delante de la cuadrilla, al igual que de papá.
Cerró los ojos y debió quedarse dormida durante todo el trayecto, ya que solo se despertó cuando sintió como alguien le zarandeaba el brazo suavemente
-Señorita, señorita – y abriendo los ojos se encontró con la cara regordeta de una simpática azafata – hemos aterrizado ya.
-Vaya… ¿ya ha amanecido?, ¿ya hemos llegado?
-Eso me temo- replico la azafata con una sonrisa
-Huy, perdón – respondió apurada dando un bote en el asiento antes de levantarse y bajar a por su equipaje.
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-Vamos papá voy a estar bien, son sólo 10 semanas. No te dará tiempo a echarme en falta… además te dejo con Ellen y Lua… son mis grandes tesoros – susurro esto último Sarah al oído de su padre para evitar que Ellen pudiese enterarse.
-¡Serás! – Exclamo divertida la primera acariciando a la que ya veía y trataba como una hija – espero que no te olvides de nosotros. Me abandonas durante 10 semanas con este par de perezosos – señalo la mujer a su novio y al pastor alemán de la familia.
-Eh… conoces a papá, con tenerle las comidas a hora y dejarle no hacer nada productivo… es feliz– bromeo la niña abrazando a Ellen. – Voy a echaros en falta… pero en verdad tengo mil ganas de viajar a América. Gracias por ayudarme a convencer a papá de esto. Te quiero mamá
-Y yo a ti pequeña lianta – susurró la mujer volviendo a emocionarse como cada vez que Sarah la llamaba así
Se despidieron de ella mientras subía al avión y Ellen abrazaba a Rick
-Vamos… es una señorita. Va a estar perfectamente…
-Lo sé… es sólo que… hace nada la arrullaba en mitad de la noche cuando le daba por ponerse a balbucear a las 3 am, o le ayudaba a atarse su body para ir a clase… creo que está creciendo demasiado deprisa. Ya 12 para 13… y ni siquiera voy a tenerla aquí para su cumpleaños
Ellen le abrazo más fuerte depositando un beso en su cuello mientras agarraba la correa de Lua que empezaba a dar muestras de que el estar estática en el aeropuerto no fuese un plan que le seduciría en gordo
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-¿Jennifer Newman? – escuchó preguntar a un joven de unos 25 seguidos de cuatro chicos que rondarían los 12-16
-¡Yo! – respondió levantándose del asiento de la sala de espera del aeropuerto y yendo hacia ellos.
-Buenos días Jennifer. Estos son Amanda, Luckas, John y Monica – dijo haciendo las presentaciones pertinentes – tus compañeros de bus y parte de tus compañeros de campamento.
Sonrió a todos uniéndose al grupo mientras empezaron de nuevos esas preguntas rutinarias del estilo: ¿cuántos años tienes?, ¿de dónde eres?...
-Este año somos 300 o 400 en el nuestro – escucho comentar a Luckas que además de ser el mayor del grupo parecía ser el que más experiencia tuviese en eso de los campamentos – viene gente de toda el mundo. Es increíble… el año pasado hice amigos de Australia. ¡Australia! – repite con los ojos brillantes
300 o 400 personas entre los 10-16 años pensó Jennifer. ¿Y si todo eso le sobrepasaba?
-¿Cómo va el campamento? – pregunto dirigiéndose a Luckas que aprovecho para volver a mirarla de arriba abajo sin quitarle detalle mientras le explicaba
-Cada año se organiza en una zona diferente. Este año toca en Los Ángeles. Las cabañas son increíbles. Es como si estaríamos en un campus, pero en vez de habitaciones sueltas son cabañas de 4. Tenemos pista de golf, campo de futbol, piscina climatizada, el lago y por supuesto los autobuses al centro de la ciudad cada hora punta. Estamos alejados del tumulto de LA pero al mismo tiempo podemos hacer de este verano el verano de nuestra vida.
¿Cuántos años me has dicho que tenías?
Y eso llevó a que Jennifer volviese a sonreír – Olvídalo guapito de cara, conozco esa cara y puedo decirte que conmigo pierdes el tiempo. Soy anti tíos.
-¡¿Qué?!- pregunto atónito Luckas- ¿No me digas que esta es una belleza mal aprovechada?
-¡NO! – respondió la niña entre risas – no soy lesbiana si es eso lo que te ronda en mente. Es solo que todos los tíos sois estúpidos… con perdón, quiero decir..
Subieron al bus teniendo que compartir asientos
Dios ¿Qué tendré que verlo hasta en la sopa? – pensó cara si Jennifer
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Bajo del avión al aterrizar en Los Ángeles. El viaje la había dejado extasiada. Desbloqueo el iPhone que le había regalado su padre antes de marcharse y tecleo el numero de papá.
-Hey, ¿cómo le ha ido el viaje a mi pequeña tigresa? – pregunto Rick al ver el número de su hija
-¿Ahora vas de listillo o de graciosillo? – preguntó Sarah
Eso provocó una sonrisa al otro lado de la línea. Viejos recuerdos que ya no pesaban ni desgarraban por dentro pero que le resultaban todavía curiosos al escritor.
-Puede que ambas cosas juntas… - sonrió
-Agg papá me estresas la vida, no sé si lo sabes
-Es curioso… porque tú le das siempre un toque de humor a la mía
-¡Como para no!..¡SI TE RIES DE MI! – replico la joven
-Ala ala, no me llores anda – dijo terminando de picarla – y dime, ¿para qué me llamabas?
-Dios… te colgaba ahora mismo si no necesitase tu ayuda.. – y escucho una risilla al otro lado de la línea – La abuela no ha venido a buscarme y no encuentro la manera de llegar al campamento..
-¿Cómo? – cambio el tono el escritor tensándose - ¿estás sola en LA?
-Eh, relax… estará al llegar… era solo por si te había llamado o algo…
-¿Pero como que no está ahí?... Sarah no cuelgues que voy a coger el teléfono de mamá
-Vale, vale. Pero relax, que no pasa nada.
Espero hasta que su padre termino de hablar con la abuela.
-Sarah la abuela pasa ahora a por ti… se había liado con la diferencia horaria y pensaba que llegabas un par de horas más tarde. No te muevas del aeropuerto, ¿vale?
-Rick… estoy sangrando… - se escucho la voz de Ellen de fondo y antes de poder preguntar qué le ocurría a mamá, papá colgó el teléfono
Hizo tiempo en la cafetería del restaurante. Conocía lo suficiente a la abuela como para saber que su ahora se traducía en tres cuartos de hora después.
Pensó en el campamentos… 300 o 400 personas como ella de todo el mundo. ¿A quién unirse la primera noche?, ¿con quién hacer caseta?
-Mi nieta europea – escuchó gritar a su abuela girándose a la par que lo hacia el resto de personas que se encontraban en la cafetería. Todavía se encontraba como a unos 10 pasos de distancia, pero Martha Rodgers no conocía el significado de la palabra ridículo. Así que Sarah se llevo las manos a la cara antes de levantarse para acortar los pasos de distancia que las separaba.
-Dios abuela… la cosa es pasar desapercibida.
-¿Desapercibida? Hija mía, con lo buena moza que estas hecha dudo que ocurra eso. Cuéntame – dijo anclándosele al brazo – ¿ya te has echado novio?
-Aún no cumplo los 13 hasta pasado mañana – respondió Sarah negando con la cabeza ante los desvaríos de su abuela.
-Así que un campamento me ha dicho tu padre… - comento Martha escrutando a su nieta
-Aja… -contesto ésta tecleando en su teléfono
-¿No prefieres irte de gira con la abuela? – preguntó manteniendo todavía viva la ilusión de recibir una respuesta afirmativa
-Si hubiese preferido eso ya te lo hubiese hecho saber antes abuela – dijo algo azorada
-Me matáis.. entre tu padre y tú me matáis…
Sonrió divertida. Podía ser bastante especial, pero en el fondo sabía que tenía a una de las mejores abuelas del mundo. Y en ese momento pensó en su madre. No en Ellen, sino en la verdadera. Papá nunca hablaba de ella, lo único que sabía es que tenía que guardar relación con el NYPD.
Y empezaron a asaltarle las dudas hasta que Martha la sacó de ese estado de meditación
-Hija, te ha cambiado hasta el semblante… ¿en que estabas pensando?
-Nada… en el campamento… tengo ganas de ver como me desenvuelvo en un sitio así.
-Seguro que te echas algún amigo… tú ya me entiendes pillina – y le dio un codazo suave
-Dios abuela – rio divertida – no tienes arreglo.
-Bah eso me dicen todos…
Y cogiendo un taxi se montaron mientras la veterana actriz le daba la dirección del campamento al taxista…
